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La alimentación de cachorros y gatitos
from Argos 231
by Grupo Asís
• Proteínas totales: puede emplearse refractómetro. • Frotis sanguíneo.
Alteraciones analíticas
Es importante conocer los valores de referencia específicos para la edad del gatito, incluyendo las posibles alteraciones fisiológicas y patológicas (tablas 2 y 3).
Alteraciones fisiológicas • Los valores de creatinina y urea serán menores que en gatos adultos. • Podemos encontrar anemia normocítica normocrómica moderada. • Las globulinas pueden estar reducidas, dando lugar a un descenso en el recuento total de proteínas. • Podemos encontrar elevación de la fosfatasa alcalina.
Alteraciones patológicas • Anemia grave: puede deberse a procesos de isoeritrólisis neonatal o a parasitosis graves. • Leucopenias frecuentes en procesos víricos, como panleucopenia felina o virus de la leucemia felina. También podemos encontrarlas en casos de sepsis. • Hipoglucemia: aunque importante desde el punto de vista terapéutico, no es útil para alcanzar la causa etiológica. • Hiperbilirrubinemia: asociada a isoeritrólisis neonatal o a problemas hepáticos. • Hiperaminoniemia: encefalopatía hepática o SPP congénito. • Fosfatasa alcalina y fósforo reducido: retraso en el crecimiento. • Colesterol y triglicéridos aumentados: indica el uso de rutas alternativas metabólicas para la obtención de energía.
Muestra de orina
En gatitos menores de 3 semanas de edad puede obtenerse la muestra mediante la estimulación de la región perianal con gasas o algodón.
Durante la evaluación del urianálisis es importante tener en cuenta: • Color: muestras marrones o rojizas pueden indicar presencia de hemoglobinuria e isoeritrólisis neonatal. • USG: valores superiores a 1.017 indican deshidratación. • Piuria: determinada siempre por citología, indica infección del tracto urinario. • Glucosuria: es un hallazgo normal en gatitos neonatos.
Muestra de heces
Para la recolección de la muestra en gatitos menores de tres semanas es suficiente con la estimulación de la región perianal con gasas o algodón para provocar la defecación.
El examen coprológico puede realizarse mediante examen directo o por flotación para determinar la presencia de parásitos (Giardia spp., Tritrichomonas foetus, coccidios, parásitos intestinales, etc.).
Con una muestra de heces también pueden realizarse test comerciales para la determinación de panleucopenia felina o giardiosis.
Pruebas complementarias
Estudios radiográficos
Los gatitos presentan poco contraste radiográfico, por lo que puede ser útil el reducir el kv a la mitad del usado en un gato adulto para el mismo grosor. Para la interpretación se deben considerar las particularidades de la edad.
Otras pruebas
• Serología frente a FeLV/ FIV. • PCR: HVF-1, FCV, Chlamydophila felis. • Aglutinación en porta o test de Coombs ante la sospecha de IN. • Muestras para cultivos bacterianos.
Examen post mortem
Puede ser interesante en colectividades. Es necesario remitir al laboratorio el gatito entero refrigerado, no congelado.
Los gatitos menores de 21 días no son capaces de defecar ni orinar por sí mismos, por lo que si se trata de gatitos huérfanos será necesario estimularles frotando la región perianal con una toalla o algodón húmedo.
Tratamiento del fading kitten
Dependiendo del estado en el que ingrese el gatito, podremos actuar frente a la causa etiológica. No obstante, indistintamente del origen de la situación frecuentemente los gatitos padecerán “las tres H” y es esto lo que en un inicio debemos tratar para estabilizarlos.
Nuestra prioridad debe ser controlar la temperatura corporal del gatito, así como su grado de hidratación y nivel de glucosa sérica. En la mayoría de las ocasiones, tratar estos tres factores será suficiente para salvar la vida del gatito, independientemente de la causa originaria. Una vez estabilizado podremos comenzar el protocolo diagnóstico correspondiente si fuera necesario.
Hipotermia
Los valores normales de temperatura en neonatos son los siguientes: • <1 semana: 35,5 ºC-37,1 ºC. • 1-4 semanas: 36,1 ºC-37,7 ºC. • >4 semanas: 38 ºC-39 ºC (adulto).
Por debajo de estos valores los gatitos estarán hipotérmicos.
Los signos clínicos derivados de la hipotermina son los siguientes: inactividad, bradicardia, depresión respiratoria, acumulación de gas intestinal, disminución de la lactación y se notarán fríos a la palpación.
