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Derechos humanos, democracia y patrimonio mundial
EINCERTIDUMBRES
PROYECTOESCOLARENELCENTRO DEDESARROLLOINFANTIL “MAESTRAVALENTINACANTÓNARJONA”
Jacqueline Rocha Soto*
“Maestra Valentina Cantón Arjona” tiene como propuesta fundamental trabajar con cada alumno en particular atendiendo sus necesidades de salud, estado emocional, su situación académica particular, sus circunstancias familiares y sus formas de relación con los demás. El eje fundamental de su formación consiste en trabajar para el cuidado de cada uno de los niños, fomentando en ellos el respeto a su dignidad, sus derechos y al cuidado de sí mismos, de los otros y de su entorno social, natural y cultural.
una parte esencial del cuidado de la relación con los demás se realiza a partir de la educación en valores, ya que ésta permite cultivar formas de convivencia basadas en el ejercicio de la libertad, la tolerancia y la paz.
Las disposiciones para la convivencia a partir de las cuales trabajamos en el Centro de desarrollo infantil “Mtra. Valentina Cantón Arjona,”son
* Con la asesoría pedagógica de la doctora Valentina Cantón
Arjona. respeto, reciprocidad, consideración, cooperación y responsabilidad.
Los valores éticos y ciudadanos son guía y orientadores para la preservación de uno de los más altos bienes que tenemos: el bienestar colectivo. Estos valores son justicia, libertad, igualdad, equidad, respeto, tolerancia, solidaridad, responsabilidad hacia lo colectivo y austeridad. 1 Este
1 Véase en este documento: Principios y valores orientadores de nuestra vida escolar, pp.35-49.
www.upm.es
Maestros y alumnos deben desarrollar una conciencia clara en sobre la importancia del conocimiento y el respeto de los derechos humanos.
último es la guía para nuestra relación con la naturaleza.
Trabajar en valores es fundamental para nosotros, pues a partir de éstos realizamos la enseñanza de los derechos humanos y desarrollamos en los niños la conciencia de la responsabilidad que todos tenemos de garantizar una vida digna para cada persona que habita el planeta.
Atendiendo al concepto de cuidado de sí mismo en su más amplio sentido, así como al significado histórico de nuestros valores comunitarios y los derechos que de estos valores se derivan, es de gran importancia para nuestro proyecto escolar trabajar sobre el reconocimiento, el rescate y la conservación de nuestro patrimonio natural y cultural, pues de dicho trabajo derivamos dos conceptos clave para la formación ciudadana: identidad y pertenencia.
Objetivos del proyecto
• Trabajar en todos los niveles sobre el cuidado del niño desde una pedagogía basada en la noción de particular, es decir, en la doble naturaleza individual-colectiva de cada niño.
• Promover la enseñanza de los valores y la formación ética y ciudadana con el propósito de generar una convivencia basada en el ejercicio de la justicia, la libertad, la solución pacífica de conflictos y la paz.
• Desarrollar una conciencia clara en los maestros y los niños sobre la importancia del conocimiento y el respeto de los derechos humanos como la vía privilegiada para alcanzar una vida con dignidad para todos, tomando en cuenta sus particularidades y diferencias.
• Promover el respeto y el cuidado de los ecosistemas locales, nacionales y mundiales.
• Promover la realización de actividades de vinculación entre la escuela y la comunidad basadas en los valores y supuestos de cuidado y preservación del patrimonio cultural y natural. • Promover la realización de materiales y producciones escolares relacionadas con el tema
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Mediante actividades y talleres los niños conocen nuestra historia, nuestra herencia cultural y natural.
de Patrimonio Mundial (como un derecho inalienable) y su relación con la ciudadanía y la cultura de la paz.
Talleres y actividades
Partiendo de la idea de que no somos seres aislados, sino que formamos parte de una comunidad, y de que no podemos respetar, amar y cuidar lo que no conocemos, promovemos en la colectividad escolar actividades y talleres mediante los cuales acercarnos a nuestra historia y nuestra herencia cultural y natural. Estos talleres tienen como objetivo general la apropiación de esta herencia y, como resultado, el desarrollo de la conciencia de que debemos conocerla, atesorarla y actuar para disfrutarla, conservarla y enriquecerla.
