Aquel 27 de marzo
La Plaza de San Pedro está desolada. La bulliciosa ciudad de Roma, siempre llena de turistas, sirenas de policía, las de visitantes en las maravillas que te asaltan cada esquina, con todo y sus mendigos y vendedores hindús de paraguas, está vacía, triste, bajo una lluvia pertinaz.
El mundo con nado, absorto en el virus que había nacido en China y que ahora se propagaba con una velocidad inusitada hacia todas las geografías humanas. Una bendición “Urbi et Orbi” de urgencia. El pequeño coche se estaciona. El Papa Francisco camina en soledad hacia un templete. Cae la tarde. Es la Statio Orbis, el momento extraordinario de oración que el papa Francisco convocó hace tres años, el 27 de marzo de 2020.
Parecen tres siglos. Y la pregunta de Jesús: “¿Por qué tienen miedo?”. Desde ahí, el Papa habla de que todos vamos en la misma barca. Que nadie se salva solo. “Al atardecer nos encontramos asustados y perdidos”, dice el evangelista”. Una voz de un hombre vestido de blanco, venido del n del mundo subraya: “No es el momento de tu juicio, sino de nuestro juicio: el tiempo para elegir entre lo que cuenta verdaderamente y lo que pasa, para separar lo que es necesario de lo que no lo es. Es el tiempo de restablecer el rumbo de la vida hacia ti, Señor, y hacia los demás”.
Apenas vamos saliendo del túnel. ¿Salimos distintos? “Nuestra fe es débil y tenemos miedo. Mas tú, Señor, no nos abandones a merced de la tormenta”, clamaba hace tres años Francisco. La tormenta ha amainado. Todavía no escampa.
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El día que nos dimos cuenta que vamos en la misma barca
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PEÑALOSA EN EL OBSERVADOR
POR MONSEÑOR JOAQUÍN ANTONIO PEÑALOSA
El desierto urbano
Perdonen ustedes, señores geógrafos. Desierto no es solo un lugar despoblado, inhabitado, solitario. Desierto es hoy, también, la ciudad tumultuosa de cuatro, ocho, diez millones de habitantes. Desierto no es solo la arena ardiente y la roca desnuda; también las avenidas, los palacios, las escaleras automáticas, las estatuas que siempre tienen los pies fríos, los jardines de rosas como brasas, los rascacielos alfombrados de pared a pared, la selva de antenas, el oleaje sin fin de los automóviles.
Cualquier acera del centro es aglomeración y codazo. Todo el Directorio Telefónico cruza por la esquina, encarnado y raudo. Nadie se conoce. Nadie se saluda. Nadie sonríe. Tú ves a una persona por la calle, la ves con calma, te grabas su rostro y te despides de ella para siempre; jamás la volverás a encontrar en tu vida. La ciudad engulle, nos roza con desconocidos, nos sentamos uno al lado del otro sin interés mutuo. Ciudad es irnos despidiendo para siempre cuando nos encontramos con alguien por primera vez. Primera y última.
La estación del metro es una llanura temblorosa de cabezas que espera la apertura de las puertas. Sombreros, viseras, cabellos de todos los colores. Centenares de cabezas. ¿Quiénes son? A nadie le importa nadie. Cuando las puertas del metro se abren, subimos al vagón, vemos frentes, ojos, bocas, caras vemos, corazones no sabemos. Por la piel urbana corre la desconfianza, el miedo al vecino, la indiferencia del prójimo. Ciudad-colmena de solitarios. En ningún lugar de la tierra se vive tan junto y tan distante. Los mismos miembros de la familia no coinciden ni conviven, entran unos, salen otros, cada cual su vida.
Al atardecer, casas grises con pequeños puntos de luz que dicen
que hay gentes que viven. Viven para ellas solas. No les importa quién viva al lado. Construyen, sin ayuda de nadie, sus frágiles gozos y sus largas miserias. Viven, comen, pecan, mueren en el anonimato.
Al amanecer, los pisos altos comienzan a ver el alba y se vuelven ojos llenos de luz. La ciudad despierta azorada de prisa y de relojes. Otra vez a la calle, al metro, al trabajo donde el individuo es cero a la izquierda, un solitario entre millones de solitarios.
La soledad de las madres solteras, los niños de la calle, los
viejos arrinconados en un cuarto húmedo, los sidosos condenados a fuego lento, los desiertos urbanos que no forman, que no quieren formar vecindarios ni comunidades donde las personas pudieran encontrarse, ayudarse, amarse.
Prefieren el desierto de las masas. Y pensar que a todos estos millones de gentes que vemos, incluido uno mismo, hay que enterrarlos un día como objetos inservibles y desconocidos.
LOS HITOS DE LA PANDEMIA
El 11 de marzo pasado se cumplieron tres años de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró por primera vez que el brote de Covid-19 era una pandemia. Entonces la educación, la forma de trabajo, los hospitales, la iglesia misma, tuvieron que implementar nuevos protocolos para intentar seguir con una actividad más o menos normal.
Aquí un balance de los tres años de una pandemia que aún no termina, y que ha dejado muerte, resignación, aprendizaje y una nueva forma de interactuar.
» Home office
»La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que uno de cada cinco trabajadores en el mundo vivió en algún momento la experiencia del home office.
» 2020
»El 11 de marzo la Organización Mundial de la Salud (OMS), tres meses después de los primeros afectados en el mercado de Wuhan, declara el virus del SARS-Cov-2 como pandemia.
» Educación
» 33 millones de estudiantes fueron afectados en México por el cierre de escuelas en la pandemia.
» Contagios y decesos
» Mil 095 días de que la vida moderna tal como se la conocía hasta entonces dio un giro radical.
» 760 millones de casos en el mundo hasta el 16 de marzo del 2023.
» 190 millones de casos en América.
Defensa innecesaria
2.8 millones de estudiantes en México abandonaron la escuela como resultado del brote de Covid-19.
»
» 6 millones 776 mil muertes en el mundo.
» 2.9 millones de muertes en América.
»El virus perdura
»Entre 900 y 1.000 personas mueren cada día en todo el planeta, el sigiloso virus responsable del Covid-19 no ha perdido su empuje.
»Bajas de la Iglesia (México)
»7 obispos
»264 religiosos y sacerdotes.
»13 diáconos permanentes
»10 religiosas
Recibo constantemente mensajes de personas que se dicen católicas pero que abominan del Papa Francisco. Desde el insulto hasta la sede vacante, estos caudillos de la nostalgia de un papado con ejércitos lo que hacen es burlarse del Espíritu Santo. Y, me parece a mí, que lejos de contribuir a la unidad de la Iglesia, empujan, con talento y terquedad, a la dispersión y a la división.
