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La gran mentira

Dr. Rodolfo Alejandro de la Fuente Ruiz

En este nuestro México querido, desde la infancia y durante todos los días de nuestra existencia, nos mienten en forma descarada, y nos repiten una mentira que fue elaborada hace muchos años para justificar y encubrir el genocidio de la cultura mexica perpetrado por Hernán Cortés en la caída de la gran Tenochtitlán (de la Fuente-Ruiz, 2020) y proseguido hasta nuestros días por los diferentes actores que han desfilado a través de la historia de México en el poder.

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El hecho que el águila se presente devorando una serpiente además de hacer más grande la mentira, simbólicamente representa un gran sacrilegio para la cultura mexica precolonial

Después de soportar por poco más de seis meses el asedio militar y refugiados en la derruida ciudad de Tlatelolco, los restos del pueblo Mexica se rinden; los hombres, mujeres y niños sobrevivientes al constante bombardeo de los navíos españoles claudican y se ponen en las manos de los vencedores. En esos momentos aflora la furia y el rencor de Cortés por la humillación sufrida tras su derrota que culmina en la famosa “Noche triste”, y sin más miramientos da la orden del exterminio: echar a los perros y liquidar a los prisioneros de guerra, y a sus esposas e hijas las condena a morir como diversión de sus soldados; para los hijos más pequeños, la muerte fue más atroz y demencial, ya que los sentencia a morir destripados ahí mismo a la rivera de la laguna. Tan macabro fue el espectáculo, que incluso uno de sus jefes militares más allegados a él, expresa con lágrimas en los ojos su pesar al ver las aguas de la laguna teñirse de rojo con los adentros de los niños desollados (Días del Castillo, 2015).

A través del tiempo, los nuevos dueños de estas tierras descendientes de los españoles, para afianzar su dominio con gran facilidad, tergiversan la realidad en forma descarada abusando del poder que les brindan las armas, los fundadores del nuevo México y van estructurando poco a poco la gran mentira y la imponen en forma subrepticia relegando a los Mexicas al olvido de la historia.

¡He aquí la gran mentira…!

“El escudo de la bandera nacional se basa en la leyenda que narra cuando Huitzilopochtli profetizó a los aztecas, durante su migración desde Aztlán, que debían buscar en un lago un águila posada sobre un nopal con una serpiente entre sus garras. Al ver esta escena, fundaron en ese lugar la ciudad de Tenochtitlán, la actual Ciudad de México…” (Secretaría de Gobernación, 2017).

Desglosemos este asunto. La gran mentira tiene sus orígenes por allá del año 1821, cuando el general Agustín de Iturbide culmina la guerra de Independencia mediante la cual los españoles criollos (nacidos en América) lograban liberarse de los españoles peninsulares (nacidos en España) representantes del viejo régimen y deciden fundar un nuevo imperio.

En ese momento surge la necesidad de tener un símbolo que los identificara y les diera una nueva identidad de nación por lo que se adoptó como escudo una imagen muy significativa similar a la utilizada en la bandera del generalísimo José Ma. Morelos (Ortiz, 2010): El águila imperial coronada, emblema que se presenta con sus dos alas abiertas mostrando airosa su triunfo y con sus garras aprisiona un nopal que crece en un islote, simbolizando

que se han apoderado de estas tierras y ahora son ellos, los españoles criollos, los nuevos dueños, con la lógica exclusión y discriminación de los habitantes originarios llamados hasta nuestras fecha en forma despectiva como “indios”.

Al paso del tiempo, con la consolidación de México como nación, el escudo emblemático sufre diversas modificaciones y durante el periodo Jurista (1823-1864) la mentira se hace aún más grande: El águila imperial ya sin su corona, aparece bajo un estilo afrancesado y bajo la influencia del poder que la religión ha ejercido durante todo el devenir histórico de este pueblo, y se agrega oficialmente una serpiente (representante del Satanás en la religión judeocristiana), siendo devorada por aquella águila.

El hecho que el águila se presente devorando una serpiente además de hacer más grande la mentira, simbólicamente representa un gran sacrilegio para la cultura mexica precolonial, como veremos un poco más adelante.

Este escudo, con ligeras variaciones, se continuó utilizando hasta la época moderna en que se formaliza, alcanzando incluso el rango de símbolo patrio el día 8 de febrero del 1984 con la publicación en el Diario Oficial de la Federación de la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacional: en esta ley se describe con gran detalle en el Artículo Segundo del Capítulo II, sobre las características específicas de lo que actualmente conocemos como Escudo Nacional:

“…está constituida un águila mexicana, con el perfil izquierdo expuesto, la parte superior de las alas en un nivel más alto que el penacho y ligeramente desplegadas en actitud de combate; con el plumaje de sustentación hacia abajo tocando la cola y las plumas de ésta en abanico natural. Posada su garra izquierda sobre un nopal florecido que nace en una peña que emerge de un lago, sujeta con la derecha y con el pico, en actitud de devorar, a una serpiente curvada…” (H. Congreso de la Unión, 1984; 01-02).