Estos talleres y actividades, dirigidos tanto a alumnas y alumnos como a los padres de familia, tienen como objetivos específicos el conocimiento y preservación de aspectos de la cultura en el Estado de México, que es donde se encuentra nuestra localidad. Tenemos los siguientes talleres: música, danza prehispánica mexica-chichimeca, cerámica (en el que somos orientados por artesanos de la comunidad), y dulcería mexicana para padres de familia, en el que se elaboran dulces típicos de la región como muéganos, palanquetas, dulces de leche, etc.; también contamos con un taller de danza folclórica para las mamás.
Con la finalidad de fortalecer el trabajo sobre el patrimonio histórico y cultural en clase, nos ayuda una maestra con estudios de licenciatura en historia para trabajar, entre otras cosas, temas relacionados con la conservación y el conocimiento de nuestro patrimonio cultural. Además, durante la ceremonia de los lunes estamos preparando actividades orientadas al conocimiento de una zona arqueológica o reserva natural de nuestro país.
Respecto a la protección y conservación del patrimonio natural, contamos con el apoyo de una maestra que está terminando la licenciatura en biología, quien será la encargada de diversas actividades vinculadas al cuidado del ecosistema.
Además, contamos con actividades extracurriculares, asambleas escolares, dramatizaciones, cine club, cursos a docentes y padres de familia, conferencias, visitas guiadas, entre otras. Debemos señalar que estas prácticas están siendo modificadas y enriquecidas de acuerdo con las propuestas didácticas que aparecen en la carpeta México, el patrimonio mundial en manos de jóvenes (CONALMEX/ UNESCO), a partir de la cual estamos organizando un taller de trabajo docente que iniciará próximamente.
Nuestro proyecto escolar se inspira en una pedagogía del particular, una pedagogía que busca educar a cada niña y a cada niño atendiendo su particularidad. Esto es, atendiendo su momento de desarrollo, sus características individuales, el entorno familiar, social y cultural.
Todos estos aspectos son de suma importancia para nosotros ya que nuestra tarea docente se define como una labor del “cuidado del otro”, en la que es preciso conocerlo y no sólo cuidar de él, sino enseñarle a cuidar de sí mismo para que pueda cuidar de los demás. Esto implica un ejercicio docente capaz de detenerse en cada alumno para lograr un descentramiento de sus prácticas egocéntricas y, así, estar dispuesto a ponerse al servicio de sí mismo (de su proyecto de vida y no de su capricho) y de los demás. Todo esto en el entendido de que un individuo no tiene existencia sin su colectivo.
Inspiramos nuestros trabajos en un concepto central: la noción de epilemeia heautou o cuidado de sí mismo, que significa la capacidad ética y política que debe alcanzar cada individuo para ocuparse de sí mismo, como un principio básico para ser consigo mismo y ser con los demás. Vivir el cuidado de sí (que es siempre cuidado de los otros también) es un modo de enfrentarse a la vida, y un modo de comportamiento y de estar con los otros. Es un modo de vivir el mundo. El cuidado de sí implica una atenta vigilancia y plena conciencia de lo que pensamos, decimos, hacemos hacia nosotros y hacia los otros. La epilemeia tiene su complemento en un enunciado a partir del cual podemos acceder al otro: “No quieras para otros lo que no quieres para ti mismo”.
Por eso, pensamos que para alcanzar el cuidado de sí es preciso trabajar sobre el autoconocimiento, la autorregulación, el diálogo, la conciencia y el juicio moral. El cuidado de sí (que es también cuidado del mundo que nos rodea) es un acto de transformación subjetiva. No se aprende, no se enseña, es resultado de un proceso de formación (no de instrucción) orientado a la apropiación subjetiva del sí mismo con los otros.
Así, no existe preocupación por uno mismo sin la presencia de un maestro. Ylo que define la posición del maestro es aquello de lo que se ocupa: el alumno y el cuidado que éste debe tener sobre sí mismo para hacerse cargo de sí. El maestro, al armar de forma desinteresada al joven discípulo, es el principio y el modelo del cuidado de sí mismo que el joven debe alcanzar en tanto sujeto capaz de realizarse en un proyecto de vida.
El cuidado de sí mismo se traduce en nuestra escuela en el cuidado que las maestras y los maestros debemos tener de las cosas que los niños hacen (lo que comen, lo que juegan, lo que dicen, lo que aprenden) por eso debemos inculcar en el niño el cuidado de su cuerpo y del cuerpo de los demás. Debemos trabajar con orden y cuidando las cosas y el espacio de trabajo, estableciendo límites y señalando el porquéde lo que hacemos. Debemos cuidar las relaciones entre los niños, vigilar que tengan una buena preparación académica que garantice que cuando salgan de la escuela posean los elementos suficientes para tener éxito en los siguientes niveles y sepan cuidar de sí.
