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Un enemigo declarado

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Y se hizo justicia

Y se hizo justicia

(Informe tomado del Boletín de la OMS)

Se calcula que el número de fumadores asciende a un tercio de la población adulta mundial, esto es, 1100 millones de personas, y el consumo de tabaco en otras formas aumenta a velocidad alarmante en muchas regiones del mundo. En los países en desarrollo fuman un 48 % de de los hombres y un 7 % de las mujeres. Cada año el tabaco mata a cuatro millones de personas, lo que significa casi 11.000 al día, y un millón de muertes se producen en los países peor preparados para soportar esta carga sanitaria y económica”.

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“La epidemia de tabaquismo mundial se cobrará previsiblemente las vidas de unos 250 millones de los niños y adolescentes ahora vivos, de ellos un tercio en los países en desarrollo. Según las proyecciones actuales, en el año 2030 el tabaco será la causa principal de muerte y discapacidad, con más de 10 millones de víctimas mortales al año; es decir, ocasionará más muertes en todo el mundo que el VIH, la tuberculosis, la mortalidad perinatal, los accidentes de tráfico, el suicidio y el homicidio juntos” (1).

Ante esta realidad, no es posible concebir actitudes indiferentes por parte de las autoridades y la comunidad toda. La amenaza cierta y comprobada de una tendencia epidémica que, como los cuatro jinetes del Apocalipsis, avanza arrasando con la salud de la población, cautiva involuntaria de un sistema

propagandístico basado en prebendas o sugerencias subliminales, ha llevado a decir a la OMS: “Las autoridades reguladoras de todos los países deberían prohibir las estrategias de comercialización que dan falsas seguridades acerca de los riesgos para la salud y desvían la atención de la importancia de abandonar el hábito” (2).

Claro que no todo es tan sencillo. Un ejemplo de ello es el caso de médicos de Costa Rica (128), en un estudio que se hizo con 650 médicos, entre los meses de agosto de 1993 y octubre de 1994 (solamente el 76 % de los consultados cumplimentó el cuestionario), se comprobó que el 40 % eran ex fumadores y que el 19 % aún fumaba. Pero, lo más grave es que: “Si bien conocían los riesgos para la salud asociados al tabaco, no recomendaban ninguna de las técnicas de reconocida eficacia para ayudar a los pacientes a dejar de fumar. Esta misma entidad publicó en el Bulletin of de World health Organization, un completo informe sobre el tema, en el que manifiesta: “Últimamente, las grandes compañías multinacionales tabaqueras han experimentado reducciones de las vantas de cigarrillos en los países desarrollados. En consecuencia, esas compañías han desplazados sus esfuerzos hacia nuevos mercados en América Latina y otros países en desarrollo, donde promueven intensamente el uso del tabaco.

En esos países, existen pocos obstáculos al crecimiento de la industria del tabaco y es posible comercializar y vender los cigarrillos con total libertad y a precios relativamente reducidos” (3).

Un dato alarmante es el que brinda Hurt: “En particular resulta preocupante el hecho de que dos tercios de los médicos fumadores admitían que fumaban en el lugar de trabajo, donde los pacientes y otras

personas podían observar su comportamiento”(4). Esto representa un 67 % de los encuestados.

Con respecto al consumo de tabaco entre estudiantes de secundaria portugueses, estudio llevado a cabo en Oporto, la segunda ciudad en importancia de Portugal: “Los resultados globales mostraron que el 35,8 % de los estudiantes no habían fumado nunca, el 39,4 % habían probado el tabaco (fumadores ‘experimentales’) pero no eran fumadores, el 3,3% eran ex fumadores, el 6,6 % eran fumadores ocasionales, y un 14,9 % fumaba regularmente. La edad media a la que habían empezado a fumar era de 13,4 ± 2,1 años en los hombres y de 13,4 ± 1,6 años en las mujeres”(5).

Respecto de la iniciación en el vicio por parte de los niños, consideran probable que lo hagan durante la adolescencia “edad en que diversos factores, tales como la presión de los compañeros, la influencia de la familia, la clase social y otros determinantes psicosociales inducen al individuo a adoptar y conservar ese hábito (6).

Otro aporte por considerar en este trabajo, es que: “El 77,2 % de los fumadores y consumidores de drogas ilícitas empezaron a fumar antes que a consumir ese tipo de drogas” (7). Los problemas que se puedan plantear en materia educativa por el bajo rendimiento de los estudiantes, parece ser un factor desencadenante del vicio. Tal lo afirmado por Azevedo y colaboradores (8) cuando establecieron: “El 21 % de los estudiantes con rendimiento inferior al promedio eran grandes fumadores, en comparación con el 7% de los alumnos con rendimiento superior al promedio”.

Continuando con los informes publicados por la OMS en el boletín Nº 1 del año 1999, López AD (9), en

su estudio “Medición de los riesgos del tabaco para la salud: un comentario”, parte de la comprobación de que el cigarrillo es un factor importante en la producción del carcinoma de pulmón. En este informe, el autor destaca que solo después de 1950 se produjo un cambio radical en la opinión generalizada de que el tabaco no era perjudicial para el organismo. Menciona cinco trabajos (entre ellos el que se hiciera más popular, el de Doll y Hill) como causantes de ese cambio. Influyó la casuistica presentada (más de 600 en cada caso). López destaca: “Tras 40 años de seguimiento, los resultados han descrito, quizá mejor que ninguna otra investigación, los extraordinarios riesgos del tabaquismo persistente, dado que las tasas de fallecimiento por todas las causas son, en el caso de los fumadores, dos veces mayores que las de los no fumadores y, de acuerdo con su predicción hecha casi medio siglo antes, 20 veces superiores en la mortalidad por cáncer de pulmón” (10).

