UN SUEÑO PARA DESPERTAR Por: Mary Carmen López Pérez. 5to semestre.
la
divulgarlo, así que sólo siguió dándole
cortina que cubre el ventanal de su
vueltas y vueltas y vueltas. Sin expresión
habitación. La observaba con el mismo
alguna, ido, concentrado tratando de llegar
detenimiento de todas las mañanas, como
a una conclusión. Tomo una bocanada de
si esperase que se moviera por obra de una
aire y dio un suspiro larguísimo para
onda telequinética. Acababa de despertar,
después retirarse la cobija de encima, se
pero se sentía cansado, le dolía el cuello
levantó por fin de su verdugo el colchón y
por haber pernoctado en una posición
fue al baño a hacer la primera meada del
chueca, percibía punzadas en la espalda
día, se lavó el rostro, preparo un café
culpa de ese viejo colchón al que se le
instantáneo como es su costumbre y
salían los resortes y la cabeza la tenía al
regreso a su habitación. Al entrar detuvo
Ernesto
observaba
detenidamente
borde de una trágica explosión a causa del maldito insomnio que arribaba todas las noches sin falta. A pesar de su mal sentir había un recuerdo que no dejaba de dar vueltas en la mente de Ernesto. El recuerdo de un sueño. Un sueño que no quería olvidar, por lo que pensó en escribirlo, pero se arrepintió al rememorar las palabras de su abuela “Hijito cuando tengas un buen sueño nunca se lo cuentes a ningún mortal ese sueño es tuyo y cuando lo compartes pierde su magia, ahora
que
si
tienes
una
pesadilla
cuéntasela al mejor postor lo antes posible.” Ernesto sabía que técnicamente
su caminata frente al espejo de cuerpo
no iba a decírselo a nadie, pero escribirlo
completo, noto su asquerosa facha pero no
para él significaba lo mismo que
pretendía hacer nada al respecto por lo que
26|REVISTA Ñ| AGOSTO-ENERO 2022