No se dan cuenta de lo que hacen porque no se dan cuenta de lo que deshacen. Les cae mal que un Papa se siente a hablar con los jóvenes increyentes, con los líderes de los musulmanes, con los migrantes y con los presidentes socialistas. Pero ¿qué hacía Jesús? Los fariseos lo criticaban por comer con publicanos y prostitutas. Me da la impresión de que lo que no soportan estos personajes es que Francisco hable tanto de la misericordia y tan poco de las “buenas conciencias”.
Desde luego, el Papa no necesita defensa alguna. Su elección no fue fruto de intereses oscuros (que sin duda habitan en algunos cardenales trepadores). Es la elección del Espíritu Santo. Si los negacionistas continúan dando guerra, lo único que están haciendo (ya veo venir la andanada de correos electrónicos) es cultivar su campo con los cardos del rencor. Pero, como dice nuestra directora y fundadora, Maité Urquiza, Francisco nos está conduciendo al cambio de época. Nuevos lenguajes, una sola fe.
A TRES AÑOS de la pandemia: seguimos en la misma barca
Este 27 de marzo se cumplen tres años de aquella imagen en la plaza de San Pedro de un Papa Francisco solo, bajo la lluvia y realizando un extraordinario “Urbi et orbi”. Y es entonces que se recuerda todo lo vivido y superado como él lo dijo entonces: “en una misma barca”.
Releer su oración es una forma de recordar, también en esta Cuaresma, que la paz y la fraternidad son los requisitos fundamentales para vivir como buenos centinelas, atentos a las injusticias del mundo y al grito de los pobres.
Redacción/El Observador
“Desde hace unas semanas todo se ha oscurecido. Densas tinieblas han cubierto nuestras plazas, calles y ciudades; se fueron adueñando de nuestras vidas llenando todo de un silencio que ensordece y un vacío desolador que paraliza todo a su paso: se palpita en el aire, se siente en los gestos, lo dicen las miradas”, decía entonces Francisco, cuando la pandemia del covid-19 empezaba a hacer sus estragos en Asia y Europa. Lamentablemente todo siguió en
oscuridad. Poco a poco el círculo de los contagios se fue cerrando hasta alcanzar a todos los continentes. La oscuridad se hizo más densa para algunos, para aquellos que se encontraban en la soledad de una cama de hospital, lejos de su familia, familia a la nunca más volvieron a ver.
Pero con la ayuda de los médicos, enfermeras y todos aquellos que se encontraban en la primera línea, muchos de los enfermos graves pudieron salir adelante. También la bondad y la solidaridad de aquellos vecinos y familiares que ofrecieron su tiempo para hacer que los enfermos que se encontraban en casa se
sintieran acompañados de alguna forma, demostrando lo que el Papa afirmó en su oración: nadie puede salvarse solo.
“Nos encontramos asustados y perdidos. Al igual que a los discípulos del Evangelio (Mc 4,35), nos sorprendió una tormenta inesperada y furiosa. Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de confortarnos mutuamente. En esta barca, estamos todos. Como esos discípulos, que hablan con una única voz y con angustia dicen: ‘perecemos’ (cf. v. 38), también nosotros descubrimos que no podemos seguir cada uno por nuestra cuenta, sino sólo juntos”.
ALARMADOS Y DESESPERADOS
POR UNA PANDEMIA
Así como los discípulos, durante estos tres años la humanidad se sentía alarmada y desesperada con los datos duros y fríos que día a día se publicaban y que pusieron aprueba la fe; pero dice Francisco: “Él permanecía en popa, en la parte de la barca que primero se hunde. Y, ¿qué hace? A pesar del ajetreo y el bullicio, dormía tranquilo, confiado en el Padre —es la única vez en el Evangelio que Jesús aparece durmiendo—. Después de que lo despertaran y que calmara el viento y las aguas, se dirigió a los discípulos con un tono de reproche: ‘¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?’”.
El Papa Jesuita resalta en este mensaje que a Jesús le importamos, que “a Él le importamos más que a nadie. De hecho, una vez invocado, salva a sus discípulos desconfiados”.
Vulnerabilidad al descubierto
También, al igual que a los discípulos, el 2020 sorprendió al mundo con una tempestad que desenmasca-
ró “nuestra vulnerabilidad y dejó al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades. Nos muestra cómo habíamos dejado dormido y abandonado lo que alimenta, sostiene y da fuerza a nuestra vida y a nuestra comunidad. La tempestad pone al descubierto todos los intentos de encajonar y olvidar lo que nutrió el alma de nuestros pueblos; todas esas tentativas de anestesiar con aparentes rutinas ‘salvadoras’, incapaces de apelar a nuestras raíces y evocar la memoria de nuestros ancianos, privándonos así de la inmunidad necesaria para hacerle frente a la adversidad”.
Con la tempestad, agregó, “se cayó el maquillaje de esos estereotipos con los que disfrazábamos nuestros egos siempre pretenciosos de querer aparentar; y dejó al descubierto, una vez más, esa (bendita) pertenencia común de la que no po -
demos ni queremos evadirnos; esa pertenencia de hermanos”.
MOMENTOS DE PRUEBA, MOMENTOS DE ELECCIÓN Como hace tres años, en esta Cuaresma resuena el llamado del que habla el Papa jesuita: “Convertíos, volved a mí de todo corazón» (Jl 2,12). Nos llama a tomar este tiempo de prueba como un momento de elección. “No es el momento de tu juicio, sino de nuestro juicio: el tiempo para elegir entre lo que cuenta verdaderamente y lo que pasa, para separar lo que es necesario de lo que no lo es. Es el tiempo de restablecer el rumbo de la vida hacia ti, Señor, y hacia los demás. Y podemos mirar a tantos compañeros de viaje que son ejemplares, pues, ante el miedo, han reaccionado dando la propia vida. Es la fuerza operante del Espíritu derramada y plasmada en valientes y generosas entregas. Es la vida del Espíritu capaz de rescatar, valorar y mostrar cómo nuestras vidas están tejidas y sostenidas por personas comunes —corrientemente olvidadas— que no aparecen en portadas de diarios y de revistas, ni en las grandes pasarelas del último show pero, sin lugar a dudas, están escribiendo hoy los acontecimientos decisivos de nuestra historia: médicos, enfermeros y enfermeras, encargados de reponer los productos en los supermercados, limpiadoras, cuidadoras, transportistas, fuerzas de seguridad, voluntarios, sacerdotes, religiosas y tantos pero tantos otros que comprendieron que nadie se salva solo”.