Los gatitos tienen una baja capacidad de termorregulación, ya que no pueden tiritar, presentan proporcionalmente una gran superficie corporal y tienen poca grasa de aislamiento y grasa parda, que es la que les permite mantener la temperatura corporal. Todo esto hace que sean incapaces de mantener la temperatura corporal 6 grados por encima de la temperatura ambiental. Son capaces de termorregular de forma autónoma a partir de las 4 semanas, por lo que antes de ese momento es necesario controlar la temperatura del entorno para crear un ambiente seguro para los gatitos.
Como referencia, la temperatura ambiental adecuada según la edad del gatito es: • 1 semana: 29-32 ºC. • 1-4 semanas: 27 ºC. • >4 semanas: 22 ºC.
La hipotermia puede tener graves consecuencias en los gatitos; les incapacita para mamar, favorece la aparición de íleo intestinal, lo que genera incapacidad para una correcta absorción de nutrientes. Y produce depresión respiratoria y bradicardia junto con fallo del sistema inmunitario, que favorece las infecciones.
Valores inferiores a 34,4 ºC están correlacionados con alto riesgo de muerte, lo que obliga a actuar de forma inminente para salvar su vida.
Debemos evitar calentar al gatito demasiado rápido, ya que esto puede producir un incremento en las demandas metabólicas y favorecer la pérdida de integridad cardiovascular e hipoxia, lo que puede producir cambios cerebrales, sepsis e incluso la muerte. Ha de elevarse la temperatura corporal de forma gradual a lo largo de 1-3 horas, para lo cual es necesaria una monitorización constante ya que un sobrecalentamiento puede producir deshidratación y muerte.
En casos de hipotermia de leve a moderada (temperatura rectal superior a 33,5 ºC), podemos recurrir a fuentes de calor externas, como incubadoras, mantas térmicas, botellas de agua o lámparas de calor. En casos de hipotermia grave (temperatura rectal inferior a 33,5 ºC), es importante iniciar el proceso calentando el gatito internamente para evitar la vasodilatación periférica, hipotensión y posible colapso. Para ello recurriremos a administrar fluidoterapia a 35-37 ºC por vía intravenosa, intraósea o intraperiotoneal, junto con enemas de agua tibia.
Tras la extracción de sangre, es importante comprimir de forma eficaz la yugular para evitar la formación de hematomas que compliquen la respiración o favorezcan la mayor pérdida de sangre.
No debe alimentarse a los gatitos antes de que recuperen la temperatura fisiológica correspondiente a su edad, ya que en estados hipotérmicos se pierde la capacidad de absorber los nutrientes desde el tránsito digestivo y existe también la posibilidad de regurgitación y de una posible neumonía por aspiración.
Debido a todos estos cambios la hipotermia suele ir íntimamente unida a estados hipoglucémicos.
Hipoglucemia
Debemos considerar hipoglucemia cuando obtenemos valores de glucosa sérica inferiores a 50 mg/dl. Es importante recordar que en estados hipotérmicos los gatitos tiene limitada la capacidad de absorción de glucosa a nivel de la mucosa oral, por lo que es importante corregir la hipotermia concurrente para poder resolver la hipoglucemia.
Los cachorros tienen escasas reservas de energía. Esto, junto a su función hepática inmadura, su rápida depleción de las reservas de glucógeno, la poca capacidad metabólica de generar glucosa y unos mayores requerimientos con respecto a gatos adultos (entre 2-3 veces) hacen que puedan descompensarse rápidamente.
Existen múltiples causas que pueden desencadenar cuadros hipoglucémicos, pero siempre asociados a estados de menos ingestión de alimento e incremento de las pérdidas como vómitos, diarreas, sepsis, hipotermia, inadecuada/ insuficiente nutrición.
Los gatitos llegarán a consulta débiles, con falta de apetito, hipotérmicos, con dificultad respiratoria, con maullidos que no cesan a la atención, y podrán incluso padecer convulsiones, ceguera, coma y muerte.
