La procesión
Hermandad de Nª Sª del Olvido La joven hermandad de Nuestra Señora del Olvido tiene un carácter diferente al resto de las hermandades de la capital del Segura, porque tratándose de una hermandad de gloria su titular mariana con advocación letífica es iconográficamente una dolorosa y su procesión se desarrolla en pleno periodo penitencial en la tarde del cuarto sábado de cuaresma (en la liturgia católica domingo de “laetare”). Es en parte similar a lo que en otras zonas geográficas se conocen como hermandades de vísperas, aunque en esta hermandad, al contrario que en aquellas, no se vista el hábito nazareno. Una hermandad pequeña en cuanto a número de hermanos y por tanto de escasos ingresos al no contar tampoco con ninguna subvención, como ocurre con las cofradías pasionarias, pero que con esfuerzo e imaginación ha conseguido en estos pocos años poseer un patrimonio considerable y que poco a poco va aumentando. Este año precediendo su elegante discurrir por las
Cristo de las Lágrimas
calles más céntricas de Murcia que forman la feligresía de la parroquia de San Bartolomé-Sta. María que la acoge, saldrá a la calle por primera vez un bello estandarte realizado en su mayor parte dentro del seno de la propia hermandad. Su original diseño sorprenderá a cuantos lo contemplen dado que no existe ninguno similar en nuestra región, ya de por sí con poca tradición propia en este tipo de insignias. Está inspirado en modelos del siglo XVIII, en concreto en ejemplos encontrados en la bella localidad de Priego de Córdoba. En él se combinan la talla en madera dorada, la orfebrería y el bordado en oro. El mástil horizontal de mixtilínea forma barroca, del que pende la tela, es de talla dorada así como el óvalo que enmarca, actualmente, la imagen en miniatura de la titular (a la espera de la ejecución de la pintura al óleo que se corresponde con el diseño original) y están realizados en los talleres Victoria Delis. El fondo es de terciopelo de seda azul noche y sobre él se han pasado unos antiguos bordados en oro de origen francés, ejecutados principalmente en la técnica llamada del bordado en cartulina, realizado este minucioso y laborioso trabajo, de forma desinteresada, por la artesana Clara Cuesta (hermana de la cofradía) y todo ello ribeteado con fleco y galones en oro igualmente antiguos. La parte de orfebrería (sencilla con el objeto de no añadir más peso) la ha llevado a cabo el taller ciezano Penalba. Nuestra bellísima titular es obra póstuma e inconclusa del artista calasparreño Juan José Álvarez Buendía y fue en el taller Ramón Cuenca donde se le practicó una intervención para acercarla más al prototipo original siguiendo las pautas que el mismo Juan José había especificado, de forma oral, en vida. Su dulce pero afligida expresión parece que debía tener reflejo en la figura de su Hijo Jesucristo Nuestro Señor, y tras mucho trabajo llevado a cabo especialmente por un grupo de her-
La procesión Semana Santa Murcia 2018
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manos entusiastas y fascinados por el misterio a representar, por fin vamos a ver cumplido el anhelo de tener un paso de Cristo que le dé el sentido a esa triste mirada amorosa. Por tanto, este año tendremos otro importante estreno que marcará un antes y un después en la vida de nuestra hermandad. Si Dios quiere este cuarto sábado de cuaresma de 2018 se verá colmada la ilusión de muchos hermanos y veremos desfilar por nuestras calles junto a Ella, la nueva imagen del Cristo de las Lágrimas. Las raíces de nuestra hermandad, aunque de profunda devoción mariana, es en Cristo en quien polarizan su fe y su esperanza sabiendo que Nuestra Madre del Olvido no es sino el vehículo para llegar a Él, como nos recuerda la antigua oración que sus devotos siempre repiten: “Dulce Madre del Olvido, no apartes de mí tu vista, que tu protección me asista, y encuentre a Jesús contigo”. La imagen de Cristo que desfilará junto a Ella, representa un pasaje evangélico nunca antes representado en la rica iconografía de la escultura religiosa y escasamente representado incluso en pintura. Se corresponde con el evangelio de San Lucas (19/41-44) texto que recrea los instantes anteriores a la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, aquel primer Domingo de Ramos de la historia, cuando Jesús acompañado de sus discípulos y la muchedumbre que lo seguía y vitoreaba, bajando por la ladera del monte de los Olivos, se paró unos instantes en un alto frente a la ciudad santa de Jerusalén donde ocurrió un hecho un tanto insólito en aquel ambiente festivo, el evangelista nos lo cuenta así: “Al acercarse y ver la ciudad, lloró sobre ella, diciendo: Si también tú conocieras en este día el mensaje de paz” Pero ahora ha quedado oculto a tus ojos. Porque vendrán días sobre ti, en que tus enemigos te rodearan de empalizadas, te cercaran y te apretaran por todas partes y te estrellaran contra el suelo a ti y a tus hijos que estén dentro de ti, y no dejaran en ti piedra sobre piedra porque no has conocido el tiempo de mi visita”.