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A propósito de un caso clínico

Tabla 3. Volumen necesario en técnicas locorregionales descritas1,4,11 para analgesia del codo.

Bloqueo/ Técnica Fármacos Volumen necesario

Paravertebral

Bupivacaína 0,5 % Ropivacaína 0,5 % o 0,75 % Levobupivacaína 0,5 %

Subescalénico

Bupivacaína 0,5 % Ropivacaína 0,5 % Levobupivacaína 0,5 % Para las ramas C6 y C7: 0,05 mL/kg Para las ramas C8-T1: 0,1 mL/kg

0,4 mL/kg totales

Axilar

RUMM proximal

Bupivacaína 0,5 % Ropivacaína 0,5 % Levobupivacaína 0,5 % Bupivacaína 0,5 % Ropivacaína 0,5 % Levobupivacaína 0,5 % 0,15 a 0,2 mL/kg

Para el nervio musculocutáneo: 0,03 mL/kg Para los nervios radial y mediano-cubital: 0,07 mL/kg

Tabla 4. Analgésicos utilizados por vía oral y sus dosis, en perros13 .

Fármaco Dosis

Amitriptilina

Gabapentina

Paracetamol 1-2 mg/kg cada 12 horas

10 mg/kg cada 8 horas

10 mg/kg cada 12 horas

Figura 4. Administración IA de PRPs en el codo izquierdo, bajo sedación profunda.

NOVEDADES EDITORIALES

Por vía oral, lo más común son los antiinflamatorios no esteroideos. Pero, cuando estos fallan o provocan efectos secundarios no deseados, podemos administrar o coadministrar amitriptilina, gabapentina, paracetamol (tabla 4) o cannabinoides; sin olvidar las terapias coadyuvantes, como los suplementos alimenticios con omega 3, colágeno no desnaturalizado (nativo) tipo II y, por supuesto, un buen control de peso y ejercicio.

La administración de anticuerpos monoclonales, recientemente comercializados, es adecuada para casos de osteoartritis en perros9, aunque todavía queda mucho por investigar. Además, se pueden combinar con sesiones de fisioterapia y/o hidroterapia y acupuntura5 .

Otras técnicas más recientes, dependiendo del origen de dolor, incluyen la infiltración intraarticular con PRP5, el ácido hialurónico y los antiinflamatorios esteroideos. Los bloqueos locorregionales previamente descritos, en este caso infiltrando antiinflamatorios esteroideos, se usan cada vez más en veterinaria con efectos clínicos positivos. Estas técnicas se pueden aplicar bajo sedación profunda, sin necesidad de hospitalizar al paciente (figura 4).

Por último, la terapia nuclear con resonancia magnética está descrita en perros con osteoartritis y aunque haya una respuesta con variabilidad individual entre perros, es otra opción que se puede tener en cuenta10 .

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Alteraciones del comportamiento causadas por dolor

La detección precoz de cambios en la conducta debido a dolor o malestar es muy importante, ya que estos nos advierten de cuadros clínicos más complejos que pueden aparecer en un futuro cercano.

Ángela Martín Méndez

Veterinaria y profesora adjunta del Departamento de Veterinaria en la Facultad de Ciencias Biomédicas y de la Salud de la Universidad Europea de Madrid

El dolor es una sensación aversiva que desencadena respuestas celulares en los tejidos cercanos a la zona donde se origina, pero también genera la liberación de sustancias que afectan al metabolismo del organismo y que pueden llegar a alterar la conducta del individuo. La presencia de dolor en un individuo se ha comprobado que es capaz incluso de modificar la actitud y la frecuencia con la que este se relacionará con otros individuos.1-3

La manifestación de dolor puede ir desde una leve cojera intermitente a cambios bruscos de comportamiento, e incluso pueden darse respuestas agresivas sin previo aviso.

