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La huella de la historia, piedra a piedra
UVA TINTA
MERLOT
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Castillo de la Mota por Chefocom
Valladolid es la provincia que alberga un mayor número de castillos. Sus torres eran el lugar desde el que los soldados de la historia divisaban el territorio, y sus viñedos
Continúan inexpugnables. Siguen en pie después de siglos de historia, batalla perdidas y vencidas, luchas y traiciones. Los castillos de la provincia de Valladolid son el escenario de numerosos hechos. La mayoría conocidos, pero otros muchos quedarán entre esos muros que guardan cientos de secretos palaciegos.
Y aunque muchos no han podido (o no les han dejado) adaptarse al siglo XXI y solo las ruinas adornan ya el terreno que en su día ocuparon almenas, fosos, torreones y también espa-
das, doncellas, traiciones, incendios y expolios, otros muchos continúan solemnes dominando el territorio.
Lo que sí vivieron todos ellos fueron brindis. Aquellos que se hacían por la victoria, pero también el que recordaba al hombre caído. Y es que la provincia de Valladolid y sus caldos, acogen más de 60 fortalezas.
La visita aquí propuesta es solo una ínfima muestra de todos los secretos que recogen. Pero la ruta puede comenzar por la Torre de Homenaje más alta de Castilla, la del Castillo de La Mota, en Medina del Campo. Construido entre los siglos XIII y XV, se asienta sobre una antigua muralla del siglo XII. Su interior está flanqueado por cuatro torres y el patio es de forma cuadrada, accesible desde el exterior por un puente levadizo. Los muros exteriores están construidos en hormigón y ladrillo, estilo claramente mudéjar. En él los Reyes
Castillo de Simancas por Rabiespierre Católicos, mandaron construir la barrera defensiva, con la que pasaron de tener un castillo más, a poseer uno de los mejores Parques de Artillería que existían en la Europa de aquellos momentos. Blanco Rueda, Verdejo, Sauvignon o Blanco Roble son algunos de los vinos que maridan con esta enseña de la historia.
Sigue el camino en el lugar en el que el Ministerio de Cultura no ha dudado en ubicar el Archivo General de Simancas, en concreto en el Castillo de Simancas. Edificado sobre una fortaleza preexistente, los Enríquez, almirantes de Castilla construyeron el cuerpo principal, las torres y la barbacana. Fue depósito de armas y monedas y cárcel. En 1540, por orden de Carlos I, una de sus torres se dedicó a archivo de los documentos más importantes de la Corona. Fue Felipe II quien dedicó el conjunto de la fortaleza a la guarda y custodia de docu-
Castillo de Fuensaldaña por Pernales88
mentos, otorgándole un reglamento. Documentos que guardan olor a uva Verdejo, Viura, Sauvignon Blanc, Tempranillo y Cabernet Sauvignon. El recorrido continua por Íscar. El castillo se eleva sometiendo a la llanura surcada por el Cega, el Pirón y el Eresma. Las excavaciones arqueológicas en el patio han descubierto restos de muros y pavimentos de estancias residenciales donde la uva verdejo fue protagonista
Muy cerca de la capital vallisoletana se ubica el Castillo de Fuensaldaña, que fue propiedad de los Vizcondes de Altamira. Esta fortaleza fue construida en el siglo XV como residencia señorial de Alonso Pérez de Vivero, contador mayor del rey Juan II. Su estructura encaja dentro del prototipo de fortalezas conocidas como pertenecientes a la Escuela de Valladolid.
A su magnífica torre del Homenaje, rectangular, se accedía por un puente levadizo mientras que la comunicación entre sus diferentes pisos interiores se hacía por una escalera de caracol. En esta fortaleza pasaron los Reyes Católicos los días siguientes a su boda, en el año 1469. Se utiliza en la actualidad como sede provisional de las Cortes de Castilla y León.
El Castillo de Medina del Campo gozó el privilegio de ser la fortaleza más querida por los Reyes Católicos, que la frecuentaron y dotaron de modernos sistemas de defensa.
Entre los siglos XIV al XVII sirvió también como cárcel de Estado por la que pasaron ilustres presos como el Duque de Calabria, Diego Hurtado de Mendoza o César Borgia, quien consiguió fugarse espectacularmente de la fortaleza descolgándose por la torre del Homenaje.
También ha ejerció de Archivo de la Corona, durante el reinado de Juan
II y de Enrique IV, siendo trasladada esta función al castillo de Simancas por orden de Carlos I.
La historia despierta, nuevamente con las uvas de viñedos de verdejo, Sauvignon Blanc Viura.
Son solo estos algunos de los castillos que pueden envolver la experiencia del visitante. Reconocer la historia, los acontecimientos políticos pero también su relación con la tierra, confiriendo, aun a día de hoy, un carácter especial a sus gentes.
Y es que la región acoge y ha acogido numerosos castillos más allá de los aquí citados. Entre ellos, el de Trigueros del Valle, propiedad de los Robles y de los Guevara, o el de Mucientes, propiedad de los Ribadavia, y donde Juan II tuvo en prisión a Juan Sarmiento, Adelantado de Galicia. El mismo lugar donde Diego de León hizo frente al Rey de Navarra y al Infante D. Enrique, y el lugar que Juana la Loca, a su regreso de Flandes, compartió con Cisneros y Garcilaso.
Así en Dueñas, y concretamente en el Palacio de los Condes de Buendía, llegó un día Fernando el Católico disfrazado de arriero para conocer a Isabel, y preparar los esponsales, y allí volvió cuando enviudó para unirse de nuevo con Germana de Foix. En Cigales se enfrentaron ex tutores y validos de Alfonso XI “El Justiciero”, se reconciliaron Pedro I “El Cruel” y sus hermanos bastardos, como también lo hicieron más tarde Juan II y los Infantes de Aragón.