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Ciencia [no] ficción
Por Alejandra Carmen
La ciencia ficción nació hace un siglo en los locos años veinte, como género literario, derivado de la literatura de ficción.
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De la ficción, ya habían emergido la moderna narrativa fantástica y el horror. Algunos autores estiman que el término es una mala traducción del inglés science fiction y que la forma correcta es <<ficción científica>>. El género se popularizó, o más bien se inventó, por el editor estadounidense Hugo Gernsback. Se trata es una ficción especulativa que relata acontecimientos desarrollados en un marco imaginario, cuya verosimilitud se fundamenta en los campos de las ciencias naturales y sociales.
La acción de estas historias gira en torno a un abanico de posibilidades que pueden o no ocurrir en el mismo momento y puede tener lugar en un tiempo pasado, presente o futuro, o, incluso, en tiempos alternativos ajenos a la realidad conocida, y tener por escenario espacios físicos —reales o imaginarios, terrestres o extraterrestres—. Los personajes son igualmente diversos: a partir del patrón natural humano, recorre y explota modelos antropomórficos hasta desembocar en la creación de entidades artificiales <<humanoides>>.
La ficción científica representa los anhelos y preocupaciones del ser humano: trascendencia y muerte, explorados y llevados hasta sus últimas consecuencias. Usualmente se desarrolla en espacios utópicos, es decir, la representación imaginativa de una sociedad futura con características favorecedoras y en pro del bienestar humano; o bien, las distopías, que ocurren en mundos apocalípticos o postapocalípticos en los que imperan los valores deshumanizadores, los gobiernos tiránicos, los desastres ambientales u otras características asociadas con un declive cataclísmico en las sociedades.
Fotograma del filme La amenaza de Andrómeda.