QUE TODOS SEAMOS UNO
Frente al sufrimiento, donde se mide el verdadero desarrollo de nuestros pueblos, descubrimos y experimentamos la oración sacerdotal de Jesús: «Que todos sean uno» (Jn 17,21).
“Cuánta gente cada día demuestra paciencia e infunde esperanza, cui-
dándose de no sembrar pánico sino corresponsabilidad. Cuántos padres, madres, abuelos y abuelas, docentes muestran a nuestros niños, con gestos pequeños y cotidianos, cómo enfrentar y transitar una crisis readaptando rutinas, levantando miradas e impulsando la oración. Cuántas personas rezan, ofrecen e interceden por el bien de todos. La oración y el servicio silencioso son nuestras armas vencedoras”.
REAFIRMAR LA FE
El comienzo de la fe es saber que necesitamos la salvación. “No somos autosuficientes; solos nos hundimos. Necesitamos al Señor como los antiguos marineros las estrellas. Invitemos a Jesús a la barca de nuestra vida. Entreguémosle nuestros temores, para que los venza. Al igual que los discípulos, experimentaremos que, con Él a bordo, no se naufraga. Porque esta es la fuerza de Dios: convertir en algo bueno todo lo que nos sucede, incluso lo malo. Él trae serenidad en nuestras tormentas, porque con Dios la vida nunca muere”.
“El Señor nos interpela y, en medio de nuestra tormenta, nos invita a despertar y a activar esa solidaridad y esperanza capaz de dar solidez, contención y sentido a estas horas donde todo parece naufragar. El Señor se despierta para despertar y avivar nuestra fe pascual. Tenemos un ancla: en su Cruz hemos sido salvados. Tenemos un timón: en su Cruz hemos sido rescatados. Tenemos una esperanza: en su Cruz hemos sido sanados y abrazados para que nadie ni nada nos separe de su amor redentor”.
Después de tres años las tinieblas son menos densas. Quienes perdieron a alguien han abrazado esa Cruz, han aceptado la voluntad del Señor que no los deja solos y, juntos, hemos entendido la importancia de contar los unos con los otros en los momentos de prueba.
La familia: escuela de valores
¡Cuántos recuerdos vienen a mi memoria al mirar hacia atrás y, agradecido, valorar en todos los aspectos en que nos formaron nuestros padres!
Por Raúl Espinoza A.Parece increíble, pero a medida que pasan los años vamos aquilatando todos los bienes recibidos. Desde un padre, que nos enseñó a estudiar con orden y disciplina, a ser fuertes, pacientes, a aprender a comportarnos apropiadamente ante cualquier situación. Como era adolescente, cualquier duda que tenía en cuanto a la sexualidad se la preguntaba, lo mismo que fenómenos sociales que presenciaba, como: la drogadicción, la pornografía, la orientación en determinadas lecturas, etc.
O una madre, que siempre estuvo a mi lado inspirándome, orientándome, ayudándome con las tareas (mi padre me auxiliaba con los problemas de Matemáticas), formándonos desde el modo de sentarme a la mesa y en mil detalles de urbanidad. En mi caso, fue ella la que nos inculcó la formación en la piedad cristiana. Recuerdo un año
como el que estamos viviendo, me invitó a que asistiera a unas pláticas cuaresmales que se darían en la Parroquia dirigidas por un sacerdote predicador que venía desde Guadalajara a mi natal, Ciudad Obregón, Sonora. A mí no se me antojaba asistir y ella me iba recordando las fechas y los horarios. Yo me resistía auténticamente “como gato boca arriba”. Y como dice la canción de “La Negra” que dice “a todos dices que sí, pero no le dices cuando”.
Le iba dando largas a este asunto, hasta que un día me dijo: “Hoy a las cuatro comienzan las pláticas. Deberías de ir porque te harán mucho bien”. Efectivamente fui, pero me senté en la última banca de la iglesia, muy cerca de la puerta de salida, con la intención de si me resultaba aburrida dicha plática, me iría cuando antes y en casa diría que sí estuve ahí.
Por esos años estaba muy de moda una melodía que cantaba el sonorense Javier Solís y que decía: “Sombras nada más, entre tu vida y la mía / sombras nada más entre tu amor y mi amor”. Reconozco que me gustaba mucho y la escuchaba con gusto en la radio. Pues para mi sorpresa, el Orador Sagrado comenzó su prédica utilizando esos mismos versos, comentando que reflexionáramos cómo era nuestra relación con Dios.
Si nos movíamos “entre sombras nada más”, a distancia y era más bien un Ser Desconocido. Y eso me
sacudió interiormente porque así era mi relación con Dios: fría, lejana, sin interés por acercarme a Él. Entonces decidí quedarme a esa primera plática y fue desglosando otras canciones de moda, pero aplicadas a la vida interior. Y el resultado fue que decidí permanecer en todas las pláticas. Al finalizar, después de varios días de escuchar a aquel sacerdote, tuve una metamorfosis interior: de la inicial repulsión que sentía por todo lo clerical terminé “como un manso corderito” acudiendo al confesionario para hacer una buena confesión, después de muchos años no hacerla. Después comulgué y “me sentí como si entrara a una vida nueva”, como si mi existencia hubiera dado un giro de ciento ochenta grados.
Acabé dándole gracias a aquel buen sacerdote y, sobre todo a mi madre, quién fue la que estuvo pendiente de que asistiera, naturalmente respetando mi libertad.
Y es que la familia es una escuela de amor, donde se transmiten los valores y un estilo familiar que da sello propio a cada hogar.
Es decir, es el lugar donde deben aprenderse las mejores lecciones de vida. Cada uno de los hijos es moldeado en los buenos hábitos, valores y virtudes. Y es precisamente el cariño, la alegría, la paciencia y el optimismo, el ambiente idóneo que ayuda en esa labor de formación. ¡Qué importante es que los padres ayuden a visualizar ideales, metas a largo, mediano y a corto plazo! Y en cada paso que vayan nos ayudando a concretar esos retos y desafíos.
De esta manera, se edifican personalidades que saben qué quieren hacer con sus vidas, se forjan caracteres firmes, con anhelos de superación en cada etapa.
Nunca agradeceré bastante esa formación familiar recibida.
