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Once mil muertes por día

En 1964, Selecciones del Readers´s Digest publicó un artículo que tituló ¿Debe abolirse la publicidad?(1). El articulista menciona la crítica opinión de Aneurin Bevan que calificó de “servicio nefasto” a la publicidad. Otra crítica de este rubro provino de Arnold Toynbee: “No puedo concebir circunstancia alguna en que la publicidad no constituya un mal”. También J. K. Galbraith sostuvo: “La propaganda comercial tienta a la gente a despilfarrar el dinero en bienes ´innecesarios´ cuando debiera destinarlo a obras públicas”. En este último caso, en una clara alusión al mercado de consumo.

Entre sus defensores se contaba Franklin D. Roosevelt, que agradecía a la publicidad la difusión de normas elevadas de vida, o Sir Winston Churchill, cuando dijo: “La publicidad estimula al hombre a esforzarse y a producir más”. Con relación a la disminución de los precios estimulado por la publicidad, el profesor Neil Borden de la Universidad de Harvard, vio méritos en esta actividad pero a su vez, conjuntamente con sus asesores, llegó a la siguiente conclusión: “Si bien la publicidad no está libre de censura, lejos de constituir un lastre, es un bien para la economía”.

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El autor de la nota llega a un punto clave cuando se pregunta: “¿Puede la publicidad encajar al consumidor un producto inferior?”. Y acotó inmediatamente: “La experiencia me ha enseñado que esto no es posible”.

Continuó su defensa añadiendo: “Un anuncio podrá persuadir al consumidor a comprar un producto de calidad inferior... pero solo por una vez”. Avanzó en defensa de los beneficios publicitarios al agregar: “Una empresa que haya empleado grandes cantidades de dinero para loar los méritos de determinado producto y para acostumbrar al consumidor a normas de calidad tan altas como uniformes, no puede permitirse rebajar la calidad de ese producto”.

A continuación mencionó críticas de Ludwig von Mises (economista austríaco), quien “tilda a la publicidad de ´disonante, ruidosa, grosera, ampulosa´ y culpa al público por no responder a una publicidad de mayor dignidad”. Y agregó: “Por mi parte me inclino a culpar más bien a los anunciantes y a las agencias... incluyéndome entre ellas […] Si los anunciantes se dejaran de frases rimbombantes y vacías y empleasen una publicidad informativa fundada en la verdad, no solo aumentarían sus ventas, sino que se ganarían el aplauso general”.

Reiteramos, capciosamente se argumenta que solo después de 1950 se tuvo cabal conocimiento del daño, cuando era perfectamente sabido que mucho antes de esa fecha existían pruebas irrefutables del perjuicio que causaba el fumar tabaco.

Para López (2), en el sigloXX, la situación cambió drásticamente, por lo menos, en lo referido a conocimientos exactos sobre la enfermedad. “En 1950, con la publicación de cinco importantes estudios de casos y controles (cuatro realizados en los Estados Unidos: Schrek y colaboradores, Levin y colaboradores, Mills y Porter y Wynder y Graham) y uno en el Reino Unido (Doll y Hill), todos los cuales pusieron de manifiesto una estrecha asociación

entre el tabaquismo y el cáncer de pulmón”.

Llegados a este punto, es conveniente retroceder un poco en la historia de esta planta.

Grace Stewart (3) se refiere al primer libro publicado en Londres en el siglo XVII (1602 bajo el seudónimo de Philaretes) sobre el uso medicinal del tabaco: “A partir de Philaretes quedaron expuestos los efectos dañinos del tabaco en Word for chimny-swepers”. Su autor dejó claramente establecido: “Ningún remedio debería aplicarse a todas las enfermedades así como ningún zapato podría ser calzado en cualquier pie; el tabaco purgó a sus usuarios demasiado violentamente, y secó la esperma del hombre si se lo usó por mucho tiempo yendo contra los principios de la propagación y continuación de la raza humana. El tabaco posee un efecto estupefaciente, no diferente del opio; incrementa en gran medida la melancolía y perjudica la liquidez sanguínea”. Surgieron detractores, pero el tiempo demostró lo valioso de esta primera expresión científica contra el tabaquismo.

