OLVERA ︱ REVISTA DE LA REAL FERIA DE SAN AGUSTÍN
EL CENTRO HISTÓRICO DE OLVERA SE MUERE Que el centro histórico del núcleo poblacional de Olvera se muere, es una realidad tan evidente como que sus viejos vecinos también se mueren. No hay mas que pasear por cualquiera de sus calles para ver el sin fin de carteles colgados en fachadas y ventanas con el texto en inglés de "FOR SALE" o en castellano clásico "SE VENDE". Rara es la calle donde no hay alguna casa en lamentable estado de ruina, donde la pestilencia sale por las ventanas y cuando no por las puertas rotas, consecuencia de la humedad y del criadero de palomas instaladas en ellas. Cuántas calles hay donde no vive ningún niño como si de la “España vaciada” se tratara. Y lo que aun es peor, todo ello sucede sabiendo que fue declarado Conjunto Histórico el 13 de abril de 1983. Mas lamentable aun que la imagen que ofrece el centro histórico del pueblo, es que la ciudadanía en general y los políticos elegidos en particular, no aportan soluciones. Los vecinos parece ser que mientras tengamos una casa cómoda, provista de garaje donde guardar el coche o se pueda aparcar en la misma puerta, poco nos importa que las del centro histórico se desmoronen. Los políticos que derrochan maravillosas ideas mientras duran las campañas electorales, al parecer, entran en una larga amnesia de la que no se recuperan hasta las siguientes votaciones. La cuestión es que o se toman medidas o el centro histórico se verá abandonado. La solución de problemas complejos, como lo es este, requiere de soluciones complejas, pero seguro que algo se podrá hacer. Que algo se puede hacer resulta evidente porque otros ya lo hicieron en su día cuando se enfrentaron a la misma cuestión y no lo debieron hacer tan mal cuando el pueblo ha sido capaz de mantenerse y llegar siendo lo que es al día de hoy. Nos referimos a las medidas que fueron tomadas los días 17 y 31 de enero del año 1558 para salvar lo que entonces era la "zona antigua de Olvera". Lo que resulta mas curioso es que el diagnóstico del problema en aquellas fechas era idéntico al que nos enfrentamos el día de hoy después de haber pasado, nada mas y nada menos que, 462 años. Luego si el problema es el mismo y entonces tuvo solución; ¿Por qué no la puede tener ahora?.
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Haciendo un breve recordatorio de nuestra historia es preciso sacar a colación que Olvera fue recuperada a los moros en 1327, siendo esta la primera plaza ganada para el Rey Alfonso XI. Una de las preocupaciones de la Corona fue, desde un principio, el mantener la villa poblada, para lo cual en las propias capitulaciones de su entrega se permitía la permanencia de la población musulmana, garantizándose su libertad y sus pertenencias. El 1 de agosto del mismo año la Corona otorga la
"Carta Puebla", mediante la cual se le concedían numerosos beneficios a los que fijasen en Olvera su residencia, siendo este el primer lugar donde se aplicó esta manera de repoblar, extendiéndose posteriormente a otros lugares de la frontera. No bastante con ello, poco después, la Corona la dio en Señorío a Don Alvar Pérez de Guzmán I, con la obligación de defenderla y repoblarla. La villa permaneció en manos de los Pérez de Guzmán solo durante 67 años, hasta que en 1407, un miembro de la familia, Isabel Elvira de Guzmán y Ayala se casó con Pedro González de Stúñiga. Mediante escrituras otorgadas por la esposa, el 9 de agosto de 1407, donó la villa de Olvera en concepto de dote, a su marido Pedro, pasando el señorío a formar parte de las posesiones de los Stúñiga. También fue efímera la posesión de los Stúñiga, solo lo mantuvieron 53 años. El 14 de octubre en 1.460, Diego de Stúñiga vende su Villa de Olvera, por la cantidad de 1.700.000 maravedíes al Maestre de Calatrava, Pedro Téllez Girón, quien la compra para su hijo Alfonso, el cual seria el I Conde de Ureña. En 1562 el Rey Felipe II concede al V Conde de Ureña el título de Duque de Osuna, fundándose así dicha Casa a la cual ha pertenecido Olvera hasta la abolición de tal institución en 1837, habiendo estado bajo la posesión de la familia Téllez-Girón 377 años. Llegados a este punto nos interesa fijarnos en la figura del IV Conde de Ureña, Juan Téllez Girón, (14941558), el cual fue el tercer hijo del segundo Conde de Ureña, por lo que al no tener expectativas de heredar y ejercer el Ducado, optó por la vida religiosa y de la cultura. Aunque no siguió la carrera eclesiástica, dadas sus obras piadosas ha pasado a la historia como “el santo”. Vivía en El Arahal cuando asedió al Ducado tras la muerte de su padre y hermano. Dada su formación y su fervor religioso durante su vida llevó a cabo una importante labor de fundacional creando en menos de 30 años que duró su mandato al frente de la Casa, la Universidad de Osuna, un hospital, 16 monasterios (entre ellos el Convento de Caños Santo) y entre otras la Iglesia Colegial de Osuna. Le sucedió su hijo Pedro Téllez Girón, primer Duque de Osuna desde 1562, Casa que llegó a aglutinar además de una enormidad de títulos nobiliarios, una de las mayores fortunas de la Europa de entonces. Pese a los esfuerzos de la Corona y de los distintos Señores por repoblar Olvera, esto no se consiguió de manera significativa hasta 150 años después de su conquista, tras el adelanto de fronteras en 1.485, al tomarse la importante plaza de Ronda. Para fomentar aun mas su poblamiento, el entonces II Conde de Ureña y Señor