Desde que era niña, mi amada mamá en nuestra casa le dio un lugar de honor a la Santísima Virgen. En ese lugar orábamos, pedíamos por nuestras intenciones, cantábamos, llorábamos, aprendimos a discutir y siempre que había algo importante qué decidir, se ponía en oración a los pies de la Mater: las alegrías, las buenas noticias, las respuestas a nuestras oraciones e incluso los hallazgos de nuestras caminatas (flores, etc.) se ponían como regalos a la Santísima Virgen.
Así pasaron muchos años, mi amada mamá, me dio el ejemplo de la vida de oración, el abandono y amor a Nuestra Señora y a Dios y de tener en el centro de nuestra casa en físico y en práctica a la Santísima Virgen y Nuestro Señor; ellos regían nuestra vida.
Años después mi mamá regresó a casa del Padre. Sin embargo, heredé esa forma de vida.
En el camino hubo muchos cambios y me deshice de muchas cosas, pero no de ese cuadro. El cuadro viajó conmigo y en cada lugar al que llegaba, tenía un lugar de honor; cada vez que salía, me persignaba, llegaba y la saludaba, ofrecía y oraba por todas mis intenciones.
Pasaron los años, conocí a mi hoy esposo y, un día, antes de casarnos, por iniciativa suya, sin conocer mucho sobre la historia del cuadro y nuestra práctica de fe alrededor de
MARÍA quiere quedarse ENTRE NOSOTROS
Darle a María un lugar de honor en nuestra casa nos dispone a orar, agradecer y consagrarnos mientras Ella nos acoge.
él, decidió consagrar nuestro matrimonio. Así ha pasado el tiempo y la Mater nos ha acogido y se ha hecho presente en nuestra familia.
El cuadro sigue teniendo un lugar de honor. Alrededor de él hay toda una vida de conquista espiritual para invitarla a establecerse en nuestra casa y que pudiéramos conquistar lo que en Schoenstatt se llama un santuario hogar.
Tuvimos la gracia de que justo el día de la Candelaria (por cierto día del cumpleaños de mi mamá), pudiéramos entronizarla y ofrecernos a ella. Descubrimos en el proceso de preparación, que eso que mi mamá había hecho, había sido también un intento de ella por conquistar ese santuario hogar y que eran más de 19 años de conquista (juntando los de las 2 familias).
Nos dimos cuenta de tantas formas en las que nos ha cuidado, guiado, de que a pesar de pensar que nunca estaremos listos para recibirla dignamente en nuestra casa (física y figurativamente) ella como Buena Madre, nos busca, y espera nuestro corazón dispuesto.
Ella quiere establecerse para educarnos, guiarnos y llevarnos hacia su hijo. Si aún no tienes un lugar de honor para ella, ¿qué esperas? ¡Invítala a tu casa!
¡Un santuario más para la gloria de Dios! ¡Decimos sí Mater!
¡Nada sin ti, nada sin nosotros!
“Ella que transforma una cueva de animales en un hogar para Jesús, con un par de pañales y un puñado de ternura” quiere quedarse entre nosotros.
“Tomen el cuadro de la Madre de Dios y denle un lugar de honor en su casa. Entonces sus hogares se convertirán en pequeños santuarios donde el cuadro de gracia probara ser una fuente de gracias, creará una atmosfera familiar santa.”
No son jóvenes de un país lejano; no, son tus hijos, son nuestros hijos. Lo ocurrido esta semana en Teotihuacán, Estado de México, donde una jovencita de 14 años murió muy probablemente a causa de los golpes en la cabeza propinados durante una pelea con una compañera de clase, nos interpela a todos.
Una vez más, hemos contemplado, con impotencia, rabia, tristeza y desesperanza, cómo se trunca la vida de una pequeña, ante la indiferencia de sus compañeros de escuela que, lejos de detener la pelea -que a todas luces ocurría en condiciones desiguales- se burlan de la víctima e incitan a la agresora a golpearla con más saña, mientras graban con sus celulares lo que para ellos es sólo un espectáculo.
De acuerdo con el testimonio de la familia de la víctima, la jovencita habría acudido al lugar de la pelea para ver si lograba detener el bullying, que desde tiempo atrás venía sufriendo por parte de la agresora, debido al color de su piel. Pero el resultado fue muy diferente al esperado: murió por un traumatismo craneoencefálico, y su cuerpo ya descansa en el panteón local, junto con su sueño de ser enfermera.
En los últimos años, hemos sido testigos de campañas que buscan tejer acciones y evitar la discriminación, acoso, intolerancia, indiferencia, desigualdad, violencia física, psicológica o verbal en las escuelas, incluso, iniciativas de ley que han sido presentadas en su momento como modelo para otros países; sin embargo, la violencia entre niños y jóvenes sigue escalando exponencialmente.
De acuerdo con datos del Consejo Ciudadano para la Seguridad y
El bullying mata; pongámosle un alto
Esta tragedia nos exige a todos los actores sociales trabajar para fortalecer el elemento más importante en nuestra sociedad: la familia.
Justicia de la Ciudad de México, entre 2022 y lo que va del 2023, a través de la Línea de Seguridad y Chat de Confianza, (55-5533-5533), se han atendido 368 reportes por bullying, de los cuales, 50% han sido de estudiantes de secundaria, 27% de primaria, 6% preescolar. De estos, la violencia física ocupa el 32% de los casos, seguida por la violen-
cia verbal (23.5%) y la psicológica (16%).
El problema es grave y continúa deteriorándose, y es importante atender las causas de fondo que se reflejan en este conflicto entre niños: ¿de dónde obtuvo una niña tanto odio como para golpear a una compañera con una piedra en la cabeza?, ¿dónde aprendió una chica
de 14 años esas tácticas criminales?, ¿cómo puede haber tantos jóvenes espectadores, alterados en sus emociones, con el deseo de ver correr sangre?
Este hecho evidencia un fuerte desmoronamiento del tejido social, para el que no existe una solución mágica y mucho menos soluciones violentas como las que se han planteado en redes sociales a partir del caso. Pareciera que, ante situaciones así, todos se vuelven jueces, pero nadie mira lo que ocurre al interior.
Esta tragedia nos exige a todos los actores sociales trabajar para fortalecer el elemento más importante en nuestra sociedad: la familia.
Urge inculcar en nuestros niños, desde la más tierna infancia, que la vida humana es lo más valioso, el respeto al prójimo como condición sin la cual es imposible la convivencia, y acompañarlos correctamente en el desarrollo de sus emociones. Si atendemos esto tan sencillo, entonces podremos poner un alto al bullying.
