11 minute read
Entrevista a Encarna Cuenca
from Revista EC 97
Presidenta del Consejo Escolar del Estado
«La complementariedad de las redes ha sido y es un medio que ha facilitado seguir avanzando educativamente a nuestro país»
Advertisement
Eva Díaz y Pedro Huerta Dpto. de Comunicación de EC / Secretario General de EC
El 15 de febrero Encarna Cuenca tomó posesión de su nuevo cargo como presidenta del Consejo Escolar del Estado. Docente y licenciada en Bellas Artes, considera clave conocer a las personas con las que va a trabajar, y por ello ha dedicado tiempo a descubrir los intereses de quienes forman parte del Consejo Escolar. Su principal línea de actuación: trabajar conjuntamente por el interés superior del menor.
Es la primera persona que preside el CEE y que antes ha dirigido un consejo escolar autonómico, el de Valencia, ¿la experiencia es un grado?
La experiencia es un grado… siempre y cuando se reflexione sobre ella…
Sin duda me siento muy afortunada de haber tenido reflexiones compartidas con las personas que representan a los diferentes sectores de la comunidad educativa en el Consejo Escolar de la Comunidad Valenciana. Hemos dedicado tiempo al diálogo para definir objetivos comunes y diseñar vías para alcanzarlos; eso nos ha llevado incluso a tejer amistades. Todo ello, unido al deseo de que nadie se quede atrás y que consiga sacar lo mejor de sí mismo, me da fuerzas para asumir la responsabilidad que supone presidir el Consejo Escolar del Estado, el espacio natural de encuentro de las diferentes sensibilidades de la comunidad socioeducativa de todo el país.
Lleva en el cargo desde febrero, ¿ha tenido oportunidad de reunirse con todos los sectores y conocer sus sensibilidades? ¿Cree que es más lo que les une que lo que les separa?
Conocer a las personas con las que colaboramos, sus intereses, posibilidades, preocupaciones y aquello con lo que pueden contribuir, es clave para trabajar juntas y avanzar. Desde este convencimiento, reunirme con todos los sectores representados en el Consejo fue la primera tarea que hice en Valencia y la primera que he hecho también en el Consejo Escolar del Estado. A partir de estos encuentros, en los que hemos hablado tanto de aspectos de funcionamiento interno del Consejo como de prioridades, estamos perfilando las líneas de trabajo de cara al futuro.
Sé que lo que debe unirnos es el interés superior del menor. A partir de aquí, cualquier diferencia deberemos considerarla superable.
¿Cuáles son sus principales líneas de trabajo?
Mi principal línea de actuación es potenciar el trabajo conjunto con el interés del menor en el centro de nuestras preocupaciones.
En estos momentos los consejeros estamos trabajando para identificar los principales temas que abordar. En los aspectos relacionados con el funcionamiento del Consejo, se ha destacado la importancia y calidad de los documentos que se elaboran, especialmente el Informe anual, y en esa línea vamos a seguir. Además, compartimos la necesidad de visibilizar el trabajo de este máximo órgano estatal de participación y que esa visibilidad social se extienda a todos los consejos escolares territoriales, desde los autonómicos y los municipales hasta los consejos escolares de los propios centros educativos. También, dentro de este Consejo estatal queremos hacer más asequibles sus aportaciones a todos los miembros de la comunidad educativa (informes, recomendaciones, etc.).
En cuanto a los temas de contenido educativo estamos trabajando en una “Agenda de temas compartidos” que nos permita facilitar visiones plurales a la comunidad educativa, ideas sobre sobre las que reflexionar. Buscaremos las aportaciones de personas expertas, alumnado, familias, profesorado, etc. En definitiva, deseamos ampliar el marco de la participación de la comunidad socioeducativa porque creemos que se pueden tejer alianzas sólidas que nos ayuden a afrontar los retos que hoy en día tiene la educación en nuestro país.
El Consejo ha sido criticado por estar al servicio de la Ministra de Educación. ¿Considera que ha sido así?
Si lo considerase así, no habría aceptado el cargo. El Consejo Escolar es el órgano de participación de los sectores afectados en la programación general de la enseñanza y de asesoramiento al Gobierno. Estamos para dar voz a la comunidad educativa representada en el órgano por 107 personas, consejeros y consejeras que representan a diversas instituciones y que trabajan aportando ideas que ayuden a la mejora del sistema educativo y son quienes aprueban, de forma colegiada, los informes y los dictámenes que se elevan al Ministerio.
La composición del Consejo Escolar del Estado es plural, sectorial e ideológicamente. Esa es su gran riqueza: representar a toda la comunidad educativa.
Solo puede estar al servicio de la educación. A eso me comprometo.