Asimismo, recuerda que Jacobo I “fue el responsable de que gran parte de la controversia persistiera en el tiempo. El Rey rechazó cualquier valor medicinal asignado al tabaco. Dijo que las autopsias efectuadas en notorios fumadores, revelaron que sus partes interiores estaban sucias e infectadas con una especie de hollín aceitoso” (4).

Otro inglés, John Jossely (5) en 1674 publicó un libro “An account of two voyages to New England”, en el cual, luego de enumerar virtudes del tabaco, puntualiza algunos peligros: “tomarlo con el estómago lleno... seca moderadamente el cuerpo, inflama la sangre, perjudica al cerebro, debilita los ojos y los nervios”.

“A mediados del siglo XIX, el tabaco casi

desapareció de la farmacopea estadounidense y en 1851, ya eran bien conocidos los potenciales peligros del tabaco como droga” (6).

Otra prueba de que muchos médicos conocían perfectamente el daño que hace al organismo, lo menciona Grace Stewart: “L. B. Coles, un médico antitabaquista, en 1851, publicó en Boston un valioso libro que se sumó a los existentes. Lo tituló Beauties and deformities of tobacco-using or its ludicrous and solemn realities. El Dr. Coles remarcó especialmente la propiedad adictiva del tabaco, aunque no designándolo así. Dijo que el tabaco nunca se lo tomó como medicina, dejándolo de lado. Un hombre puede tomar esta denominada medicina quizás durante cuarenta años, pero no consigue cura. Para probarlo citó muchos casos históricos que demostraban que el tabaco jamás sanó aquellas enfermedades para las cuales se ha prescripto […] como prueba, ilustró con historias de casos en los que el tabaco resultó fatal e injurió por el resto de su vida a las personas (7).

Por otra parte, en 1860 los médicos “generalmente abandonaron bastante el uso del tabaco como medicina y para propósitos prácticos dijeron que se derribó la estructura de la panacea. El factor que contribuyó a su caida fue, por supuesto, el descubrimiento de la nicotina. A esto se agregó el reconocimiento por parte de los profesionales médicos del hecho que la nicotina no solamente era venenosa sino que además producía adicción, lesiones prolongadas y fatalidades” (8).

Finaliza Stewart informando que a partir de 1828 los químicos europeos aislaron la nicotina, principio activo del tabaco y comprobaron la presencia de veneno en este.

También la historia del tabaco reúne anécdotas

pintorescas como la que narra Grau Carreño: “Con la nicotina existe un antecedente anecdótico. Fue el primer alcaloide investigado con el método de Stas, quien debe emplear su técnica en el conocido proceso del conde Bocarmé. En 1852 el conde de Bocarmé y su esposa envenenan a Fouguies con nicotina; llamado Stas como perito, demuestra su existencia en las piezas de la autopsia, condenándose al conde a la horca” (9).

En relación con nuestro país y la propaganda, la Cámara Argentina de Anunciantes nuclea a las empresas productoras de bienes y servicios dedicadas a promover la imagen y la venta de los productos que fabrican o representan. De ellas dependen las agencias publicitarias que están representadas, en el nivel nacional, en la Cámara Argentina de Anunciantes” (10).

Otras entidades vinculadas al ramo son: Asociación Argentina de Agencias de Publicidad (AAAP); El Consejo Argentino Publicitario; la Asociación de productores de Cine y Video; la Asociación de Empresas de Publicidad en Vía Pública; Instituto Verificador de Circulaciones y, por último, las entidades vinculadas al personal técnico y administrativo y las compañías dedicadas a medir audiencias (M&T, IPSA, IBOPE, etc.) (11).

La mayoría de las agencias dependen del extranjero, y sus ganancias son importantes.

“En 1983, los gastos publicitarios de los países latinoamericanos sumaron 5.500 millones de dólares, equivalentes al 4,1 % de la inversión mundial” (12).

“El gasto anual por persona en este rubro saltó en 1991 a unos 33 dólares [...] aproximadamente un 60 % de dicho gasto se derivó en 1991 a la publicidad televisiva, el gasto anual de nuestro país, por el consumo de dicho

medio, fue cercano a los 20 dólares por persona, es decir, unos 80 dólares por hogar como promedio” (13).

Según el autor (14), de acuerdo con los informes recogidos del Sindicato Único de Publicidad, los datos suministrados por las distintas empresas no responden a la realidad.

