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M I N I S T E R I O C O N : N I Ñ O S · P R E A D O L E S C E N T E S · A D O L E S C E N T E S · U N I V E R S I TA R I O S

LA AMENAZA SILENCIOSA

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AÑO I EDICIÓN 06 NOV-DIC 2017 @Lider625 LIDER625.COM

E N E S TA E D I C I Ó N : WILLY GÓMEZ

COALO ZAMORANO

DOUG FIELDS

JIM BURNS

LA DEPRESIÓN EN LOS NIÑOS

LA EPIDEMIA SILENCIOSA DEL SIGLO XXI

¿POR QUÉ ME SIENTO DE ESTA MANERA?

SEÑALES DE DEPRESIÓN EN TUS HIJOS| 1



STAFF EDICIÓN VI / 2017 AÑO 01 | NÚMERO 06

CO N T E N I DO 4 editorial ¿FALTA DE FE? HOWARD ANDRUEJOL

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DEPRESIÓN INFANTIL INFORME NEUROPEDRIATRIA.ORG

9 DEPRESIÓN EN LOS NIÑOS WILLY GÓMEZ

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SEÑALES DE DEPRESIÓN EN TUS HIJOS JIM BURNS

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DEPRESIÓN ADOLESCENTE MARV PENNER

14 u life

NO ESTÁS SOLOLA DEPRESIÓN EN EL MINISTERIO JUVENIL RYAN SCHMALL

16 reflexión

ME DEPRIME LA DEPRESIÓN LUCAS LEYS

20 entrevista

LA EPIDEMIA SILENCIOSA DEL SIGLO XXI COALO ZAMORANO

24 informe central DEPRESIÓN, LA AMENAZA SILENCIOSA IVÁN MONZÓN

SÍGUENOS EN

30 LA IMPORTANCIA DEL ACOMPAÑAMIENTO EN MEDIO DE LAS CRISIS RICH VAN PELT

32 POR QUÉ ME SIENTO DE ESTA MANERA DOUG FIELDS

34 PREGUNTAS Y CONSEJOS

EDITOR EJECUTIVO HOWARD ANDRUEJOL howarda@e625.com COEDITOR JUAN SHIMABUKURO juans@e625.com ASISTENTE EDITORIAL

MELODY ZERAVIKA

LIZ HERRERA

DIRECCIÓN DE DISEÑO JUAN SHIMABUKURO DESIGN PUBLICIDAD info@e625.com

PARA PADRES E HIJOS

FOTOS DE PORTADA istock.com

34 LIBROS RECOMENDADOS

TRADUCCIÓN ARIEL CASTILLO, ALEXANDER LÓPEZ

36 liderazgo personal

ESTRATEGIAS PARA DETECTAR PENSAMIENTOS AUTOMÁTICOS CATASTRÓFICOS MÓNICA ABDALA

40 entrevista

ROMPIENDO MITOS DE LA DEPRESIÓN ENTRE CRISTIANOS RENÉ ABREGO

44 liderazgo personal AGOTARSE BIEN ANNETTE GULICK

46 reflexión

¿CÓMO MANEJO MIS LUCES Y MIS SOMBRAS? ALAN PERDOMO

48 citas citables

@Lider625

COLABORACIONES JOSUÉ CASTELLÓN, MARCELO MATALONI, SERGIO ZAPATA, WENDDY NECIOSUP MASTERMIND LUCAS LEYS BOARD

MARK OESTREICHER, JIM BURNS, FÉLIX ORTIZ, RICH VAN PELT, ESTEBAN FERNÁNDEZ, VALERIA LEYS, ESTEBAN OBANDO, PILAR SUÁREZ, WILLY GÓMEZ.

CONTÁCTENOS

info@e625.com

DECLARACIÓN DE MISIÓN

Líder6·25 existe para servir a quienes trabajan con las nuevas generaciones ofreciéndoles reflexión e información que les ayude a madurar espiritualmente y a crecer en efectividad en sus ministerios. Los artículos publicados en esta edición representan la opinión de sus autores y no necesariamente la de los editores. Las personas que aparecen en las fotografías que ilustran los artículos no guardan necesariamente relación con su contenido. Autorizamos el uso del contenido de Líder6·25 siempre y cuando su fin no sea lucrativo y se dé crédito al autor, así como al número y volumen de Lider6·25.


editorial

¿Falta de fe? H OWA R D A N D R U E J O L

Los cristianos lidiamos con la depresión. Los líderes también. Quisiera afirmar lo contrario, o al menos poder decir que con un poco de voluntad y una oración las cosas serán diferentes. Pero no es así. Esta carga pesada, secreta, profunda, no es fácil de llevar. Abruma y desgasta, hace perder el sentido de la vida, nubla la esperanza. He visto de cerca a creyentes que han tenido que atravesar este valle de sombra. Me he sentado al lado de líderes que cargan con esta angustia. Está de más decir que yo también, alguna vez, me he sentido así. Son etapas difíciles, conversaciones profundas. Son tiempos muy tristes. ¿Dónde está Dios en momentos así? ¿Por qué no actúa y nos socorre? ¿es qué acaso no escucha nuestro clamor? Son preguntas normales y totalmente válidas. A Dios no le molesta escuchar nuestras dudas; Él no se escandaliza al saber nuestros sentimientos. No obstante, espera que veamos desde su perspectiva (y por supuesto, así, siempre las cosas serán diferentes). En esta edición queremos hablar desde el acompañamiento pastoral, con el fin de ver la esperanza que tenemos en Cristo, para animarnos a mayor sensibilidad hacia aquellos que están sufriendo, para acompañarlos en este largo camino. Sin duda, quien sufre de depresión está esforzándose por salir de ella, pero no podrá solo. Necesitamos ser líderes que están presentes, que saben que cada caso es diferente y requiere atención especial. Debemos ser líderes que saben aconsejar bíblicamente. Si es doloroso ver a un creyente que atraviesa por depresión, es aún más doloroso ver a líderes que no saben comprenderlo. La falta de conocimiento y de compasión lleva a muchos a una postura de condenación. He oído a otros decir que simplemente aquella persona debe actuar normal y ya, hacer como si no pasa nada, seguir sin sentir. Algunos recetan más oración, más devoción, más asistencia al culto y más memorización. De hecho, recibí una vez un correo de un líder que lo había intentado todo, que había seguido las instrucciones de su pastor, y había llegado incluso ayunar más allá de sus fuerzas, pero nada cambiaba. Se preguntaba si el problema era él, o si era Dios. La depresión es muy compleja como para sanar con algo sencillo. Si fuera así, no sería una crisis tan grave.