Por otra parte, el cuidado de sí mismo también se refiere al cuidado en la actividad social, es decir, en la relación con los demás. Yesto incluye el cuidado de sí mismo en las relaciones afectivas. Sintetizamos el cuidado de sí mismo en tres ámbitos: el ámbito corporal, el ámbito social y ecológico, y la relación de amor.
El cuidado de sí mismo, lo hemos dicho, implica autoconocimiento. Por eso en la escuela creemos que una forma de llevar al niño a conocerse a sí mismo, a saber de sí, es la escritura. Através del acto de escribir, los niños expresan lo que piensan, lo que sienten, lo que sueñan, lo que les gusta o les disgusta. Llevados por la escritura, ven ante sí un espejo, pues la escritura es su espejo interior, y esto los conduce a dar cuenta de sí mismos. Yes el docente quien los introduce en ese acto de escritura y los hace detenerse en los tres tipos de ejercicio que nos planteamos como indispensables para la formación:
Foto:Archivo.
a) El ejercicio de la puesta en práctica de guías de valor, como las biografías de grandes hombres y mujeres, el reconocimiento de nuestra riqueza cultural y nuestras tradiciones, el cómo y el porqué del desarrollo de las instituciones, y el apego a la legalidad. b) El ejercicio de comportamientos basados en principios y valores, y explicitados como bienes de la comunidad escolar. c) El ejercicio de “ponerse al descubierto” (en este caso, a través de la escritura y la participación en tareas comunes y actividades con los demás).
Ésta es la mediación del maestro en cuanto a la formación del sujeto. Por eso, la intervención del maestro es necesaria y obligatoria, pues es él quien le enseña a escribir al alumno y a darse cuenta de quién es, de cuáles son sus valores, sus creencias, sus costumbres, y qué piensa de sí mismo y de quienes lo rodean. Es el maestro, también, quien lo introduce en una práctica social capaz de construir formas de vida con bienestar, justicia y paz.
Los valores que orientan esta práctica, es decir, los valores que debe tener cada individuo para ser capaz de ser él mismo e incorporarse a la vida social se integran en nuestra actividad escolar como una forma de vida y no como una enseñanza teórica. En nuestra escuela los valores se viven, se practican, son parte de las formas de relación en la escuela.
No es entonces pequeño el papel que le corresponde desempeñar al maestro. Desde este punto de vista, su función no es sólo la instrucción sino la formación, pues el maestro forma, pone estructura, construye el espacio escolar en donde se enseña al sujeto a vivir consigo mismo y con los demás. El maestro es un intermediario cultural, su función es trasladar al sujeto de un “lugar de no saber” a un “lugar de saberes”, no sólo de conocimientos académicos, sino, y fundamentalmente, de saberes sociales y formas de relación y de estar consigo mismo. Es decir, se trata de desarrollar saberes acerca de “lo humano”.
Por eso, en nuestra escuela es importante que los maestros revaloricen su función, ya que son ellos, con sus saberes, quienes van a conducir al niño al cuidado de sí mismo, al cuidado de su relación con los otros y al cuidado de su mundo.
El maestro es un traductor, pues intenta explicar el mundo a los niños para que puedan vivir en él. El maestro es un acompañante, pues va junto al niño en su viaje de creación de nuevos sentidos. El maestro es un ser colocado en medio de otro ser –incipiente, naciente– y la cultura. El maestro es un agente de cambio,
pues transforma, cambia al otro para hacerlo capaz de vivir en un mundo que está por venir, un mundo que él tendrá que crear.
Por esta razón, insistimos, es importante que la formación en la escuela esté inspirada en valores que le permitan al niño integrarse al mundo de manera libre y con responsabilidad hacia sí mismo y hacia su relación con los demás. Estos valores son útiles para vivir en sociedad y son los puntales para la formación de los nuevos ciudadanos. Son valores útiles para la cosa pública, para res publica. Ypor eso, también se dirigen a la revalorización y conservación de los bienes y las herencias de la cosa pública, es decir, la cosa que es de todos y de cada uno de nosotros.
Como vemos, en esta última idea se sintetiza el cuidado de sí mismo, el cuidado de los otros y el cuidado de nuestra herencia común (natural y cultural). Hay, pues, que aportar, ofrecer y enseñar en la escuela las condiciones de vida que permitan el bienestar individual y comunitario; condiciones que se generan a través de la práctica de principios y valores que pueden ser compartidos por todos los miembros de la comunidad escolar.
