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Lo que permanece. Por Rebeca Jerez Hernández

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Puebla de Yeltes

Puebla de Yeltes

lo que permanece

Rebeca Jerez Hernández

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Artículo escrito con motivo del 50 aniversario de la llegada de las Misioneras de la Providencia a Ciudad Rodrigo

Lo que permanece, a menudo, no se ve a simple vista. Permanece oculto a los ojos de aquel que no posee una mirada auténtica, que va más allá de lo superficial, del tener. Es la mirada del ser. Como afirma El Principito, “sólo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible a los ojos”. Es el caso que nos ocupa. La mirada hacia la labor de estas mujeres que aterrizaron un día en Ciudad Rodrigo, en el año 1968. Cuando leas estas palabras, has de hacerlo desde el corazón, comprediendo que tras ellas va mucho esfuerzo, trabajo y constancia, también grandes dosis de ternura, paciencia y buen hacer, y sobre todo un elemento esencial, la confianza, la fe, la consciencia de que en manos de Dios, todo es posible, la providencia. Las Misioneras de la Providencia inauguraron su primera casa en la calle Madrid, un 2 de octubre de 1968. Ese día recibieron la bendición y el envío. Casa por casa, hogar por hogar, recorrieron Ciudad Rodrigo ofreciendo ayuda a las familias para educar a sus hijas en valores humanos y cristianos. Así comienza la andadura del colegio, al tiempo que las hermanas colaboran con otras tareas diocesanas como campañas o catequesis, por ejemplo en el Arrabal del Puente.

Un año después de la puesta en marcha, viene el reconcimiento definitivo para cuatro cursos de enseñanza primaria. Con el paso de los primeros años, ven la necesidad de buscar un nuevo edificio donde impartir las clases. El colegio inicial se había quedado pequeño,

comienza a impartirse también Infantil. Así que comienzan a buscar otro lugar y, finalmente, lo encuentran donde está actualmente, en la avenida Agustín de Foxá, donde las clases comienzan un 15 de septiembre del año 1970. Así, además de las clases comienza a funcionar un internado, donde llegaron a residir 115 niñas y jóvenes. El colegio crece. En 1976, se comienza a impartir Educación General Básica.

La labor de las Misioneras de la Providencia en Ciudad Rodrigo queda patente en los numerosos testimonios de jóvenes que pasaron por sus instalaciones, recibiendo un pequeño gran tesoro, la educación que dirige nuestros primeros pasos marca el mapa de nuestra vida y se trasluce en cada hecho y acción, somos lo que hemos vivido y lo que nos han enseñado.

A medida que transcurrieron los años, aumentaron en número las alumnas, profesoras y hermanas que pasaron por este colegio. El obispo Julián, erigió la capilla como una de las dos sedes de la iglesia de El Salvador. Cada domingo, la capilla y vestíbulo se llenan de fieles satisfechos con la atención recibida. Las Misioneras de la Providencia han estado siempre presentes en la comunidad con el compromiso que conlleva el envío recibido, por mucho que pase el tiempo, es presencia cotidiana y diaria.

La evolución del colegio ha ido acorde a los tiempos que se viven; a finales de los ochenta llega la enseñanza mixta, se consolida la participación en juegos escolares y con ella los éxitos. Por ejemplo en el curso 93-94, el colegio Misioneras de la Providencia fue campeón en baloncesto, subcampeón en balonmano y recibió medallas en cross y atletismo.

Los padres y madres siempre han tenido un papel importante como miembros de la comunidad escolar. Hubo clases de cultura y decoración. También se realizó un curso de máquinas industriales de coser, donde las jóvenes adquirieron soltura para confeccionar las prendas de vestir.

En cuanto a la tarea pastoral, las hermanas, junto a alumnas mayores, impartieron también catequesis en el arrabal de san Sebastián y se organizaron convivencias de manera regular, por ejemplo con salida al monasterio de La Caridad.

En 2008, el centro escolar comienza a tener una sección bilingüe lo que constituye un nuevo hito en la modernización y adecuación a los tiempos que corren de la enseñanza que se imparte.

Con el objetivo de garantizar la oferta de educación católica en Ciudad Rodrigo, ya en el siglo XXI, tuvo lugar la fusión del colegio Misioneras de la Providencia con el colegio Santa Teresa de Jesús. Las Misioneras se pusieron al frente de este proyecto y se aumenta la oferta educativa a Secundaria, además de Infantil y Primaria. En el curso 2013/2014, el centro comienza a denominarse Misioneras de la Providencia-Santa Teresa.

El final de cada curso en el colegio Misioneras de la Providencia hay una cita importante que todas las personas vinculadas a las hermanas viven de forma intensa, estén o no estén ya en el centro escolar, es la ofrenda floral y misa de mayo, que forma parte de la memoria individual y colectiva de aquellos que han pasado por el colegio. 50 años de vida en Ciudad Rodrigo, medio siglo de experiencias, de vidas entrelazadas con el carisma de la congregación fundada por el padre Joaquín Alonso, con la confianza plena puesta en las manos de la providencia, ternura y mano amorosa de Dios.

El trayecto ha sido largo, el camino continúa, educando en confianza, abriendo la mirada a lo invisible, aquello que sólo se ve con el corazón.

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