A nivel clínico, tiene mucha relevancia la detección precoz de leves cambios en la conducta4 que sean compatibles con la aparición de dolor, ya que darán pistas al clínico para iniciar un plan diagnóstico y pautar el tratamiento más adecuado en cada ocasión. Hay que tener presente que dentro del planteamiento clínico hay casos en los que es difícil determinar inicialmente, sin el uso de pruebas diagnósticas, si hay una causa orgánica subyacente que origine dolor o si se trata de una alteración neurológica o conductual desde el inicio. Por este motivo, la determinación de la causa de los problemas de comportamiento requerirá un estudio en profundidad, aunque los cambios de conducta sean leves o intermitentes.

El dolor

El dolor es una percepción subjetiva propia de cada individuo que depende, tanto de la experiencia previa que ha tenido de situaciones dolorosas, como de la sensibilidad de cada uno; varía también según la zona anatómica y tejido afectado, así como en función de la gravedad del proceso y el tiempo transcurrido desde su aparición.

El dolor y la conducta en especies animales

Las especies animales suelen ocultar los signos externos de dolor para evitar mostrarse vulnerables ante otros individuos de su propia especie o ante depredadores que los puedan elegir como presa, al percibirlos como individuos más débiles que el resto.

Hay estudios con ratones que ponen de manifiesto que aquellos que están sufriendo dolor disminuyen sus interacciones sociales, especialmente con individuos con los que no están familiarizados. Y, además, reaccionan de forma más agresiva e impulsiva frente a situaciones en las que anteriormente no presentaban esa respuesta.5

En otras especies animales también se detectan modificaciones en su conducta asociadas al dolor, e incluso cambios tan leves como: • Modificación en las expresiones faciales en los perros (figura 1)6 • Ronroneo en los gatos • La posición de las orejas de los caballos

La manifestación de dolor puede ir desde una leve cojera intermitente a cambios bruscos de comportamiento, e incluso pueden darse respuestas agresivas sin previo aviso.

Figura 1. Se siguen estudiando las sutiles modificaciones en la expresión facial de los perros, para determinar si pueden considerarse modificaciones de conducta causadas por dolor o si son únicamente debidas al proceso de domesticación realizado por el ser humano. Figura 2. Los perros con menor actividad física de forma rutinaria, o menor interacción con los propietarios, propiciarán que los cambios de conducta debido a dolor pasen inadvertidos más tiempo.

Dolor y bienestar

Como bien sabemos, las directrices internacionales de la OIE7 identifican el bienestar animal como “el estado físico y mental de un animal en relación con las condiciones en las que vive y muere”. Cabe recordar que, de las cinco libertades ampliamente conocidas y mencionadas hoy en día, que indican los cinco puntos mínimos que se deben cumplir en el manejo y tenencia de animales, hay una que hace referencia a la “libertad o ausencia de dolor, lesión y enfermedad” (tabla 1).

Es, por tanto, de vital importancia reconocer aquellos cambios de comportamiento que estén relacionados con de dolor de los animales, para poder investigar sus causas y determinar un tratamiento; de este modo nos aseguraremos trabajar en pro del bienestar de nuestros pacientes.

Tabla 1. Las cinco libertades.

• Libre de hambre, sed y desnutrición • Libre de malestar físico y térmico • Libre de dolor, lesión y enfermedad • Libre para expresar las conductas normales y típicas de la especie • Libre de miedo y estrés

Tabla 2. Alteraciones clínicas dolorosas más frecuentes asociadas a problemas de comportamiento. Dolor a nivel clínico

Como hemos adelantado, tiene mucha importancia la detección precoz de cambios en la conducta debido a dolor o malestar, ya que nos advierten de cuadros clínicos más complejos que pueden aparecer en un futuro cercano. Con una detección precoz de estas modificaciones de conducta se podrán prevenir o disminuir los efectos de alteraciones que generen dolor crónico, antes de llegar a estos estadios. Por ejemplo, un leve malestar hará que un animal cambie sus rutinas, su tiempo y modo de ejercitarse, de defecar, de orinar y la forma de relacionarse con otros seres vivos. Por ello, es de vital importancia que los propietarios reconozcan los cambios de comportamiento por muy leves e incipientes que sean y que los clínicos les den importancia en la anamnesis para poder detectarlos precozmente. A nivel clínico, hay estudios que demuestran que, de los de problemas de comporta-

Tabla 3. Ejemplos de cambios del comportamiento asociadas al dolor o

malestar generado por alteraciones clínicas, según la especie8, 10-13 .