“El bullying es un fenómeno de auto compensación, de auto valoración; pero no encontrándome yo, sino disminuyendo al otro para sentirme más alto. Es un aprender a mirar desde arriba hacia abajo, y mal”, nos ha dicho el Papa Francisco, y no lo hemos escuchado.
El Observador / Redacción
Recientemente, el profesor Massimo Borghesi escribió un libro dedicado a estudiar al Papa Francisco. Se trata de El desafío Francisco, publicado en Ediciones Encuentro. Gonzalo Mateos platicó con Borghesi y la larga entrevista la reprodujo el portal páginasDigital. es. De esta conversación, destacamos seis puntos importantes para entender “el modo en que los católicos estamos invitados a estar presentes en el mundo a la luz del magisterio del papa Francisco”.
1. La novedad.
“El Papa Francisco ha vuelto a proponer la doctrina social de la Iglesia en su integridad y eso curiosamente ha provocado escándalo e incomprensión dentro de la Iglesia. Con la caída del comunismo en 1989-1991, la Iglesia mostró menos atención por la cuestión social, se centró en dos o tres valores (lucha contra el aborto, eutanasia, matrimonio homosexual) olvidando el problema del trabajo, la pobreza y las formas de marginación”.
2. La incomprensión:
“El frente católico conservador no comprende al Papa, cree que es un progresista cercano a la izquierda. No entiende que para el Papa la crítica al aborto debe ir acompañada de la crítica a un modelo económico-social, tecnocrático, que está en la génesis de la mentalidad individualista. El aborto es un resultado de esa mentalidad funcionalista. Por eso, la crítica al aborto también implica la crítica de un cierto modelo social”.
3. El fin de la cristiandad:
“El Papa, a diferencia del catolicismo conservador, tiene muy clara la idea de que la cristiandad se ha acabado. Ya no podemos presuponer un mundo cristiano. En Occidente, el mundo de hoy no es anticristiano. Es simplemente “no-cristiano”, por la sencilla razón de que ya no conoce el contenido de la fe, a Jesucristo. Lo conoce como una figura del pasado, no como una realidad presente. Esto revela una ausencia dramática de la Iglesia en el mundo actual, ausencia entre los jóvenes, sobre todo”.
El Papa ha vuelto a proponer la Doctrina Social en su integridad
4. La no-fe de los jóvenes:
“Los católicos conservadores siguen reivindicando por un lado un mundo cristiano que solo existe en mundos cerrados, y por otro acusan a la secularización de ser la causa de la pérdida de fe. En realidad, esa fe, sobre todo entre los jóvenes, nunca ha existido. Los jóvenes son agnósticos no porque sean anticristianos sino porque nunca han encontrado una experiencia de vida, personal y comunitaria, gracias a la cual puedan hacerse cristianos. El problema afecta a la Iglesia y no a la
sociedad en primer lugar”.
5. El reclamo:
“Claro que el mundo actual no favorece, con sus modelos de vida, el descubrimiento de la fe, pero eso no puede suponer un pretexto para el vacío de propuestas de vida que caracteriza a la Iglesia actual. Ahí es donde se sitúa el reclamo del Papa. En Evangelii gaudium, Francisco escribe que hoy el Anuncio cristiano debe preceder al compromiso por la defensa de los valores morales de la Iglesia”.
6. El testimonio:
“En el mundo secularizado, el encuentro, el testimonio cristiano dirigido a todos, a la gente de derechas y a la de izquierdas, va antes. Antes que las diferencias políticas e ideológicas. Por ello, la Iglesia no está llamada a posicionarse políticamente, sino a favorecer el encuentro del hombre de hoy con el Acontecimiento cristiano. No simplemente con el dogma o con los “valores” cristianos, sino con una experiencia de vida renovada gracias a la fe”.
FRAY LUIS DE GRANADA
Por Arturo Zárate RuizHoy menos conocido que el poeta fray Luis de León es el predicador fray Luis de Granada, también escritor del siglo de oro. Destacó especialmente por promover, como lo hicieron muchos santos españoles de la época, una verdadera reforma en la Iglesia, una fundada en la santidad de vida, no en la promoción de un cristianismo aguado propio de la revuelta protestante. Hizo eso este dominico con su oratoria, sus escritos y su vida ejemplar.
De él quiero aquí destacar que la Iglesia lo reconoce como venerable, que prefirió la impopularidad a consentir en sus hijos espirituales flojedad en la fe por fines mundanos, y su, tal vez, hermosa simplicidad por apurarse en admitir milagros.
¿Qué es un venerable? La Iglesia se refiere con este título a personas que han sido declaradas, tras morir, “heroicas en virtud” durante la investigación y el proceso que conducen a su canonización como santos. Si bien todavía no se les reconocen milagros para beatificarlos o canonizarlos, se admite su ejemplaridad como cristianos, lo que supone que ya gozan ellos de la presencia del Padre; e implica además que, en privado, podemos tenerles devoción (de aprobarla algún obispo). Quien quite y nos conceda el venerable un milagro que permita finalmente que se le eleve a los altares. Venerables muy conocidos son el papa Pío XII, quien inclusive en su misma alcoba escondió a judíos durante el Holocausto, el cardenal vietnamita Van Thuan, por muchas décadas torturado por los comunistas, el obispo y predicador de televisión norteamericano Fulton Sheen, y el científico Jérôme Lejeune, que identificó el síndrome de Down y defendió a los afectados.
Fray Luis de Granada no consintió en sus hijos espirituales el aflojar sus compromisos cristianos, por más loables que fueran los fines mundanos. Tras la muerte del joven
rey Sebastián de Portugal, ascendió al trono su tío Enrique, un cardenal, quien por sus votos religiosos no podía casarse ni tener hijos que lo sucedieran, aunque así conviniera para el reino. Fray Luis de Granada, como director espiritual suyo, no consintió que quebrantase esos votos: eran perpetuos. Al morir el rey Enrique, Felipe II de España reclamó el trono con las armas. Muchos portugueses se opusieron militarmente. Sin embargo, fray Luis de Granada no les permitió a sus hermanos dominicos tomar partido político, y aún menos las armas: no les era permitido que lo hicieran porque, como sacerdotes, debían ser factor de reconciliación entre hermanos. Quizás esto explique por qué los portugueses nacionalistas se han olvidado de él, no obstante, sus virtudes cristianas.
