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Un tren llamado deseo. Por Pedro Miguel Ortega

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Puebla de Yeltes

Puebla de Yeltes

un tren llamado deseo

Pedro Miguel Ortega Martínez

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Revista Vía libre editada por Renfe. Distintos modelos de automotores modelos TAF y TER.

Creo haber utilizado este mismo titular, en periódicos de Salamanca y Ciudad Rodrigo, durante las décadas de aquellos años 70 u 80, cuando mi admirado Salvador Sánchez-Terán Hernández empezó a desarrollar su buen oficio de ingeniero en Renfe. Jovial treintañero fue nombrado director general de los ferrocarriles españoles, para luego continuar hacia otros cargos ministeriales de más alta responsabilidad. A lo largo de toda su carrera política, siempre tuvo presente a la tierra salmantina y muy en particular a su querida Ciudad Rodrigo.

Gracias a Salvador hubo tren directo de Madrid hasta Fuentes de Oñoro, durante esos años citados. Con motores a base de combustibles fósiles, se combinaron dos modelos relevantes en el parque ferroviario de entonces: TAF (Tren Automotor Fiat) y TER (Tren Español Rápido) Se desviaban por Ávila hacia Salamanca capital, mediante una vía única y tan siquiera sin electrificar. Hoy nuestra capital charra ya dispone del correspondiente tendido para recibir trenes eléctricos en sus andenes, pero a Ciudad Rodrigo camino de Portugal sigue hoy

una vía única y sin tendido de catenarias por donde recibir la fuerza motriz. En Vilar Formoso tienen desde hace años los carriles eléctricos funcionando en su compañía estatal: Comboios de Portugal. Empiezo esta crónica, con mi demostrado afecto, porque tengo a gala haber sido hijo de ferroviarios. Puente de san Giraldo, y tren a vapor camino de Ciudad Rodrigo. Familia modesta con mis padres, quienes teníamos derecho a viajar en 3ª clase, para tardar unas 12 horas desde Madrid. Salida de la estación del Norte, hasta Medina del Campo donde hacíamos trasbordo esperando un correo que venía de Irún; cambiaban de máquina eléctrica a otra de vapor, y se continuaba viaje hacia el campo charro parando en todas las estaciones o apeaderos, pues los empleados de Correos trabajaban durante la noche clasificando cartas en su coche, o los furgones de mercancías descargaban o cargaban éstas hasta el final del trayecto.

La llegada a Ciudad Rodrigo, en un tren tirado por tracción a vapor, después de haber cenado y desayunado durante el viaje -gracias al capacho de viandas que había preparado mi madre- era algo así como una fiesta a lo grande. Tan antigua estación estaba llena de familiares, unos para recibir a sus seres queridos, otros anónimos viajeros y viajantes que iban o venían a sus negocios en el comercio mirobrigense; mozos de Renfe trajinando las mercancías, y una pareja de la Guardia Civil que daría escolta al tren hasta su entrada en la vecina Lusitania por aquello del estraperlo.

Locomotora diésel-eléctrica serie 333 en tren correo. Estación de Ciudad Rodrigo. Agosto 1987.

Con el paso de los años la modernización del parque motor, para trenes de viajeros y mercancías, en el oeste español fue perdiendo este medio de transporte tan popular; respetuoso con el medio ambiente, siguió sin aumentar a dos vías los caminos de hierro y sin electrificar por supuesto.

Esta sensación, confirmando un retraso logístico que Estación de Ciudad Rodrigo. Tren correo esperando salir hacia Portugal. afectaba al antiguo Reino de León y a toda Extremadura, se venía temiendo desde final del siglo XIX y primeros años del pasado siglo XX. Así encuentro una revista con una cabecera titulada: los transportes férreos, Publicación Comercial de Ferrocarriles, editada en Madrid el 8 de noviembre de 1908, en cuya página 5.883 confirmaban la siguiente noticia:

“Ferrocarril Estratégico de Ciudad Rodrigo a Cañaveral. En Ciudad Rodrigo se ha firmado la escritura de constitución de la Sociedad Extremeña Castellana, cuyo objeto es la adquisición de un proyecto para la construcción del ferrocarril de Ciudad Rodrigo a Río Tajo (Cañaveral). Este ferrocarril es el estratégico, previsto en el plan, de Ciudad Rodrigo por Hoyos, Coria y Torrejoncillo a la estación del Río Tajo en el ferrocarril de Malpartida de Plasencia a Cáceres, y al que se le asigna una longitud aproximada de 182 kilómetros; longitud ya bastante respetable para que pueda admitirse, aun teniendo en cuenta la garantía de interés del 5 por 100, que esa línea se halle en camino de ser una efectividad, aun concediéndole un plazo bastante largo. No es ciertamente la nueva línea otra transversal directa desde la línea