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Por un lado, los largos caminos que han llevado hasta el punto en que están, recogen tantas heridas que toma tiempo sanarlas. Toma tiempo y pasos concretos. No hay fórmula mágica. Por ello, confiar en Dios envuelve el deseo (yo debo querer), y necesita la acción. Es la voluntad completa que debe avanzar. Sin embargo, así como un herido de una fractura en la pierna, caminar otra vez y luego correr, requiere atención. Exige confianza, un paso a la vez. Nuestra frágil realidad está íntimamente ligada a un mundo tanto espiritual como por supuesto material. Los seres humanos somos esa compleja combinación. Y la depresión abarca los dos. Son nuestra mente, espíritu, emociones que sienten desfallecer. Pero no olvidemos el cuerpo también. ¿Cuántos casos ha habido en los que, por rechazo a un diagnóstico clínico, no ha podido detectarse y atender algún desequilibrio hormonal? Aquel herido de una fractura en la pierna requiere oración y confianza en Dios, así como un médico también, radiografías, medicamento e inmovilizador. Conversaciones con un especialista no es falta de fe en Dios. De hecho, creo que evadir este tipo de atención no nos hace más espirituales; más bien, en lugar de confianza en Dios, refleja confianza en uno mismo (en cuán fuerte soy, cuán espiritual soy, cuánta fe tengo yo, cuánto logro yo, cuán capaz soy yo). Confiamos en Dios, porque Él es fiel y obra a nuestro favor, hará lo que solo Él puede hacer, y nosotros, somos responsables porque hacemos lo que a nosotros nos toca hacer. Por supuesto, recomiendo que se busque un profesional creyente, que tenga temor de Dios y dependencia de su Palabra. Espiritualmente, la depresión se conecta con la falta de dependencia de Dios. Es lidiar con los problemas en nuestra propia opinión. Espiritualmente, necesita a hombres y mujeres espirituales que sean amorosos, pacientes, cariñosos para ayudar a reparar. No más condenar, no más abandonar, no más señalar, no más criticar. Ayudar a restaurar (Gálatas 6:1). Es la presencia de un hermano que abraza, que escucha, lo que puede ayudar a recobrar el sentido de la vida. Es recordar la esperanza en Cristo, hablar la verdad, llorar y cuidar lo que puede salvar una vida. Es ser un apoyo en quien puedan confiar lo que les ayudará a volver a intentar. Es confiar en Dios, un paso a la vez.

Howard Andruejol - Editor ejecutivo @hac4j Es ingeniero, pastor de Iglesia El Mensaje De Vida en ciudad de Guatemala y director del Instituto e625. Autor de «Estratégicos y Audaces», y editor general de la Biblia para el Líder de Jóvenes.

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NEURONAS EN CRECIMIENTO:

Fuente: www.neuropediatria.org

DEPRESIÓN I N FA N T I L La depresión en la infancia tiene síntomas distintos a los del adulto y a menudo pasa desapercibida porque no pensamos en ella o se confunde con otros problemas que pueden ser consecuencia del estado de ánimo.

¿Qué es la depresión infantil? La depresión no es estar triste o reaccionar con tristeza a una situación grave. Como los adultos, los niños se sienten profundamente tristes cuando hay cambios que alteran la «normalidad» en su vida. La muerte de un ser querido, el divorcio de sus padres, el diagnóstico de una enfermedad crónica, los problemas económicos de la familia, el fracaso escolar o el rechazo de un amigo… Es normal y sano que el niño reaccione con tristeza ante la adversidad o la pérdida –situaciones que ha de aprender a identificar para manejar mejor sus sentimientos. Los padres y la familia deben ayudar al niño en la educación de su vida afectiva y la mayoría de las veces superará estas situaciones en un tiempo prudencial. La depresión sin una «causa» subyacente o que no es debida a una reacción normal ante una situación adversa debe de detectarse y tratarse en consecuencia, ya que es una enfermedad grave que puede tener consecuencias nefastas. Se trata de un trastorno crónico del ánimo y a menudo pasa desapercibido o no se le da la importancia debida. Básicamente los niños pueden padecer tres tipos de trastornos del ánimo: 1. La depresión mayor. 2. La distimia –tristeza menos intensa, pero de mayor duración. 3. El trastorno bipolar o enfermedad maníaco-depresiva. Todos ellos requieren la intervención de un psiquiatra infantil que confirme el diagnóstico e inicie el tratamiento. Cuanto antes identifiquemos y aliviemos

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los síntomas, mejor la respuesta y el pronóstico.

¿Cuándo debemos sospechar que un niño sufre depresión?

Para empezar, la depresión en la infancia no es tan rara. Se calcula que hasta el 5% de las personas sufren un episodio depresivo antes de la mayoría de edad. La causa de la depresión no es conocida, pero en muchos casos parece haber un origen genético, ya que es frecuente encontrar antecedentes de depresión en los familiares de primer o segundo grado. Esto se considera un factor de riesgo. En las familias con antecedentes de depresión, es más frecuente que los niños tengan episodios depresivos ante situaciones altamente estresantes o una ansiedad prolongada; o se desencadene cuando además hay trastornos del aprendizaje escolar –como el TDA-H–, de la conducta o del neurodesarrollo –como la discapacidad intelectual o el autismo. En los estados de ánimo, el sistema límbico cerebral tiene una gran importancia. Se trata de un conjunto de estructuras muy complejas que forman «un círculo» en la parte más central del cerebro y que separan la corteza cerebral –donde se asienta el pensamiento consciente y las funciones superiores– del hipotálamo –que regula las funciones que garantizan nuestra supervivencia como alimentarnos, dormir o las relaciones sexuales. Esto hace más fácil comprender que muchos sínto-

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habla de escaparse de casa. tiene pensamientos o habla sobre la muerte. expresa deseo de morirse o de matarse.

