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“I, Tonya”, de la pista de hielo a la pantalla grande

PSICOLOGÍA

Mtro. Juan de la Cruz Avilés Betancourt*

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Uno de los principales y más completos canales de comunicación que existen, es el mundo del cine, y por medio de él hemos sido testigos de grandes historias llevadas a la recreación de un producto audiovisual, sea este basado en hechos reales o producto de la ficción. En el caso de la película “I, Tonya” (2017), dirigida por Craig Gillespie, se muestra cómo fue la vida de la célebre patinadora olímpica Tonya Harding, interpretada a la perfección por Margot Robbie. Un trabajo interesante que, más que abordar únicamente su trayectoria deportiva, profundiza en detalles importantes que marcaron de manera impactante la vida de Tonya, mismos que la colocaron incontables veces en la mira de los medios. Por lo tanto, podemos aseverar que en los deportes se utilizan aspectos de la vida personal de los atletas para vender a las masas.

Tonya Harding nació en Portland, Estados Unidos un 12 de noviembre de 1970, a la fecha tiene 52 años. Desde muy niña se encontró inmersa en el mundo de patinaje sobre hielo, detalle que su madre LaVona Golden no dejó pasar desapercibido y aprovecho para potencializar el talento de su hija. Incluso llegó a sacarla de la escuela para que se dedicara de lleno al deporte (es decir, como una atleta de alto rendimiento), y así, Tonya perdió la oportunidad de crecer e interactuar con niños de su edad para convertirse en una de las patinadoras más prometedoras de Estados Unidos. Fue ahí, donde comenzó una vida dura y muy tormentosa para Tonya Harding.

El guion estuvo a cargo de Steven Rogers, quien no dudó en abordar aspectos de la vida de Tonya, donde quedaron demostradas las consecuencias de una infancia fracturada que con el paso de tiempo afectaron tanto su vida conyugal, como su imagen como deportista. Algo que hizo que Tonya destacara en el deporte olímpico fue el hecho de que fue la primera patinadora de su país en ejecutar un salto triple axel, el cual es considerado de alto riesgo. Sin embargo, en la década de los noventas se inició una rivalidad con su compatriota Nancy Kerrigan, quien antes de una competencia importante sufre un atentado, lo que hace que las miradas se dirijan a Tonya señalándole como posible responsable. Es ahí, donde la vida de la patinadora se convierte en el ojo del huracán, ya que los medios se aprovechan de ello y evidencian su pésima relación con su madre, su infancia a medias y su terrible vida conyugal.

Algo interesante, es que en todo momento se aborda la historia de Tonya desde una perspectiva de la tragi-comedia, dando un tono más mesurado. Sin embargo, el impacto que deja la película es contundente, el patinaje sobre hielo se convierte en el escenario cósmico donde nuestra protagonista se deja llevar y pelea de manera estética con sus demonios, con los cuales ha aprendido a vivir desde su niñez. Se puede ver, como Tonya aprende de sus fracasos y aciertos, sin hacer un juicio moral al respecto en la película, y a decir verdad, es un buen retrato de cómo se dieron los hechos. Otros aspectos importantes, son el diseño de producción que resalta demasiado por la precisión de

Tonya Maxene recrear las décadas que se abor-

Harding es una expatinadora dan. La música original que es bastante adecuada, así como la selección de canciones que se sobre hielo utilizan para ciertas escenas. estadounidense. Las actuaciones son de primer

Fue criada nivel, primeramente, Margot Robbe, como Tonya, Allison principalmente por Janney, como LaVona Golden, su madre, quien madre de Tonya, y Sebastian la inscribió en clases de patinaje Stan como Jeff Gillooly, esposo de esta última. sobre hielo a partir En resumen, “I, Tonya” es de los tres años. una biopic que muestra los hechos tal cual sucedieron, mostrando desde la médula lo que significa ser un deportista de alto rendimiento y a la infinidad de retos que deben enfrentar, los cuales tristemente no se limitaban únicamente a la pista de hielo, traspasaban la vida personal e hicieron de una gran patinadora su propio saboteador. En el caso de Tonya, vemos constantes altibajos desde una postura algo privilegiada, misma que pasa factura de una manera bastante severa y que los medios supieron utilizar a su favor, lucrar por medio de una celebridad del deporte olímpico.

*Docente de asignatura de la Facultad de Arquitectura, Facultad de Diseño,

Facultad de Administración y Desarrollo Empresarial y de la Escuela de Comuni-

cación y Relaciones Públicas, de Universidad Xochicalco, campus Ensenada.

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