Entendemos un valor como un bien cultural, es lo que es valioso (lo que tiene valor) para una comunidad y para sus individuos, pues es útil para su conservación y el mejoramiento de sus formas de organización social. Los valores no son cosas concretas, son horizontes que deseamos alcanzar a través de nuestro desarrollo moral. Tampoco son eternos, cambian en función de las condiciones históricas y el progreso moral de las sociedades. Sin embargo, en la medida en que los valores se mantienen útiles para distintas sociedades en distintos momentos históricos van transformándose en aspiraciones comunes de la humanidad. Es el caso de valores como la libertad, la justicia, la igualdad, la equidad, la tolerancia, la solidaridad, el respeto, la austeridad, la responsabilidad y el diálogo a los que podemos llamar valores universales.
Los valores se realizan, se encarnan, en nuestros actos y en nuestras producciones de manera voluntaria y consciente (es decir, libremente), y orientan nuestra conducta individual y colectiva, pues de ellos, como aspiraciones universales de vida, derivamos normas y reglas para la convivencia social.
Estos principios y valores son no sólo útiles sino indispensables para la vida ciudadana democrática. Ylos entendemos como a continuación se describe.
Foto:Archivo.
Principios para convivencia en la paz PRINCIPIOSPARACONVIVENCIAENLAPAZ
A) LATOLERANCIA
La tolerancia es una forma de relación necesaria y deseable entre los seres humanos que se basa en reconocer y respetar sus diferencias. La tolerancia es un trato respetuoso hacia las distintas ideas, gustos, preferencias, actos o formas de vida. Por eso, podemos hablar de tolerancia política, religiosa, étnica, cultural, sexual, familiar, etcétera.
La tolerancia se basa en dos ideas:
1.Existen diferencias entre los seres humanos respecto a sus maneras de ser, pensar, amar, creer o vivir. 2.Es necesario defender el derecho a que esas diferencias sean reconocidas y puedan expresarse.
Por eso, la práctica de la tolerancia se basa en el respeto a la identidad e individualidad, y evita la imposición por la fuerza de una identidad sobre otra. Una actitud tolerante entre los seres humanos puede ayudar a que, en lugar de utilizar la fuerza o la persecución de los diferentes, se logre la comprensión –aun manteniendo las diferencias– a partir de las razones y el diálogo.
La tolerancia sólo puede darse entre hombres y mujeres que se reconocen entre sí como igualmente libres. Tolerar no es soportar ni aguantar: es respetar a los otros en su individualidad y diferencia.
B) LACOOPERACIÓN Cooperar es la forma más pura de relación social. Es unir nuestra acción a la acción de otros para alcanzar un fin común. Cooperamos cuando participamos, ayudamos, colaboramos, contribuimos, compartimos, nos asociamos con otros para alcanzar un proyecto común, es decir, cuando vivimos en sociedad. Pues no existe posibilidad ninguna de organización social sin la cooperación.
La cooperación se basa en tres ideas principales:
1. El ser humano es un ser social.
El hombre es un ser social pues sólo en sociedad, estando con otros, es capaz de sobrevivir. Todas nuestras relaciones: familiares, de amistad, de trabajo y afectivas, así como el sentimiento de pertenencia a un grupo, una comunidad, o una nación son expresiones de esta naturaleza social.
Por eso, todas las normas, los principios y valores que regulan nuestras acciones apuntan siempre a organizar alguna relación con los demás. Las relaciones humanas son útiles para facilitar el desarrollo y progreso material y moral del ser humano cuando se basan en el establecimiento de acuerdos y formas organizadas que regulen la participación individual en la vida social. En estos acuerdos y formas organizadas se señala la mutua dependencia en todos los ámbitos de nuestra vida.
2. El ser humano es un ser individual que vive en una comunidad.
Podemos relacionarnos como seres sociales porque tenemos una idea de nosotros mismos como individuos. Porque nos reconocemos como seres individuales con necesidades, capacidades, potencias y aspiraciones particulares que, reunidas, nos han permitido construir una sociedad organizada. La vida humana es tan rica y compleja en todas sus expresiones precisamente por la relación que existe entre lo individual y lo social.
Por esto, no existe nada en un individuo que se pueda considerar meramente individual, ya que lo individual y lo social, lo colectivo, son sólo formas diferentes de una misma cosa: la naturaleza humana.
Lo individual es la manera especial en que cada uno de nosotros vive su ser social y su relación con los demás. Juntarnos como individuos para alcanzar un bien común significa reunir nuestro ser social de manera organizada para aprovechar los bienes que unos y otros, con nuestra fuerza y capacidad, nuestro trabajo, podemos producir y multiplicar.
