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Deporte y cigarrillo

Al margen de todo tipo de especulaciones, si existe un ámbito en el cual el cigarrillo no tiene cabida es, indiscutiblemente, en el deporte. Sin embargo, abundan los casos de deportistas fotografiados con un cigarrillo entre los labios o entre los dedos. Un claro ejemplo de ello lo constituyó la imagen de César Luis Menotti, deportista de larga trayectoria nacional e internacional. Es por todos conocida su afición al cigarrillo, como se pudo apreciar en la foto que le tomara el diario La Nación el 22 de agosto de 1999. Asimismo, otro ex director técnico de la selección nacional de fútbol, Daniel Passarella, a menudo fue fotografiado fumando.

Bernabé Ferreira, un futbolista muy famoso e ídolo de multitudes en la década del 30, es también una evidencia irrefutable de que esta mala práctica deviene de mucho tiempo atrás.

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Famoso futbolista de la década del 30.

Pero no es en este deporte donde el cigarrillo ha marcado pautas: es en el automovilismo donde ha alcanzado su mayor expresión propagandística, llegando a imponer condiciones a los organizadores de grandes competencias internacinales de Fórmula 1, como se pudo verificar en los medios que publicaron las noticias al respecto.

La Nación (1), en su edición del 17 de octubre de 1998, informó acerca de la situaciòn planteada por Marlboro ante el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires “por las multas a la que quedaría expuesta, aunque el recurso de amparo salió en favor de la tabacalera”.

El mismo periódico, pocos días después (2), comunicó una resolución firmada por los cuatro bloques que integran la Legislatura de esta ciudad: “La norma de prohibición para la publicidad tabacalera no será aplicable a la organización de competencias o programas deportivos internacionales”. Vergonzante claudicación.

El Cronista, en 1998 (3) publicó la siguiente noticia: “El cuerpo directivo de la Fórmula 1 Internacional está considerando dar por terminada la competencia entre este deporte y la industria del tabaco si le presentan evidencia de que hay una conexión entre la publicidad de cigarrillos y el hábito de fumar”.

Por último, una anécdota vinculada al talentoso jugador de billar, Carrera, fue publicada en la revista Aquí Está (4). En ese artículo se destacaron sus virtudes como jugador afirmando: “Sin cigarrillos, Carrera no gana”, y completó esta aseveración con comentarios del propio Carrera: “¡Diablos! ¡Me quedé sin cigarrillos! ¿Qué hago ahora?”. En 1943, por no tener cigarrillos perdió una partida con Juan Navarra, otro brillante billarista.

Demás está decir que la adicción al cigarrillo ha invadido todos los ámbitos deportivos y el erjuicio que ocasionó a los deportistas ha sido noticia en los medios.

Recientemente, La Nación (5) informó que Nicolino Locche, conocido ex-campeón mundial de boxeo, fue internado “con una insuficiencia cardiopulmonar descompensada”. El médico que lo atendió, según esta publicación, manifestó: “Su estado mucho tiene que ver con su adicción al cigarrillo”. De acuerdo con sus declaraciones, Locche “tiene 61 años, pero varios de sus órganos tienen más de 80”. Y agregó: “Si sigue fumando, algún día esto va a explotar”.

Otro argumento utilizado frecuentemente por mucha gente está vinculado a la energía física y al consumo de calorías que aumentarían cuando se fuma, excusa de aquellos que no quieren engordar.

El Dr. Jorge Thomason (6), en la década del 40, publicó las experiencias realizadas por el Secretario de Educación Física de la Junta Internacional de la Asociación Cristiana de Jóvenes de Nueva York, y el Dr. Elber Berry, profesor de fisiología de la misma entidad en el Colegio de Springfield, Estados Unidos. En tres pruebas deportivas (tirar al blanco con dardos, trazar una línea en zigzag y jugar al baseball) los fumadores, después de hacerlo, demostraron pérdida de la precisión física. Concluyeron: “En ciertas pruebas científicas, se comprobó que en el lanzamiento de pelotas, el fumar un solo cigarro reducía la puntería en un 12 %”. Asimismo, “Tres cigarrillos reducían en un 9 % la resistencia de los ciclistas”.

Si mencionamos estas experiencias es porque fueron hechas antes de 1950, año al cual se le asigna un carácter de revelador en cuanto al daño que el

tabaco hace al organismo.

Johnny Bench, un catcher famoso, víctima de su adicción al tabaco (7), dijo: “Con harta frecuencia es una cosa común y casi suicida... me han operado de un pulmón y nadie puede desear una cosa así...”. En otro pasaje leemos un comentario de Pelé: “No he fumado nunca. Los deportistas tienen que mantener en buenas condiciones la inversión que es su cuerpo. Fumar no protege el cuerpo. Lo destruye”.

La importancia que tiene la publicidad de las tabacaleras y su vinculación con el deporte, está notablemente reflejada en un problema que se suscitó entre la FIA (Federación Internacional del Automovilismo) y nuestro país. La Nación del 17 de octubre de 1998, publicó la controversia planteada entre ese organismo y la ordenanza municipal del Concejo Deliberante “que obligaba a realizar publicidades de tabaco en blanco y negro también irritó a Ecclestone. Marlboro (la empresa que patrocina la carrera argentina y que en el presupuesto internacional para 1999 la tiene incluída) se enfrentó con el ahora Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por las multas a la que quedaría expuesta, aunque el recurso de amparo salió en favor de la tabacalera”. Por último, recogemos la opinión del profesor Alberto Borrini, considerada una de las más representativas autoridades en materia publicitaria. En el diario La Nación (8) dijo, refiriéndose a la televisación de espectáculos deportivos: “El medio, en este caso, es muy superior al mensaje, porque convirtió a los miles de espectadores que asisten personalmente a un partido en millones que pueden verlos con toda comodidad desde su propia casa”.

A continuación menciona casos en los cuales fueron utilizados deportistas para promocionar marcas: “En

1930, una yerba mate, Ñanduty, utilizó al notorio boxeador Justo Suarez como señuelo para aumentar sus ventas, y el corredor de autos Raúl Riganti, unos años después, posó en apoyo de los cigarrillos Piloto”.

BIBLIOGRAFÍA:

1. “El tabaco en Buenos Aires”. Buenos Aires, La Nación, 17 de octubre de 1998. 2. “Vía libre para las tabacaleras”. Buenos Aires, La Nación, 6 de noviembre de 1998. 3. El Cronista. Buenos Aires, 1998. 4. Aquí Está Nº 1191. Buenos Aires, 16 de octubre de 1947. 5. La Nación, Buenos Aires, 11 de enero de 2000. 6. Thomason J (o.cit.). 7. Dra. Dee Burton y Gary Wohl: “La alegría de dejar el tabaco”, Madrid, Edaf, 1970. 8. Borrini A: “Cómo convertir hinchas en clientes”. Buenos

Aires, La Nación, 13 de junio de 2000.

Ahora, N° 682 (28 de noviembre de 1941)

Les Medicines Celebres, Les Editions Contemporaines, París, 1947.

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