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El Contrabajo, aquel gigante de voz ronca

EL CON TRA BAJO

aquel gigante de voz ronca

POR EDGARD “GALO” UGARTE

Licenciado en Teoría de la Música Universidad de Chile Cantautor, compositor y guitarrista.

Era el 25 de junio de 1961, es decir, hace 60 años. La nueva estrella del jazz de ese entonces, el pianista y compositor Bill Evans, lleva a cabo su memorable concierto en el Village Vanguard de Nueva York.

Allí no solo realiza un despliegue de toda su apabullante creatividad musical, sino que, generosamente, deja que otra estrella más brille: Scott LaFaro, su contrabajista, que en aquella actuación memorable entabló un diálogo musical constante con Evans, dotando a su instrumento de un vuelo nunca antes visto en la escena del jazz. Y es que el contrabajo, allí y en otros ámbitos, había jugado casi siempre un papel secundario. Finalmente obtuvo su esperado protagonismo, el cual tendrá también en este artículo aquel gigante bonachón de voz ronca presente ya en los más diversos estilos musicales. INCIERTOS ORÍGENES

A fines de la Edad Media existía una gran variedad de instrumentos musicales, herederos de las distintas culturas que se habían cruzado y/o convivido en aquel largo período de la Historia. Si bien solo el órgano era permitido en las iglesias, en las calles sonaban distintos tipos de aerófonos e instrumentos de percusión. Pero los que más variedad ofrecían eran los de cuerda. Dentro de estos, la gran mayoría constaba de una caja de resonancia unida a un mástil. Los había ejecutados con un plectro (palillo o púa). Otros, utilizaban un arco como medio para producir el sonido. De allí nacen los distintos tipos de violas que, a fines del período, decantan en dos grandes familias: la de la viola da gamba, que se ponía sobre o entre las piernas y la de la viola da braccio, que se apoyaba en el pecho o el hombro. Cada una tenía características propias. La primera, mucho más extensa en cuanto a integrantes, poseía seis cuerdas, trastes, dos agujeros frontales en forma

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