Ansiedad por comer durante la cuarentena Por: Psict. Marisol Santillán, Psicoterapeuta Gestalt
¿Estoy subiendo de peso?, ¿necesito volver a la dieta y al ejercicio?, ¿por qué no puedo parar de comer? Lo primero que puede ayudar a comprender lo que estamos viviendo es que no hay una forma correcta para estar ahora, no hay un sentir adecuado para enfrentar algo que nunca imaginamos. No hay una forma apropiada para responder ante lo desconocido. Algunas personas duermen un poco más que antes de la cuarentena o quizá están trabajando mucho más de lo habitual, otros están viviendo como si estuvieran de vacaciones y para muchos de nosotros, los que somos comedores emocionales y los que aparentemente nunca han tenido un problema en la relación con la comida, en estos momentos de guardarnos la sensación de encierro y la pérdida de control puede generar Hambre Emocional: ganas de comer para brindarnos un falso alivio o consuelo. Llevarnos comida a la boca es una forma cultural de darnos amor, pero también es un gran distractor, es una manera de no vernos, de no sentirnos y el malestar que en realidad requiere ser atendido para estar tranquilos se va posponiendo, acumulándose y más tarde puede generar otros sentimientos que nos harán sentir aún peor como culpa, sensación de subir de peso, ganas de hacer dieta, rechazo, ansiedad, etc. De pronto la impaciencia nos supera, queremos recuperar la normalidad y la comodidad de la vida que teníamos antes de que llegara el miedo y una forma de regresar a tener el control es a través de manipular, a ratos, lo que sí depende de nosotros la comida y la promesa de bajar o mantener el peso. Esto se puede volver un círculo vicioso entre lo que siento, lo que no quiero sentir y la forma de comer, en consecuencia, más ansiedad. En estos momentos no necesitamos sentirnos mal con nosotros mismos, ya que eso baja el sistema inmunológico y el cuerpo puede enfermar, primero por indigestión y luego por estrés. Necesitamos crear hábitos distintos a los que veníamos haciendo porque
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lo que estamos viviendo es diferente, nuevos horarios, nuevas recetas y actividades que nos generen sensaciones placenteras, que nos hagan sentir bien con nosotros mismos, que nos saquen una carcajada, que nos apoyen a cruzar este momento de crisis con mayor bienestar y menos hambre emocional. Aceptar que a ratos nos sentimos vulnerables o desesperados, no nos hace daño, lo que realmente nos lastima es todo aquello que hacemos para no sentir. Por el contrario, cuando tocamos estos sentimientos abrimos la puerta para también sentir momentos de alegría, de placer o gratitud. Quitemos la atención de los reproches hacia el cuerpo y la comida, iniciando una rutina que genere un círculo de bienestar: •Respeta tus horarios habituales de sueño, de comidas y de trabajo. •Come para sentirte bien y mantenerte saludable, que no cause malestar emocional o físico. •Mueve tu cuerpo con baile, meditación en movimiento, estiramientos, etc. •Toma suficiente agua natural o mineral o infusiones sin azúcar. •Expresa lo que sientes hablando, escribiendo, dibujando, cantando, etc. •Pide lo que necesitas. No tienes que hacerlo sola/o, aunque estés a solas. Encuentra actividades que complementen el día de una forma entretenida, divertida, para aprender algo nuevo, en familia, ¡busca sentirte bien! Y no llenes tus ratos libres comiendo sin hambre estomacal. Respeta tus sensaciones de hambre y saciedad. Si emocionalmente necesitas ayuda, la psicoterapia es una gran herramienta.
Psict. Marisol Santillán www.marisolsantillan.com.mx