Panorámica estación de Ciudad Rodrigo, desde la cabina de una locomotora. Agosto 1987.

general de Madrid a Valencia de Alcántara a las de Medina a la frontera, porque pasando por Hoyos se aproxima bastante a la frontera en detrimento de la condición directa. Pero de todos modos, teniendo en cuenta que actualmente dando la vuelta por Salamanca hay entre Ciudad Rodrigo y Cañaveral 287 kilómetros, es evidente que la diferencia o abreviación de 155 kilómetros aparece muy importante, siendo, por tanto, muy ocasionada a una alteración bien apreciable en la manera de ser o en las corrientes del tráfico afectado de aquella región”. El poco interés por doblar la vía entre Fuentes de Oñoro, Salamanca, y Ávila, aunque fuera sin electrificar, provocaba situaciones como les muestro en una panorámica de la estación mirobrigense: el Mapa ferrocarril de Ciudad Rodrigo a Río Tajo, Cáceres. convoy procedente de Portugal debía esperar la llegada del tren desde cuya locomotora se hizo esa foto. Esta situación, dependiendo del posible retraso entre uno y otro tren, provocaba el consiguiente atraso e hizo que el viajero de esos años se inclinara más por un vehículo de turismo propio o línea regular de autobuses.

En el Semanario Independiente Avante, fechado en Ciudad Rodrigo el 6 de agosto de 1910, encuentro en su portada los siguientes comentarios dedicados al Ferrocarril Extremeño-Castellano: “No hemos de encomiar las Ventajas de tal ferrocar, ni repetir los argumentos en su pró que ya se evidenciaron en la campaña que a tal fin emprendió la prensa local en los años 1903 a 1908, campaña que fue secundada por los diarios salmantinos y cacereños. Proponémonos tan solo despertar el interés público que de manera tan entusiasta se puso de manifiesto hace tres años, y que hoy olvidó por completo aquel anhelo de mejora en la creencia que se trata de una de tantas promesas políticas, siempre renovadas y jamás cumplidas”.

“Y sin embargo, la construcción del ferrocarril de Ciudad Rodrigo a Río Tajo es empresa sumamente fácil. Cualquier particular o entidad puede tomar la iniciativa para el estudio de estas líneas y hecho que sea esto y presentado a su aprobación, el Ministerio de Fomento abrirá inmediatamente concurso por término de 60 días para que puedan presentarse otros proyectos, sirviendo el aprobado de base para la subasta, que se anunciará, una vez hecha la confrontación sobre el terreno que se practicará a costa de los peticionarios y de haberse terminado una información pública por término de treinta días, con dos meses de anticipación, concediéndose en ella derecho de tanteo al dueño del proyecto y en su defecto a las Diputaciones provinciales y a los Ayuntamientos interesados, con la sola rebaja del 20 por 100 del interés garantizado al adjudicatario; preceptos solo modificados en lo que dice relación a los ferrocarriles estratégicos por el indispensable y previo informe de la Junta de defensa nacional”.

Mercancías y locomotora Vossloh Euro 4000 Ciudad Rodrigo Portugal. Foto: Alberto Viñas Hernández.

Después, el mismo Semanario Independiente Avante, del 25 de marzo de 1911, se quejaba en su titular con razón “Todos, menos nosotros”: “¿Qué hace, cual es el pensamiento de la Sociedad Extremeño-Castellana, encargada del estudio del ferrocarril secundario de Ciudad Rodrigo a Río Tajo? ¿Pretende decir que el expediente sigue en el ministerio, sin que todos sus esfuerzos sean bastantes a impulsar el proyecto en su penoso camino? Pues dígase en buena hora, hágase pública la resistencia de quien fuere, que por muy alta que esté la persona o centro culpable del retraso, sobran alientos a los extremeños y a los castellanos, para defender sus intereses y para sostener a la faz del país, las acusaciones que procedan y contra quien procedan”.

Locomotora Vossloh con vagones abiertos, saliendo de Ciudad Rodrigo. Foto: Alberto Viñas Hernández.

No obstante el retraso que sigue soportando el ferrocarril que comento a nuestros lectores, la circulación por esta vía única -según podemos ver en una magnifica foto con la fortaleza de Ciudad Rodrigo al fondo- no ha decaído como sería de suponer.

Otro recorte histórico que me encuentro, del diario ABC fechado el 18 de octubre de 1924, se relaciona este asunto con León y cuyo titular dice así: “Pidiendo un ferrocarril”: “Salamanca 17. En Ciudad Rodrigo, convocada por dicho Ayuntamiento, se ha celebrado magna

Varios trenes en Ciudad Rodrigo. Locomotoras patente alemana. Foto: Alberto Viñas Hernández.

Asamblea para tratar de los trabajos a realizar en pro de la construcción del ferrocarril Ciudad Rodrigo a Río Tajo. Asistieron los alcaldes de San Martín de Trevejo, Moraleja, Villamiel, Acebo, Hoyos, Coria y Torrejoncillo, de la provincia de Cáceres, y los de Martiago, Pastores, Encinas y Ciudad Rodrigo, de la provincia de Salamanca. El alcalde de Ciudad Rodrigo saludó a los asistentes al acto y dijo que es necesario que las provincias de Salamanca y Cáceres marchen de acuerdo en defensa del ferrocarril indicado, que serviría para fomentar la riqueza agrícola de ambas provincias. Hablaron la mayoría de los alcaldes que concurrieron, adhiriéndose a lo dicho por el de Ciudad Rodrigo. Se nombró una Comisión para ir a Madrid a gestionar el asunto. Después hubo banquete”.

Tres años más tarde sería el Semanario Independiente Tierra charra, fechado en Ciudad Rodrigo el 23 de octubre de 1927, quien consideraba como “Asuntos vitales” el tema histórico según vengo tratando con el amable lector. No en balde el cronista que firmaba bajo el seudónimo de Remember, valoraba mucho el interés demostrado por nuestros vecinos extremeños, mientras por esta otra parte que nos afecta intuía nuestro carácter de leoneses y castellanos, respecto a una idea generalizada y aún vigente hoy, en esa censurable apatía de: “Dejar que hagan”. Decía así:

“El ferrocarril del río Tajo”. “Tiene razón el ex-alcalde de Moraleja, señor Fernández Serrano, al suponer que su llamamiento pro-ferrocarril de Río Tajo no caería en el vacío por parte de los mirobrigenses. Como que es cuestión vitalísima para esta región el obtener

ese venero de energías, dormidas o muertas en la actualidad, por la carencia de vías de comunicación”.

“Es vieja y legítima aspiración de esta comarca. Trabajos políticos, estudios, conferencias, llamamientos de opinión, todo lo que fue posible se hizo y se intentó, sin que hasta la fecha sirviera de provecho. Hoy, sin embargo, halagadoras realidades vienen a dar por bien empleados los esfuerzos de antaño. Y consignemos, por ser de justicia, que una gran parte, acaso la mayor del éxito, se deba al entusiasmo y tenacidad de nuestros dignos vecinos de Extremadura, que no han descansado un momento, que no sintieron el pesimismo del desaliento en la consecución de unos anhelos que nos son comunes”.

“Los ferrocarriles secundarios hoy en explotación no responden a la intensificación del tráfico; son pequeñas arterias que embarazan la red general ferroviaria y más tarde o más temprano será preciso hacer los ensanches complementarios para ponerlos a tono de las necesidades modernas. Por eso, consideramos esencial este aspecto del trazado en el ferrocarril que nos ocupa”.

“La otra cuestión a que antes aludimos, no es menos importante. La comarca tiene que ayudar al Estado haciendo cuantos esfuerzos se consideren necesarios: facilitando expropiaciones, elementos de trabajo, materiales o ayuda económica. No se pierda de vista que muchos proyectos idénticos al nuestro, han abortado o duermen el sueño de los justos, por esa censurable apatía de los pueblos, por ese dejar que hagan, que mata todas las iniciativas y cansa a las voluntades mejor dispuestas”.

Como queda dicho en estas líneas precedentes,Tierra charra hacía una crítica razonada por encima de banderías políticas al tiempo de coincidir que este interesante tema se trató durante el período más brillante en el resurgir de Ciudad Rodrigo, según dijera uno de sus colaboradores: el juez Salvador Sánchez-Terán, padre de quien sería director general de Renfe.

