OLVERA ︱ REVISTA DE LA REAL FERIA DE SAN AGUSTÍN
Relatos El alumnado de 4º de ESO del I.E.S. Sierra de Líjar ha querido colaborar y contarnos sus vivencias, historias, sentimientos vividos durante estos tiempo tan difíciles para todos.
PANDEMIA Nunca podríamos imaginar la situación que hemos vivido, y que a día de hoy, aún estamos viviendo. De un día para otro, todo cambió, sin ser darnos apenas cuenta y sin ser conscientes de lo que ocurría. Tuvimos que adaptarnos a otras rutinas, a otro modelo de enseñanza, en definitiva, a otra vida; ya que, el coronavirus estaba arrasando con todo. Era triste escuchar cada día el número de fallecidos por esta pandemia y ver como los trabajadores de un hospital arriesgaban sus vidas para salvar las nuestras, y la de nuestros mayores. Por lo tanto, no podemos olvidarnos agradecer a cada persona una de las personas que han estado por un bien común, ya que, gracias a ellas hemos podido superar el confinamiento sin que ningún servicio esencial nos faltase. Debemos hacer una mención especial a esos médicos y enfermeros que han cuidado de todos y que han salvado muchísimas vidas. En esta cuarentena, hemos aprendido a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida cotidiana, hemos realizado actividades que en nuestra vida diaria, no podíamos realizar por falta de tiempo, y sobre todo, hemos aprendido a valorar los ratos con la familia, una llamada telefónica, una conversación con un vecino, o un postre riquísimo. En ella hemos tenido tiempo para realizar actividades que nunca hacíamos por la falta de tiempo que tenemos en nuestra rutina diaria.
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¿Pero realmente que hemos aprendido de esta situación? Esta difícil situación, ha tenido una cara positiva. Vivíamos sin darle importancia a lo simple; a las pequeñas cosas. Ha sido necesario que nos privaran de ello, para valorar cuánto de necesario es, en nuestro día a día, un paseo, una charla con amigos, estar en el instituto, en definitiva, salir a la calle y tener vida social. Todos hemos reflexionado y nos hemos dado cuenta que esas pequeñas cosas que hacemos casi sin pensar, y sin
darles valor, son nuestra vida y son muy necesarias para nuestro desarrollo y para nuestra estabilidad emocional. Nosotros mismos nos hemos prometido cambiar, valorar y realizar actividades con las que disfrutamos. Pero siendo críticos con este tema, debo decir esos pensamientos que teníamos durante el confinamiento y esas cosas que queríamos realizar en cuanto se pudieran, no deben quedar en el olvido, ni irse por la ventana. Esta pandemia debe servirnos de enseñanza, debe servirnos de lección de vida, y debemos cambiar. Esto nos ha marcado, y debemos conseguir que sea para mejor. Por ello, no debemos olvidar aquellas cosas y pensamientos que teníamos durante el confinamiento, y debemos intentar llevarlos a cabo. Hace unas semanas nuestro mayor deseo era salir, disfrutar de un paseo por la tarde… y ahora que lo podemos hacer cumpliendo unas simples reglas; nos las saltamos ¿A qué nos referimos? Al uso de las mascarillas. Estas que ahora se han puesto de moda, y que son tan necesarias para que seamos fuertes contra el virus. Las personas en lugar de usarlas, las llevan en lugares incorrectos o simplemente las tiran. Esas que en un principio eran indispensables, y que son nuestras mayores aliadas para prevenir el contagio, ahora únicamente las despreciamos. En definitiva, todos debemos salir más fortalecidos de esto, las muertes no deben quedarse en el olvido y el mejor homenaje a esos fallecidos, es cumplir y respetar las normas de seguridad que se nos indican. Las últimas líneas van dedicadas a aquellas personas que lucharon contra esta pandemia y tristemente fueron vencidos en una cama de hospital o en soledad. Descansen En Paz.
María Pérez Pérez, alumna I.E.S. SIERRA DE LÍJAR