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México y su pasión por los bichos
from Baja Foodie #2
by EM media
México
Y su pasión por los bichos
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Por: Diego Maldonado / Uabc
Insectos, todos los conocemos. Desde la molesta hilera de hormigas que invade nuestra cocina, hasta la espantosa cucaracha voladora que aterra hasta al más valiente. La percepción general de la población sobre los insectos es por lo general negativa, nadie quiere ver bichos corriendo por la casa, pero ¿qué si te digo que esto no siempre fue así? En donde la mayoría de las personas ven una peste, para muchas personas son un manjar.
Aproximadamente 3,000 grupos étnicos alrededor del mundo practican la entomofagia, la ingesta de insectos. Dentro de estos grupos, se encuentran muchos grupos étnicos mexicanos, como los mixtecos, náhuas, mazatecos, chochos, otomíes, lacandoneos, entre muchos otros. En México, se encuentran alrededor de 504 especies comestibles de insectos. En este artículo, los introduciremos a algunos de los insectos más consumidos en México:
El chapulín El vocablo chapulín proviene del náhuatl chapōlin, que se divide en “chapa” que es “rebotar” y ōlli que significa “hule”. Los chapulines no son una sola especie, sino que se trata de dos distintas familias de insectos, la familia Pyrgomorphidae, Acrididae, Romaleidae y Gryllidae. Estos insectos se consumen solos con ajo y chile, dentro de quesadillas, tostadas, tlayudas, memelas y recientemente en forma de sazonadores y batidos proteicos.
Los chapulines contienen una alta concentración de proteínas (de un 50% a 60%), además de contener distintos micronutrientes benéficos para la salud humana. Los chapulines se encuentran por lo general en el sur del país, aunque se comercializan al resto de la república. Recientemente ha crecido el interés por el cultivo de estos insectos, ya que pueden ser una alternativa sustentable para los futuros retos de alimentación en el futuro ya que el cultivo de chapulines es mucho más económico y sencillo que el de otras fuentes de proteínas, como la res, el cerdo, el pollo y pescado. molli que significa “guiso”.
Los escamoles son las larvas de la especie Liometopum apiculatum, una especie de hormiga encontrada en Estados Unidos y México. Estas larvas se consumen fritas con mantequilla, en mixiote, en mole y una gran variedad de guisos. Al igual que los chapulines, poseen un alto contenido protéico y muchos micronutrientes. Su extracción se dificulta por la necesidad de cavar para encontrar los huevecillos y la agresividad de las hormigas adultas, es por esta dificultad y poca accesibilidad que este platillo ha recibido el apodo de “caviar mexicano”.
El gusano de maguey
El gusano del maguey es la larva de una mariposa (Aegiale hesperiaris). Se encuentra en las raíces del maguey. Al igual que el resto de los insectos mencionados, contiene una alta cantidad de proteínas y otros nutrientes.
Este gusano se consume ya sea cocinado o junto con un licor (típicamente mezcal). Al igual que los escamoles, se les considera una delicadeza, ya que su extracción es difícil y no se les encuentra en números abundantes.
El jumil
El jumil es el nombre que se le da a distintas especies de hemipteros o “chinches” que viven en el sur del país. Se le consume vivo y se describe su sabor como dulce, parecido a la canela. Este sabor se debe en mayor parte a los tallos y hojas de los encinos, de los cuales se alimentan. Además de su valor gastronómico, se le atribuyen propiedades anestésicas y analgésicas a algunas especies.
La entomofagia es considerada aún un taboo por la cultura occidental, pocas personas se atreven a alimentarse de insectos debido a la asociación que existe de los insectos con la suciedad y la enfermedad. Se han hecho esfuerzos para incluir a distintos insectos dentro de la dieta occidental pero lastimosamente sigue siendo un platillo solo para los “valientes”. Quizá algún día veamos el renacer de la comida que crece a nuestros pies.