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El mejor Final, el Postre
EL MEJOR FINAL, EL POSTRE
Juntos o por separado, el queso, la miel y las almendras proponen excelentes ratos al paladar. A la hora del postre, los pasteles y dulces locales son la conclusión perfecta. De todo esto hay también en Almería.
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Pocos placeres hay sobre esta tierra tan naturales como los quesos de cabra, las almendras y la miel de Almería. Dios ha premiado la bonhomía de sus gentes con este regalo que pródigamente encontramos. Y es que el almeriense disfruta de la vida y con ella, de placeres como los pasteles que encandilan al de aquí y al recién llegado.
Quesos blancos de cabra
En Almería, hasta mediados de 1950, el queso consumido era fundamentalmente un queso de cabra blanco de producción reducida. Ya en los ochenta, cerca de Los Filabres, varias empresas creaban quesos similares, agregando a la fórmula original leche de vaca y una mayor exigencia de cara a la seguridad alimentaria. En el año 2000, una pequeña e industriosa cooperativa empezó a criar cabras y a producir con su leche un queso puro de cabra que quita el sentido, “El Cañao”. Así hasta conseguir importantes premios que reconocen el buen hacer.
Recientemente han abierto sus puertas varias queserías que elaboran quesos frescos, curados y semicurados de cabra realmente imprescindibles como, por ejemplo, el curado de leche cruda de Medal. En El Ejido está radicada Ejinor, con cabaña propia. Su amplia variedad es objeto del favor de los compradores de las zonas gourmet de las grandes superficies. En Roquetas espera la quesería El Pericho con sus requesones y quesos de cabra y en Taberno, La Pastora, una de las más recientes queserías de la zona. Esta relación estaría incompleta sin mencionar uno de los quesos más interesantes actualmente, Seronés, que ya ha ganado varios premios internacionales.
Almendras y miel
La provincia lleva a gala ser la primera productora de almendras de Andalucía. En los valles y vertientes de la Sierra de los Filabres y en Los Vélez se da una almendra de una calidad incontestable, la denominada marcona. Buena parte de la producción se exporta. Hay dos empresas destacables en Gérgal y Zurgena, que envasan la producción local y las exportan a países de la Unión Europea, como Alemania y Francia.
Almería también es una gran productora de miel, la mayor de la región. Hay numerosos apicultores y múltiples empresas envasadoras, la mayoría en los alredores de los Filabres y el desierto de Tabernas. El viajero avisado puede encontrar en Tíjola una firma, “Jíber”, con variedades como la de azahar y romero, de espliego y tomillo y de mil flores. En Sorbas, se puede adquirir la famosa miel del desierto, de sabores interesantes. No muy lejos, está en Lubrín el más reciente envasador que produce bajo la marca “Miel Sierra Filabres”. Y para finalizar en La Alpujarra, su tradición tiene en productos Peña de Berja un digno heredero.
La Goleta es la leche
Nada menos que 4.000 litros de leche salen diariamente de las instalaciones de Lácteos La Goleta. Sus 700 cabezas de ganado, tratadas a cuerpo de rey, son un factor clave para hacer de este producto una auténtica delicia. La pasteurización de esta leche mantiene sus propiedades garantizando la seguridad alimentaria del consumidor. Son 62 años al pie del cañón, por algo será…
El turrón de Olula
La ecuación es sencilla. Un buen turrón necesita para serlo de dos elementos: almendra y miel, con muy poco azúcar. En Olula de Castro han hecho del turrón de almendra todo un arte. Ubicado en la ladera sur de la Sierra de los Filabres produce un turrón codiciadísimo por su alto contenido en miel y esas almendras que le dan un sabor y color tan original. La pena es que no se encuentra con tanta facilidad como uno quisiera. Por eso, intermediarios aparte, lo mejor es acercarse hasta allí mismo, especialmente en la antesala de las navidades para no errar el tiro. Pensarán que en vez de llevarse esas tabletas de medio kilo se llevan a casa lingotes de oro. ¡Como para no pensarlo! EN OLULA DE CASTRO HAN HECHO DEL TURRÓN DE ALMENDRA TODO UN ARTE
Disfrute de golosos
Hay pasión por el merengue en Almería. Aquí se consigue que un pastel, cuyos ingredientes no aventuran una elaboración compleja, llegue a la perfección. Hablamos de claras de huevo, azúcar y gotas de limón. Con todo eso se da vida a los glaseados, las anamarías y los ratoncillos cubiertos de chocolate. Claro que para chocolate… el Chocoesparto solidario diseñado por la chef Yolanda García, un trampantojo que imita al esparto. ¿Qué más se puede decir si fue elegido mejor producto del mundo con aceite de oliva en la World Olive Oil Exhibition?
En Almería no faltan dulces tradicionales, que llevan como base la almendra. Son nombres que evocan placeres como los deditos de Jesús, alfajores, cordiales, rollos de Pascua, dulce del paraíso, pan de higo, talvinas o sopas de leche. Y es que gusta el dulce hecho para agradar a la parroquia de aficionados. Si estamos en la Alpujarra, por ejemplo, lo suyo sería probar en el Obrador de Santa Rosa sus roscos, buñuelos y soplillos. En Laujar, toca rendir visita Dulce Andarax y esos dulces tan típicos que tienen a bien ofrecer.
Para terminar ese rutero endulzado, que se actualiza con frecuencia, la despedida debe rendir pleitesía al Horno de Martín, que desde cien años surte a Vera de trotas reales, roscos, pasteles y unos demenciales panecillos de aceite. ¡Para perder las formas!