con Estilo gastronomía por Marco Antonio Casado
Huerto, Mar y Montaña
Gastronomía de Almería
Su cocina es tan diversa como sus paisajes. Las opciones que se pueden degustar son muchas, desde platos costeros a orillas del Mediterráneo hasta otros más tradicionales propios de la serranía y la Alpujarra.
E
n la situación actual tan complicada, disruptiva y de economía en k, hay que valorar aún más el esfuerzo y dedicación que nuestros hosteleros hacen cada día para mantener la cultura gastronómica. La provincia almeriense, que está considerada la huerta de Europa, no solo cuenta en su cocina con productos directos del campo, también con una identidad culinaria diversa, desde los platos costeros bañados por el mar Mediterráneo hasta la cocina más tradicional propia de la serranía y la Alpujarra almerienses. Cuando se trata de comer, nos gusta la buena y variada cocina, bien sea tapeando, bien sea en restaurantes tradicionales o vanguardistas. El tomate, santo y seña de la provincia, junto con otras hortalizas de gran calidad que se exportan a toda Europa, tiene una significativa presencia en nuestra restauración, destacando entrantes tan deliciosos y refrescantes como el tomate raf picao con aceite de oliva virgen extra de Canjáyar o Tabernas, el gazpacho andaluz y el de pepino. Como asesores financieros nos gusta estar próximos al cliente. Y hablando de cercanía, a escasos metros de la sucursal de Renta 4, nos encontramos Restaurante Casa Sevilla. Un lugar basado en la calidad del producto y del servicio (valores fundamentales que compartimos con 136 Fundspeople I mayo
nuestros propios clientes), que se apoya en una cocina con toques tradicionales, guiños a la mar y productos de la huerta. No podemos olvidarnos de lo que supone la tapa en Almería, con multitud de bares repartidos por el centro de la ciudad y alrededores, desde los más clásicos a los gastrobares de vanguardia. Destacaría Casa Puga, un centenario establecimiento con solera, en pleno casco antiguo, en el que podremos degustar sus típicas tapas de gambas rebozadas y champiñones a la plancha, aderezados con un vino dulce o una buena caña de cerveza. Después de pasar un rato inolvidable en nuestros bares del centro, podemos visitar la mayor fortaleza árabe de Europa, la Alcazaba, que proporciona extraordinarias vistas al puerto de la ciudad. Si tenemos que hablar de productos marinos, tenemos el Sacromonte, donde se puede disfrutar de su afamada fritura de pescado variado, los buñuelos de bacalao, pollicos, saltones o gambillas. Bar tradicional con asegurada frescura del producto. La oferta marina está ampliamente repartida y variada por todo el litoral almeriense (levante y poniente). No se puede ir uno de Almería sin haber probado el exquisito gallopedro y la gamba roja de Garrucha. Para los amantes de la cocina de vanguardia, lucen su estrella Michelin dos restaurantes: La Costa, en El Ejido,
Dromo.
comandado por el chef José Álvarez, y Restaurante Alejandro, en Roquetas de Mar, con el chef Alejandro Sánchez a la cabeza. Cocina a la última pero respetando siempre la calidad del producto autóctono de la huerta y el mar. Si queremos cocina tradicional, en los fantásticos pueblos que nutren la provincia y la serranía almeriense contamos con platos típicos como la olla de trigo, gurullos con conejo, gachas, el ajoblanco y, por supuesto, el plato alpujarreño, una especie de plato combinado lleno de sabor y tradición. No se puede dejar sin mencionar algo tan propio y característico en toda Almería como es hacer migas de harina de sémola solo cuando llueve. Está tan arraigada esta costumbre que, si los días de lluvia no vas a primera hora al supermercado más cercano, lo más probable es que te encuentres con la harina de sémola ya agotada. Podríamos escribir sobre cada una de las formidables opciones culinarias y os puedo asegurar que vuestros paladares quedarán muy satisfechos.