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El Estado de “bienestar” mexicano

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Bibliografía

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34 Capacidades para la toma de decisiones...

El Estado de “bienestar” mexicano

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Latinoamérica es considerada una de las regiones más desiguales en todo el mundo y México es un ejemplo de ello. Las brechas de acceso a derechos económicos, sociales, culturales y ambientales se abren de manera considerable en nuestro país. Para Barba Solano (2008) es evidente que en el caso de México, sin dejar de lado el considerable desarrollo institucional ocurrido entre los años cuarenta y ochenta, las reformas sociales de los años noventa o las promesas de bienestar para el nuevo siglo formuladas por los reformadores, sigue existiendo una brecha muy grande entre lo que se ha ofrecido, y lo que se ha logrado.

De acuerdo con Morata (2014), los privilegios que han logrado alcanzar algunos estratos sociales determinados a lo largo de las últimas décadas no se quieren perder, siendo los individuos y las comunidades marginales cada vez más visibles en el entorno social pero también más invisibles ante las políticas sociales.

En ese sentido y como resultado de las fallas del modelo económico neoliberal, el Estado mexicano al igual que otras naciones, han adoptado modelos de bienestar, que en palabras de Malgesini (2013) son un conjunto de instituciones estatales proveedoras de políticas públicas dirigidas a la mejora de las condiciones de vida y a promocionar la igualdad entre sus ciudadanos.

La intención de los Estados de bienestar, de acuerdo con la Comisión Stiglitz (2009) es la de generar:

• Condiciones de vida materiales como el ingreso, la capacidad de consumo y la riqueza. • Salud. • Educación. • Actividades personales (trabajo). • Participación en la vida política y gobernanza. • Los lazos y relaciones sociales. • El medio ambiente del presente y de las generaciones futuras. • Seguridad física y económica.

Estas intervenciones de los poderes públicos en la vida ciudadana buscan incidir en la distribución de las oportunidades vitales de los ciudadanos, y se clasifican en:

• Paliativas, es decir, aquellas que buscan salidas a corto plazo; • Reformistas, en el sentido de que reemplazan o desaparecen las condiciones que generan desigualdad y • Empoderadoras, aquellas que promueven cambios sustantivos en las condiciones que generan desigualdad.

En el caso mexicano, se retoma el modelo de bienestar liberal residual, es decir, centra sus esfuerzos en atender a la población vulnerada de nuestro país por consi-

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