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DEL AULA
Batallas históricas TENOCHTITLAN: EL FIN DE UNA CIVILIZACIÓN Andrés Ortiz Garay* www.wdl.org
Durante casi quinientos años, estudiosos, eruditos e investigadores han tratado de explicar, desde diversos y contradictorios puntos de vista, cómo fue posible que el pequeño ejército español liderado por Cortés lograra asestar los demoledores golpes que derrumbaron al Imperio azteca. En este artículo, el autor revisa los aspectos militares que han formado parte de tales explicaciones.
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i bien los españoles del siglo XVI, desde Hernán Cortés1 y Bernal Díaz del Castillo2 hasta Gonzalo Fernández de Oviedo,3 Francisco López de Gómara4 y otros, atribuyeron sus hazañas a la voluntad de Dios (desde luego el dios de los cristianos) y a una supuesta supe-
* Antropólogo que ha laborado en el Instituto Nacional de Antropología e Historia, el Instituto Nacional Indigenista y el Instituto Nacional de Ecología; actualmente trabaja con Acción Cultural Madre Tierra, A. C. Para Correo del Maestro escribió la serie El fluir de la historia. 1 Las llamadas Cartas de relación, escritas por Cortés y dirigidas al emperador Carlos V, se han publicado innumerables veces desde 1522. En la segunda y la tercera de esas cartas, Cortés refiere las principales batallas de la Conquista. 2 Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, relato finalizado por su autor en 1575, pero cuya primera edición es de 1632. 3 Historia general y natural de las Indias, islas y tierra firme del mar océano, cuya primera parte se imprimió por primera vez en 1535, pero que sólo se editó completa entre 1851 y 1855. 4 Historia general de Indias e Historia de la conquista de México (primera publicación en 1552).
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rioridad española en virtud, inteligencia y valentía, las verdaderas razones de su triunfo deben buscarse más bien en una serie de factores que involucran: el papel jugado por sus aliados indígenas; las consecuencias de los brotes epidémicos que afectaron a la población nativa; las divergencias culturales provocantes de cálculos estratégicos y tácticos muy diferentes en los dos bandos enfrentados; la existencia de un “aparato de inteligencia” que posibilitó a Cortés contar con información vital; y –cuestión sobresaliente para nuestro tema– un crucial antagonismo en las tradiciones militares de españoles y aztecas.5
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En este escrito alternaré libremente el uso de los apelativos españoles/castellanos y aztecas/mexicas; también usaré el término “la Conquista” o “la Conquista de México” para hacer referencia al proceso de la invasión militar del Imperio azteca y su capital, Tenochtitlan, aunque sabemos que eso sólo era una parte del actual México (y que la conquista de todo el actual territorio nacional tomó mucho más tiempo y revistió diversas características).
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núm. 260 enero 2018