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H Á B I TO S H I G I É N I CO S : insomnio, tanto porque le cuesta mucho dormirse o porque se despierta a menudo. hipersomnia, duerme en exceso. disminución del apetito, con o sin ganancia de peso adecuada o incluso pérdida. come demasiado y gana peso con excesiva facilidad. ha perdido interés por su aspecto físico y el cuidado de su persona.

4 mas y signos de depresión no son «exclusivamente» emocionales.

Síntomas de depresión en la infancia:

Los síntomas de la depresión en la infancia y en la adolescencia tienen puntos en común con los del adulto, pero también síntomas específicos que pueden manifestarse de forma distinta en cada edad.

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S Í N TO M A S « E M OC I O N A L E S »: el niño está triste muy a menudo. puede tener episodios de llanto excesivo. dice sentirse desesperanzado o vacío. está siempre enfadado o irritable. puede mostrar ira o agresividad extrema. no se valora adecuadamente, su autoestima es baja. se siente responsable e incluso culpable de las cosas malas que suceden.

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E N C UA N TO A S U AC T I V I DA D O I N T E R E S E S : poco activo. se siente falto de energía o manifiesta a menudo que está cansado. no se divierte con las cosas que antes le motivaban y eran sus favoritas. cuando explica, dibuja o representa cuentos elige finales tristes y colores negros. aburrimiento por todo. prefiere estar solo y rehúye las conversaciones.

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R E N D I M I E N TO E S CO L A R : dificultades para concentrarse y completar sus tareas. le cuesta en exceso tomar decisiones. siempre está inseguro en sus respuestas, aun cuando están bien. muy sensible al fracaso y al rechazo. ausentismo escolar frecuente. peleas con sus compañeros. no participa del juego en el patio.

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MOLESTIAS FÍSICAS F R E C U E N T E S S I N C AU S A CLARA: dolores de cabeza. dolores de estómago. mareos, náuseas o vómitos. refiere cansancio e incluso su actividad física ha disminuido.

¿Qué hacer ante la sospecha de depresión? Lo peor es no hacer nada. Si pensamos que el niño está demasiado triste o incluso deprimido, ¡actuemos!

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Evita frases como «son cosas de niños», «ya se le pasará», «tiene que aprender»… Sin duda es un niño y tiene que aprender, pero ¿qué tal si le ayudamos? Ese es el papel del adulto, la mayoría de las veces no se le va a pasar sin más…

Fundamental: saber qué está pasando Hay que hablar con el niño. Hablar es muy difícil, muchas veces tenemos prisa por dar nuestra opinión y olvidamos lo verdaderamente importante de la conversación: escuchar. Esto es especialmente difícil si son adolescentes, pero si no escuchamos realmente lo que le preocupa, ¿cómo vamos a conseguir que nos escuche él a nosotros? Necesitamos saber cuáles son sus sentimientos, preocupaciones, las cosas que pasan en casa o el colegio que le causan malestar. Vamos a abordar una conversación íntima, hagámoslo en un lugar íntimo y prestándole toda nuestra atención. Hay que evitar interrumpirle mientras se explica y también el «interrogatorio acusatorio» o el tono de superioridad. Debe comprender que queremos ayudarle a superar sus dificultades, que no vamos a juzgar ni a castigar. Intentaremos ganarnos nuestra autoridad desde la confianza mutua y el respeto. Aun cuando creamos que ya hemos entendido lo que le pasa, no nos precipitemos en dar una opinión. Antes reconstruyamos su historia con nuestras propias palabras para que comprenda que realmente queremos entender. En ocasiones puede ser bueno buscar el apoyo de otro adulto que aporte al niño otras perspectivas válidas para nosotros. Si tras escuchar estamos preocupados por su salud, debemos acudir al pediatra. Muchos síntomas de los que hemos visto más arriba pueden estar causados por un problema médico. Y además en muchas ocasiones también puede ser necesaria la atención psicológica o la prescripción de algún fármaco. Los adultos debemos superar los miedos y tabúes sobre los problemas de salud mental. Ignorarlos o banalizarlos no los hará desaparecer, muchas veces los hará empeorar.

La palabra muerte o suicidio debe activar todas nuestras alarmas: no la dejes pasar, considéralo una emergencia real y pide ayuda siempre. Seamos conscientes de que la depresión no es pues un asunto marginal ni leve en la infancia. Debemos tomárnosla muy en serio, alejar nuestros propios temores y consultar con el pediatra ante la menor duda y exprésale de forma clara tus sospechas y temores usando la palabra depresión.

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La depresión sin una «causa» subyacente o que no es debida a una reacción normal ante una situación adversa debe detectarse y tratarse en consecuencia, ya que es una enfermedad grave que puede tener consecuencias nefastas. Se trata de un trastorno crónico del ánimo y a menudo pasa desapercibido o no se le da la importancia debida.

la depresión en la infancia no es tan rara Los adultos debemos superar los miedos y tabúes sobre los problemas de salud mental. Ignorarlos o banalizarlos no los hará desaparecer, muchas veces los hará empeorar.

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En las familias con antecedentes de depresión, es más frecuente que los niños tengan episodios depresivos ante situaciones altamente estresantes o una ansiedad prolongada

LA DEPRESIÓN EN LOS NIÑOS Elías fue uno de los grandes hombres de Dios en la Biblia. Poderoso en señales; de carácter fuerte y de gran relevancia para Dios. Elías era tan importante que lo llevaron en un carro de fuego al cielo. Es más, aparece como uno de los dos que están con Jesús, en el monte de la transfiguración. Lo que estoy tratando de poner en contexto, es lo espiritual que era Elías. Aún así, lo vemos experimentar un proceso depresivo queriendo morirse y yendo a encerrarse en una cueva, pidiéndole a Dios que lo matara, con la excusa de que no era mejor que sus padres. 1 Reyes 19.4: Caminó todo un día por el desierto. Llegó adonde había un arbusto, y se sentó a su sombra con ganas de morirse. «¡Estoy harto, Señor! —protestó—. Quítame la vida, pues no soy mejor que mis antepasados». Si Elías, siendo uno de los profetas más espirituales del Antiguo Testamento, padeció este mal, debemos estar conscientes que cualquiera puede estar expuesto a esta condición. No debemos asociarla solo a personas no espirituales o solo como un ataque demoníaco. Esta es una condición seria, asociada a muchas condiciones externas y de configuración especial en las personas. Hay

