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Calma e imaginación: Claves astrológicas ante el COVID-19

Entrevista con la Mtra. Yuriria Robles por Alfonso Miranda Marquéz

Yuriria Robles Aguayo contesta su teléfono. Generosa y cálida ha aceptado en cuarentena esta entrevista para La Domadora. Historiadora del arte, maestra en artes visuales, astróloga certificada. Piscis con ascendente en Sagitario, Yuriria creó el curso Frecuencias planetarias, estudiosa del mundo clásico, de los mayas, también es conferenciante, consultora y actualmente integra las Relaciones Públicas de la Lotería Nacional de México. A decir de ella misma, ama el cielo y su ordenamiento.

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AMM: El ser humano, desde el inicio de las grandes civilizaciones se entendió como parte del cosmos. Observó y estudió con atención el firmamento, su relación con la naturaleza, los ciclos agrícolas... La astrología fue y es una clave interpretativa de la realidad. ¿Qué es astrología?

YRA: Es la lectura del campo electromagnético, el campo energético que forma la Tierra con el Universo y sus efectos. Formula un lenguaje que permite leer ese campo. La astrología lee los ciclos de los planetas; no lee un instante, sino que se lee una línea del tiempo, un tejido…

AMM: ¿En qué momento la astrología se invistió de “fantasía” y se le “condenó”?

YRA: La astrología perdió su estatus con la Ilustración. En ese movimiento social del siglo XVIII, el ser humano pensó que con su razón lo podía todo; consideraba que través del pensamiento crítico podía lidiar con la realidad. Así, el lenguaje que más sufrió fue la astrología. Perdió credibilidad por no poder explicar a nivel científico sus efectos, tal como hoy la ciencia lo permite.

AMM: Vivimos un cambio de tiempos. El o los paradigmas del pasado se han agotado. Astrológicamente, ¿dónde y cómo esta la Tierra con relación al resto de los astros, planetas, satélites?

YRA: Es un cambio de paradigma pero de ninguna manera es un final de los tiempos. No es un “final final”. Es el ocaso de un ciclo que se percibe como exterminio, debido a la reunión entre Saturno y Plutón. La conjunción de estos planetas se da entre cada 31 y 38 años, debido a la órbita extensa de Plutón. Es un ciclo corto dentro de uno largo, de 245 años, que siempre comienza en el signo de Aries. Para que se cumpla el término y las civilizaciones cambien radicalmente y se pueda pulsar un final, faltan dos ciclos de 31 o 38 años, respectivamente.

Almanaque de magia de Isfahan, Irán, c 1920

AMM: Llegamos a una cita inédita para el orbe. La intercomunicación no solo nos estrecha, hoy también nos aisla. ¿Cómo lo pulsa una región que generalmente no se incluye en las lecturas occidentales como lo es África?

YRA: Ninguno de los eclipses de 2020 cae en África. Sin duda, el continente ha vivido pandemias brutales como la malaria o el ébola, siempre de manera muy focalizada. Sin el flujo tan intenso entre Oriente y Occidente, África se ha protegido.

AMM: Cuando se recupere la vida pública asistiremos a una transformación de un mundo que no será igual al que experimentamos antes del aislamiento, ¿cómo enfrentarlo?

YRA: Venus –que rige la socialización y el comercio–, entró a Géminis el sábado 4 de abril. Generalmente permanece seis semanas, pero cada 18 meses permanece durante seis meses en el signo. Habrá una retrogradación de Venus. Al abrirse la movilidad, la gente va salir. Se va a sentir obligada a relacionarse y ahí se va a revalorar el contacto. Idealmente, tras la meditación, tras tener claridad sobre lo que nos da seguridad y lo que no, todo se va a poner en balance y perspectiva. Cuestionaremos en qué tipo de relaciones estamos. Así que las relaciones van a cambiar, las interpersonales, las sociales y las económicas. Venus trae consigo tentaciones. Querer aprovechar una situación, exprimirla, pues el futuro es incierto y eso puede exacerbar la experiencia.

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