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Mérida, Yucatán, resguarda haciendas en donde el tiempo parece detenerse; empero, las historias de amor no cesan en los exuberantes escenarios naturales, dignos de protagonizar una historia romántica. Por: Inés Ordóñez Castro Fotos: Haciendas Sotuta de Peón y Chablé Resort & Spa
L
as haciendas de Yucatán tuvieron su esplendor a principios de 1900, cuando la economía local se mantenía con la producción e industrialización del henequén, también llamado “oro verde”, usado para hacer sogas, cuerdas y cordeles. La prosperidad de aquellos nichos económicos se vio ensombrecida con la Guerra de Castas y la invención de la fibra sintética. Muchas haciendas quedaron en total abandono hasta la década de los 80 , cuando un grupo de empresarios decidió rescatarlas e invertir en su restauración, tal es el caso de Sotuta de Peón, la única hacienda viva del estado.
80 \ MDC \ ENERO-FEBRERO 2018
Ubicada en el corazón de la antigua zona henequenera de Yucatán, en el municipio de Tecoh y a sólo 45 minutos de Mérida, Sotuta de Peón es parte de la Ruta del Henequén, y brinda un viaje inigualable a través del tiempo. Sus edificaciones datan del siglo XIX y, a pesar del tiempo, aún conservan la esencia y costumbres de sus antiguos habitantes. La casona principal funge como museo, en ella se exhiben los muebles y objetos personales de sus dueños originales. En los alrededores está la fábrica donde procesan de manera manual e industrial el henequén, los visitantes pueden admirar el proceso y llevarse un detalle elaborado de “oro verde”.