En 1588, a los 84 años, fray Luis de Granada era el más famoso predicador en Portugal y se le admiraba en toda Europa por su erudición y sus publicaciones piadosas. Nobles de la más alta alcurnia lo visitaban para pedirle su dirección espiritual. Reyes hacían cola en Lisboa para oír sus sermones. Cardenales, obispos y varios papas en Roma enaltecieron la seguridad de su doctrina, su humildad de espíritu y su santidad en obras. Granada fue inspiración de muchos padres conciliares en Trento, discípulo de san Juan de Ávila, amigo íntimo de san Bartolomé de los Mártires, contemporáneo de san Ignacio de Loyola, y preceptor con sus libros de santa Teresa la Grande, Doctora de la Iglesia. Tan acostumbrado a la santidad, fray Luis cayó en el error de verla dondequiera. Aceptó, sin cuidar cerciorarse, los estigmas de la priora de la Anunziata como verdaderos. Y tal como la Inquisición fácilmente averiguó, no eran más que barniz de uñas. Aun cuando la mención sea breve, el US News & World Report lo incluye todavía en la lista de los engaños más simplones en la historia de la charlatanería religiosa.
Pero por favor, lector, no taches a fray Luis de Granada de tonto. No sólo le era fácil admitir los milagros por convivir con muchos santos, también por diariamente contemplar y vivir el más sencillo, humilde, fino y amoroso de ellos: la Eucaristía, “Divino Manjar” que adoraba y recibía en su alma. Así lo proclamó en su sermón final, poco antes de morir en olor de santidad. Si quieres, pues, milagros, confiésate y comulga en esta Cuaresma.
El eco que tendrán las urbanizaciones amerindias establecidas en el macizo continental americano –o Mesoamérica– a partir de 1521, a impulsos o bajo el aliento de los expedicionarios europeos (‘españoles’, con propiedad, a partir de ese año), para ellos tendrá como premisa abrir caminos y establecer puertos que faciliten el tránsito regular de mercaderías del Nuevo al Viejo Mundo y viceversa.
Empero, para los misioneros de esa procedencia, aprovechar los caminos y hasta las veredas como rutas de peregrinación –que eso, al final de cuentas eran los centros ceremoniales para las culturas que a cambio del control de un territorio buscaban allí una explicación colectiva y el amparo y el favor de la divinidad–, será un matiz gracias al cual lo sagrado prevalecerá sobre lo profano en los pueblos de indios.
Respecto a lo apenas sugerido, Jordi Gussinyer, en su estudio ‘Arquitectura paleocristiana de Mesoamérica’ se vale de los datos hasta hoy ofrecidos por arqueólogos en los ámbitos social y arquitectónico de nuestros centros ceremoniales, para reconocerlos como “áreas de intención concéntrica en torno del centro ceremonial administrativo” (eso lo dice citando a Novoa), que gira alrededor de un espacio central desde el que es visible “una gran densidad de
EL INDOCRISTIANISMO DE AYER Y HOY
POR TOMÁS DE HÍJAR ORNELAS, PBRO.
los centros ceremoniales mesoamericanos en los pueblos de indios novohispanos
y el en el occidente novohispano –o neogallego– desde 1530.
El centro ceremonial, “[e]spacio con escasa densidad demográfica permanente, pero con numerosa población flotante” nunca se apartará totalmente del que fue la cúspide de ellos por acá, el de Tenochtitlan, que concentra en la zona sacra lo mejor de sus monumentos y en la profana espacios donde la gente pueda pasar la vida con relativa calidad pero sin mayores pretensiones.
arquitectura monumental” que incluye “las residencias de la elite, las estructuras religiosas, lúdico religiosas y civiles, de utilidad pública”.
En otras palabras, si para los expedicionarios la Plaza Mayor era el espacio público por excelencia de la casa común –la ciudad–, para los pueblos amerindios el atrio cementerio, como espacio sagrado y lugar de enterramiento de los difuntos, fue el hábitat de convergencia entre el inframundo sobre el cual no se impuso la ‘plaza’ (o lo profano) respec-
to a lo ‘sagrado’. Según las cuentas de Gussinyer, será a partir del Posclásico cuando por acá se separan “los dos destinos. Incluso el área sagrada reafirma su función e independencia, separándolo con un muro del mundo profano exterior”, dato que si lo tomamos en serio será básico para erigir de forma natural a las nuevas urbanizaciones, especialmente las que se abran y consoliden con los indios conquistadores, que en número copiosísimo irán echando sus reales
Ateniéndonos a estos datos, ha de quedarnos claro que la concurrencia a los lugares de culto público en Mesoamérica compartían motivaciones muy parecidas a las que el domingo empujaban a los cristianos a saturar con mercaderías sus plazas, pero que a diferencia de ellas lo que prevalecía entre los amerindios era menos la ganancia que la necesidad de coincidir con los demás como parte de un todo, cualidad que adquiría sus rasgos y connotaciones propias justamente en la monumentalidad del centro ceremonial, en el adorno de los templos, en la parafernalia de los ritos en el reconocimiento de los ciclos, en el restañamiento de las heridas colectivas, y todo ello gracias al favor divino y al amparo de los dioses tutelares de la comunidad.
Los elementos esenciales de
“Cuandomeexamino, sacounapobrísimaideade mímismo; perotodocambiacuando mecomparo”.
JEAN SIFREIN MAURY
¿Qué cambia de ser párroco y maestro de seminario a ser obispo?
Recientemente el editor de El Observador, Jaime Septién, concluyó un atinadisimo proyecto que lleva por título ¿Y qué hay por el mundo?, en donde, con la madurez adquirida con una preparación incansable, más de treinta años como editor y comunicador y agregaríadad humana, no la de grupos, la que a cada uno le corresponde. Los agravios económicos del siglo XX son un factor que ha agudizado los sentimientos de humillación y falta de respeto. Don Mario refiere vivir mejor, entendiendo sus dimensiones ampliadas: lo material, intelectual y espiritual.
El sentido interior de la dignidad busca el reconocimiento. No es suficiente que cada uno reconozca
su propio valor, no sirve si otras personas no lo reconocen de manera manifiesta. Nuestra sociedad ha creado una situación creciente de personas indignadas, no por estar enojadas, sino por la pérdida de ser merecedor de una vida digna, porque existe una indiferencia social y aún peor, hay quien denigra a otros con sus hechos y dichos.
Cuando le preguntaron
“¿Que cambia de ser párroco y maestro de seminario a ser obispo?”, su respuesta fue: “El kilometraje”. Una vida de kilómetros y kilómetros de testimonios de una
lucha decidida por dar reconocimiento y recobrar la dignidad de católicos y no católicos.
