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CONTROL VETERINARIO, PASTOREO MÓVIL Y SOSTENIBILIDAD Pablo Manzano, PhD Post-doctoral researcher Global Change and Conservation lab Helsinki Institute of Sustainability Science
La trashumancia y el pastoreo móvil son cada vez más reconocidos como una actividad de gran valor ambiental y social. En países en vías de desarrollo su valor se debe a que proporciona medios de vida sostenibles a grandes bolsas de población que viven en ambientes marginalizados y con pobre provisión de servicios1. En países desarrollados como España se consideran como algo esencial que se debe recuperar en el medio rural. Cuestiones como la falta de regeneración de encinas en las dehesas2, la fragmentación de hábitats o el declive de polinizadores3 son mitigadas por la práctica de la trashumancia a pie, que provee en general de muchos otros servicios de ámbito ambiental4, social y económico5. Tal práctica ganadera, con rendimientos mayores de los que se le suelen atribuir6, puede ser además una de las piezas de una economía descarbonizada7. Sus valores han sido reconocidos a nivel interministerial tras la publicación en 2013 del Libro Blanco de la Trashumancia8. Su mantenimiento y promoción, además, es obligado para España por diferentes me-
canismos legales. El primero: la Ley 3/1995 de Vías Pecuarias, que establece como primer y principal uso del sistema de caminos ganaderos a los rebaños en tránsito. La Ley 10/2015, para la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, incluye desde el Real Decreto 385/2017 la protección de la práctica trashumante como Manifestación Representativa del mismo. La inclusión de la trashumancia en el Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO9 añade un compromiso internacional al respecto. El reconocimiento internacional del valor de la trashumancia no hace sino subrayar su valor, que es también compartido más allá de nuestras fronteras. Desde el sector veterinario, sin embargo, se observan reticencias a escala mundial a dicha práctica con consecuencias que van más allá de la sanidad animal. El uso de vallas veterinarias en varios países del sur de África es el ejemplo tal vez más paradigmático. La región tiene un rico patrimonio etnográfico de sistemas pastoriles que pastan tanto en las zonas desérticas del Kalahari y el Namib10 como en los humedales del Okavango11 y el Kafue12. Este medio de vida ha estado presente en la zona durante al menos dos milenios13. Sumado a un clima hostil para los cultivos, los paisajes no fragmentados han mantenido una rica vida silvestre migratoria14,15 que es ahora la base de una vibrante industria de caza y ecoturismo.
Mostafa A. Elbrolosy/shutterstock.com
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