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3.3. Nonágono Semiótico

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Bibliografía

Bibliografía

Se propone el nonágono semiótico como modelo operativo y práctico para analizar cualquier tipo de problema, concreto o conceptual, de una investigación cualitativa. Entendemos que esta herramienta es de base lógica semiótica y construida a partir de la propuesta lógico-filosófica de Charles S. Peirce. El nonágono semiótico parte de categorías peircianas y en particular de su definición de signo. Según las teorías de Charles Peirce (citado en Margariños de Morentin 1983), «un signo, o representamen, es algo que está para alguien, por algo, en algún aspecto o disposición». (p.81)

Peirce (citado en Margariños de Morentin 1983), expone al signo como capaz de sustituir a su objeto, del que sólo puede decir que es «algo». En esta dirección, Peirce afirma que la sustitución que el signo hace de tal objeto no es en totalidad, sino respecto a una parte de su posibilidad sustitutiva, a un tipo de idea, a la que denomina «fundamento».

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Esa idea que el signo toma del objeto, no está en el objeto sino en el pensamiento (de un hombre o en cuanto proposición de un sistema teórico). De esta manera, el signo sustituye, mediante un nuevo decir, algo que estaba ya dicho o pensado, acerca del objeto. De manera integral, Peirce manifiesta:

Ello se dirige a alguien, o se crea en la mente de esa persona un signo equivalente, o quizá un signo más desarrollado. A este, que aquel crea lo denomino interpretante del primer signo. Al signo que está por algo, su objeto. Este está por tal objeto, no en todo sentido, sino respecto de un tipo de idea que algunas veces he llamado el fundamento del representamen (Peirce citado en Margariños de Morentin, 1983, p.82)

El signo consta de tres elementos inherentes a él: el representamen, el objeto y el interpretante. Margariños de Morentin (1983) relaciona al representamen con el emisor y el interpretante con el receptor y aclara, que «es conveniente despersonalizar este proceso lingüístico, del cual la comunicación emisor - receptor es sólo un caso».

Peirce (citado en Margariños de Morentin 1983) desarrolla las tres dicotomías del signo que constituyen nueve clases de signos.

Establece que cada uno de los elementos de la estructura del signo es también un signo. De esta manera, si el Fundamento, el Representamen y el Interpretante son, además de las tres partes constitutivas del signo, cada uno de ellos un signo, contienen respectivamente los tres elementos constitutivos de la estructura del signo.

Primer correlato encontramos al Cualisigno, Sinsigno y Legisigno. Segundo correlato encontramos Ícono Índice y Símbolo. Tercer correlato encontramos Rhema, Dicisigno y Argumento.

En síntesis el nonágono es un instrumento de estudio del signo, donde la partición del mismo se divide en forma, existencia y valor. Esta tríada reúne las cualidades del signo en relación con los aspectos conceptuales y modos de manifestaciones desde un cuadro de doble entrada, renombradas por Guerri (2014) como Diseño, Tecnología y Comunicación; proponiendo de manera operativa correlatos y de manera descriptiva tricotomías.

Metodología

Para analizar un signo concreto como sería el caso de una pieza visual, audiovisual o espacial; una posibilidad es comenzar por los aspectos de la segundidad. El análisis se refiere a la actualización del signo a través de rasgos formales, materiales y valorativos. En esta parte se ubica la gramática visual (EF); cuestiones que tienen que ver con la ficha técnica de la producción como título, autor, fecha, técnicas (EE); por último el concreto significado y el efecto de sentido que genera en los destinatarios (EV).

Si continuamos por la primeridad, encontramos las posibilidades, el conocimiento sobre los diferentes aspectos formales, existenciales y valorativos desarrollados en la existencia. Aquí se ubican los conocimientos acerca de gramática visual, entre otros (FF); acerca de materiales y herramientas (FE); y los conocimientos con los que debería contar el emisor para generar el posterior significado y efecto de sentido en la pieza (FV).

Y por último en la terceridad, el análisis se centra en la inscripción del signo en un momento y una cultura determinada. En relación con los valores culturales presentes en los aspectos estéticos, materiales y argumentales. Aquí se hacen visibles los tres valores estratégicos de cada uno de los correlatos.

Aquí se ubican los valores estéticos que tienen que ver con los referentes gráficos, la estética propia de la pieza que se realiza (VF); los valores contextuales que se dan en el vínculo entre pieza y contexto en el cual se lleva a cabo (VE) y por último los valores y la estrategia argumental (VV).

El nonágono posibilita visualizar los diferentes momentos del proceso de diseño, como también comprender las relaciones que se dan entre los aspectos que intervienen en la construcción de una manifestación concreta.

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