Para poder comprender los alcances y el trasfondo del porqué se ha arrastrado hasta el día de hoy esta gran mentira, es necesario platiquemos sobre la religión de los antiguos habitantes de la Gran Tenochtitlán y regresemos en la historia a través de un breve relato sobre el nacimiento del Huitzilopochtli, dios protector y guía de los Mexicas:

Reza la leyenda, que cuando la diosa Cihuacóatl (mujer serpiente), madre de los dioses y por extensión de los seres humanos (Matos, 2015), se encontraba haciendo penitencia barriendo el templo de Coatepec, de momento vio descender del cielo un ovillo de plumas preciosas que llamó su atención, y cautivada por su belleza, decidió guardarlo en su seno mientras terminaba sus tareas. Al finalizar el día con el deseo de admirar su hallazgo y entregarla en ofrenda a los dioses, la buscó, pero no la encontró, pensando que la había extraviado siguió con su vida cotidiana sin imaginarse que aquel ovillo de plumas preciosas descendió a su vientre y la embarazó engendrando en su ser a Huitzilopochtli (Sahagún, 1982) dios principal protector y guía del pueblo Azteca durante una larga peregrinación que duró alrededor de 200 años. En el códice Boturini, mejor conocido como La tira de la peregrinación, se relatan las vicisitudes de este pueblo previas al encuentro con la manifestación sagrada para fundar su imperio (Castañeda, 2007); “Un águila sobre un nopal en el que afloran las tunas en forma de corazón humano que crece en un islote en medio de una laguna”.

Esta tradición se puede comprobar con el estudio arqueológico de una

escultura grabada en piedra conocida como el “Teocalli de la Guerra Sagrada”, en la que se puede apreciar en el dorso de esta obra la imagen activa del águila mexicana (representación terrenal de Huitzilopochtli dentro de la filosofía Mexica), parada sobre un tunal tomando con una de sus garras sus frutos en forma de corazón humano, mientras de su pico emerge la brigola de la palabra, indicando que el fin de la peregrinación ha llegado y es tiempo de establecer los cimientos de lo que será un gran imperio. Esta simbología implica la necesidad del pueblo Mexica de alimentar con corazones humanos al dios Sol para que pueda seguir su camino en el firmamento: Representación astral de Huitzilopochtli (Umberger, 1984).

Otro documento histórico que representa la misma simbología, es la primera lámina del Códice Mendocino en la cual se aprecia la imagen del águila activa sobre el tunal como el centro del universo del cual emergen los cuatro rumbos (INAH, 2014).

El sacrilegio

Desde el punto de vista de la cosmovisión mexica, el águila es la representación terrenal del dios Huitzilopochtli, hijo menor de una serpiente en representación terrenal de la diosa madre la Cihuacóatl (mujer serpiente) aquella que con sus frutos nos da el alimento de todos los seres humanos (de la Fuente-Ruiz, 2019).

Si tomamos en consideración lo antes escrito, es fácil comprender la dimensión que toma esta gran mentira, hasta llegar a convertirse en un verdadero sacrilegio ofensivo que corona el genocidio de la cultura Mexica.

Con todo respeto a las diferentes creencias, nos atrevemos a realizar una comparación que dejará claro la magnitud el problema: Desde la visión cosmológica y filosófica de la cultura mexicas el representar al águila devorando a una serpiente, es como si en la actualidad en la famosa pintura “La Última Cena”, de Leonardo da Vinci se departiera en la mesa pedazos del cuerpo de la madre terrenal del Dios anfitrión. Por lo que en base al cambio de los tiempos, y aprovechando los vientos favorables de estos días donde se está defendiendo internacionalmente el respeto a la memoria de las culturas originales de estas tierras, podríamos empezar en casa diciendo la verdad y revindicar la cultura de los mal llamados indios; liberar a la Cihuacóatl de las garras de su hijo Huitzilopochtli y si nuestra egolatría lo

El hecho que el permite, describir en nuestra águila se presente carta magna el escudo naciodevorando una nal como debe de ser: serpiente además “…Posada su garra izquierde hacer más da sobre un nopal florecido grande la mentira, simbólicamente que nace en una peña que emerge de un lago, sujeta con la derecha y con el pico, en acrepresenta un titud de devorar, a una tuna en gran sacrilegio forma de corazón humano…” para la cultura

Bibliografía

mexica Castañeda, de la P. M. (2007). La tira de la precolonial peregrinación y la ascendencia chichimeca de los Tenochcas. Estudios de cultura Náhuatl. 38, 183-212. de la Fuente-Ruiz, R.A. (2017). La Caída de la Gran Tenochtitlan: Genocidio Americano. La Huella del Coyote, 13, (73); 22-25. de la Fuente-Ruiz, R.A. (2019). Coatlicue: La diosa Madre. Espíritu Científico en Acción, 15,(30); 37-42. Díaz del Castillo, B. (2015). Historia verdadera de la Conquista de la Nueva España. (27° edición). México: Ed. Porrúa. H. Congreso de la Unión. (1984). Ley sobre el escudo, la bandera y el himno nacionales. DOF 08-02-1984, consultado el 15/08/2022. En: https://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LEBHN.pdf Instituto de Antropología e Historia (2014). Códice Mendocino. Traducción español. Edición digital, consultado el 15/08/2022. En: https:// codicemendoza.inah. gob.mx/index.php?lang=spanish. Matos, M. E. (2015a). Obras 7. Tríptico de la muerte. México: El Colegio Nacional. Ortiz, R.E. (2010). Escudos y banderas de Méxi-

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