El tratamiento vendrá determinado por la temperatura corporal. En casos de normotérmicos podemos recurrir a la vía enteral y emplear dextrosa oral 5-10 % mediante sonda de alimentación a razón de 0,25-0,5 ml/100 g hasta recuperar la normoglucemia. En casos de hipotermia concurrente debe emplearse la vía parenteral, ya que la glucosa por vía oral no será absorbida. Emplearemos bolos de dextrosa al 15,2 % IV o IO (0,10,2 ml/100 g) seguido de una infusión constante de 1,25-5 % dextrosa para evitar hipoglucemia de rebote. No deben emplearse soluciones de dextrosa hipertónica por vía subcutánea por riesgo de necrosis cutánea.
Idealmente deberíamos monitorizar los valores de glucosa mediante glucómetros
portátiles y, en caso de que esto no sea posible, debemos evaluar la respuesta al tratamiento. Una vez normalizados los valores de glucosa y de temperatura debemos pasar a la alimentación enteral, pero puede que aún los gatitos no sean capaces de ingerir el alimento de forma voluntaria o la cantidad que coman sea insuficiente. Para estos casos puede recurrirse a la alimentación mediante tubo oroesofágico.
Deshidratación
Proporcionalmente los gatitos tienen una mayor cantidad de agua corporal que un gato adulto (un 80 %, frente al 60 % de estos últimos). Su producción de orina es de 25 ml/kg, mientras que en adultos es de 1-20 ml/kg. Los gatitos poseen ciertas características que los diferencian de los gatos adultos que hacen que sus requerimientos de fluidos sean mayores, como sufrir mayores pérdidas a través de la piel, riñones y pulmones, mayor superficie corporal en relación con su peso, mayor tasa metabólica y menor grasa corporal.
Para evaluar el grado de hidratación nos apoyaremos en la pérdida de peso, sequedad de mucosas, color de la orina y densidad urinaria.
Las principales causas de deshidratación serán el consumo inadecuado de líquidos y la pérdida de fluidos por exceso de calor, humedad baja, diarreas y vómitos.
Para combatir la deshidratación clasificaremos a los pacientes en dos grupos: • Gatitos con deshidratación moderada y sin alteraciones gastrointestinales en los que emplearemos la vía enteral usando leche diluida al 50 % en agua y/o fluidos subcutáneos templados. • Gatitos con deshidratación moderada- grave en los que será necesario emplear fluidoterapia por vía IV, IO o IP.
Además, debemos tener en cuenta algunos conceptos básicos en fluidoterapia neonatal: • Administrar los fluidos templados. • Los gatitos tienen baja tolerancia al estrés, por lo que si no se trata de un caso extremo debemos emplear la vía SC. • En gatitos de menos de 7 semanas emplearemos soluciones de SSF o Ringer, ya que tienen una capacidad reducida de metabolizar el lactato a bicarbonato.
Con respecto a los requerimientos, son los siguientes: • Neonatos: 130-220 ml/kg/24 h (180 ml/ kg/24 h). • Gatitos en edad de destete: 120 ml/ kg/24 h. • Gatitos >6 meses: 50-65 ml/kg/24 h.
Vías de administración: • Vía intraperiotoneal: es la menos recomendada, ya que la absorción de fluidos es menor y menos fiable que en adultos, además del riesgo de infección y punción de vísceras. Es importante hacerlo bajo estrictos sistemas de asepsia. • Vía intraósea: en ocasiones puede ser la mejor alternativa para administrar fluidos de forma rápida a los gatitos. Permite ritmos de infusión de 1 ml/h. • Vía intravenosa: los gatitos tienen las patitas muy cortas, por lo que la colocación y mantenimiento del catéter es complicado. Pueden colocarse catéteres de 23-25 G en la vena cefálica o yugular.
Con respecto al ritmo de infusión, se deben administrar bolos de fluidos templados lentos IV a 1 ml/ 30 g de peso (30-45 ml/ kg), seguidos de una infusión de mantenimiento de 80-120 ml/kg/día (8-12 ml/100 g/ día) + pérdidas.
Sobre la elección de fluidos, se optará por SSF o Ringer +/ - 1,25-5 % de dextrosa.
Además, debemos monitorizar varios parámetros: • Pesar a los gatitos cada 6-8 horas. • Mediciones de creatinina y hematocrito. • Monitorización de glucosa y electrolitos.
En caso de que se realicen transfusiones sanguíneas, las indicaciones son las siguientes: • Debilidad, taquicardia, mucosas pálidas, hematocrito <15 %. • Método: la sangre del donante se diluye en una solución 9:1 con citrato y se administra vía IV o IO a un ritmo de 20 ml/kg en un mínimo de 2 horas.