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WILLY GÓMEZ

niños biológicamente más propensos a padecerla. Entender la condición y tratarla con compasión y cuidado hacia los que la padecen, es una función de los que atendemos a personas en las iglesias, reconociendo que podemos ser auxiliados por profesionales, dependiendo lo delicado de la situación. La cantidad de niños diagnosticados con una condición de comportamiento como déficit de atención, Guillain-Barré, autismo y otros, está creciendo cada vez más en nuestras sociedades, y por ende, en los chicos y chicas que atendemos en la iglesia. Estas condiciones están altamente asociadas a los comportamientos depresivos. Obviar el problema o no atenderlo, sería terrible para los que lo padecen. ¡Por cierto, Dios sacó a Elías de la cueva hablándole con un silbo apacible y no con un grito estruendoso! Creo que es una buena lección de cómo tratar a chicos y chicas con problemas depresivos. Estemos atentos a los comportamientos depresivos, busquemos ayuda profesional y acompañemos con amor y compasión.

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SEÑALES DE DEPRESIÓN EN TUS HIJOS JIM BURNS

Los años de la preadolescencia y adolescencia son un sube y baja emocional. Quiero decir, con toda honestidad, ¿quién de nosotros como padres estaría dispuesto a volver y revivir nuestros años de secundaria nuevamente? Los momentos felices para un adolescente pueden ser absolutamente sensacionales, pero los «tiempos muertos» también son muy reales. Una encuesta reciente informó que muchos adolescentes experimentan sentimientos de depresión y tristeza que a menudo no reciben tratamiento, y que 9 de cada 10 adolescentes tienen períodos de depresión que duran al menos dos semanas. Entonces, ¿qué debe hacer un padre? Bueno, un buen lugar para comenzar es identificar si su hijo tiene o no un problema, y para hacer eso vale la pena considerar los diferentes tipos de depresión.

Cuatro tipos de depresión

Jim Burns @drJimBurns Es presidente de HomeWord, un ministerio que educa, equipa y anima a padres y a iglesias a construir familias que honren a Dios de generación a generación. Es reconocido conferencista internacional, anfitrión de radio y autor de más de 40 títulos.

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Depresión reactiva. Esta es la forma más común del estado de ánimo en niños y adolescentes, y también es la menos grave. La depresión reactiva es un estado depresivo provocado por la dificultad para adaptarse a una circunstancia perturbadora: esto podría involucrar algo tan serio como la pérdida de un padre o algo relativamente intrascendente como un rechazo o desprecio de un buen amigo. Por lo general, dura de unas pocas horas a un par de semanas, pero no se considera un trastorno mental. Desorden bipolar. También conocido como «depresión maníaca», este tipo de depresión se caracteriza por

cambios inusuales en el estado de ánimo y la energía. Aunque no es tan común en los jóvenes, la condición con frecuencia comienza con un episodio depresivo durante la adolescencia. Trastorno distímico. Esta es una depresión más leve pero más crónica, también conocida como distimia. Es una depresión de bajo nivel que se siente la mayor parte del día la mayoría de los días, y continúa durante años. En los adolescentes, la duración promedio es de cuatro años, lo que significa que pasan prácticamente toda su adolescencia en un estado deprimido. Trastorno depresivo mayor. El TDM es una depresión grave que en los adolescentes dura de siete a nueve meses en promedio. Tiene muchas similitudes con la depresión adulta –la tristeza, el pesimismo, el sueño y la alteración del apetito–, pero en otros aspectos es distinta (por ejemplo, los síntomas de ansiedad y la irritabilidad son más comunes en adolescentes deprimidos que en adultos).

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Los adolescentes frecuentemente tienen la forma «atípica» de TDM. Esto se caracteriza por ser demasiado sensible al entorno y responder a interacciones negativas percibidas, con síntomas opuestos a la imagen «clásica» (es decir, comer en exceso o dormir demasiado, en lugar de muy poco). NOTA: La depresión doble es una combinación de trastorno distímico y trastorno depresivo mayor, una depresión que es a la vez grave y crónica.

Determina si tu hijo está deprimido Haz estas preguntas relacionadas con el comportamiento de tu hijo y obtendrás una idea de si él o ella están deprimidos. 1. ¿Está él o ella siempre triste o de humor irritable? 2. ¿Ha perdido interés en algo que antes disfrutaba? 3. ¿Has notado un cambio significativo en sus patrones de alimentación? (Parece haber perdido su apetito, o está consciente en exceso de su figura.) 4. ¿Tu antiguo «madrugador(a)» ahora duerme mucho más tiempo? 5. ¿Tiene problemas para concentrarse en proyectos que nunca antes habían sido un problema? 6. ¿Ha comenzado recientemente a expresar sentimientos de inutilidad o culpa inapropiada? 7. ¿Teme a la muerte? 8. ¿Experimenta aburrimiento excesivo? 9. ¿Es propenso a ataques repentinos de gritos, quejas, irritabilidad inexplicable o llanto? 10. ¿Ha comenzado frecuentemente a quejarse de dolencias físicas vagas o poco específicas? Si algo en la lista se aplica a tu hijo(a), puede que esté lidiando con depresión. ¡Busca apoyo hoy mismo!

Adolescentes varones y mujeres pueden experimentar la depresión de manera diferente Los hombres son más propensos a sufrir de depresión persistente. En comparación, los hombres deprimidos también son más propensos a sufrir graves consecuencias, como el abuso de sustancias y el suicidio (según el neurocientífico Dr. Jie-Yu Chuang, investigador de la Universidad de Cambridge y autor del estudio)

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Las mujeres corren un mayor riesgo de heredar depresión Hay varias razones posibles para esto, incluyendo problemas de imagen corporal, fluctuaciones hormonales y factores genéticos. Las mujeres la depresión tiende a ser más episódica. Hasta ahora, la mayoría de los investigadores se ha centrado en la depresión en las mujeres, probablemente porque es más común en ellas.