Patología causante del dolor Especie Alteración del comportamiento

Osteoartritis Perro • Cojera • Disminución de la actividad • Aumento del nerviosismo • Agresividad • Depresión • Pérdida de apetito

Gato • • Disminución de la actividad Reducción del tamaño de los saltos

Alteraciones dentales

Alteraciones endocrinas

Alteraciones gastrointestinales Perro/gato • Se muestra inseguro a la hora de coger el alimento, masticarlo y tragarlo • Le cae alimento, juguetes u objetos que coge con la boca • Se frota la cara y la boca contra objetos • Tialismo, sialorrea

Gato (FOPS: Feline orofacial pain syndrome) • Grooming excesivo • Movimientos masticatorios anormales • Se golpea la boca con la extremidad • Mutilación de la mucosa bucal y labial • Mutilación de los labios y la lengua

Gato (hipertiroidismo)

• Disminución de los periodos de descanso • Nerviosismo • Incremento de las vocalizaciones Perro • • Lamido excesivo de superficies “Cazar moscas” (fly-biting) Gato • • Incremento de las vocalizaciones Defecación inadecuada Perro • • Polaquiuria Disuria

miento asociados a dolor, el porcentaje más elevado están causados por alteraciones articulares y, concretamente, la mayor proporción hace referencia a alteraciones en la cadera.8,9 Después, los procesos musculoesqueléticos, las alteraciones gastrointestinales y dermatológicas son las principales causantes de problemas de conducta debido al dolor que generan (tabla 2).

El dolor y los cambios de conducta de perros y gatos

Dependiendo de la rutina de cada individuo, y de lo activo que sea, será más fácil o más difícil detectar cambios de conducta sutiles por parte del propietario (figura 2).

Los problemas de comportamiento que generan conflictos de convivencia, incluyendo la agresividad, no pasan desapercibidos y llegan a los centros veterinarios indicando que el motivo de visita aparentemente es una mala conducta. En estos casos, el veterinario habrá de dilucidar si realmente hay un problema orgánico inicial que ha producido dolor y ese ha sido el detonante del cambio de comportamiento de perros y gatos (tabla 3).

Cabe destacar que aquellos perros que ya presentaban cierta agresividad antes del inicio del estadio doloroso muestran, una vez que se manifiesta el dolor, una conducta más explosiva e impetuosa al ser manipulados, y presentan con mayor frecuencia posturas corporales defensivas.14 Además, los perros que ya mostraban una cierta agresividad antes de sufrir episodios de dolor, al presentar dolor muestran una mayor frecuencia de conductas agresivas, en comparación con aquellos que han empezado a realizarlas junto con la percepción de dolor.

En animales aún faltan herramientas para conocer si el carácter de cada perro puede afectar del mismo modo a la sensación, el grado de dolor que sufre y la respuesta al dolor que manifiesta.

El carácter de los perros y el dolor

En las personas es conocida la relación entre la personalidad o estado de ánimo de los pacientes y el grado de dolor que perciben, además de la forma de afrontarlo. En animales aún faltan herramientas para conocer si el carácter de cada perro puede afectar del mismo modo a la sensación, el grado de dolor que sufre y la respuesta al dolor que manifiesta.15,16

También es probable que juegue un importante papel la actitud del propietario frente al malestar del perro, pero de momento no hay estudios con resultados concluyentes.

Conclusión

La identificación de cambios de conducta causados por dolor muy leve en los animales es un gran reto a nivel clínico, especialmente si únicamente nos apoyamos en la anamnesis que creamos hablando con el propietario. Cualquier cambio de conducta o rutina de los animales debería tenerse en cuenta, por sutil que sea, e incluir como diagnóstico diferencial el padecimiento potencial de dolor, que podrá venir acompañado de alteraciones clínicas más graves, pero que desde el primer instante que genera cambios a nivel interno en el individuo, hay que tener presente que está afectando al bienestar del individuo.

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