Completamos este capítulo con datos extraídos de Tobacco or health: a global status report publicado por la World Health Organization (11).

Refiriéndose a la prevalencia estimada entre mujeres y hombres de 15 o más años, por ciudad y ajustado a un orden predominante de hombres, ubica a la Argentina en el puesto 42 (dato de 1992) estimando que son fumadores el 40 % de los hombres y el 23 % de las mujeres.

En 1994, se produjeron en nuestro país 40 600 millones de cigarrillos (0,7 % del total fabricado en el mundo), se exportaron 32.820 toneladas métricas de tabaco seco (1.8 % del total mundial), el consumo interno de cigarrillos manufacturados fue de 41 800 (0.8 % del total mundial).

En ese mismo año los Estados Unidos exportaron

220 221 millones de cigarrillos (2,3 % del total mundial).

Con relación a las muertes por cáncer de pulmón, en 1990, en la Argentina, las cifras por cada 100 000 habitantes fue de: Hombres (55.9 %), Mujeres (8.9 %).

En 1990 se utilizaron para el cultivo de tabaco 52 277 hecáreas (0.2 % de la tierra cultivable) y se esperaba el incremento de esta cifra.

“La Argentina es uno de los mayores productores de tabaco virgen o manufacturado en el hemisferio occidental. En 1992 se produjeron 108.570 toneladas (un incremento del 61 % sobre 1990 (67.588 toneladas) o 1.6 % del total mundial. Las importaciones de cigarrillos crecieron de 1600 millones a 2200 durante el mismo período, contabilizando el 0.3 % del total mundial y la exportación fue de 1150 millones de cigarrillos”.

En 1990 se exportaron 74 000 dólares en cigarrillos y 95 millones de dólares en tabaco no manufacturado. Los costos fueron de 70 000 dólares para cigarrillos y 450.000 dólares para tabaco no manufacturado.

Según WHO, la producción argentina es dominada por dos subsidiarias de multinacionales tabacaleras. La mayor parte del tabaco que se produce en Argentina es para consumo interno. El contrabando de cigarrillos representa el 12 % del mercado.

En 1994, el 100 % de los cigarrillos se fabricaban con filtro.

En 1990 se estimó que el 13 % de las muertes masculinas (14.000) se debían al consumo de tabaco. Todavía no era la mayor causa de muerte en las mujeres.

La conclusión es que aumentó en las mujeres y disminuyó en los hombres.

WHO recomienda que urgentemente los países deben implementar medidas políticas de control que

podrán evitar realmente una epidemia de tabaco. Para ello, propone un programa basado en los siguientes principios: * Monitoreo continuo de la epidemia de tabaco * Medidas preventivas para evitar la adicción al tabaco en los niños * Medidas de protección para las personas expuestas involuntariamente alhumo del tabaco * Promoción efectiva de la salud, educación sobre el particular, programas sobre cesación de fumar * Advertencia acerca de la salud en los paquetes de cigarrillos * Progresiva eliminación de la publicidad del tabaco * Utilización de medidas financieras –como impuestos– para desalentar la consumición del tabaco (12).

CAUSA DE MUERTE POR CÁNCER DE PULMÓN POR CADA 100.000 PERSONAS

HOMBRES MUJERES AÑO

59.8

57.9

56.0 7.9

8.2

8.2 1970/72

1980/82

1990/92

Un paso importante en la Argentina fue la obligación de inserar en los paquetes de cigarrillos la leyenda: “El fumar es perjudicial para la salud. Ley 23344”. Por último, para ilustrar al lector acerca del porcentaje de dinero que se invertía en cigarrillos en el año 1957 en la Argentina, cuando ya era conocido el informe de Doll y Hill, la revista Mundo Argentino publicó una

estadística tomada de una importante proveeduría sindical. En esta, se estableció el siguiente promedio mensual:

RUBRO Artículos de tocador Menaje Reparaciones varias Artículos de limpieza 2 asistencias al cine 2 asistencias deportivas 1 diario 2 revistas 2 libros Viáticos (calle y transporte)

Cigarrillos

Total $ 106.15 91.50 20.00 87.00 56.50 15.00 19.00 7.00 70.00 150.00

174.00*

795.45

* el resultado es nuestro.

Pese a la arbitrariedad de la estadística, un ato significativo es el importe destinado al cigarrillo en comparación con el resto de las cifras.

BIBLIOGRAFÍA:

1. Hurt RD, “Tratar el tabaquismo e invertir la tendencia”, Boletín de la OMS, Recopilación de artículos, p.8. (Nº 1), 1999. 2. Idem. 3. Grossman DW; Knox JJ; Nash C; Jimenez JG, “Tabaquismo:

Actitudes de los médicos de Costa Rica y oportunidades de intervención”, Boletín de la OMS (op. cit.). 4. Idem, ibidem. 5. Idem, ibidem. 6. Idem, ibidem. 7. Idem, ibidem.

8. Azevedo A; Machado AP; Barros H, “Consumo de tabaco entre estudiantes de secundaria portugueses”, Boletín de la Organización Mundial de la Salud, pp 87-91, Nº 1, 1999. 9. López AD, “Medición de los riesgos del tabaco para la salud: un comentario”, Boletín de la OMS (op. cit.). 10. Idem. 11. World Health Organization (Organismo creado en 1948 como Agencia especializada de las Naciones Unidas y autoridad coordinadora para materias de Salud Pública e

Internacional) Geneva, 1997. 12. Mundo Argentino, Nº 2504, Buenos Aures, 25/2/1959.

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Selecciones del Reade’s Digest, N° 115 (junio1950)

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