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DEPRESIÓN A DO L E S C E N T E MARV PENNER

Así está el asunto

Todos se llegan a sentir de bajón en algún momento de la vida, especialmente durante la adolescencia. Pero a veces, esos sentimientos cruzan la línea hasta convertirse en una depresión seria. La depresión viene en diferentes tipos y tiene una variedad de causas. La depresión endógena es causada por factores biológicos: hormonas, química del cerebro o infecciones. La depresión reactiva viene como resultado de una pérdida real o imaginaria, y usualmente dura algunos meses. La depresión neurótica es una depresión a largo plazo que se desarrolla a partir de un intento de escapar de otras emociones. Sin importar el tipo, los desórdenes depresivos, siempre incluyen estados de ánimo tristes o irritables, o bien una pérdida de interés en la vida.

Hablando estadísticamente

En niños y adolescentes, un episodio depresivo dura en promedio de siete a nueve meses. La mayoría de jóvenes con depresión tienen episodios recurrentes. 20-40 por ciento de los jóvenes deprimidos caen de nuevo en depresión en un período de dos años, y 70 por ciento, recaerán durante su vida adulta. 20-40 por ciento de adolescentes con depresión, eventualmente desarrollan desorden bipolar. La depresión, incrementa en 12 veces el riesgo de suicidio en adolescentes. 20 por ciento de adolescentes en general, tiene problemas emocionales. Un tercio de adolescentes que asisten a clínicas psiquiátricas sufre de depresión. 20-25 por ciento de adolescentes varones reportan tener estados de ánimo depresivos. 25-40 por ciento de jovencitas reportan tener estados de ánimo depresivos.

¿Sabías que...? Después de los 15 años, la depresión es dos veces más común en señoritas y mujeres, que en jovencitos y hombres.

La depresión es llamada «la gripe de las enfermedades mentales» A través de la historia, la depresión se ha tratado con remedios tales como latigazos, flebotomía, exorcismo y baños tranquilizantes. Los medicamentos antidepresivos, se desarrollaron en la década de 1960, y hoy en día hay más de 16 variedades de antidepresivos disponibles en el mercado. Las manías depresivas, o el desorden bipolar, son diagnosticados cuando los períodos de manía (hiperactividad, estado de ánimo elevado, y a veces irritabilidad) se alternan con depresión. A menudo, estos dos estado de ánimo ocurren simultáneamente.

Dónde empezar L O Q U E S Í D E B E S H AC E R … Ayudar a los adolescentes a reconocer que tienen un problema. Animarles a hacer un inventario diario de actividades de autocuidado, y animarles a que lo practiquen. Establecer comunicación con otros en una red de apoyo para adolescentes. Retarles cuando expresen desesperanza. Tener empatía con sus sentimientos. Enfatizarles que la depresión es algo que se puede tratar. Animarles a hacer ejercicio físico. L O Q U E N O D E B E S H AC E R … Decirle a alguien depresivo que «salga de ese estado» o que «se anime». No esperes que puedan simplemente sobrellevarlo sin ayuda. Usar juicios críticos o que los avergüencen. Ignorar o minimizar intentos o pensamientos suicidas. Marv Penner @marvpenner Es un autor experto en ministerio juvenil con más de 30 años de experiencia. Es director de un departamento de ministerio juvenil y familiar en Canadá, y del centro canadiense para investigación de adolescentes. Fue director de la red académica de Youth Specialities. [Del Libro: ¡Ayuda! Mis jóvenes están sufriendo]

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N O E S TÁ S S O L O LA DEPRESIÓN EN EL MINISTERIO JUVENIL

R YA N S C H M A L L Durante meses me sentí aislado y solo. Me sentí como si tuviera un letrero de puntería pintado en mi espalda y cada persona con la que me encontraba, estaba dispuesta a dispararme. El mundo se sentía volátil y peligroso. Muy a menudo, parecía como si mi mundo estuviera cayendo sobre mí. Traté desesperadamente de identificar de dónde provenían estas emociones salvajes.

Ryan Schmall @iamryanschmall Es el Pastor de Ministerios juveniles en Redding First Church of the Nazarene en el norte de California. Está casado con Jeanette, y juntos tienen tres hijas increíbles. A Ryan, le apasiona crear experiencias y entornos para que las personas encuentren a Dios de maneras nuevas y únicas.

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Culpé a los padres.

Culpé a los jóvenes.

Culpé a mis compañeros de trabajo.

Culpé a mi familia.

Culpé a Dios.

Estaba esencialmente tratando de echarle el peso de la responsabilidad sobre cualquier persona, excepto sobre mí mismo. Me sentí destrozado y roto. La mayoría de los días me costaba salir de la cama. A pesar de mis intentos de culpar a todos los demás por estos sentimientos, estaba rodeado de gente que me amaba y me apoyaba. Pero aún me sentía abandonado. E S TA B A D E P R I M I DO. Finalmente, mi esposa increíblemente comprensiva tuvo que decirme sin rodeos que yo estaba causando mi propio dolor. Toda la agonía que estaba experimentando, no venía de otra persona; venía de mí. Peor aún, mi sufrimiento le causaba dolor a los demás.

Esa verdad, me fastidió en la cabeza durante semanas mientras luchaba con esa idea: me estaba torturando a mí mismo y a los que me amaban. Durante el tiempo que estaba procesando todo esto, emprendí un viaje por la carretera. Dios tiende a trabajar grandemente en mi vida mientras estoy solo en mi auto. A veces escucho su voz en la música, a veces lo escucho en silencio, y algunas veces lo escucho hablar a través de podcasts. Estaba tratando de ponerme al día con los innumerables podcasts que se habían acumulado en mi teléfono, y encontré uno sobre el dolor y el sufrimiento. Parecía apropiado, así que lo escuché En cuestión de minutos, me sentí abrumado por la emoción; parecía que todo lo que se hablaba en este podcast era exactamente sobre mí. Unos quince minutos después, uno de los muchachos dijo esto:

«El dolor es inevitable. El sufrimiento es opcional». Cuando lo escuché, sentí como si Dios me hubiera hablado directamente. En ese momento, oí su voz claramente diciéndome que, a pesar de que estaba experimentando dolor y confusión, no tenía por qué quedarme en ese lugar, no tenía que dejar que eso se convirtiera en mi ‘normal’. Sería difícil, pero podría elegir aceptar mi depresión y pasar a través de ella. No tenía por qué seguir sufriendo. Me di cuenta de que había intentado desesperadamente ponerme una máscara: quería que todos a mi alrededor pensaran que estaba bien. Pero mi lío interno se desbordaba, y la máscara no engañaba a nadie. Todos sabían que estaba roto. Incluso yo lo sabía, pero no quería admitirlo. Una vez escuché a un orador en una conferencia decir: «No puedes ignorar lo que ahora sabes. Al igual que no puedes desver lo que ya has visto». Una vez que te das cuenta de que hay un problema o reconoces algo que necesita cambiar, puedes elegir. Si lo ignoras, estás mintiéndote a ti mismo. Solo estás fingiendo... las actitudes... o sentimientos... o deseos... o tentaciones... o pecados... o pasiones que no existen @Lider625


Y si no te ocupas de esas realidades sobre ti mismo, causarán más problemas a la larga. Si no lidias con la tentación, puede ocasionar muchos problemas. Si no te ocupas de una nueva pasión, puede dejarte sintiéndote vacío.

Si no te ocupas de la depresión, causará un sufrimiento innecesario. Créeme, yo traté de ignorar mi depresión. Cuando me senté en mi auto, me di cuenta de que no estaba pasando por un momento difícil; estaba luchando con una depresión profunda y necesitaba abordarla. Mis relaciones con mi familia, mis amigos, y mi relación con Dios, se estaban desintegrando delante de mí. Las preguntas corrieron por mi mente: ¿Cómo se sale de la depresión? ¿Cómo puedo deshacerme, de mi depresión para siempre? ¿Dónde empiezo? En mi mente nublada, sentí que la gracia de Dios me tomaba suavemente por los hombros. Me recordó su amor perfecto por mí. Lo hermoso de Dios es cuánto nos ama a cada uno de nosotros en medio de cualquier desastre en el que nos encontremos. No importa cuán golpeados nos podamos sentir, Dios es quien nos levanta, nos saca el polvo y nos sostiene la cabeza en alto. No hay desastre que sea demasiado desordenado. No hay depresión demasiada profunda. El amor de Dios trasciende. Su amor es demasiado grande para ser detenido. Su amor es tan grande que realmente se sienta en medio del lío con nosotros. La gracia de Dios se estrelló contra mí ese día. Sabía que ya no podía quedarme atrapado en el desastre, y sabía que no podía hacerlo solo; la única forma en que iba a seguir adelante, era con Dios. Dios me encontró en mi lío y dijo: «Bueno, hagamos esto». No me curé mágicamente de la depresión, pero comencé el arduo trabajo de sanidad. Con el apoyo de mi familia y amigos, fui lo suficientemente valiente como para... ver a un doctor... obtener medicamentos antidepresivos... visitar a un terapeuta... pedir a la junta de mi iglesia un año sabático... buscar la sanidad en mis relaciones con la familia, amigos y Dios... y empezar a amarme nuevamente. Una de las cosas que hice durante este viaje fue volver a leer el libro Espiritualidad desordenada de Mike Yaconelli. En este libro, Mike pinta una bella imagen de cómo Dios nos ama y nos puede usar donde sea que estemos, incluso puede usarnos en nuestros momentos más oscuros. Casi todo lo que dijo en ese libro fue monumentalmente impactante para mí. Sin embargo, una de las cosas más impactantes que dijo es esta:

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Una vez que te das cuenta de que hay un problema o reconoces algo que necesita cambiar, puedes elegir Atascarse puede ser lo mejor que nos puede pasarnos, porque nos obliga a parar. Eso detiene el impulso de nuestras vidas. No tenemos más remedio que fijarnos en lo que nos rodea, y terminamos buscando a Jesús. Cuando estamos atrapados, es mucho más probable que prestemos atención a nuestra hambre de Dios, a nuestros anhelos, y los anhelos que hemos sofocado. A veces, estar atrapado es el punto más bajo y decimos: «Me doy por vencido». No podemos crecer sin antes renunciar y dejar ir. Quedarse atrapado nos obliga a ver la inutilidad de nuestra situación y poner la vida en perspectiva, para que podamos seguir adelante. Tal vez estás leyendo esto hoy y estás listo para abandonar el ministerio, las relaciones o incluso tu propia vida. Como alguien que estaba dispuesto a renunciar, déjame ofrecerte estas palabras: tu depresión no disminuye tu valor.

La depresión es parte de ti y tu historia, pero no tiene que ser tuya. Puedes padecerla. Puedes lidiar con eso. Puedes viajar a través de ella. Pero no puedes hacer nada por tu cuenta. NO ESTÁS SOLO. DIOS ESTÁ CONTIGO. Y DESESPERADAMENTE QUIERE VIAJAR CONTIGO A TRAVÉS DEL DESASTRE.

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reflexión

ME DEPRIME LA DEPRESIÓN LUCAS LEYS

Solo el amor es una experiencia más universal que el desánimo. A todos nos llega. A todos nos afecta. Y cuando se hace crónico y pierde una conexión objetiva con las circunstancias de nuestro presente; la ciencia lo llama depresión.

Lucas Leys @LucasLeys Es el fundador de e625 y uno de los líderes más influyentes de la Iglesia en Iberoamérica. www.lucasleys.com.

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En Estados Unidos se hace muy difícil mirar la TV por la noche sin notar publicidad tras publicidad de píldoras contra ella. Los avisos insinúan que nadie se salva de padecerla. «¿Sientes cansancio? ¿Te desanimas fácilmente? ¿Sientes ansiedad ante ocasiones sociales? ¿Tienes cambios drásticos de humor y en momentos de soledad te dan ganas de llorar sin motivo aparente?». Al mirar estos anuncios con mi esposa, se nos ocurren dos respuestas: o necesitamos esa pastilla como insinúa esa publicidad, o hay una gran industria aprovechando una sociedad urbana con menos descanso, menos verde, menos relaciones estables, más comida chatarra, más ruido y más expectativas de éxito que nunca antes en la historia. ¿Hay en serio alguna persona hoy que no experimente estas sensaciones en algún momento? Sobre todo, luego de un par de hijos… ¿Y qué tal en un ambiente tan desgastante como el ministerio? ¿O qué tal experimentar la ansiedad propia de tener que descubrir tu identidad y saber que cualquier decisión importante puede cambiar rotundamente el rumbo de tu vida? Si estás pasando por la adolescencia, si además agregas que continuamen-

te recibes estímulos visuales en los medios que te dicen que tú no estás a la altura de las expectativas de la sociedad y no quieres defraudar a quienes te aman, entonces tienes un boleto pago a esa estación llamada depresión.