3. El ser humano puede alcanzar el bien común mediante el espíritu de servicio.
El espíritu de servicio es la disposición que pueden tener hombres y mujeres para, desinteresadamente, ayudar a otros hombres y mujeres a alcanzar el bienestar individual y colectivo. El espíritu de servicio es desinteresado en el sentido de que no busca un bien individual sino social, y se expresa cuando los individuos entregan a su colectividad algo más que sus intereses personales.
El espíritu de servicio, la forma más alta de cooperación, funciona en todas las sociedades como una fuerte amalgama social.
C) LARECIPROCIDAD
La reciprocidad es una forma más de relación entre los seres humanos y es indispensable para la convivencia. Se define como la correspondencia que existe entre nuestros sentimientos y acciones, y los sentimientos y acciones de otros.
En la vida social la reciprocidad se expresa muy claramente en el llamado ciclo del intercambio de los dones que hace referencia a la forma en que los individuos o los grupos sociales establecen sus relaciones de intercambio de bienes materiales o espirituales a partir de tres acciones: dar, recibir y devolver.
Dar, recibir y devolver dan sentido y vida al bien común, pues nos hablan de un bien en movimiento, que pasa de “mano en mano” y que cuando se accede a él para usarlo, utilizarlo para nuestro bienestar, debemos devolverlo enriquecido, aumentado. La cooperación, por ejemplo, no se realizaría ni tendría ningún sentido sin este ciclo del dar, recibir y devolver, que nos da la posibilidad de volver a dar, para volver a recibir y estar entonces en posibilidad de, nuevamente, devolver.
Todas las relaciones sociales duraderas como la amistad, la vida familiar o la cooperación intelectual se basan en este maravilloso ciclo que nos obliga a estar siempre en amable deuda social, en deuda con los otros, pues siempre, durante toda nuestra vida, tendremos oportunidad de devolver a la sociedad los “bienes” recibidos durante nuestra educación.
Los deberes ciudadanos y las normas jurídicas se basan en la reciprocidad y en el reconocimiento de que todo derecho (todo recibir) implica un deber (un devolver).
D) LACONSIDERACIÓN
La consideración se define como el respeto irrestricto a los derechos de los otros. Es, en estricto sentido, el trato respetuoso y solidario hacia los demás. La consideración como forma de relación entre los individuos y entre los grupos (o incluso entre las naciones), es una norma de vida que se basa en la práctica del respeto hacia los otros, y en la exigencia moral de dar al prójimo el mismo trato que desearíamos para nosotros. La consideración parte del ejercicio de la empatía que nos permite “ponernos en el lugar de los demás, en sus zapatos”.
La consideración se expresa en todas nuestras relaciones con los otros, por ejemplo: • La cortesía en el trato social, como el simple acto de ceder el paso. • La discreción respecto a la vida de los otros, como expresión de respeto a su soberanía individual. • La consideración a las necesidades de aquellos que por su condición física, sexo o edad requieren espacios y condiciones especiales. • El cuidado de los bienes comunes o de uso compartido (naturales y culturales, tangibles e intangibles), que es considerar y respetar el derecho que tienen los demás a utilizarlos. • La práctica de la puntualidad como muestra de respeto al tiempo de los otros. • El cumplimiento puntual de todas nuestras obligaciones, hacer lo que dijimos que haríamos, como muestra de respeto hacia la confianza que los demás depositan en nosotros.
La consideración, en todas sus manifestaciones, es respeto hacia los otros; y nos señala, obligadamente, la responsabilidad que tenemos hacia ellos.
E) LARESPONSABILIDAD
La evolución moral de una sociedad se muestra en la aceptación libre, consciente y responsable que los individuos hacen de las normas que regulan la vida social. Por esto, una sociedad rica moralmente es aquella que produce individuos capaces de reconocer y cumplir de manera responsable sus compromisos hacia otros individuos y hacia la sociedad en su conjunto.
Somos responsables siempre que: • Actuamos libremente, es decir, cuando la causa de nuestros actos está en nosotros mismos y no somos obligados por presión o fuerza física a realizarlos ni se nos ha hecho pasar por encima de nuestra voluntad. • Actuamos conscientemente, es decir, cuando no ignoramos las circunstancias ni las consecuencias de los actos que realizamos. Sabemos lo que estamos haciendo, cuándo y dónde lo estamos haciendo y conocemos los efectos y resultados que nuestros actos pueden tener sobre nosotros mismos y sobre los demás.