Queda poco para terminar un curso escolar complejo en muchos aspectos debido a la pandemia. ¿Qué lecciones hemos aprendido que podemos aplicar en un futuro?
Han sido muchos meses y muchas las situaciones vividas, en primera persona unas, y oídas o vistas, otras, pero sentidas todas ellas que, como un espejo de aumento, nos han mostrado puntos débiles, aspectos sobre los que actuar. Y también, con la misma potencia, se han evidenciado fortalezas y valores que debemos aprovechar.
La salud se ha puesto en un primer plano; percibir de cerca la inestabilidad de la vida creo que nos ha hecho ser más conscientes de nuestra fragilidad como personas. Al tiempo que hemos podido apreciar el extraordinario poder de nuestras actitudes y actuaciones para conseguir el propio bienestar y el bien común pero también la importancia de ir juntos para lograr los objetivos.
Hemos valorado, más que nunca, el papel de personas y profesiones que pasaban desapercibidas ante nuestros ojos y ante nuestra conciencia. Les hemos dado las gracias.
Hemos deseado estar con nuestros seres queridos, buscado formas alternativas para compartir con ellos emociones. Hemos resistido para seguir viviendo.
Hemos visto que las escuelas han sido espacios seguros, gracias al esfuerzo de todos, de las administraciones sanitarias y educativas, de los titulares y dirigentes de los centros, del profesorado, del personal de administración y de servicios y, por supuesto, del alumnado y de sus familias.
Hemos apreciado el valor del profesorado para desarrollar nuevas formas de enseñar adaptadas a las necesidades, el papel de la escuela como espacio de aprendizaje, de socialización, de lugar para formar al alumnado para la vida, para ayudarles a ser buenas personas, empáticas, críticas, íntegras, que se hacen preguntas y hacen propuestas creativas para seguir avanzando.
En definitiva, hemos constatado la importancia de la escuela como espacio de formación de personas, no solo en conocimientos, sino en valores. Y hemos visto su necesidad, resaltado su función social, especialmente para las clases menos favorecidas. La escuela debe preocuparse por los que menos tienen y a ellos deberían ir dirigidos especialmente los recursos y apoyos. Creo que esa visión de una escuela que piensa sobre todo en el alumnado, de manera especial en los que más lo necesitan, es una visión ampliamente compartida en este Consejo Escolar del Estado.
¿Cómo cree que será el próximo curso? ¿Se podrá volver a la presencialidad?
No poseo ni conocimientos ni competencias en materia sanitaria. Lo sensato es atenerse a lo que digan las autoridades sanitarias y educativas, ya que son quienes tienen toda la información proporcionada por las personas expertas en estos temas.
Dicho esto, quiero mirar el futuro con esperanza. Vamos a ser optimistas y pensar que, en el nuevo curso, en todos los centros educativos, vamos a escuchar las risas de nuestro alumnado mientras comparte aprendizajes y entusiasmo, socializa, en definitiva, se forma para la vida.
España lleva a cabo el doble de reformas educativas que los países europeos, ¿considera que esta situación puede poner en riesgo la vertebración del sistema educativo?
La situación en la Unión Europea es compleja. Cada país lleva un ritmo diferente en las reformas educativas que acomete, usando diferentes útiles normativos que dependen de su historia y marco legal referido a la educación. Aunque hay instrumentos comparativos, como pueden ser las evaluaciones internacionales, conviene hacer una lectura contrastada para no caer en interpretaciones simplistas y comparaciones parciales basadas a veces en datos interesados que no reflejan fielmente la realidad educativa de cada país. En algunos países se producen cambios normativos con bastante más frecuencia de lo que a veces aquí se dice en los medios de comunicación y no pasa nada.
En cuanto a la vertebración del sistema educativo, habría que distinguir diferentes modelos. Por un lado, los países con un sistema educativo muy centralizado, como Francia o Portugal, y por otro aquellos donde las regiones o entidades integrantes tienen una amplia autonomía educativa, como Reino Unido o Alemania.
En España el Estado de las autonomías nos lleva a un modelo más próximo a estos países con alto grado de descentralización. Después de más de 50 años desde la proclamación de la Constitución, donde se instaura el Estado de las autonomías, considero que España ha sabido dotarse de un sistema educativo potente donde las comunidades autónomas y la Administración Civil del Estado ejercen las funciones previstas en nuestro marco legal y están consiguiendo mejorar los indicadores de éxito educativo, como las tasas de titulación y la reducción del abandono.
¿Qué le parece la nueva ley de educación?
