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RD FEBRERO 2022
GENTE DE RIVAS ripense afincado en Madrid prefirió regresar con su familia, y volvió a casa de sus padres, en Rivas. “Me informaron que en este centro sería más rápida la recuperación pero yo no podía estar más tiempo sin mi familia, amigos y amigas”. Contra todo pronóstico, al final, esos afectos cercanos aceleraron la recuperación y, el pasado noviembre, el joven, profesional del sector de la educación no formal, que trabajaba en proyectos de la Concejalía ripense de Educación, Infancia y Juventud, regresó a la UCI del 12 de Octubre pero esta vez para dar las gracias al equipo médico. Y lo hizo caminando. VOLVER A CAMINAR Hoy, Alberto trata de hacer una vida lo más parecida a la anterior, con todas las limitaciones de las prótesis con las que camina y que poco a poco va normalizando. “He pasado por un periodo de adaptación difícil porque los muñones tienen que hacerse a las prótesis y las prótesis a mí. Te pasan cosas que son muy difíciles de describir. Pero ahora estoy en fase estable, ando mejor pero aun así depende de muchos factores, como el frío, que encogen, o el calor, que las dilata. El periodo de recuperación y estabilidad son dos años desde la amputación, y han pasado unos nueve meses. Sé que falta tiempo, pero estoy en una fase buena y disfrutando”. En su cuenta de Instagram narra su proceso y celebra cada victoria, como la del día que pudo recoger a su hija andando del colegio. O la tarde en que se quedó solo por primera vez al cuidado de sus peques. “Ahora ya lo hago con normalidad pero al principio me dio mucho miedo”, confiesa. Olvidarse de las prótesis es el objetivo. Caminar y sentir que no las lleva. “Me han dicho que es tiempo y es verdad. Lo estoy notando”. Una de las reivindicaciones de Alberto respecto a sus nuevos pies tiene que ver con la escasa cobertura de la sanidad pública. “Son muy caras. La Seguridad Social te cubre un 30 por ciento de lo que cuestan. Puedes tener unas gratuitas pero son muy malas y al final el objetivo es andar como lo hacías, sin dolores. Para hacerlo bien tienes que gastar dinero y es mucho. Además no te duran para siempre, van por piezas, algunas, de un año y otras de siete. Las tienes que ir cambiando y es un gasto durante toda tu vida para poder andar”. SIN DIAGNÓSTICO SOBE EL ORIGEN Para Alberto ha pasado ya el momento de reflexionar y pensar una y otra vez por qué le sucedió esto. Pero durante
El ripense reivindica la sanidad publica y a su personal: “Gracias a ellos, estoy hoy aquí”.
un tiempo se lo preguntó, en balde, porque nadie tiene la respuesta. Hubo muchas hipótesis, según relata, pero no se sabe ni qué bacteria le atacó ni dónde pudo adquirirla. “Al principio fue muy difícil asumir eso porque no es lo mismo si tienes un accidente de tráfico, o una mala vida y te pasa algo que es tu responsabilidad. Yo hacía una vida normal, trabajaba, estudiaba, cuidaba a mis hijos… Lo último que hice fue una ruta con ellos por el monte”. Pero un día dejó de pensarlo. “Al final decides que te ha tocado y no hay otra que seguir adelante”. Y si Alberto ha podido seguir adelante, tiene claro que es gracias a la sanidad pública. Su elección, en concreto, de acudir al 12 de Octubre, el centro más cercano a su actual domicilio, marcó la diferencia. “La máquina que me pusieron para el corazón no la tienen en
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todos los hospitales. Me dijeron que si hubiera estado en otro, me habrían tenido que trasladar y nadie habría firmado un traslado en mi situación”, explica. “Hay que luchar por la sanidad pública. La están destruyendo y, sin ella, muchas personas no estaríamos aquí. Los servicios públicos son muy necesarios y hay que llenarlos de recursos materiales y humanos. Yo estoy encantado con el trato recibido, de celadores a personal médico. Gracias a ellos hoy estoy aquí”, remata.
SÁBADO 18 FEBRERO / 18.00 La Casa+Grande. Calle de Suiza, s/n. Edades preferentes: 13-35 años.