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Las dos procesiones de la Dolorosa del Mercado en 1856

Aunque la Novena de los Dolores que organiza la Parroquia de Nuestra Señora del Mercado permanece de tal forma imbricada en las tradiciones religiosas de nuestra ciudad, el discurrir del tiempo ha ido modelando no sólo la veneración a esta advocación mariana, sino que poco a poco, siempre en función de las necesidades, ha configurado la costumbrista procesión que cada quinto viernes cuaresmal parte del románico templo para proclamar por las calles de la antigua urbe leonesa la inveterada salmodia de “Atended y ved si hay dolor como mi dolor”. En esta ocasión pretendemos plasmar una semblanza de la novena y la procesión de la Dolorosa en la segunda mitad del siglo XIX, destacando lo acontecido en 1856. En el referido año, concretamente en el mes de marzo, tuvo un protagonismo destacado la parroquia de Nuestra Señora del Mercado y particularmente su imagen titular que fue procesionada por las calles leonesas en dos ocasiones en un escaso intervalo de días. Indudablemente el año de 1856 puede calificarse de extraordinario, debido al remate de la reparación de la iglesia que había motivado el derrumbe de las bóvedas producido el día 12 de febrero de 1853, según relata Máximo Cayón [La Morenica del Mercado, en Pasión Semana Santa 2016, página 28]. Durante el periodo en que se efectuaron las obras el culto parroquial se desarrolló en la capilla del cercano monasterio de las MM. Benedictinas, trasladándose igualmente la imagen de Nuestra Señora del Mercado. Al concluir la restauración de la iglesia se organizó una solemne procesión para trasladar la sagrada imagen desde el cenobio de las benedictinas a su morada habitual. El Boletín del Clero del Obispado de León [Nº 130, 1 de marzo de 1856, página 245] reseñó con profusión de detalles el atípico acontecimiento:

‘Procesión solemne. Por fin han quedado ya vencidas las grandes dificultades que por falta de fondos han retardado la completa reparación de la ruina acaecida en la Iglesia de Nuestra Señora del Mercado. A este objeto piadoso han contribuido el Ilmo. Prelado, la generalidad de los habitantes de esta ciudad y algunos de la provincia, y el celoso párroco de aquella Iglesia que no ha omitido trabajo ni desvelo, hasta ver terminada la obra de reparación. Gracias sean dadas al Señor que nos concede este nuevo consuelo a los leoneses. La veneranda Imagen de nuestra Señora del Mercado ha sido siempre y continúa siendo objeto muy preferente del culto de este religioso pueblo. Así es que el día de su traslación desde el Convento de las Religiosas de Carbajal a la propia Iglesia del Mercado, va a ser, no lo dudamos, un día de santo júbilo para los leoneses. Se verificará este tierno y piadoso acto el Lunes 3 de Marzo, a las tres y media de la tarde, dirigiéndose la procesión por la Cuesta de Carbajal a la Plaza Mayor, Plazuela de la Catedral, calle de Los Cuatro Cantones y de la Rúa: entrará después la Imagen en el Convento de la Concepción, y en este sitio ofrecerán las mozas y niñas de la parroquia a la Virgen Santísima dos ramos de cera; por último terminará la procesión en la expresada Iglesia parroquial. Al día siguiente, a las diez de la mañana, se celebrará misa solemne, estando Su Divina Majestad expuesto, y predicará el Licenciado D. Francisco Fernández, cura Rector de la misma Iglesia’.

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Sin entrar a comentar los pormenores del cortejo, ha de entenderse que el recorrido que siguió la procesión, a pesar de aparecer anunciado de forma muy abreviada, es prácticamente el mismo que realiza la procesión de la Dolorosa en el presente. No obstante, es necesario aclarar, gracias a la explicación que nos ha facilitado Juan Carlos Ponga Mayo, que la denominación de “Los Cuatro Cantones” en aquella época aludía al cruce de calles que confluían en las actualmente denominadas, Ancha, Cervantes y Conde Luna. Posteriormente con el nombre de Cuatro Cantones se rotuló a la actual calle Cervantes.

Aquel año la novena de los Dolores comenzó unos días después de la

procesión extraordinaria efectuada en acción de gracias, de acuerdo a la nota publicada en el mismo número del citado boletín diocesano [página 246]:

‘El jueves 6 de marzo se da principio a la Novena de los Dolores de Nuestra Señora del Mercado, en su misma Iglesia parroquial. En cada día de los nueve habrá misa a las nueve de la mañana; y por la tarde a las cuatro, plática, novena y rosario. Predicarán las pláticas: el día 1º el Sr. D. Jacinto Arguello, director de la escuela Normal; idem. 2º. el Sr. D. Baltasar Rodríguez, párroco de la de Salvador del Nido; idem. 3º.el Sr. D. Genaro Fidalgo, Beneficiado de la Santa Iglesia catedral; idem, 4º el Sr. D. Pascual Colchero, catedrático del Seminario Conciliar; idem. 5º. el Sr. D. Félix Monge, párroco de Santa Marina la Real; idem. 6º. el Sr. D. Diego Hernández, coadjutor de la de San Martín; idem. 7º. el Sr. D. Francisco Fernández, párroco de la misma de Nuestra Señora del Mercado; idem. 8º. el Lic. D. Pedro Cárcamo, catedrático del Seminario Conciliar; idem. 9º. el Sr. D. Francisco Pascual, rector del mismo. El día último habrá sermón a la misa solemne; y por la tarde, después de la plática y novena, será la procesión del Santo Rosario por la ciudad. Predicará el sermón D. Francisco Fernández, párroco de dicha Iglesia de Nuestra Señora’.

