FITNESS & WELLNESS
AMAR
sin cambiar Samuel Almirudis
Cuando le pedimos a las personas que amamos que se comporten, sean o hagan las cosas que a nosotros nos gustaría recibir de ellos, tal vez no nos damos cuenta, pero lo único que estamos haciendo es amar el reflejo de nosotros mismos en ellos y no lo que verdaderamente son. Esto va desde los comentarios tan simples como un: “me gustaría que fueras más cariñoso/a conmigo”, hasta algo más grande como: “no uses esa ropa, no bailes, no salgas, etc”. Cuando hacemos esto, lo único que logramos al final del día, es hacer que las personas se comporten de una forma: como nosotros queremos.
Si vas por la vida queriendo hacerlo, que no te sorprenda que a la vuelta de los meses te encuentres a ti mismo diciendo comentarios como: “esta persona no era así, como ha cambiado”. Porque no, esa persona siempre había sido así o siempre había querido ser así, simplemente se había estado ajustando al molde de lo que tu querías ver.
¿De qué te sirve esto? ¿De qué te sirve cambiarlos o imponerles algo sólo porque nosotros queremos que así sea? Si alguien no es cariñoso contigo, déjalo que se comporte como el realmente es para que tú puedas decidir si es el tipo de persona o el tipo de relación que quieres tener a tu lado. Esto aplica con amigos, pareja, familiares, compañeros de trabajo, etc. Todos de vez en cuando necesitamos de un empujoncito y podemos mejorar en muchísimas cosas, eso es más que válido, más no hay que pretender cambiar a las personas.
Nadie es perfecto. Por eso hay que amar a las personas libremente, dejar esa línea abierta para que ellos se muestren con nosotros tal cual son, y desde ese punto, desde un conocimiento más profundo y real, poder decidir con mayor exactitud. Hay que darle a las personas la oportunidad de ser su versión más auténtica y real con nosotros mismos, y que sepan que no los vamos a juzgar. Hay que amarlos por lo que verdaderamente son y no por lo que nos gustaría que fueran. Eso es amar sin cambiar.
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