Su vocación católica, se dio a la tarea de narrar la vida nada más y nada menos que de don Mario de Gasperín Gasperín. Literalmente es una narrativa que nos conduce desde las raíces italianas de nuestro obispo emérito, pasando por su crecimiento en su Estado natal, Veracruz; su ordenamiento en Roma, hasta su llegada en 1989 al Estado de Querétaro, y su renuncia canónica en 2010. Una vida ejemplar llena de obras y sabiduría que ha impactado la conciencia y dado guía a miles de personas.
Hay un momento que es una tremenda síntesis de su pensamiento social. En una entrevista en 1985 siendo obispo de Tuxpan, dijo, en cuanto a los derechos de los derechos de los indígenas, que tienen que recobrar su dignidad y encontrar razones fuertes y nobles para vivir mejor
Nuestra Patria continúa ante el desafío de recobrar la dignidad de una parte de la sociedad. El significado etimológico viene del latín dignus: merecedor, ser apropiado o ser decente. Se refiere a la digniDilemas Éticos
POR P. FERNANDO PASCUAL
Ciencia y poder
Pueden surgir muchas reflexiones cuando vemos juntas las palabras “ciencia” y “poder”, y resulta difícil enumerarlas de un modo más o menos completo.
Entre esas reflexiones, hay una que se ha hecho presente en diversos momentos de la historia: ¿qué poder adquieren quienes llegan a un conocimiento científico?
La pregunta puede ser respondida en varias direcciones. Nos fijamos en dos. La primera se refiere al deseo de los científicos de gozar de una amplia autonomía respecto de las autoridades. La segunda alude al hecho de que el mismo conocimiento científico se convierte en trampolín para un mayor poder.
El deseo de autonomía de los científicos surge ante formas de organización social y política que aplican sistemas de control y limitaciones más o menos precisas por parte de las autoridades sobre las investigaciones que deseen poner en marcha los científicos.
El deseo de autonomía de los
investigadores, si está acompañado de una buena ética, no implica la exigencia de poder hacer todo tipo de experimentos, por ejemplo aquellos que resultan claramente contrarios al respeto a normas básicas de justicia.
Pero no podemos cerrar los ojos al riesgo, por desgracia concretizado en diversos momentos de la historia, de que algunos científicos realicen experimentos claramente inmorales, como los que se llevaron a cabo sobre niños o sobre prisioneros en algunos lugares
ALIVIO DE CAMINANTES
POR EL P. JUSTO LÓPEZ MELÚS
Un grano de trigo
Un grano de trigo se encontraba muy triste entre dos terrones de tierra negra y húmeda, donde lo había tirado el sembrador. Entonces empezó a recordar su vida feliz, cuando estaba en la espiga con sus hermanos. Pero no duró mucho su felicidad. Pronto llegó el segador y la trilla que lo vapulearon. Luego, en el saco, en la más terrible soledad. De allí pasaría a las ruedas del molino. Entonces gemía tristemente:
--¿Para qué fui creado? Mejor no haber visto la luz.
Pero una voz, desde lo
del planeta. Por lo que se refiere al “poder” que los científicos llegan a alcanzar a través de algunos de sus descubrimientos, basta con imaginar lo que puede hacerse con una nueva sustancia química, con una técnica capaz de modificar el ADN de plantas y animales, o con los continuos desarrollos en el conocimiento sobre los usos de la energía atómica.
Estos dos aspectos sobre las relaciones entre la ciencia y el poder (incluyendo la política) muestran la necesidad, tan sentida en las últimas décadas, de una mayor atención hacia aquellos modos correctos que permitan una buena intervención de las autoridades en el mundo de la investigación, y de la formación en principios éticos de quienes investigan en tantos ámbitos del saber.
Solo a través de una seria reflexión sobre estos puntos será posible establecer buenos puentes entre la ciencia y el poder, sobre todo para que la investigación científica se desarrolle éticamente, y para que sus descubrimientos ayuden a mejorar un poco la vida de los seres humanos y de otros seres vivos que conviven con nosotros en el planeta.
MI VOCACIÓN ES EL AMOR
El gran descubrimiento
Al entrar en el Carmelo, Teresita se da cuenta de que de nada vale la ilusión de santidad, que la santidad es otra cosa que deseo. Es darse cuenta de la miseria de su vida ofrendada a Dios para, así y solo así, poder entablar un diálogo entre El que es y el que no es. Lejos de sacrificar su deseo de ir al cielo a la tremenda realidad de lo que Teresa considera su “miseria”, encuentra el camino, el gran descubrimiento del ascensor. En el Manuscrito C, recordando el elevador que vio en un hotel de París a donde había acompañado a su padre, y viendo lo que el ascensor hacía, se abandona a la Gracia: Estamos en el siglo de los inventos. Ahora no hay que tomarse ya el trabajo de subir los peldaños de una escalera; en las casas de los ricos el ascensor lo suple ventajosamente. Pues bien, yo quisiera encontrar también un ascensor para elevarme hasta Jesús, ya que soy demasiado pequeña para subir la ruda escalera de la perfección
más profundo de la tierra, le decía:
--Ten confianza, no temas.
Tú mueres para renacer a una vida mejor.
--¿Quién eres? –preguntó.
--Soy Aquel que te creó y quiere volver a crearte.
Y el grano se abandonó a la voluntad de su Creador. Se convirtió en un tallo verde y vio otros tallos que eran sus hermanos. Y de nuevo sintió la alegría de vivir. “si el grano de trigo no muere…”.
Frente a “la ruda escalera de la perfección”, ¿cuántos de nosotros nos quedamos fuera del camino al cielo? “Es demasiado para mí”, solemos decir. Teresita deja atrás la soberbia. Recuerda las palabras de Jesús: “El que se ensalce será humillado”. ¿Y el que se humille? En efecto, será ensalzado; es decir: será elevado a la santidad. El ascensor de Teresita es lo que cada uno debe descubrir en su intimidad. En este siglo “de inventos”.
Una Iglesia con voz y esperanza
Nigeria: Su fe los sostiene ante la persecución
escribir y hablar inglés, todo gracias a Ayuda a la Iglesia Necesitada que apoya para que no nos falte comida, servicios médicos y sobre todo acompañamiento espiritual. Me siento bendecida y prometo estudiar mucho y convertirme en alguien grandiosa en el futuro.
Christiana es una de las miles víctimas de miembros de Boko Haram e ISWAP, grupos terroristas que han cometido la mayoría de sus ataques en el estado de Borno y cuyo objetivo son los cristianos, quienes se han quedado sin nada. Según el Nigeria Security Tracker del Council on Foreign Relations, más de 41.600 personas han muerto en Nigeria por ataques de Boko Haram, otras fuentes hablan de más de 65.000 personas asesinadas entre 2011 y 2022.