Debemos considerar también que: • Somos responsables siempre que, sabiendo que nuestras acciones pueden afectarnos o afectar a otros negativamente, tengamos una posibilidad real para no realizarlas; es decir, siempre que tengamos una cierta libertad de acción. • Y, finalmente, siempre que podamos ejercer nuestra libertad para estar informados acerca de las consecuencias de nuestros actos; es decir, cuando podamos dar y darnos razones suficientes para realizar o no un acto.
VALORESPARALACONSTRUCCIÓNDEFORMAS DEVIDADEMOCRÁTICAS
Los principios de vida antes descritos se fortalecen cuando con ellos definimos los valores que hemos cimentado para la construcción de formas de vida democráticas. Estos valores son libertad, igualdad, equidad, justicia, respeto, tolerancia, solidaridad, responsabilidad y austeridad.
A) LIBERTAD Es un valor que hace referencia al individuo: es la facultad del hombre para elegir su propia línea de conducta de la que, por tanto, es responsable. Es la facultad de obrar o no obrar, el estado del hombre que no es esclavo. La elección de la línea de conducta no puede deberse a un capricho, ser arbitraria o dejarse al azar; detrás de cada elección debe haber un motivo, una causa en la que se funde la decisión de actuar de uno u otro modo.
De ahí que el ejercicio de la libertad siempre debe tener una causa, obedecer a un motivo, a una necesidad. Para los primeros hombres la necesidad fue dominar la naturaleza, no depender de ella. Los primeros cultivos de la tierra, la crianza de animales, el uso del agua y el aire, por dar algunos ejemplos, fueron las primeras formas en las que el hombre expresó su libertad de decisión, de acción y de transformación de su vida, fue entonces cuando dejó de ser esclavo de la naturaleza.
Así pues, la libertad es, como todos los valores, un bien construido que ha ido extendiéndose y aceptándose como valor universal para todos los hombres y mujeres en la medida en que las sociedades progresan material y moralmente. Pues, aunque se trate de un valor que se refiere a lo individual, puesto que los individuos no viven aislados, sino en sociedad, la libertad de los individuos se ha transformado en la medida en que se han transformado las sociedades.
La libertad se construye, se desarrolla, se vive, no es una cosa dada sino producida por el hombre, y no está al margen de la historia o del desarrollo de la sociedad. Al contrario, es un valor en movimiento hacia mejores formas para todos, formas en las que todos gocemos de las mismas oportunidades. Por eso, la libertad es un valor que está íntimamente relacionado con la igualdad.
B) IGUALDAD Se trata de un valor que es una aspiración compartida. Se basa en la idea de que es deseable el trato igualitario para todos los seres humanos. No implica hacerlos iguales, sino de que, reconociendo sus diferencias, puedan tener las mismas posibilidades y oportunidades económicas, sociales, políticas y jurídicas para su desarrollo.
Realizar esta aspiración es difícil si tomamos en cuenta las diferencias de condiciones de vida. Por eso, la igualdad no es realizable por sí misma, requiere integrarse a otros valores como la libertad, la solidaridad o la tolerancia, que permitan que en una condición de vida abierta y democrática puedan encontrarse los caminos para su realización.
En la construcción y el cuidado de la vida democrática la igualdad ha de expresarse en cuatro aspectos:
1. Derechos humanos.
Todos los hombres, cualquiera que sea su sexo, su edad, su condición de vida, su nacionalidad, deben tener derecho a la vida, a la libertad, a la seguridad, a la educación, al bienestar y a la felicidad.
2. Igualdad de todos ante la ley.
Todos los individuos son iguales ante la ley, es decir, tienen los mismos derechos y las mismas obligaciones. Es una aspiración de la vida democrática que estos derechos y obligaciones se realicen considerando y respetando las condiciones y particularidades de los ciudadanos, es decir, sus diferencias. No puede aplicarse la ley a todos de la misma manera cuando, por ejemplo, una nación está constituida por diversas comunidades o etnias que tienen distintas formas tradicionales de vida.
3. Igualdad de oportunidades.
Todos los individuos deben tener las mismas oportunidades de desarrollo y crecimiento personal. Es una condición de las sociedades democráticas que esta igualdad de oportunidades se resuelva nivelando las condiciones de vida de los individuos; así, las sociedades justas ofrecerán más a quien más lo necesita.