El backstage

No hago esta introducción desestimando los sentimientos y sensaciones que unos aprenden a regular y otros encuentran prácticamente imposibles de controlar. Los sentimientos son reales, pero ¿de dónde vienen? ¿Qué hay en el backstage de estos escenarios? ¿Por qué no siempre esos sentimientos tan fuertes tienen conexión con las circunstancias? ¿O no será que la conexión no se nota a simple vista? Yo creo que, en la gran mayoría de los casos, las conexiones siempre están. Por ejemplo, en muchas ocasiones ministeriales me he encontrado con gente que ha pasado pérdidas como la muerte de alguien muy cercano y noto que pasado un tiempo ya no es esa muerte lo que los tiene apresados en el dolor sino la

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El dolor nunca es abstracto. Es personal. Mira a los ojos del alma aun antes de que sepamos su nombre y suele sacar lo peor de nosotros, aunque tiene el potencial de también sacar lo mejor culpa de haber experimentado ese dolor, ya que a muchos cristianos les enseñaron que aun la tristeza es un pecado. ¿La tristeza es un pecado? ¿Y por qué Jesús lloró la muerte de Lázaro o sudó gruesas gotas de sangre en el Getsemaní? De tanto escuchar predicaciones triunfalistas que dan a entender que la vida cristiana va de victoria en victoria y triunfo y triunfo y todas las cosas ayudan a bien, nos tragamos la píldora de que experimentar emociones negativas es ya motivo de vergüenza, y si encima nuestro ecosistema cultural sugiere que esos sentimientos se traten con pastillas o consultas médicas, ya tenemos el combo para lanzarnos a un viaje de culpa en el que esas sensaciones toman control de nosotros y no nosotros de ellas. Y yo sé que al leer el párrafo anterior alguno pensó: «Bueno, pero que ‘todas las cosas ayudan a bien’ lo dice la Biblia en Romanos 8.28», y mi respuesta es sí, pero ese versículo está incompleto sin el 29, porque lo que Pablo está diciendo no es que todas las cosas son buenas en sí mismas o no tenemos derecho a responder con emociones naturales como la tristeza o el enojo, sino que –puesto en perspectiva– todo lo que experimentamos puede ayudarnos a parecernos más a Jesús, aun en su manejo de esas emociones que también experimentó. La culpa de alcanzar las expectativas propias o las de otros suele estar en el backstage de muchas

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personas deprimidas, y es importante notar que esas expectativas insatisfechas son siempre subjetivas y por eso es muy fácil perder de vista la conexión entre las circunstancias y las sensaciones que experimentamos. Después de todo, el éxito y el fracaso son subjetivos porque quieren decir cosas completamente diferentes para distintas personas y distintos contextos.

El regalo del dolor

El dolor nunca es abstracto. Es personal. Mira a los ojos del alma aun antes de que sepamos su nombre y suele sacar lo peor de nosotros, aunque tiene el potencial de también sacar lo mejor; y esto último es lo que creo que el apóstol Pablo tenía en mente al escribir las palabras que mencionamos del capítulo 8 de su carta a los Romanos. Piensa en el dolor desde una perspectiva médica. ¿Qué pasaría con tu cuerpo si no sintieras dolor? Eso es lo que enfrentaban los leprosos del tiempo de Jesús. Sus tejidos se deterioraban por la enfermedad, pero también por las lastimaduras que ellos mismos se producían al no experimentar dolor. Una herida seguía abriéndose por no producir dolor. Una llaga seguía ulcerándose por no demandar ningún cuidado. Imagínate tocar agua hirviendo y no experimentar dolor: tu piel quedaría deformada, aunque no sintieras nada. El dolor es una alerta de que estamos vivos, de que debemos protegernos y proteger, porque hay algo valioso en juego. Ese es el regalo también del desánimo: esconde la virtud de permitirnos entender mejor a otros y ser compasivos y pacientes con las sensaciones de los demás mientras no se apoderen de ellos, ya que así como el dolor protege, no puede convertirse en un miedo constante que nos detenga de vivir

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reflexión

El dolor es una alerta de que estamos vivos, de que debemos protegernos y proteger, porque hay algo valioso en juego

lo confieso: me deprime y aburre la depresión porque es esencialmente egoísta

Abrazo mis tristezas y mis fracasos sin una cuota oculta de culpa innecesaria

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y ahí es que me preocupa tanto que hoy la sociedad aliente a vivir guiados por las emociones porque así como la euforia puede seducirnos a asumir un riesgo imprudente e innecesario, el desánimo instalado puede hacernos sentir víctimas de todo, perdiendo de vista de que siempre hay gente a nuestro alrededor a la que podemos proteger y sanar.

