52 EN PORTADA / Pediatría
• Proteínas totales: puede emplearse refractómetro. • Frotis sanguíneo.
Alteraciones analíticas Es importante conocer los valores de referencia específicos para la edad del gatito, incluyendo las posibles alteraciones fisiológicas y patológicas (tablas 2 y 3). Alteraciones fisiológicas • Los valores de creatinina y urea serán menores que en gatos adultos. • Podemos encontrar anemia normocítica normocrómica moderada. • Las globulinas pueden estar reducidas, dando lugar a un descenso en el recuento total de proteínas. • Podemos encontrar elevación de la fosfatasa alcalina. Alteraciones patológicas • Anemia grave: puede deberse a procesos de isoeritrólisis neonatal o a parasitosis graves. • Leucopenias frecuentes en procesos víricos, como panleucopenia felina o virus de la leucemia felina. También podemos encontrarlas en casos de sepsis. • Hipoglucemia: aunque importante desde el punto de vista terapéutico, no es útil para alcanzar la causa etiológica. • Hiperbilirrubinemia: asociada a isoeritrólisis neonatal o a problemas hepáticos. • Hiperaminoniemia: encefalopatía hepática o SPP congénito. • Fosfatasa alcalina y fósforo reducido: retraso en el crecimiento. • Colesterol y triglicéridos aumentados: indica el uso de rutas alternativas metabólicas para la obtención de energía.
Muestra de orina
Otras pruebas
En gatitos menores de 3 semanas de edad puede obtenerse la muestra mediante la estimulación de la región perianal con gasas o algodón. Durante la evaluación del urianálisis es importante tener en cuenta: • Color: muestras marrones o rojizas pueden indicar presencia de hemoglobinuria e isoeritrólisis neonatal. • USG: valores superiores a 1.017 indican deshidratación. • Piuria: determinada siempre por citología, indica infección del tracto urinario. • Glucosuria: es un hallazgo normal en gatitos neonatos.
• Serología frente a FeLV/ FIV. • PCR: HVF-1, FCV, Chlamydophila felis. • Aglutinación en porta o test de Coombs ante la sospecha de IN. • Muestras para cultivos bacterianos.
Muestra de heces Para la recolección de la muestra en gatitos menores de tres semanas es suficiente con la estimulación de la región perianal con gasas o algodón para provocar la defecación. El examen coprológico puede realizarse mediante examen directo o por flotación para determinar la presencia de parásitos (Giardia spp., Tritrichomonas foetus, coccidios, parásitos intestinales, etc.). Con una muestra de heces también pueden realizarse test comerciales para la determinación de panleucopenia felina o giardiosis.
Pruebas complementarias Estudios radiográficos Los gatitos presentan poco contraste radiográfico, por lo que puede ser útil el reducir el kv a la mitad del usado en un gato adulto para el mismo grosor. Para la interpretación se deben considerar las particularidades de la edad.
Los gatitos menores de 21 días no son capaces de defecar ni orinar por sí mismos, por lo que si se trata de gatitos huérfanos será necesario estimularles frotando la región perianal con una toalla o algodón húmedo.
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Examen post mortem Puede ser interesante en colectividades. Es necesario remitir al laboratorio el gatito entero refrigerado, no congelado.
Tratamiento del fading kitten Dependiendo del estado en el que ingrese el gatito, podremos actuar frente a la causa etiológica. No obstante, indistintamente del origen de la situación frecuentemente los gatitos padecerán “las tres H” y es esto lo que en un inicio debemos tratar para estabilizarlos.
producir cambios cerebrales, sepsis e incluso la muerte. Ha de elevarse la temperatura corporal de forma gradual a lo largo de 1-3 horas, para lo cual es necesaria una monitorización constante ya que un sobrecalentamiento puede producir deshidratación y muerte. En casos de hipotermia de leve a moderada (temperatura rectal superior a 33,5 ºC), podemos recurrir a fuentes de calor externas, como incubadoras, mantas térmicas, botellas de agua o lámparas de calor. En casos de hipotermia grave (temperatura rectal inferior a 33,5 ºC), es importante iniciar el proceso calentando el gatito internamente para evitar la vasodilatación periférica, hipotensión y posible colapso. Para ello recurriremos a administrar fluidoterapia a 35-37 ºC por vía intravenosa, intraósea o intraperiotoneal, junto con enemas de agua tibia.