4. Satisfacción de las necesidades básicas.
Este principio no ha de referirse sólo a las necesidades de alimentación, vivienda o salud, sino a otras necesidades, que también son básicas, como gozar de la cultura, la recreación, la necesidad de estar con los otros productivamente; es decir, es una necesidad básica que todos tengamos la posibilidad de vivir bien, con dignidad y goce. Una sociedad rica moralmente, rica en valores, es una sociedad en la que todos sus hombres y mujeres tienen la oportunidad de querer, de necesitar hacer muchas cosas, disfrutar de los bienes culturales, tener oportunidades de desarrollo, participar de distintas maneras, conocer distintas ideas,establecer distintas relaciones y tener sueños, pues, si hay oportunidad, algunos podrán cumplirse.
Para que la igualdad se realice, siempre deben tomarse en cuenta las condiciones de existencia de los individuos, pues nunca debe olvidarse que: trato igual a desiguales es un trato desigual. Lo que nos lleva a considerar la equidad.
C) EQUIDAD La ley escrita está escrita para todos, y su aplicación debe ser universal (a esto aspira la igualdad). Sin embargo, debe recordarse que cada caso es diferente por lo que, más que aplicarse ciegamente la igualdad habrá de considerar las diferencias. La equidad se definirá, entonces, como la aspiración a dar a cada uno lo que le corresponda por sus merecimientos, condiciones o necesidades, o como participante en lo que les pertenece a todos o a muchos. En su preocupación por el trato igual a los hombres, la equidad está íntimamente relacionada con la justicia.
D) JUSTICIA Justicia quiere decir el tratamiento de los iguales. La justicia debe basarse en la igualdad, pues justicia es tratar a los hombres iguales, en circunstancias iguales, de modo igual.
Entendemos la justicia como la perpetua voluntad de dar a cada cual lo suyo, a cada quien lo que corresponde. Yes aquí donde la justicia puede ayudarse de la equidad. La equidad sirve para que la justicia tome en cuenta las desigualdades antes de medir a todos igual.
E) RESPETO El respeto es un valor cívico de gran importancia. Hace posibles las relaciones entre las personas y se expresa sólo mediante los actos, no existe respeto en abstracto sin actos. Respetar es una acción.
Respetar consiste en dar a los demás un trato que esté basado en: • La consideración de su derecho a la libertad, igualdad, equidad y justicia. • La preservación irrestricta a su dignidad humana, su derecho a la diferencia, a la diversidad; su derecho a la libertad de opinión y a la libre asociación. • Su derecho a tener un libre desarrollo como individuos y como parte del cuerpo social.
En síntesis, respetar consiste en dar un trato a los demás que esté basado en la consideración a su derecho a tener una convivencia pacífica en un marco de seguridad. La convivencia pacífica y armónica sólo puede realizarse en un clima de respeto a las normas y las leyes, en un Estado de derecho en el que se respete lo que a cada quien corresponde dar y recibir, lo que merece cada quien. El respeto se expresa en la autoestima, la individualidad, la tolerancia, la reciprocidad y la responsabilidad.
El respeto abre la posibilidad a vivir en la diferencia, entre diferentes, es decir, a desarrollar una convivencia respetuosa y productiva en la diversidad y en la pluralidad. Sin respeto es imposible alcanzar y desarrollar una forma de vida democrática. No existe democracia sin respeto.
F) TOLERANCIA La tolerancia es el reconocimiento irrestricto del derecho a la diferencia. Es una relación entre iguales que se funda en el respeto a la individualidad, la identidad personal, la identidad cultural, la comprensión de la pluralidad y la diversidad.
La tolerancia sólo puede darse entre iguales pues exige que ninguna identidad aplaste a otra, y supone que todas las identidades y manifestaciones individuales y culturales tienen igual valor.
La tolerancia se funda en el respeto a la dignidad humana y en el reconocimiento de que no existe una sola verdad ni una sola manera de vivir, sino varias según el desarrollo histórico, cultural, moral y material de las distintas sociedades.
Tolerar es tener la capacidad de compartir nuestros mundos, nuestras culturas, nuestras diferencias. Tolerancia está íntimamente relacionada con la libertad, igualdad, equidad, justicia y respeto, pues no puede existir la tolerancia como un valor aislado. Requiere, para su expresión de un clima de seguridad y de respeto al estado de derecho y de apego a la legalidad. Sin la tolerancia es imposible la realización de la vida democrática.
G) SOLIDARIDAD La solidaridad es un valor que se realiza cuando nos unimos, nos agrupamos, nos volvemos algo sólido en relación a un asunto, un hecho, una persona. Ser solidarios es hacernos parte de los otros, formar juntos un todo.
