3 minute read

Vigencia de Sartre: Filosofía a puerta cerrada / Cony Sigüenza pág. 3 y

“Es común la discusión en el sentido de si la filosofía debe hacerse para ser leída sólo por filósofos”

4

Advertisement

Continúa, refiriéndose a los personajes de la obra: «(…) estas personas no son como nosotros. Las tres personas en A puerta cerrada no se nos parecen porque nosotros estamos vivos y ellos están muertos. Desde luego, aquí “muerto” significa algo. Lo que yo quise indicar es que mucha gente está anquilosada en una serie de hábitos, de costumbres, que cargan con juicios que los hacen sufrir, pero ni siquiera intentan cambiar y que esas personas están como muertas, en el sentido de que no pueden romper el esquema de sus inquietudes, de sus preocupaciones y de sus costumbres y que, con frecuencia, es así como continúan siendo víctimas de los juicios que les han cargado a la espalda. »A partir de esto, es bien evidente que son cobardes o malvados. Por ejemplo, si han comenzado a ser cobardes, no hay nada que logre cambiar que fueron cobardes. Por eso están muertos, por eso. Es una manera de decir que se es un “muerto viviente” cuando se está rodeado por la inquietud perpetua de los juicios y acciones que no quiere uno cambiar. »De suerte que, en realidad, como estamos vivos, quise mostrar por medio del absurdo, la importancia, en nosotros, de la libertad. Es decir, la importancia de cambiar unos actos por otros. Sin importar en qué círculo del infierno vivamos, pienso que somos libres de romper ese círculo. Y si la gente no lo rompe, se queda allí libremente, de suerte que, entra libremente en el infierno. »Vean, entonces, que “relación con los otros”, “anquilosamiento” y “libertad” —libertad como la otra cara apenas sugerida— son los tres temas de la pieza. Quisiera que se acordaran de esto cuando escuchen decir “el infierno son los otros”».

Entonces, A puerta cerrada está en este momento en el teatro y las revistas que reseñan las obras teatrales hablan de ella de manera positiva, y es que —pesar de la edad de la pieza— Sartre sigue siendo fuerte en el mundo intelectual. Anthony Palou de Le Figaro dice que la pieza está un poco oxidada, pasada de moda, que es excéntrica, pero que no importa y que la verá cada vez que tenga oportunidad. Les Echos, comenta que “gracias a sus poderosas palabras sobre la responsabilidad individual, su construcción directa y sus réplicas dinámicas, resiste al tiempo”. “Responsabilidad individual” es algo que comprendo, a pesar de no ser experta filósofa.

En Telerama, que es una revista cultural de Le Monde, la periodista pregunta a la actriz que hace el papel de Inés, Marianne Basler: “¿Por qué poner en escena un texto de Sartre hoy?”. La primera parte de la respuesta no me sorprende: “Cuando comencé a actuar a principio de los años 80, Sartre no me hacía ilusión. Pertenecía a otro mundo”. Pero luego expone por qué ella piensa que una pieza de teatro puede seguir siendo de actualidad 80 años luego de haber sido escrita. Nos dice que “fue creada en 1944, cuando el mundo contaba sus muertos” —los de la Segunda Guerra Mundial— y que, con la pandemia “hace ya dos años que nosotros también contamos nuestros muertos. Además, la intención de Sartre sigue siendo pertinente: no estamos determinados por nuestros orígenes, sino por lo que hacemos de nuestras vidas”. O eso quisiéramos creer, diría yo acerca de esta última frase. Pero estoy con ella cuando dice, con otras palabras, que la filosofía puede ayudarnos a afrontar la muerte como parte de la vida.

Es común la discusión en el sentido de si la filosofía debe hacerse para ser leída sólo por filósofos, hecha de tal manera que sólo pueda ser entendida por filósofos especialistas, “para técnicos y filósofos”, como refirió Sartre; o sólo para generar conceptos, a decir de Deleuze. Así como hay divulgadores de ciencia que explican a los legos los descubrimientos científicos con términos entendibles, hay gente como Michel Onfray que hacen la filosofía accesible. Y me identifico con él cuando dice que, si la filosofía sólo es para especialistas o para impresionar, no sirve de mucho: la filosofía debe ser para ayudarnos a buscar una vida mejor, lo que él llama “una vida filosófica”.

siguenza2@yahoo.com *Corresponsal de Palabra en Francia y traductora de Michel Onfray al castellano

This article is from: