problemas SIN NÚMERO
Retos con círculos Y CUADRADOS Claudia Hernández García*
Algunos objetos matemáticos están dotados de una belleza patente a ojos de cualquiera. Dos ejemplos de ello son los polígonos regulares y los poliedros, dos figuras geométricas a las que solo el círculo y la esfera superan en perfección. Luego está el teorema de Pitágoras, un pilar de los mundos de los ángulos rectos que construimos nosotros mismos, y quizá las secciones cónicas que describen las órbitas de los cuerpos celestes. En general, las personas solo logran apreciar los aspectos elementales de la belleza matemática, mientras que el resto de los elementos solo resulta evidente para los matemáticos que estudian y crean las demostraciones intricadamente elaboradas […] Como matemático, declaro que he demostrado la verdad de un teorema escribiendo al final de la demostración correspondiente las tres letras QED, una abreviatura de la locución latina quod erat demostrandum, que podría traducirse como “lo que se quería demostrar”. Por una parte, “QED” es sinónimo de la verdad y la belleza de las matemáticas y, por otra, representa la parte aparentemente inaccesible de esta antigua ciencia. BURKARD POLSTER
Tomado de Burkard Polster (2014). “QED, la maravilla de las demostraciones matemáticas”. En Sciencia: Matemáticas, Física, Química, Biología y Astronomía, John Martineau (ed.), p. 7. Madrid: Editorial Librero. Burkard Polster es profesor asociado en la Escuela de Ciencias Matemáticas de la Universidad Monash en Australia. Como complemento a su labor docente, Polster también se dedica a dar charlas de divulgación sobre la relación de las matemáticas con la magia, los malabares, el origami, las burbujas y los nudos de las agujetas.
* Técnica académica de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM.
CORREO del MAESTRO
núm. 231 agosto 2015
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