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La educación superior en personas con discapacidad

EDUCACIÓN

Maestra Dora Elia Ziehl López

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En este año 2022, la Secretaría de Educación Pública (SEP), presentó datos sobre la educación profesional de nuestro país. La SEP indica que únicamente el 24% de los jóvenes mayores de edad en todo México, se encuentran inscritos en alguna institución educativa de nivel superior. Proporción muy baja si se compara con los casos de países como Australia, Islandia o Corea del Sur, en donde más del 60% de sus jóvenes se encuentran cursando estudios universitarios.

En México, sólo el 24% de los jóvenes ingresan a la universidad. La cobertura de educación superior en México es 32% inferior a la de varios países de América Latina como Cuba o Puerto Rico, los cuales tienen una cobertura de 86% (SEP, 2022).

Si estos datos nos indican que el porcentaje de universitarios en nuestro país es bajo, si agregamos alguna discapacidad, los datos son menores, ya que se menciona que solo el 2% de personas con discapacidad, entran a la universidad.

Hay más de 5 millones 739 mil 200 personas con discapacidad en México. El 24.8% de personas con discapacidad, mayores de 15 años, son analfabetas. Sólo el 45% de esta población en edad escolar asiste a clases. Su promedio de escolaridad es de 4.7 años aprobados, mientras que el de las personas sin discapacidad es de 8.9 años aprobados; prácticamente el doble (ENADIS, 2010).

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la tasa mundial de alfabetización en adultos con discapacidad es tan solo del 3% y apenas del 1% para las mujeres con discapacidad. Los mil millones de personas con discapacidad son la minoría más grande del mundo y representan alrededor del 15% de la población mundial. Por lo tanto, es urgente que se les integre de manera plena en la sociedad, lo que implica tener acceso igualitario a una educación de calidad.

Si comprendemos que el acceso a la educación superior es uno de los factores que aporta a la movilidad social y tomando en cuenta el Informe de Movilidad Social en México 2013: Imagina tu futuro (CEEY, 2013), podemos llegar a conclusiones importantes en este sentido, pues los hijos de padres que no concluyeron los estudios básicos tienen mayor probabilidad de no concluir la educación básica; mientras que los hijos de los padres con educación universitaria tienen una tasa mayor que aquellos que sólo han concluido la primaria. Es decir, aunque oficialmente no estén en condición de rezago, las probabilidades que de sigan en situación de exclusión siguen prevaleciendo.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) destaca la importancia de una política educativa inclusiva.

Se habla mucho de los derechos de la educación inclusiva y hasta el 3 de diciembre se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, que fue declarado en 1992 por la Asamblea General

de las Naciones Unidas mediante la resolución 47/3. El objetivo es promover los derechos y el bienestar de las personas con discapacidades en todos los ámbitos de la sociedad y el desarrollo, así como concienciar sobre su situación en todos los aspectos de la vida política, social, económica y cultural.

Pero la realidad es otra, ya que las personas con discapacidad que quieren estudiar, se topan muchas veces con diferentes problemas, tales como dificultades para acceder a las instalaciones de aprendizaje por falta de rampas, elevadores y espacios en las aulas para ellos. También se enfrentan a diversas formas de estigmatización y discriminación, así como a barreras para ejercer sus derechos.

Aún en el año 2022, los estudiantes, académicos e investigadores con discapacidad se encuentran entre los grupos más marginados, vulnerables y excluidos del campus.

La educación inclusiva es importante no solo para los estudiantes, académicos y universitarios con discapacidad, sino también para las sociedades en las que viven, ya que ayuda a combatir la discriminación y a promover tanto la diversidad como la participación.

Ojalá que tanto universidades privadas como públicas en todo nuestro país, tomen cartas en el asunto y promuevan la verdadera inclusión, pero con todo lo que lo rodea, ya que se necesitan mejores instalaciones, maestros capacitados para atender las necesidades de sus alumnos y el apoyo de los demás alumnos, para aceptarlos como uno de ellos: estudiantes con ganas de estudiar una licenciatura, maestría o doctorado.

*Docente de la

Facultad de

Mercadotecnia

El 24.8% de personas con discapacidad, mayores de 15 años, son analfabetas. Sólo el 45% de esta población en edad escolar asiste a clases.

ENADIS, 2010.

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