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Una historia inspiradora

Un emprendimiento que apuesta por la minería sostenible

Por Karla Alcántara,

kaalcantara@eldinero.com.do. Foto: Cortesía

Emprender con amigas es un camino retador y conlleva un sinfín de aprendizajes. Tener un proyecto en conjunto es estar abierto a escuchar al otro, trabajar en organización y cultivar el respeto mutuo, pues es el proceso de cocrear en una misma sintonía un producto en común. Es trabajar la paciencia y el amor hacia los demás. El emprendimiento es fusionar las ideas de dos personas en un mismo objetivo: la creación.

El ser humano, por esencia, tiene el espíritu por descubrir, una vez que llega a esto, desea exhibir lo nuevo. El larimar, al ser una piedra misteriosa, se exhibe y se convierte para el público en una joya exclusiva. Estos elementos poseen un valor intrínseco, que se unen a las emprendedoras que apuestan por lo local y orgánico para crear accesorios artesanales hechos a mano con piedras preciosas e hilo, con la técnica de micro macramé.

Memoria del Agua es el nombre del emprendimiento, cuya inspiración es la leyenda del larimar, aquella piedra preciosa que guarda el recuerdo del agua proveniente del mar Caribe, y que son representadas en piedras brutas, joyería con base local que presenta una opción para crear un producto de joyería mineral.

Laura Bencosme, profesional en ecología, y Natalia de Peña, psicóloga, dos aficionadas de la minería, se unieron para impulsar el proyecto virtual y posicionarlo como un canal de expresión artística que conlleva una responsabilidad de trabajo.

El proyecto se remonta al 2017, cuando un antropólogo les narró la historia del larimar y con una botella de estas piedras en bruto decidieron hacer collares y vender las piezas a sus amigos más cercanos. Sus primeros diseños fueron los que le permitieron aprender a dominar el negocio y a conocer la industria.

Sus diseños les gustaban a las personas, lo que les impulsó a lanzar su marca. “No esperábamos la acogida del público”, asegura Natalia. Este paso las llevó a tener la confianza para decidir independizarse. “Fue un emprendimiento improvisado con resultados inesperados”.

Sus creadoras describen el emprendimiento como un proyecto local que surge de ellas para la sociedad, mostrando una hermandad que nace de una amistad que convierte el emprendedurismo en un proceso ameno y orgánico que se desarrolla de manera fluida que floreció con el paso del tiempo.

Las aficionadas de los minerales deciden concretar el emprendimiento con una base sólida con el reto de verificar que las piedras sean reales, enfrentándose al mercado ilegal de los minerales falsificados. “Adquirimos las piedras en tiendas que tengan la certificación de minerales originales”, explica Natalia. Lamenta el hecho de que tenga que recurrir a la importación de los minerales, ya que República Dominicana aún no les otorga la confianza de que sea una minería sostenible.

Sin embargo, este reto no las detiene al crear piezas de minerales preciosos. Crean la colección llamada “Raíces”, que fue una joyería inspirada en esculturas de los dioses taínos, con el objetivo de combinar la naturaleza y las raíces dominicanas. Su inspiración está en tallar la esencia de la naturaleza en los distintos productos que crean. “Somos de vida sostenible, estamos conectadas con la tierra y lo natural”, aseguran.

El proyecto tiene la virtud de cocrear piezas únicas. “La pieza es creada entre el cliente y nosotras. Se trata de conectar nuestro arte y la capacidad que tienen nuestras manos con las ideas de nuestros clientes”, explica Laura. Memoria del Agua tiene el concepto de hacer trabajos hechos desde el amor, con piedras que trabajan con la energía y dependerá del uso del ser humano.

Las emprendedoras fusionan las ideas con los gustos de los clientes, usan una creatividad mutua y cultivan el respeto. “La memoria del agua es tan poderosa como el amor”.

Dentro de sus planes se encuentra dedicarse a crecer la marca todo el año, para poder pensar en una estrategia de expansión, la cual incluye exportar a sus creaciones. Las fundadoras concuerdan que el emprendimiento ha sido un viaje interesante y transformador. “Nos ha conectado con personas”.

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