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zonat

GENERACIÓN

Aburrida G L O R I A VÁ Z Q U E Z

Gloria Vázquez @gloriavazquez Gloria ha trabajado en el pastorado juvenil por varios años siendo parte del staff de la iglesia Amistad Cristiana, una de las congregaciones más grandes de México. En los ultimos años se ha establecido en los Estados Unidos y hoy viaja a diferentes eventos como conferencista e intérprete musical. Es autora de varios libros.

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El otro día estaba escuchando a un niño de 10 años decir: «Estoy aburrido». Había todo tipo de juegos en el jardín, juguetes regados por todos lados y otros niños con quién jugar; sin embargo, el niño estaba aburrido. ¿Qué quería? Jugar sus juegos electrónicos con su tableta. Ahora todo lo demás ya no importa, no es suficiente con tener juguetes, juegos y niños con quien compartir y jugar; la tecnología ha sustituido a la niñera, la creatividad, las relaciones interpersonales y a los papás. Los papás están acostumbrándose rápidamente a esta tendencia. Es fácil poner a un bebé delante de una tableta electrónica para que vea colores brillantes y escuche sonidos para que no llore, o ir por la carretera y prenderles la televisión en el coche a los niños o ponerles una película en vez de ver la naturaleza, los animales, cantar canciones o jugar juegos con la familia mientras se llega a destino. Hoy en día, los niños están acostumbrándose a no tener imaginación, y por lo tanto no tienen la creatividad de hacer un carro con una caja de cartón o de saber cómo funciona algo que se arma o desarma. Jugar con muñecas, ponerles ropa y fingir darles de comer es algo que ya está pasando de moda rápidamente; no hay interés en muchos juguetes, y de momento

es una emoción prontamente pasajera pues ya no los entretiene para nada. Viendo todo esto, ¿cómo podemos pensar entonces que un preadolescente no se aburre de igual modo? ¿Cómo nos entreteníamos antes? La imaginación de poder crear algo de la nada, los proyectos que nos ponían nuestros padres como trabajar en alguna cosa en casa y ganar unos cuantos centavos para poder comprarnos algo con el esfuerzo de nuestro trabajo, eran cosas emocionantes, como jugar horas y horas con primos o amigos de la cuadra hasta la noche, andar en bicicleta, patinar, nadar, montar a caballo, ir a un día de campo, jugar juegos de mesa y muchas cosas en las que gastábamos nuestras fuerzas y energía. Desatábamos la imaginación y casi volábamos. No quería decir que no nos metíamos en problemas, pero la vida era como más sencilla y a las cosas de valor realmente las valorábamos. Hoy parece que lo único que entretiene a los niños y adolescentes son los teléfonos inteligentes, tener juegos electrónicos que pronto dejan de tener interés porque ya salió uno nuevo —mucho más caro, por supuesto— o porque ya lo pasaron de nivel, tener todas las aplicaciones posibles para poder comunicarse con sus amigos o conocidos (o gente no tan conocida). Mientras tanto, los padres no se han puesto a pensar que los adolescentes precisamente son eso, personas que adolecen de madurez, a quienes los padres les atribuyen madurez por manejar sus aparatos y los de ellos a la perfección, pero que sin embargo todavía no son adultos responsables que pueden enfrentar decisiones de adultos. Los padres han dejado de involucrarse en la vida de los hijos, en sus intereses, juegos y amigos. Muchos se quejan de que sus hijos se la pasan dentro de sus cuartos con sus «jueguitos», sus teléfonos o sus computadoras, y no los ven. Pero, ¿dónde están esos papás para controlar todas estas cosas? ¿Dónde están

@Lider625


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