importante “ Esadquirir nuevos
Beber agua (de litro y medio a dos litros preferentemente) ayuda a eliminar toxinas y a depurarnos; mediante agua, infusiones y sopas. Evitar alcohol y refrescos azucarados por su alto contenido calórico. Recordar que mínimas cantidades de alcohol aumenta el nivel de colesterol LDL. Restringir la sal máximo 4 miligramos por día, que hace aumentar la tensión arterial y comprometer enfermedades cardiovasculares. Disminuir el consumo de azúcar refinado presente en refrescos, bollería, harinas refinadas que aumenta de manera rápida los niveles de glucosa en sangre, obligando a producir insulina rápidamente, aumenta la energía rápida por lo que en poco tiempo volveremos a tener hambre.
Sin embargo, alimentos que contienen fibra (pan, arroz integral, verduras, frutas, etc.) suministran energía lenta, es más saciante y más saludable. No olvidemos lo importante que es el consumo de antioxidantes provenientes de nutrientes de alta calidad como legumbres, cereales integrales, verduras, frutas, ricas en vitaminas (A, B, C, betacarotenos y Vitamina E), oligoelementos y minerales (semillas de lino, chía, sésamo etc.) que intervienen en procesos metabólicos nutricionales celulares. Evitar las dietas restrictivas, cada persona necesita una dieta personalizada, acorde a su gasto calórico y a sus preferencias alimentarias. Y si es necesario, seguir recomendaciones por profesionales. Reducir el aporte de ácidos grasos saturados y de ácidos grasos insaturados simples (grasas animales) que hace aumentar las reservas de grasa y tener mayor resistencia a la insulina. Es aconsejable la actividad física (diaria de 30-60 minutos, 2 o 3 veces por
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semana) porque aumenta la sensibilidad a la insulina y reduce la concentración de colesterol malo LDL. Practicar ejercicio físico moderado y regular (caminar, subir y bajar escaleras) adaptado a la edad, a la condición de salud, que le guste y pueda disfrutar. Estos cambios en la alimentación mejoran la salud no solo para perder peso sino también para prevenir enfermedades como la obesidad, enfermedades metabólicas como la diabetes mellitus tipo II, y enfermedades cardiovasculares, así como contribuye a mejorar nuestro estado de ánimo, autoestima, y calidad del sueño. Inculcar el hábito diario de tomarnos un tiempo para comer de manera consciente, preparar nuestro
menú diario, que no sea una obsesión ni preocupación, pero si ordenar menús (si se improvisa, se consume el doble de calorías), y recordar mentalmente lo que se está comiendo. Es interesante llevar un registro exacto de nuestro comportamiento alimenticio tanto en cantidad como en calidad. Aprender a reconocer los estados emocionales / sociales que provocan un aumento en la ingesta de alimentos. Inspeccionar nuestra manera de relacionarnos con la comida o hambre emocional (escoger alimentos, cocinarlos y comerlos con atención plena). Para terminar, la motivación y las metas deben responder a una necesidad realmente propia. Superarse un poquito más.
Dra. Esther Álvaro. Lic. en Medicina y Cirugía. Medicina Integrativa. Salutibenestar.es www.revistaglobalclub.es
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lactancia y la niñez. Principalmente se encuentran en los pescados azules (sardina, atún, salmón, etc.), en frutos secos (nueces, avellanas, almendras) y en el aceite de chía, principal fuente vegetal más rica en omega 3.
hábitos para este año que comienza. La alimentación es el pilar de nuestra salud y el peso es nuestro resultado.