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~ Los desatinos de Tino ~
Por Valentín Jorge Tapias
ESAS TAPAS ... De su origen, dícese, desde Alfonso X el Sabio que le impusieron un agradable tratamiento médico consistente en ingerir buches de alcohol acompañado de pequeñas comidas para evitar emborracharse; incluso los Reyes Católicos necesitados de un abastecimiento urgente en sus campañas de la Reconquista usaban ese sistema para satisfacer el mantenimiento de sus tropas. A la tan conocida anécdota de un rey (Fernando VII ó Alfonso XII) al ser convidado en una humilde taberna, en la que existían moscas, el tabernero con buen criterio cubrió el vaso de vino con una loncha de jamón para evitarle a su majestad presenciar el espectáculo del naufragio del insecto en dicho recipiente. Otro hecho, en este caso atribuido a Alfonso XIII, en un viaje a la capital andaluza en 1.916 visitó en dos ocasiones la Venta de Antequera, restaurante preferido del monarca, recibió aquel año el permiso para anteponer a su nombre la denominación “Real” como proveedor a la Casa Real. Allí su dueño, agasajaba al rey y sus acompañantes con lo que decía ser un “tonteo”, un surtido de tapas y raciones compuestas de treinta y tantas variedades entre las que destacaban, jamón, lomo, chorizo, salchichón y buenas frituras de merluzas rebozadas,
calamares, soldaditos de pavía (fritura de bacalao rebozado, acompañado de pimiento rojo). Sobre 1.827 los inmigrantes cántabros que se instalaron en tierras andaluzas sobre todo en las provincias de Sevilla y Cádiz, estos campesinos “montañeses” introdujeron los primeros colmados andaluces, provenientes directamente de las tiendas montañés. Estas tiendas se convierten en el tópico costumbrista literario español del siglo XIX. Uno de los autores que más contribuyó a su divulgación fue José María de Pereda. Jándalo en la Historia Culinaria de España, se menciona siempre en las escenas “tabernas”. Jándalo: andaluz originario de Cantabria ó norte de España, que emigraba a Andalucía adquiriendo la pronunciación propia de ésta y adoptando sus costumbres. Durante la segunda mitad del siglo XIX muchos “montañeses” emigraban a tierras andaluzas en busca de fortuna. Tiendas de ultramarinos, de coloniales o colmados, vendían importaciones traídas de las antiguas “colonias españolas”. A finales del siglo XX y principios del XXI han sufrido transformaciones en supermercados, en los barrios con un perfil sociológico diferente a los “chinos de barrio”; en gastrobares y locales de tapas, hay sitios que una tapa es un auténtico plato. Con el sentido de, “ruedas de embutidos o lonchas finas de jamón que sirven en los colmados y tabernas colocadas sobre las cañas y chatos de vino”, adoptó por primera vez el diccionario la voz “tapa” en 1.936. El periodista Juan Ferragut en 1.935 decía que la “tapa es un modo distraído de comer sin darse cuenta” y una de las pocas cosas serias que van quedando en este mundo. Valentín Jorge Tapias Cordero