El anuncio de la novena desvela unos horarios diferentes a los actuales, manifestando al mismo tiempo, el valor concedido a la oratoria en otros tiempos y el celo con el que se organizaban sermones y pláticas, especialmente en el transcurso de la cuaresma y de la Semana Santa. Buena prueba de ello es que en el novenario de los Dolores predicaban diferentes presbíteros de la ciudad, llegando a publicarse en 1858 el tema de cada una de las predicaciones diarias [Boletín del Clero del Obispado de León, Nº 193,10 de marzo de 1858, pp. 554-556],

Día 1º. Sr. D. Francisco Fernández, párroco de Nuestra Señora del Mercado. Jesucristo es el modelo a quien el cristiano está obligado a imitar; y su Evangelio la regla según la que debe vivir.

Día 2º. Sr. D. Ruperto Galán, Doctoral de la Santa Iglesia Catedral. Dios nos muestra su amor enviándonos trabajos y adversidades y el modo mejor de corresponderle, es llevarles con resignación y paciencia.

Día 3º. Sr. D. Gerónimo González Godos, Catedrático del Seminario Conciliar. Deberes de los padres en la educación de sus hijos.

Día 4º. Sr. D. Pascual Colchero, Catedrático del mismo. Respeto en las Iglesias.

Día 5º. Sr. D. Francisco Pascual y Conde, Rector del Seminario Conciliar. Perdón de las injurias.

Día 6º. Sr. D. Tadeo Ortega, Magistral de la Santa Iglesia. Defectos que el cristiano debe evitar en las conversaciones.

Día 7º. Sr. D. Pedro Cárcamo, Vice-rector del Seminario Conciliar. De la envidia.

Día 8º. Sr. D. Jacinto Argüello Rosado, Director de la Escuela Normal. Se han de huir las ocasiones.

Día 9º. Por la tarde. Sr. D. Francisco Rodríguez, Catedrático del Seminario Conciliar. Soledad de la Virgen.

Día 9º. Por la mañana. Sr. D. Mariano Brezmes, Penitenciario de la Santa Iglesia Catedral. Misterio del día. Stabat juxta crucem. Joan c.19 v. 25’.

Recordemos que tras la exclaustración de los monjes benedictinos de San Claudio, la reliquia de la corona de espinas que allí se veneraba fue depositada a mediados del siglo XIX, después de diversos avatares, en la parroquia de Nuestra Señora del Mercado. En este sentido, es de destacar que en 1860 ya se anuncia que el Domingo de Pasión, “estarán expuestas las Sagradas Espinas desde por la mañana hasta concluida la Novena, que se darán a adorar a los fieles” [Boletín del Clero del Obispado de León, Nº 44, 20 de marzo de 1860]. Teniendo en cuenta que los cultos del último día, es decir del Viernes de Dolores, comenzaban a primera hora de la tarde, a las cuatro, la procesión iniciaría su recorrido por las calles y plazas de la ciudad en un horario diferente al que conocemos en la actualidad. En 1882 el Boletín del Clero publica una interesante crónica con una información inédita, “Terminaron el viernes los Novenarios de Nuestra Señora de los Dolores que anunciamos en el número anterior. Como era de esperar, en aquel día y en la víspera hubo ocupación para los confesores durante muchas horas en todas las Iglesias, especialmente en la Catedral, en la Colegiata y en Nuestra Señora del Mercado. De esta iglesia salió por la tarde una lucida procesión presidida por el Párroco, llevando cuatro Sacerdotes la imagen de la Santísima Virgen, en todo el largo trayecto los balcones estaban adornados con vistosas colgaduras” [Boletín del Clero del Obispado de León, Nº 14, 6 de abril de 1882].

En 1886 en lugar de la novena se organizó un septenario que predicó el Sr. D. Juan José Montero, canónigo de la S.I. Catedral y Misionero diocesano [Boletín del Clero del Obispado de León, Nº 15, 15 >

Fotografía: Mª Edén Fernández Suárez

de abril de 1886]. A pesar de esta novedad, la procesión se organizó de forma similar a los años anteriores, “una lucida procesión en que la Sagrada imagen de María en el misterio de sus inefables dolores fue llevada por las principales calles de la ciudad, obteniendo de los religiosos leoneses el homenaje de la más profunda veneración” [Boletín del Clero del Obispado de León, Nº 16, 22 de abril de 1886].

A través de esta selección de notas publicadas en el Boletín del Clero del Obispado leonés es posible trazar a grandes rasgos la trayectoria del novenario organizado por la Parroquia de Nuestra Señora del Mercado con motivo de la festividad de la Virgen de los Dolores en la segunda mitad del siglo XIX. •

Eduardo ÁLVAREZ ALLER

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