La Ley de Radiodifusión, en su artículo 4 dice: “La publicidad deberá conformarse y difundirse con prudencia y con mesura, sin que los enunciados despierten reacciones o expectativas inconvenientes o constituyan una apelación abusiva a la credulidad”.

El cuadro de inversiones publicitarias de acuerdo con porcentajes promedio en el período 1981-1990, fue el siguiente:

Televisión 30,9 %

Radio 9,7 %

Cine 2,3 %

Diarios 26,6 %

Revistas 4,3 %

Otros 6,2 %

Otro aspecto, no debidamente considerado, son las campañas de orientación dirigidas al público en general. Una publicidad inteligente podría ahuyentar maliciosas tendencias de fabricantes incescrupulosos o comentarios irresponsables de notorios personajes. El diario Página 12 (15) publicó una admonición de Clinton: “Joe Camel y el hombre de Marlboro

quedarán fuera del alcance de nuestros chicos para siempre”. A este comentario, se agrega la opinión de Dole, su antagonista en ese momento, quien “eligió ponerse del lado de las tabacaleras”.

Todas las alternativas vividas alrededor de prohibición o aceptación, llenaron toneladas de papel. El New York Times rechazó la publicidad del tabaco: “No fue una decisión de último momento –dijo Nancy Nielsen– portavoz del principal periódico del grupo New York Times Co.-. Somos reacios a prohibir la publicidad de productos legales, pero... no queremos exponer a los lectores a avisos que puedan afectar la salud y su seguridad. Los avisos de la industria tabacalera representan menos del 1 % de los ingresos publicitarios de este diario” (16).

Como contrapartida de los opositores a la regulación publicitaria del tabaco, en Europa se prohibieron los avisos de cigarrillos. Si bien se otorgó un plazo razonable para eliminar de sus publicaciones este tipo de propaganda, no todos estuvieron de acuerdo con dicha medida. Entendiendo que se cohartaba la libertad de prensa: “Sir Frank Rogers, presidente del Consejo de Editores Europeos (CEE), acusó al Parlamento Europeo de actuar en forma ´antidemocrática´ y adelantó que llevará la cuestión ante la Corte Europea de Justicia de Luxemburgo. Esta es una directiva discriminatoria y desproporcionada que representa un peligroso precedente para todo tipo de publicidad de cuyos ingresos depende la pluralidad de la prensa en Europa” (17).

Debido a una apelación llevada a cabo por Alemania, se levantó la veda a la publicidad del tabaco. La anulación estuvo centrada en razones técnicas (18).

En materia de imprevisión, el presidente de Nobleza Piccardo SAICyF, Sr. Mark Cobben, ha dado un verdadero ejemplo. En una carta al diario La Nación (19) dijo: “Estamos orgullosos de que nuestra compañía fabrique productos de alta calidad, que proporcionan placer a muchos millones de fumadores adultos, todos los días”. Después de reconocer que el cigarrillo puede ser causante de cáncer de pulmón, bronquitis crónica y trastornos cardíacos, sostuvo: “fumar es una decisión de adultos informados”. A continuación, de acuerdo con un estudio realizado en Europa por la Agencia Internacional de Investigación sobre el cáncer, dependiente de la OMS, menciona que exponerse al humo de tabaco “no es, ni siquiera, un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades”. También aseguró que la publicidad de cigarrillos “no incita a fumar”.

Esta carta indica claramente cuál es la posición que tienen los empresarios tabacaleros frente a una adicción que ha causado, y causa, millones de muertes.

Otra alternativa presentada por esta industria es el cigarrillo “sin productos químicos ni adictivos” (20). Parece que mucha gente no comprende que se debe combatir el hábito malsano de la adicción. En la misma publicación, en un recuadro y con relación al aumento de las ventas en nuestro país (en 1999 se consumieron alrededor de 38 mil millones de cigarrillos, 13 millones más que el año anterior) se demuestra de acuerdo con un informe de LALCEC que “a pesar de todas las campañas que durante estos años se llevaron adelante contra el consumo de tabaco, lamentablemente, siempre son más las campañas a favor que la gente ve a través de la publicidad”.

El impedimento que encuentran quienes preconizan la no fabricación y la publicidad del cigarrillo, tiene que ver con los enormes ingresos que perciben los gobiernos a través de los impuestos y al hecho de que más de 100 millones de trabajadores dependen de esta industria; en nuestro país esa cifra asciende a alrededor de 1 000 000 (21).