Por: Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN)
Soy Christiana James. Tengo 23 años y vivo en el campamento de Polo con mi madre y mis hermanos, en Maiduguri, al noroeste de Nigeria. Perdí a mi padre a manos de Boko Haram, ellos atacaron mi pueblo y destruyeron nuestras vidas. Estaba en la escuela cuando ocurrió el ataque, también vinieron a nuestra escuela y mataron a algunos niños. Gracias a Dios sobreviví.
Al llegar a mi casa, descubrí que Boko Haram había asesinado a mi padre, lo que me entristeció mucho. Nuestra vida no fue
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la misma después de la muerte de mi padre, fue muy difícil. Dejamos de ir a la escuela, no había comida suficiente y no teníamos ropa para vestirnos. No había otra opción más que irnos a Maiduguri. De camino Boko Haram nos secuestró tres días, planeaban llevarnos al bosque Sambisa, pero Dios tuvo misericordia y escapamos, luego llegamos a Maiduguri en busca de un lugar para vivir. Al llegar, me emocioné mucho cuando el obispo de Maiduguri, nos dio la bienvenida. Me acabo de graduar de la escuela secundaria y espero continuar mi educación, puedo leer,
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A menudo, es difícil entender los límites entre la persecución abierta, el extremismo islámico, las rivalidades étnicas históricas y el bandolerismo declarado. Sin embargo, es un hecho que los cristianos sufren en todo el país. ACN prefiere poner rostro y voz a los muchos hermanos y hermanas en la fe que han sido víctimas de la persecución y la violencia en Nigeria. Sus historias parecen increíbles, pero son ciertas.
ACN en esta Cuaresma te invita a unirte en oración y solidaridad con nuestros hermanos nigerianos para acompañarlos en su viacrucis de sufrimiento y persecución, pero de mucha fe y esperanza. Los medios de la Iglesia en este país son escasos ante la constante amenaza de violencia extrema. ¿Contamos contigo? Visita: www.acnmexico.org/cuaresma2023
Desde el principio de los tiempos, la gente se pregunta ¿Qué le espera después de la muerte? Y aunque nadie consiguió penetrar en el secreto, han habido muchas personas a través de los tiempos que pudieron ver más: Fulla Horak, Santa Faustina Kowalska o San Padre Pío. Estos místicos (personas que han sido agraciadas con la visita de almas del Purgatorio) son solo algunos de los protagonistas de la película de Michał Kondrat titulada: «Purgatorio: entre el Cielo y la Tierra».
La nueva película del creador de “Amor y Misericordia: Faustina” y «Dos Coronas«, que ha sido ya vista y apreciada tanto en Polonia como en el extranjero, cuenta la historia de almas que viven en cuerpos y de almas que ya han dejado este mundo. Es también un recordatorio en forma de película que hacen los teólogos y científicos más destacados, que han estudiado el estado de la conciencia humana cuando el cuerpo muere.
Uno de ellos fue san Estanislao Papczyński, fallecido el 17 de septiembre de 1701. Quien tras una visión del Espíritu Santo, fundó los Padres Marianos, una orden que tiene como objetivo promover la adoración de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María e interceden especialmente por los difuntos. El recuerdo de aquellos que ya no están entre nosotros fue particularmente fuerte para el santo tras una experiencia mística de la visión del Purgatorio y de las almas que allí sufren. Es por ello, que recomendaba a sus hermanos: «Rezad, hermanos, por las almas del Purgatorio, porque sufren un tormento insoportable».
Purgatorio: entre el cieloylatierra
La cinta del director polaco Michał Kondrat llega a las salas de México el próximo 30 de marzo.
También subrayó que no hay mayor misericordia que la que se tiene con los difuntos como la de orar por ellos. Pero, ¿qué fue lo que realmente le llevó a esta ferviente oración? ¿Qué vio durante su revelación y qué tenía que decir exactamente sobre el PURGATORIO y la vida después de la muerte? Muy pronto obtendrás las respuestas a estas preguntas.
Ficha técnica
»Producción: Polonia 2020
» Género: drama, drama histórico, drama religioso.
»Director y guionista: Michał Kondrat («Amor y Misericordia: Faustina», «Dos coronas»).
»Reparto: Małgorzata Kożuchowska («Banksters», «Practice», «Letters to Santa»), Philippe Tłokiński («The Resistance Fighter», «Volta»), Ida Nowakowska («Suicide Room», «Bandit»), Kamila Kamińska («Love and Mercy: Faustina», «Rompiendo los límites», «Cartas a Papá Noel 3»), Olga Bończyk («En lo bueno y en lo malo», «El calor de las montañas»), Marcin Kwaśny («Escuadrón 303», «Cartas a Papá Noel 3»), Małgorzata Lewińska («La primavera que viene», Amor y Misericordia: Faustina»), Maria Niklińska («Black», «I will show you»), Henryk Gołębiewski («Angel», «Edi»), Dorota Piasecka («Rose», «Destined for Blues»), Mateusz Dobies («Father Matthew», «First Love»), »Estreno en México »30 de marzo en Cinemex
ADIVINANZAS
Con sólo 3 colores ordeno a cada uno. Si todos me respetan no habrá accidente alguno.
Respuesta: El semáforo
De la tierra voy al cielo y a la tierra he de volver: soy el trigo de los campos que los hace florecer.
Respuesta: La lluvia
Subo llena y bajo vacía. Si no me doy prisa la sopa se enfría.
Respuesta: La cuchara
LABERINTO
Lázaro necesita de su amigo Jesús. Ayuda a Jesús a llegar con él.
-¿Por qué algunos adultos se ponen contentos cuando terminan un rompecabezas?
-Porque en la caja decía de tres a cinco años.
– Mamá, mamá, ¿la abuela es fosforescente?
- No hijo, ¿por qué?
ENCUENTRA LAS 5 DIFERENCIAS
- Entonces se está electrocutando. Al sacristán le encargan hacer un letrero que indique que en Semana Santa no habrá servicio de notaría parroquial. Entonces, como no se le ocurre qué poner, escribe: «Cerrado por defunción del Hijo del Jefe».
TRABALENGUAS
Un burro en el bosque corre tras el perro de Francisco; rebuzna y rebuzna y, de un brinco brusco, barre con el perro al barro, que, rabioso, rabiando rabea, y su rabo se embarra de barro.