Farmacología neonatal
Según las condiciones en las que ingresa el paciente, será necesaria la administración de medicación para ayudar a su recuperación. Es necesario conocer sus particularidades metabólicas ya que la farmacodinámica es distinta a la de los gatos adultos. ¿Qué fármacos podemos dar? Pocos medicamentos han sido estudiados para su uso en gatitos, por lo que las dosis empleadas no son más que una estimación para trabajar en niveles seguros y evitar posibles efectos tóxicos. Como regla general emplearemos el 30-50 % de la dosis destinada a adultos.
AINE
No emplear en animales menores de 6 semanas debido toxicidad renal, su uso debe estar restringido a animales nomovolemicos y normotensos.
Aintiparasitarios
Idealmente, deben seleccionarse tras la realización de coprológicos e identificación de los parásitos existentes: • Toxocara: pirantel o febendazol. • Giardia: febendazol o metronidazol. • T. foetus: ronidazol. • Coccidios: sulfa/trimetropin o toltrazurilo. • Pulas y piojos: fipronilo (uso seguro desde los dos días de vida), imidocloprid, semalectina (a partir de las 6 semanas). • Toxoplasma: clindamicina, azitromicina.
Anestésicos/analgésicos
• Acepromacina: 0,01-0,025 mg/ kg IM, scq 2-6 h. • Buprenorfina: 10-20 mcg/kg scq 6 h. • Butorfanol: 0,2-0,4 mg/kg IV q 1-4 h. • Diacepam: 0,05-0,1 mg/ kg IV q 6 h o más. • Metadona: 0,1-0,5 mg/kg, IV, IM, scq 1-4 h. • Fentanilo: 1-5 mcg/ kg IV por h en IRC. • Naloxona: 0,004-0,04 mg/kg se puede mezclar 0,05-0,1 ml en 10 ml de SSF para una titulación más fácil. IV dosis efecto.
Antibióticos
Debemos hacer un uso racional de los mismos, a ser posible tras cultivo y antibiograma, e intentar limitar el uso de antibióticos orales ya que pueden alterar la flora gastrointestinal: • Penicilinas: primera elección. Amoxicilina: 6-20 mg/kg dos veces al día oral, amoxicilina + ácido clavulánico: 12,525 mg/ kg dos veces al día oral. • Cefalosporina: segunda opción. Cefalexina, cefazolina: 10-30 mg/kg dos veces al día oral. • Sulfatrimetropín: evitar en anemia o leucopenias. • Clindamicinay metronidazol (5 mg/ kg/12 h), solo sin alteración hepática. • Aminoglucósidos: daño renal y ototóxicos. Evitar darlos. • Tetraciclinas: doxiciclina (10 mg/ kg/24 h/VO) tinción del esmalte.
• Macrólidos: azitromicina (5-10 mg/ kg/24 h/VO) durante 5-7 días. Precaución en gatitos con función hepática alterada. • Nitroimidazoles: metronidazol (5 mg/kg q 12 h). Precaución en gatitos con función hepática alterada. • Quinolonas: erofloxacino (5 mg/kg/ 24 h/SC). ¿Alteración en el cartílago de crecimiento? Alopecia en el punto de inyección. Ceguera en gatos adultos en dosis altas. Evitar en gestantes. • Beta lactámicos. Ampicilina: 25 mg/ kg tres veces al día, IV, IO, IM. Puede alterar la flora gastrointestinal e inducir diarrea.
Conclusiones
En resumen, podemos decir que las principales causas del desvanecimiento de los gatitos están relacionadas con el entorno y el manejo, y que en la mayoría de las ocasiones no podremos determinar la causa que desencadenó la crisis. Nos limitaremos a su recuperación y estabilización, y nuestros principales enemigos son la hipoglucemia, la hipotermia y la deshidratación.
Los gatitos son unos pacientes muy peculiares y es necesario conocer sus particularidades para realizar un correcto manejo y no empeorar aún más la situación, ya comprometida, en la que podemos recibirlos en consulta. Su pequeño tamaño es una limitación para el veterinario a la hora de realizar pruebas diagnósticas o procedimientos que puedan salvarle la vida. Debido a la capacidad que tienen para descompensarse rápidamente deben considerarse en su defecto pacientes de UCI.
Un punto importante tras su recuperación será la educación de los cuidadores en el correcto manejo y detección temprana de anomalías que puedan evitar nuevas recaídas.
Bibliografía:
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