En mi opinión está bien enfocada y con proyección de futuro. Tiene en cuenta de dónde partimos y dónde es deseable llegar. El diagnóstico, los problemas de partida de la educación en nuestro país, han sido señalados por diferentes estudios realizados tanto a nivel nacional como internacional y también las metas están identificadas: conseguir los objetivos 2030 y la decisión colectiva de no abandonar a nadie.
La situación de partida tanto a nivel individual como social o de territorio es muy diversa, por tanto, las propuestas normativas han de ser lo suficientemente flexibles como para permitir adecuarlas a situaciones específicas, la Ley también lo hace.
En todo caso, debemos tener presente que es una ley orgánica aprobada por el Parlamento español y, por consiguiente, tenemos la obligación de respetarla y cumplir lo que en ella se dice, como se hizo con las leyes anteriores y como debe hacerse siempre.
¿Cuál diría que es el mayor problema que tiene ahora mismo nuestro sistema educativo? ¿Cree que con la nueva ley se solucionará?
Si fuésemos capaces, desde todos los sectores de la comunidad socioeducativa, de poner en el centro de nuestros intereses al alumnado, especialmente a los que tienen más necesidades, habríamos avanzado mucho. Nos ayudaría a mejorar las tasas de titulación y la reducción del abandono temprano que nos preocupan. No podemos olvidar que detrás de los problemas académicos, subyace un amplio abanico de situaciones relacionadas con habilidades y competencias personales, con situaciones sociales sobre las que es necesario reflexionar y actuar para compensarlas.
La nueva Ley tiene en cuenta estas circunstancias, identifica las competencias clave, tiene en cuenta los ODS, etc. y plantea una estructura curricular flexible destacando la complementariedad entre saber y saber hacer.
La Ley es el punto de partida, debemos seguir avanzando. La nueva ley irá acompañada de un desarrollo normativo que deberá ser completado por las administraciones autonómicas e implementado en los centros educativos. En cada una de estas etapas el papel de los agentes implicados es importantísimo. La verdadera transformación ha de venir del trabajo conjunto de administraciones, profesorado, familias, en definitiva, de la sociedad en su conjunto, porque en educación se avanza no solo desde los boletines oficiales, es una tarea compartida, de todos. En eso estamos en el Consejo Escolar del Estado.
Durante la tramitación de la ley no se ha solicitado informe a los principales órganos consultivos del Estado, como por ejemplo el del Consejo de Estado o el Consejo Escolar. ¿Qué opina al respecto?
El día 8 de enero de 2019 participé, como miembro del Consejo Escolar del Estado al ser entonces Presidenta de un Consejo Escolar autonómico, en el Pleno en el que se dictaminó el Anteproyecto de Ley Orgánica de modificación de la LOE. Fue un Pleno largo, en el que se trataron 178 observaciones. El primer proyecto de Ley fue aprobado por el Consejo de Ministros en febrero de 2019. Hubo una pausa en la tramitación por la disolución de las Cortes y, el mismo proyecto, fue ratificado por el Consejo de Ministros en marzo de 2020.
Desde el sector de la concertada se ha denunciado que la ley pone en peligro a esta red educativa. ¿Cuál es su opinión al respecto?
La complementariedad de las redes de centros sostenidos con fondos públicos en nuestro país, cada una de ellas con sus singularidades, ha sido y es un medio que ha facilitado seguir avanzando educativamente a nuestro país.
A mi juicio esta nueva ley no va contra nadie. La LOMLOE señala que las administraciones públicas garantizarán el derecho a la educación y, por lo tanto, serán las propias administraciones territoriales las que deban programar la oferta educativa, quienes gestionen los conciertos o establezcan los criterios de admisión; hay mucho campo para actuar.
Confío que, con independencia del partido o partidos políticos que sustenten los gobiernos autonómicos, en cada comunidad autónoma se buscarán las mejores soluciones para alumnado y familias de su ámbito territorial. Confío en la responsabilidad y buen hacer de todas las administraciones públicas y estoy segura de que los consejos escolares autonómicos analizarán y valorarán con serenidad la gestión de su propia administración en sus respectivos territorios.
Por último, ¿qué espera para el futuro de nuestro sistema educativo?
Mi esperanza coincide con la esperanza colectiva: que encontremos las vías para que nadie se quede atrás y que cada alumno, con independencia del nivel socioeconómico de su familia, nacionalidad, género o necesidades educativas especiales, goce de las condiciones que le permitan dar lo mejor de sí mismos.
Espero, deseo, que seamos capaces de poner el énfasis en lo que compartimos, en esa esperanza colectiva de dar a nuestro alumnado las mejores condiciones para su desarrollo. Deberemos regalarnos el tiempo necesario para dialogar y buscar, recorrer juntos, los caminos que nos lleven a conseguirlo.