Tras la extracción de sangre, es importante comprimir de forma eficaz la yugular para evitar la formación de hematomas que compliquen la respiración o favorezcan la mayor pérdida de sangre. Nuestra prioridad debe ser controlar la temperatura corporal del gatito, así como su grado de hidratación y nivel de glucosa sérica. En la mayoría de las ocasiones, tratar estos tres factores será suficiente para salvar la vida del gatito, independientemente de la causa originaria. Una vez estabilizado podremos comenzar el protocolo diagnóstico correspondiente si fuera necesario.
Hipotermia Los valores normales de temperatura en neonatos son los siguientes: • <1 semana: 35,5 ºC-37,1 ºC. • 1-4 semanas: 36,1 ºC-37,7 ºC. • >4 semanas: 38 ºC-39 ºC (adulto). Por debajo de estos valores los gatitos estarán hipotérmicos. Los signos clínicos derivados de la hipotermina son los siguientes: inactividad, bradicardia, depresión respiratoria, acumulación de gas intestinal, disminución de la lactación y se notarán fríos a la palpación. Los gatitos tienen una baja capacidad de termorregulación, ya que no pueden tiritar, presentan proporcionalmente una gran superficie corporal y tienen poca grasa de aislamiento y grasa parda, que es la que les permite mantener la temperatura corporal. Todo esto hace que sean incapaces de mantener la temperatura corporal 6 grados por encima de la temperatura ambiental. Son capaces de termorregular de forma autónoma a partir de las 4 semanas, por lo que antes de ese momento es necesario controlar la temperatura del entorno para crear un ambiente seguro para los gatitos. Como referencia, la temperatura ambiental adecuada según la edad del gatito es: • 1 semana: 29-32 ºC. • 1-4 semanas: 27 ºC. • >4 semanas: 22 ºC. La hipotermia puede tener graves consecuencias en los gatitos; les incapacita para mamar, favorece la aparición de íleo intestinal, lo que genera incapacidad para una correcta absorción de nutrientes. Y produce depresión respiratoria y bradicardia junto con fallo del sistema inmunitario, que favorece las infecciones. Valores inferiores a 34,4 ºC están correlacionados con alto riesgo de muerte, lo que obliga a actuar de forma inminente para salvar su vida. Debemos evitar calentar al gatito demasiado rápido, ya que esto puede producir un incremento en las demandas metabólicas y favorecer la pérdida de integridad cardiovascular e hipoxia, lo que puede
No debe alimentarse a los gatitos antes de que recuperen la temperatura fisiológica correspondiente a su edad, ya que en estados hipotérmicos se pierde la capacidad de absorber los nutrientes desde el tránsito digestivo y existe también la posibilidad de regurgitación y de una posible neumonía por aspiración. Debido a todos estos cambios la hipotermia suele ir íntimamente unida a estados hipoglucémicos.
Hipoglucemia Debemos considerar hipoglucemia cuando obtenemos valores de glucosa sérica inferiores a 50 mg/dl. Es importante recordar que en estados hipotérmicos los gatitos tiene limitada la capacidad de absorción de glucosa a nivel de la mucosa oral, por lo que es importante corregir la hipotermia concurrente para poder resolver la hipoglucemia. Los cachorros tienen escasas reservas de energía. Esto, junto a su función hepática inmadura, su rápida depleción de las reservas de glucógeno, la poca capacidad metabólica de generar glucosa y unos mayores requerimientos con respecto a gatos adultos (entre 2-3 veces) hacen que puedan descompensarse rápidamente. Existen múltiples causas que pueden desencadenar cuadros hipoglucémicos, pero siempre asociados a estados de menos ingestión de alimento e incremento de las pérdidas como vómitos, diarreas, sepsis, hipotermia, inadecuada/ insuficiente nutrición. Los gatitos llegarán a consulta débiles, con falta de apetito, hipotérmicos, con dificultad respiratoria, con maullidos que no cesan a la atención, y podrán incluso padecer convulsiones, ceguera, coma y muerte. El tratamiento vendrá determinado por la temperatura corporal. En casos de normotérmicos podemos recurrir a la vía enteral y emplear dextrosa oral 5-10 % mediante sonda de alimentación a razón de 0,25-0,5 ml/100 g hasta recuperar la normoglucemia. En casos de hipotermia concurrente debe emplearse la vía parenteral, ya que la glucosa por vía oral no será absorbida. Emplearemos bolos de dextrosa al 15,2 % IV o IO (0,10,2 ml/100 g) seguido de una infusión constante de 1,25-5 % dextrosa para evitar hipoglucemia de rebote. No deben emplearse soluciones de dextrosa hipertónica por vía subcutánea por riesgo de necrosis cutánea. Idealmente deberíamos monitorizar los valores de glucosa mediante glucómetros