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la coctelera
Teaching Gourmet
Y no, el componente de sostenibilidad y el precio, en este caso, no es válido. El único factor válido es el componente de la rentabilidad. Hace años, la categoría de un restaurante estaba basada en el producto, un producto exclusivo, con un estándar de calidad y un coste diferenciador. Ahora, se trata de dar un alto estándar a menor precio y eso querido lector es imposible, no hay ley económica que lo sostenga. Los restaurantes, en la actualidad, están haciendo creer al cliente que degusta unos manjares exclusivos y de alto nivel a precios asequibles, pero como el conocimiento del cliente sobre algunas materias primas es limitado, se genera un autoengaño que implica que el restaurante gane más ofreciendo menos.
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Lo más preocupante de esta situación será la desaparición de materias primas que, en otra época, servían como recurso para aumentar la satisfacción del cliente. Esa que hoy se reduce al postureo provocado por la obligación de adquirir una relevancia social difícil de justificar con nuestro conocimiento y fácil de demostrar en un entorno en el que la mayoría se cree con autoridad o la condición de experto.
Será que la satisfacción del cliente es darle la razón, de este modo todos salimos ganando. Razón para él y beneficio para el restaurante. Yo sigo observando, último titular visto hace poco tiempo: “19 restaurantes nuevos en Madrid que están de moda”. Ahí lo dejo… Menudo año nos queda por delante.