Según un informe del Banco Mundial, por día mueren 11 000 personas a causa del tabaco (22).

Es claro que las cifras que se manejan son siderales: “En la Argentina se venden por año 40 000 millones de cigarrillos, lo que equivale a un volumen de facturación próxima a 3.200 millones” (23).

El Correo de la Unesco (24) que ha combatido el vicio de fumar desde sus páginas, publicó la opinión del Sr. Emerson Foote “que en otros tiempos fue una personalidad importante del mundo de la publicidad y que ha presidido el National Interagency Council on Smoking and Health, escribió una carta al desaparecido Robert F. Kennedy en la que decía: La publicidad televisada incita a la gente a fumar cigarrillos. Los cigarrillos causan la muerte a muchas personas. Tal incitación al suicidio es moralmente incalificable. Por consiguiente, debería prohibirse la publicidad de los cigarrillos en la televisión”.

Nada altera el ánimo vendedor de ciertos ejecutivos tabacaleros como se puede apreciar en el editorial del diario La Nación(25) que menciona al Sr. Andrew Schindler; titular de Reynolds Tobacco, quien “sigue insistiendo en que el cigarrillo es solo un factor de riesgo y se resiste a aceptar que provoca adicción. En los medios industriales se lo conoce por su vieja y famosa frase: “El tabaco no es más adictivo que las zanahorias”.

Nadie puede dudar del valioso aporte que puede hacer la publicidad cuando tiene como meta beneficiar al consumidor. Hay infinidad de aportes que han hecho las agencias publicitarias difundiendo campañas preventivas, o disposiciones emanadas del gobierno en materia social. Negarlo sería incorrecto e injusto.

Las críticas no están dirigidas a quienes utilizan esta valiosa herramienta como medio para evitar perjuicios o prevenir en materia de salud, sino a aquellos publicistas que tienen como único objetivo –maquiavélico en sus fines– incrementar sus ganancias sin importar las consecuencias de su accionar.

En nuestro país, el COMFER tiene a su cargo el control de los medios de difusión en lo que respecta al cumplimiento de la ley, que data de mucho tiempo atrás y no ha resultado eficaz para impedir los abusos que vemos a diario en los medios.

Los siguientes son algunos ejemplos de los avisos publicados a lo largo del siglo XX:

“MARCONI”: Un hombre vestido a la usanza de los turcos, de un puntapié arroja lejos un Narguile, mientras sostiene un cigarrillo entre los dedos (PBT Nº 77 - 10/3/1906).

“CENTENARIO”: Un gaucho sostiene una bandera argentina que en su franja superior tiene una leyenda: CENTENARIO. En la franja intermedia, se lee: 1810-1910 (PBT Nº 254 - 2/10/1909).

“AVANTI”: “Fume uno y pedirá otro. El cigarro hecho a todo costo, con lo mejor de las hojas y el tabaco más escrupulosamente seleccionado” (ANUARIO “LA RAZON” 1930).

“GAVILAN”: “Como una conquista de la industria del país, se destacan los cigarrillos Gavilán. Porque en ellos se da al tabaco el lugar de privilegio que le

corresponde como único incentivo de atracción para el fumador” (LEOPLAN Nº 48 - 11/11/1936).

“CRISOL” (Pipas): [...] “provistas de un filtro protector que neutraliza el bitumen del tabaco y alivia las irritaciones de garganta, ronquera, afonía, etc. Haga una prueba experimental y fumará siempre con PIPAS CRISOL”. (MUNDO ARGENTINO Nº 1808 - 12-9-1945).

“DERBY”: “Preparados para triunfar” (VEA Y LEA Nº 276 - 9/1/1958).

“FIBRANA”: “Elegancia de un Príncipe de Gales”. Promociona ropa de hombre. La imagen muestra a un modelo con un cigarrillo en su mano. (MUNDO ARGENTINO Nº 2475 - 6/8/1958).

“CLIFTON”: En el dibujo una mano sostiene un atado de cigarrillos y otra mano se extiende para tomar uno. La leyenda dice: “Sabe que fumo Clifton” (VEA Y LEA Nº 296 - 16/10/1958).

“WINSTON”: “¡Ya puede fumar lo mejor en la Argentina! ¡El cigarrillo con filtro de mayor venta en América!” (VEA Y LEA Nº 385 - 29/3/1962).

