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Editorial: José Luis Yzuel
ESTE VERANO DAREMOS LO MEJOR
El verano es una de las ápocas más esperadas por todos. De manera generalizada se asocia a momentos de felicidad, a vacaciones, a compartir con familiares y amigos, a días más largos para disfrutar, y esto evidentemente tiene un impacto directo en la hostelería, que vive su momento de mayor trabajo. Es el momento del año en el que el sector da lo mejor de sí, y hace gala de ser el sector económico que más felicidad vende. A pesar de la incertidumbre que nos rodea, con un IPC general en el mes de junio que ha superado las dos cifras (10,2%), parece ser que las previsiones de una buena temporada para el sector, con cifras cercanas a las de 2019 se van a mantener. Un reciente Informe de Kantar Media, “Global Issues Barometer”, refleja que el 72% de los españoles contempla malas perspectivas económicas debido a la guerra, la pandemia y a la inflación, pero aun así esto no va a influir en su disfrute del verano volviendo a hacer celebraciones pendientes, salir a hacer planes fuera de casa y disfrutar de viajes y vacaciones… porque hay una sensación de carpe diem después de lo vivido con la pandemia, lo que está ralentizando y retrasando la contención del gasto.
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Es por eso que debemos volver a dar lo mejor de nosotros como sector, para ofrecer al cliente la mejor de las experiencias, y que el turista internacional se vaya de nuestro país con la imagen con la que siempre se han ido hasta ahora; que tenemos un modelo de hostelería que no se repite en ningún lugar más en el mundo y que forma parte de la cultura y la socialización de nuestro país. De hecho, según una encuesta realizada por Turespaña a los turistas que abandonan nuestro país, el 10% de los visitantes internacionales que nos visitaron en 2019 lo hicieron exclusivamente por motivos gastronómicos. Precisamente la recuperación de ese turista internacional después de dos años, hace pensar que el verano puede devolver cifras cercanas a las prepandemia, sin perder de vista algunas de las amenazas que lastran esa recuperación absoluta como pueden ser los problemas para contratación de trabajadores cualificados o el fuerte incremento de los precios, especialmente en alimentos y electricidad, que impactan de manera directa a los negocios de restauración
Ante esta situación hay que hacer un nuevo esfuerzo porque esta recuperación no sea un espejismo y quede lastrada después del verano por la tendencia natural al ahorro. La vuelta del verano debería estar marcada por seguir desarrollando proyectos para construir la hostelería del futuro, especialmente en la sostenibilidad y digitalización, y no por volver a desarrollar todo tipo de armas de supervivencia ante la incertidumbre económica que se vislumbra.
En cualquier caso, es momento de fijar objetivos a corto plazo y volver a presumir de país y de sector, porque este verano volveremos a ser, sin ninguna duda, líderes en turismo y estar a la cabeza en competitividad, y esto tiene que ver con nuestra oferta turística integral, en la que nuestros bares, cafeterías, restaurantes y ocio nocturno tienen un papel protagonista.
Este verano nuestras terrazas, chiringuitos y locales van a volver a ser el escenario de momentos únicos e irrepetibles, que permanecerán en la memoria de todos aquellos que los visiten. Este periodo estival debemos levantar la persiana con el objetivo de volver a hacer lo que mejor sabemos, vender felicidad a todas esas personas que tanto lo merecen y que no nos han abandonado en los peores momentos. ■
JOSÉ LUIS YZUEL
PRESIDENTE DE HOSTELERÍA DE ESPAÑA