La solidaridad es la relación que existe entre las personas que participan en una misma cosa, un mismo proyecto, una misma comunidad. Es un sentimiento de unión que proviene del reconocimiento de sabernos parte de un todo, del todo social. La solidaridad nos permite hacer nuestra la causa de otros y defenderla como causa común, esto es, como responsabilidad propia. Así, la solidaridad es una acción libre, consciente y voluntaria, es decir, responsable, por lo que es una relación entre hombres y mujeres libres que se reconocen iguales en sus aspiraciones y necesidades. La solidaridad es la expresión de nuestro sentimiento de pertenencia a la humanidad, de nuestra identidad como humanos.
En México la solidaridad se ha expresado a través de un espléndido derecho internacional: el derecho de asilo. Vivimos de manera solidaria, cuando haciendo causa común con los otros –aún geográficamente lejanos a nosotros–damos tierra, respeto y tolerancia a quienes son perseguidos o cuya su vida corre peligro por haber ejercido (o haberlo hecho sus padres o sus cónyuges) la libertad de acción o de expresión. Hombres y mujeres de todas las nacionalidades y culturas han podido encontrar en México la expresión concreta de la solidaridad.
La solidaridad sólo puede ocurrir, desde luego, en un Estado de derecho que sea capaz de garantizar la tolerancia, el respeto, la igualdad, la justicia y la libertad. Yse expresa, diariamente, en la cooperación, la reciprocidad y la responsabilidad compartida.
H) RESPONSABILIDAD El progreso moral de una sociedad se muestra en la aceptación libre, consciente y responsable que los individuos hacen de las normas que regulan la vida social. Una sociedad moralmente desarrollada es aquella en la que los individuos son capaces de reconocer y cumplir de manera responsable sus compromisos hacia otros individuos y hacia la sociedad en su conjunto.
Somos responsables cuando somos capaces de reconocer la necesidad de nuestra participación en la construcción de una sociedad mejor, más abierta, mejor informada, más saludable, es decir, cuando nos sabemos responsables, con los otros, del interés general.
La responsabilidad ciudadana es una expresión de nuestro compromiso con el bien común de nuestra naturaleza política y, por tanto, una expresión de nuestra naturaleza ética. Pues no es posible alcanzar el bien común sin la acción política orientada éticamente.
La responsabilidad, la plena conciencia de nuestra obligación y compromiso con la sociedad es indispensable para la realización de la democracia, ya que ésta se basa en la participación responsable de los ciudadanos.
I) AUSTERIDAD La austeridad, que se encarna en el manejo honesto, cuidadoso y responsable de los bienes públicos (bienes que son de todos), es un valor indispensable en toda vida democrática. El espíritu de todo aquel que sirve a los otros, a las cosas públicas como funcionario, servidor público o simple ciudadano debe apartarse de todo aquello que sea superfluo o abusivo, pues en todos
los casos se producirá un gasto innecesario que dilapidará los bienes públicos, es decir, los bienes de todos.
La riqueza de la cosa pública se logra no sólo mediante la participación y el trabajo de los ciudadanos, sino también, y de manera muy importante, mediante una administración escrupulosa, honrada, realista y plenamente convencida de que los bienes que administra deberá cuidarlos y engrandecerlos para entregarlos a las siguientes generaciones. De ahí que toda administración pública deba estar orientada no sólo por la equidad, la justicia y la solidaridad, sino también por la austeridad y la honradez.
Tomar de los bienes naturales, culturales, morales, espirituales y materiales sólo aquello que necesitamos, y siempre con la intención de acrecentarlos y enriquecerlos es una norma que, derivada de la austeridad puede servir como principio para el cuidado del bien común, del bien público y conduce siempre a la abundancia.
En una democracia todos somos responsables del cuidado del bien público (bien natural, cultural o social) y esta responsabilidad se expresa a través de nuestra participación como ciudadanos.
El correcto manejo de los bienes públicos es cosa que nos atañe a todos, todos tenemos responsabilidad en él. Por ello se requiere la participación responsable de todoslos ciudadanos para su cuidado y preservación. En esta participación se basa la vida democrática.
El diálogo ELDIÁLOGO
Por último, queremos resaltar la importancia de un valor orientador e instrumental que hace posible que todos los anteriores se realicen: el diálogo. La fuerza del diálogo como instrumento de comprensión y creación de sentidos compartidos representa para nosotros tanto una herramienta como un principio para el entendimiento y la solución pacífica de conflictos y un valor indispensable para la democracia.