“PHILIP MORRIS (MULTIFILTER)”: “Ahora - el gran cigarrillo nuevo de América con filtro de carbón absorbente cuyo nombre asegura sabor... el nuevo Philip Morris Multifilter. Un cigarrillo extraordinario, por eso es que viene en esta cigarrera extraordinaria. Philip Morris Multifilter es actualmente el cigarrillo más avanzado del mundo. En el Multifilter se usa Carbón Absorbente para purificar el humo - es un nuevo adelanto de suma importancia. El Carbón Absorbente es la substancia que se emplea para purificar el agua potable y el aire que respiran los astronautas. Los gránulos de. Carbón absorbente se entrelazan en el sistema de filtración del Multifilter por medio de un procedimiento científico especial. El humo pasa por el Carbón Absorbente, gránulo tras

gránulo, purificándose y destilándose rápidamente. Luego el filtro exterior de acetato de celulosa, blanco y puro, suaviza el humo. Y entonces llega la sorpresa... El sabor de los finos tabacos se deja sentir en su plenitud y frescura. Y el sabor exquisito de este extraordinario cigarrillo es protegido por una cigarrera también extraordinaria - una cigarrera de lujo, la cual mantiene al Multifilter fresco como al salir de la fábrica, mucho tiempo después que cualquier otro cigarrillo. Obtenga el cigarrillo y la cigarrera más avanzados de la actualidad. El extraordinario Philip Morris Multifilter. Los cigarrillos más finos de América poseen una calidad propia: la de Philip Morris Internacional”. (7 DIAS - Revista de Editorial Abril - 2/3/1965).

“L & M”: “Hay mucho más en este cien que sus 100 milímetros de largo. Sí, desde el extremo de su famoso filtro, hay mucho más que solamente 100 milímetros. Lo primero, su filtro, blanco y eficaz. En su longitud, el mismo inconfundible sabor de los suaves y excelentes tabacos que han hecho famoso a L & M. Pruébelos hoy en su paquete dorado. Los más distinguidos 100 milímetros. Por fuera, la moda, cien milímetros. Por dentro, la marca: L & M”. (GENTE Nº 212 - 14/8/1969).

“L & M”: “¡Marca su nivel! El cigarrillo de los mejores momentos” (PRIMERA PLANA Nº 300 - 24 al 30/9/1968).

“TRUE”: “El cigarrillo más comentado de los Estados Unidos. ¡En tamaño super 100! Boquilla de lujo. Sistema exclusivo de aerofiltración. Los tabacos más finos para un buen sabor excepcional. ¡Y el tamaño moderno... 100 mm! ¿No es verdad que su cigarrillo debe ser TRUE? (PRIMERA PLANA Nº 303 - 15/10/1968).

“MASTERS 91’S”: “Master 91S’s: Humo rubio para millonarios... Fiebre de oro en su marquilla dorada... Derroche de placer en sus 91 milímetros... ¡Sí, es

la época de MASTERS 91’S! (la imagen muestra el rostro sonriente de una mujer). Leyenda: “Sea infiel... pruébelos” (PRIMERA PLANA Nº 304 - 22 AL 28/10/1968).

“ROTHMANS” (King Size): “The greatest name in cigarrettes. En todo el mundo, en seis continentes, en más de 160 países y en más de 100 aerolíneas, la tendencia es hacia Rothmans King Size. No es difícil hallar la razón: con su tamaño extra largo, filtro más fino y el mejor tabaco que pueda comprarse, Rothmans le ofrece el verdadero sabor King Size. Rothman King Size realmente satisface” (PRIMERA PLANA Nº 305 - 29/10 al 4/11/1968).

“JOCKEY”: “La pura verdad” (GENTE Nº 278 - 16/11/1970).

“BENSON & HEDGES 100’S”: “Si el dinero no hace la felicidad, ¿qué importan $ 200 m/n?”. (GENTE Nº 278 - 19/11/1970).

“AMERICAN CLUB”: En la imagen se ve a un grupo de jóvenes fumando encaramados a un automóvil. La leyenda dice: “Sus padres pertenecen al grupo de los 37 que tenían a American Club como su cigarrillo exclusivo. American Club, el cigarrillo de 1.20 pesos con el sabor que vale. American Club, el sabor que vale” (GENTE Nº 278 - 19/11/1970).

