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La teoría de los rasgos de la personalidad de Allport

  • Su relación con los valores tradicionales y modernos en la convivencia diaria

MILCA FERNÁNDEZ, SAMANTHA HERRAN, YADIRA MURATALLA, MAURICIO LUNA Y FRIDA CONTRERAS | Estudiantes de Psicología, campus Ensenada

Los valores tradicionales y modernos son conjuntos de principios y creencias que guían el comportamiento y las decisiones de las personas. Los valores tradicionales se caracterizan por la estabilidad, el respeto a la autoridad, la importancia de la familia y la comunidad, así como de la búsqueda del orden social. En cambio, los valores modernos se asocian con el cambio, la individualidad, la libertad personal y la búsqueda de la realización individual.

Gordon Willard Allport fue uno de los primeros psicólogos dedicados al estudio de la personalidad y es considerado uno de los padres fundadores de la psicología de la personalidad. En la década de 1930, sugirió la teoría de la personalidad basada en los rasgos, en la cual enfatiza la importancia de los rasgos y su influencia en el comportamiento y la interacción con las personas. Esta teoría puede ser utilizada para analizar la relación entre los valores tradicionales y modernos en la convivencia diaria.

Gordon consideraba que para realizar una descripción de un individuo se tenía que basar en su personalidad, sus motivaciones y valores ya que todo esto influirá en la conducta y en la toma de decisiones del individuo, así mismo, los valores constituyen un medio que determina lo que el sujeto hace y la manera en que lo hace. Su teoría de los rasgos se basa en la idea de que las personas tienen características internas estables que influyen en su comportamiento y pensamientos.

Perspectivas desde la Teoría de Allport

Allport identificó tres tipos de rasgos y los clasificó de manera jerárquica reflejando la importancia de cada tipo, sugiriendo a los rasgos cardinales en la cima de la jerarquía (son los rasgos más dominantes y que más influyen en la personalidad de una persona), seguidos de los rasgos centrales (son menos dominantes que los cardinales, pero siguen siendo importantes para la personalidad) y luego de los rasgos secundarios.

El crecimiento y desarrollo de una persona es proporcional al valor con el que se le ha tratado y se le trata, y a los valores que esta asuma y practique en su cotidianidad. En la medida en que practiquemos valores para el beneficio de nuestros niños, los que nos rodean y nosotros mismos, la calidad de nuestra vida individual y social incrementará notablemente.

Los rasgos centrales de la personalidad, según Allport, son aquellos que definen la esencia del individuo y tienen una influencia significativa en su comportamiento (Draper, 2023). Algunos ejemplos podrían ser la honestidad, amabilidad, extroversión o emotividad, y su presencia o ausencia afecta la forma en que las personas interactúan con el mundo. Estos se consideran importantes ya que son los más comunes y representativos de una persona.

La relación entre los rasgos de la personalidad y los valores tradicionales o modernos da a entender que las personas obedientes y con respeto a la autoridad se inclinan por valores tradicionales, mientras que las personas independientes y con apertura al cambio podrían identificarse más con valores modernos.

Actualmente estamos en una sociedad en la cual los valores modernos son representados con mayor alcance y es mucho más común en los adultos jóvenes poder observar estos rasgos que en personas de generaciones pasadas como serían los abuelos o incluso los padres, estos valores modernos se ob - servan en personas abiertas a experiencias nuevas.

Este es uno de los rasgos de personalidad que se observa en artistas y personas creativas. El deseo de conservar valores tradicionales se encuentra más a menudo en personas conservadoras en donde lo nuevo no se considera necesariamente mejor, por lo general en estos últimos años se suele tener un punto de vista más “abierto” tanto a temas como experiencias que salen de la “norma”.

Sin embargo, esto no solo depende de la edad o del tipo de crianza, sino que también influye mucho la personalidad. Por ejemplo, hay personas que aman los tatuajes y otras que los detestan. Cuestiones como las modificaciones corporales o los cambios de ideologías en las que una persona haya crecido representan los valores modernos. En algunos casos, al llegar a la etapa de la adultez, algunas personas que han sido criadas bajo ideologías de valores tradicionales pueden optar por no seguir dirigiendo su vida bajo dichos valores y cambiar a algo más moderno que sea afín a su personalidad.

  • La teoría de los rasgos de la personalidad de Allport se ha utilizado para explicar una amplia gama de fenómenos, como la motivación, las emociones y las relaciones sociales. Creando un énfasis en los rasgos centrales que definen la esencia del individuo. Los rasgos ofrecen la posibilidad de analizar la convivencia entre personas con distintos valores, como lo son los tradicionales los cuales han guiado a la sociedad durante varios siglos, brindando una referencia para la interacción y el comportamiento social, mientras que, por otro lado, los valores modernos han surgido en respuesta a las transformaciones sociales y tecnológicas.

  • Bibliografía

Draper, C. (2023b, June 14). Allport y su conocida teoría de rasgos de personalidad. NeuroClass. https://neuro-class.com/allport-y-rasgos-de-personalidad/

Torres Garcia, L. D. D. L. M. (2018). Relación entre el clima social familiar y los valores interpersonales de los alumnos del cuarto grado de secundaria de la Institución Educativa 15177 “José Olaya Balandra” Nueva Esperanza de Piura 2016. Universidad Católica Los Ángeles de Chimbote. https://hdl.handle.net/20.500.13032/5133 Lopez, L. (n.d.). REFORCEMOS PROMOCIÓN DE VALORES. H. Congreso Del Estado de Nuevo León. Retrieved July 4, 2024, from https://www. hcnl.gob.mx/glpan/2016/01/reforcemos-promocion-de-valores.php Oficina de Ética Gubernamental de PR. (2016). Nuestro Desarrollo Social: ¿Está Marcado por la Crianza Recibida o por Nuestros Valores?. Recuperado de https://issuu.com/eticapr/docs/stic-2016-11

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