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Tener amigos imaginario, ¿es normal? |
Paola Sández Herrera*
Como seres sociales, la interacción que tenemos con otras personas desde el día uno de nuestras vidas, son realmente importantes, las relaciones que vamos creando con otras personas marcan nuestros caminos, ahora pensemos en que podemos hablar, jugar, divertirnos o tan solo pasar el rato con una persona que tenga características similares a las nuestras y que podamos compartirlas. Aproximadamente del 50 al 65% de las personas, en su infancia, llegan a crear amigos que en realidad no existen en el mundo real.
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Podemos definir a los amigos imaginarios como todos aquellos personajes que son inexistentes pero que el niño lo considera como alguien real, en ocasiones el amigo imaginario puede ser un objeto no ficticio, como un peluche o una muñeca, un elemento al que el niño le otorga la capacidad de interactuar o incluso un personaje con características animales, fantásticas o un niño como él o ella. Los amigos imaginarios usualmente comienzan a aparecer en la vida de los niños entre los dos y los ocho años y empieza a ser olvidado cuando el niño comienza a tener mas contacto constante y positivo con otros niños, aunque puede tardar un poco mas en desaparecer.
En sí, no hay una explicación clara por la que aparecen los amigos imaginarios, sin embargo, estos suelen tener una función protectora o lúdica, dependiendo de la situación en la que se encuentre el niño; pueden ayudar en el desarrollo infantil ayudando al niño a aliviar necesidades de compañía, a practicar interacciones reales, a proyectar su yo ideal, a comprender al otro, a desarrollar su autoimagen y a liberar cierta ansiedad generando un mundo ficticio en el que pueda abstraer sus problemas.
Varios autores han intentado explicar la razón por la que los amigos imaginarios son creados por los niños, inicialmente se creía que se desarrollaban a raíz de problemas afectivos, vinculados a las carencias de afecto por parte de los padres, soledad o falta de comunicación y vinculación con otros niños de su edad madurativa, aunque en ciertos casos puede ser así, en especial en niños que han sufrido un trauma, sin embargo, estos aparecen en cualquier contexto.
Diferentes autores han intentado interpretar la creación de los amigos imaginarios, por ejemplo, Jean Piaget lo interpretó como un intento del menor de dar una explicación a la realidad, la cual no es capaz de comprender a esta edad, no obstante, los niños si son capaces de separar la fantasía de la realidad y es muy probable que sea de su conocimiento que sus amigos imaginarios solo son perceptibles para ellos o que son producto de su imaginación. Otra interpretación que se les ha dado es que son auxiliares para que los niños puedan comprender mejor el mundo exterior, es decir, el amigo imaginario será un cáliz para que el niño pueda practicar situaciones de la vida real y así comprender mejor cual es el comportamiento social adecuado y poder experimentar y explorar el mundo.
La aparición de amigos imaginarios podría parecer una situación preocupante para los padres, pues la idea que se tiene de ellos podría relacionarse con alucinaciones o delirios, sin embargo, es un suceso extremadamente frecuente y que presentarse en la etapa de la vida en la que suele estar muy despierto el pensamiento mágico y la creatividad de los niños. Diversos estudios indican que la creación de amigos imaginarios puede permitir el desarrollo de habilidades como la creatividad, abstracción, competencia social y empatía. Se debe tomar en cuenta de igual manera que la aparición de los amigos imaginarios podrían ser proyecciones de los miedos de los niños o una manera de comunicarse con el mundo o con sus padres.
Cuando los padres se preocupan al ver que sus hijos tienen amigos imaginarios, muchas veces no saben como actuar ante esa situación y piensan que lo mejor es acudir a terapia, pero lo primero que se debe hacer es actuar con normalidad, no castigar, negar o ignorar la existencia del amigo imaginario, es importante tratarlo con respeto. Si se le da el tiempo necesario al niño para que crezca y madure, estos amigos irán desapareciendo poco a poco, se debe de aceptar como una fase más del desarrollo del niño, se puede entrar en su juego sin llevarlo demasiado lejos, recordemos que los amigos imaginarios tienen nombre, su propia personalidad, gustos y preferencias. Los padres no deben de forzar al niño a que esté demasiado ocupado para evitar la aparición del amigo imaginario, sin embargo, es recomendable el acercamiento con otros niños siempre y cuando sean
situaciones no forzadas para que no se genere ansiedad. De igual manera, es importante que los padres presten atención y controlen el tiempo que se pasa jugando diariamente con su amigo imaginario para evitar que esto se convierta en una necesidad.
Cuando un amigo imaginario comienza a aparecer en la vida de un niño es importante intentar comprender el tipo de personalidad que este tiene y ver si este comienza a provocar actitudes extrañas en el niño. Puede comenzar a causar preocupación si el niño prefiere convivir con su amigo imaginario que con amigos reales o con otras personas de su entorno social y se comienza a aislar, si se comienzan a interrumpir sus actividades cotidianas por estar con su amigo, o también es preocupante si la personalidad del amigo imaginario comienza a tornarse agresiva o destructiva y a raíz de esto el niño comienza a tener conductas violentas. Si se comienzan a presentar alguno de los casos anteriores, es necesario que los padres o tutores del niño tomen cartas en el asunto y asistir con un profesional de la salud para que se haga una valoración al menor y averiguar si existe algún tipo de problema.
Jean Piaget menciona que el tener un amigo imaginario no guarda relación con la soledad o con situaciones difíciles o traumatizantes, sino con la capacidad creativa y la facilidad para la comunicación. Si en la adolescencia se sigue presentando el amigo imaginario en la vida del menor, es de suma importancia indagar en el tipo de relación que se tiene con su amigo, por un lado, el amigo imaginario puede ayudar a reforzar la empatía, facilitar el desarrollo de habilidades comunicativas, comprender mejor la realidad desde la perspectiva del otro, ayudar al adolescente a expresar mejor sus sentimientos e incluso a disminuir comportamientos que podían haber resultado violentos o agresivos. Algunos estudios demuestran que los adolescentes con amigos imaginarios presentan mayor habilidad social y empatía en comparación a los adolescentes que no los tienen. Por otro lado, la situación puede volverse preocupante cuando el adolescente comience a aferrarse tanto a su amigo que deja de cumplir con sus tareas y compromisos cotidianos, deja de relacionarse o de salir con sus amigos reales, ha adquirido un comportamiento agresivo a causa de su amigo imaginario o se vuelve retraído. Si se comienzan a presentar este tipo de conductas con el adolescente se debe de buscar ayuda con algún especialista de la salud mental.
*Psicología Aplicada