“TIPS Y MENTEX”: “¿Cuándo fumará su próximo cigarrillo? ¿Dentro de 5 minutos... 3 horas... una semana? No importa. Mientras tanto, sáquese el gusto con Mentex. O con Tips [...] Antes o después de fumar, en la reunión, en el trabajo o entre sus amistades, dondequiera que Ud. se encuentre, siempre hay un momento para saborear Mentex. O Tips. Son de Nestlé” (PRIMERA PLANA Nº 488 - 6/6/1972).

“WINDSOR”: Una pareja fumando y la leyenda: “Hay dimensiones a las que solo se llega con imaginación... y Windsor. La dimensión exclusiva. Windsor los

delgados cigarrillos rubios del sabor exclusivo. Windsor superfiltro y lujosa marquilla de plata”. (GENTE Nº 386 14/12/1972).

“CAMEL”: Un joven de aspecto recio, parado sobre un gran tronco que flota en un río, enciende un cigarrillo. La leyenda dice: “Una aventura en sabor”. (GENTE Nº 958 - 1/12/1983).

BIBLIOGRAFÍA:

1. Ogilvy D, “¿Debe abolirse la publicidad?”, Selecciones del Reader´s Digest, Buenos Aires, junio 1964. 2. López AD, “Medición de los riesgos del tabaco para la salud: un comentario”, Boletín de la Organización Mundial de la Salud, Recopilación de artículos, Nº 1, pp 180-181, 1999. 3. Stewart G, A history of the medicinal use of tobacco 14921860, Med. Hist.Vol 11, Nº 3, 228-268, 1967. 4. Idem, ibidem. 5. Idem, ibidem. 6. Idem, ibidem. 7. Idem, ibidem. 8. Idem, ibidem. 9. Grau Carreño JE, “El tabaco en la historia, las costumbres, las anécdotas y el arte”, AMA 98-99: 5 y 6, 1985, 1-12, Buenos Aires, 1986. 10. Getino O, “Las industrias culturales en la Argentina”, Ediciones Colihue, Buenos Aires, 1995. 11. Idem, ibidem. 12. Idem, ibidem. 13. Idem, ibidem. 14. Idem, ibidem. 15. M.F.C., “No más Joe Camel en la ´Rolling Stone”, Página 12, Buenos Aires, 24 de agosto de 1996. 16. Bounds W y Beatty S, “El NY Times dice no a la publicidad del tabaco”, La Nación, The Wall Street Journal Americas, Buenos Aires, 28 de abril de 1999. 17. Iglesias G: “Prohíben en Europa los avisos de tabaco”, La Nación, Buenos Aires, 4 de diciembre de 1997. 18. “Anulan en Europa la veda a la publicidad del tabaco”, Clarín, Buenos Aires, 6 de octubre de 2000.

19. “Cobben M: Tabacaleros”, La Nación, Correo del Lector, Buenos Aires, 3 de noviembre de 1999. 20. Sucalesca E, “Nace la industria de los cigarrillos sin productos químicos ni adictivos”, La Razón, Buenos Aires, 3 de mayo de 2000. 21. Idem, ibidem. 22. “Casi todos los países se unen para luchar contra el tabaquismo”. Clarín. Buenos Aires, 16 de octubre de 2000. 23. “Philip Morris aumenta sus inversiones en la Argentina”, La Nación, Buenos Aires, 8 de marzo de 2001. 24. Taylor RM, “El tabaco en el banquillo de los acusados”, Correo de la UNESCO, Mayo de 1970. 25. “La batalla del tabaco” (editorial), La Nación, Buenos Aires, 27 de julio de 2000.

Por qué fuma Usted?

Si fumar es sucio. Si fumar es molesto para quienes están a su lado. Si fumar es maloliente. Si fumar da una fisonomía grotesca. Si fumar es ingerir alquitrán cancerígeno. Si fumar fue costumbre de salvajes. Si fumar es absorver un veneno triple. Si fumar es transformar una fortuna, de miles de pesos, en humo y enfermedades. Y sobre todo, ¿por qué fuma Ud. que es un ser humano y que se cree un ser superior, si el humo del tabaco es resistido por todos los animales, que según Ud. son seres inferiores? -

Dr. A. H. Roffo

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