Como en otros aconteceres que tratan de nuestra propia historia social, no es preciso recurrir a un historiador titulado entre cuyos trabajos encontrar una razón al olvido donde fue a caer el proyecto aquí tratado. Así he descubierto a un antiguo ferroviario, autor del Blog Spanishrailway, donde concurren nuevas referencias respecto a la susodicha “Sociedad Extremeño Castellana”.

Nos confirma que el programa tomó impulso en 1888, cuando José de Canalejas y Méndez era ministro de Fomento, en el gobierno de Sagasta. En el mismo se incluyó un anteproyecto del Plan de Ferrocarriles Secundarios, propuesto por la comisión parlamentaria creada un 16 de marzo de ese citado año titulado: “Ferrocarril de Ciudad Rodrigo a Cañaveral por el Puerto de Perales”. Atravesaría 40 kilómetros desde Ciudad Rodrigo al puerto de Perales y 60 kilómetros más desde dicho puerto a Cañaveral (Cáceres) pasando por Hoyos y Coria, resultando un diseño con 120 km de vías y un coste de seis millones de pesetas de la época.

Al mismo tiempo se contemplaría el trazado de un tranvía que pasara por Bodón, Robleda y Villasrubias, ampliado por Moraleja, Torrejoncillo y Portezuelo en Cáceres. El proyecto fue auspiciado por algunas personalidades de Ciudad Rodrigo y publicitado en el periódico La

Iberia. Se realizaría mediante contrato cerrado en 10.400 pesetas destinado a estudios de campo en tanto que los honorarios del proyecto se cubrirían mediante una participación accionarial en la sociedad. El primer consejo de administración se constituyó en Ciudad Rodrigo un 10 de septiembre de 1908, siendo Tren de contenedores con locomotora Vossloh Euro 4000. Foto: Alberto Viñas su presidente Luis Sánchez Hernández Arjona y Velasco, del Partido Liberal democrático además de senador vitalicio. El cargo de secretario recayó en Clemente Velasco Díaz Arjona, abogado, ex-alcalde mirobrigense y diputado a Cortes.

Estudiados todos los detalles y cálculos correspondientes al mencionado proyecto, el resultado final era una línea férrea de 138 km, evitando pendientes superiores al 2%. Transcurría el tiempo y se convocaban asambleas, con tal de recabar apoyos financieros pues se constataba un clima propicio en apoyo de esta iniciativa ferroviaria. Incluso se llegó a anunciar en Ciudad Rodrigo el apoyo del general Pedro Vich, quien ocupaba entonces la secretaría de Obras Públicas en el gobierno del directorio de Primo de Rivera.

Pero finalmente se generalizó la idea de que era un proyecto muy ambicioso, se dilató su ejecución real, e incluso se llegó a realizar un reestudio del mismo en 1927. El autor del análisis que he consultado, concluye que ahí se quedó parado todo lo concerniente a este posible ferrocarril. No en balde su trayectoria en la gestión se vio truncada por excesivos posicionamientos políticos, además del lastre de una financiación foránea adecuada que sería complemento a la aportada localmente con no poco excesivo optimismo.

Aunque sigue visible el atraso del oeste español, me consta que no hace muchos años se renovaron todas las vías, traviesas, el balasto y la señalización, dando algo más de forma a nuestra línea férrea de Salamanca a Fuentes de Oñoro. Pero también se podía haber electrificado mediante oportuna catenaria, consiguiendo así, aunque fuera vía única, una línea más modernizada como corresponde. Si ya fue un atraso en el siglo XIX construir un ferrocarril de ancho ibérico, en lugar del ancho europeo, por razones militares de nuestros gobernantes, ahora nos hemos pasado cuatro pueblos con un carísimo AVE (costos elevados, pocos viajeros y grandes distancias) suprimiendo por contra los trenes más modestos y cercanos, que circulaban entre sencillos pueblos o cualquiera de sus capitales.

Que siga funcionando esta línea muchos años, pues es posible que dentro de 40 o 50 años se den cuenta que era cierto lo reclamado desde el siglo pasado. Y que fotógrafos como Alberto Viñas Hernández, de Ciudad Rodrigo, puedan seguir haciendo fotos tan buenas. Gracias por su préstamo.

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