Prepárate para el desánimo Siendo muy personal, lo confieso: me deprime y aburre la depresión porque es esencialmente egoísta. Entiendo que hay casos médicos donde el cuerpo es un factor fundamental, pero todos los estudios longitudinales del comportamiento humano corroboran que, en la abrumadora mayoría de los casos, la depresión tiene que ver con una regulación deficiente de emociones y por esta razón yo me abstengo de experimentarla e intencionalmente me detengo en el desánimo y me sobrepongo. Abrazo mis tristezas y mis fracasos sin una cuota oculta de culpa innecesaria, porque al fin al cabo dependo de la gracia de Dios que me ama por su naturaleza y no por la mía o mi desempeño como cristiano. Lo que me ha ayudado es estar preparado porque yo sé que el desánimo me visita un par de veces al año. ¿Qué hago para recibirlo y hacerle saber que, aunque puede quedarse unos días, no puede vivir conmigo? CUENTO LAS BENDICIONES. Trabajo para crear el hábito del agradecimiento. Hago un inventario de cosas buenas en mi vida, y las buenas siempre terminan por ganar a las malas. 1 Tesalonicenses 5:18 no es una sugerencia: «Den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús». Pablo sabía que la «depresión deprime» y se convierte en un círculo vicioso del que es difícil salir, así que tener siempre presente las cosas buenas evita que nuestra mente se estanque en las malas. DESARROLLO EL DOMINIO PROPIO. El verdadero propósito del ayuno es justamente aprender de a poquito a negar nuestros apetitos más naturales y no hacer una huelga de hambre para que Dios haga lo que nosotros queremos como practica la iglesia pop de hoy. Ayuno no solo comida sino trabajo, palabras, eventos y tecnología. DESCANSO. Tomo vacaciones muy seguido con mi familia y también planeo un retiro personal cada año; esto no lo hago de casualidad o cuando me llega el cansancio, sino que lo planeo con mucha anticipación y lo considero una disciplina espiritual. SIGO SOÑANDO. Hace unos años al escribir acerca del liderazgo de Jesús desarrollé la idea de una teología de la esperanza porque creo que el hábito de confiar en un mañana mejor creándome nuevos objetivos es la mejor gasolina para condicionar mi presente y ponerme en un plan de actitudes positivas. Esto es lo que experimentan los deportistas que creen que pueden ser campeones: cuanto mayores son sus posibilidades de ganar algo importante, mayor es también su compromiso de protegerse de cualquier desorden, porque no quieren poner en juego esa gran posibilidad que tienen por delante.

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ENTREVISTA

LA EPIDEMIA SILENCIOSA DEL SIGLO XXI E N T R E V I S TA A COA L O Z A M O R A N O ¿PUEDES CONTARNOS ACERCA DEL LIBRO QUE ESCRIBISTE? ¿ES AUTOBIOGRÁFICO? El libro nace de una experiencia personal, donde hace casi doce años comencé con ataques de ansiedad. Yo nunca había pasado por algo así antes. Un mediodía, comiendo con unos amigos, comencé a sentirme muy mal y llegué a pensar que me moría; los pensamientos eran muy fuertes y todo lo que pensaba era en que iba a morirme. Ese día llegué a mi casa como pude y ahí comenzó todo. ¿QUÉ PASÓ LUEGO DE ESA PRIMERA EXPERIENCIA EN LA QUE TE ENFRENTASTE CON EL ATAQUE DE ANSIEDAD Y TEMOR? Empecé un proceso de entender qué me pasaba y fui a un doctor que me hizo todos los chequeos físicos y llegamos a la conclusión de que todo estaba bien, así que a partir de ahí comenzamos a pensar que había tenido un episodio de trastorno de ansiedad. Comencé a informarme sobre los ataques de pánico y entender que todos esos ataques eran el inicio de un estado depresivo. La depresión se manifestaba en no tener ganas de hacer nada, te vas para abajo, y llegué a no encontrarle propósito a la vida. Ya no quería viajar, no quería saber nada con la música: llegué a considerar renunciar a la música para no viajar ni estar frente a la gente. Me daba miedo. ¿CÓMO LOGRASTE ENFRENTAR LA SITUACIÓN? No lograba salir. Por el lado espiritual aumenté mi búsqueda de Dios; Él me hablaba muy claro y sentía que todo estaba bien espiritualmente en mí, pero fue una lucha, como un desierto. Unos de los puntos clave que explico en el libro es que aparte de ser seres espirituales somos personales con situaciones emocionales y físicas, y que hay fenómenos químicos, cerebrales y mentales que juegan un rol especial en estos casos y que uno tiene que resolver.

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¿BUSCASTE AYUDA PSICOLÓGICA O TE ARREGLASTE SOLO? Alguien en una oportunidad me recomendó un psicólogo cristiano que asistía a la iglesia en Lakewood. Él comenzó a venir a casa y tratarme y comencé a entender realmente qué es lo que estaba sucediéndome. Siempre digo que un psicólogo cristiano es una herramienta muy poderosa, porque puede trabajar desde el lado espiritual pero también entender cómo funciona la mente. Entonces fui comprendiendo cómo mi cerebro estaba funcionando y reaccionando frente a estímulos que me provocaban los ataques de pánico, y también a identificar que no está sucediendo nada malo, que nada terrible está por sucederme y a comenzar a pensar y razonar, y no solo reaccionar desordenadamente. Al final de cuentas, esta experiencia me ha ayudado a darle luz y esperanza a las personas que atraviesan por esos episodios tan difíciles. ¿CREES QUE ESTOS CUADROS Y TRASTORNOS SON ENTENDIDOS EN LA IGLESIA? ¿LAS PERSONAS QUE PASAN POR ESTO TIENEN LA CONTENCIÓN NECESARIA? Yo creo que vamos poco a poco. He comenzado a hablar de esto desde hace más de 8 años, que fue cuando logré salir de los ataques de pánico definitivamente, pero todavía hay estigmas en las iglesias con respecto –por ejemplo– a los psicólogos, diciendo que los psicólogos no son de Dios o que te hacen pensar cosas raras. Por eso hago la diferencia con los psicólogos cristianos que ven el panorama completo.

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ENTREVISTA

¿QUÉ TAN IMPORTANTE ES BUSCAR AYUDA? La gente me escribe y me dice que necesita ayuda con respecto a este tema y que lo que reciben de sus pastores solamente es que oren más y ayunen, y ya. Y no quiero desmerecer el poder de la oración, en absoluto; la oración tiene todo el poder, pero estas personas desesperadas tienen la sensación de que hay más por hacer y realmente es así. La búsqueda de ayuda es el primer paso para comenzar a salir. Es importante que las personas que pasan por estos trastornos tengan un acompañamiento y se les ayude a enfrentar sus miedos y se los acompañe en el proceso. Yo me sobrepuse obligándome a salir de casa, a salir a correr y a darme cuenta de que nada malo me pasaba, y me sentía mejor de poder haberlo logrado. ¿PERO QUÉ PODEMOS DECIRLE A LOS QUE NO TIENEN LA FUERZA DE VOLUNTAD PARA SALIR QUE TÚ TUVISTE? El punto es poder escuchar a los doctores y evaluar juntos las posibilidades. El doctor me ofreció medicación y yo preferí en una primera instancia tratar de no atarme a una medicina y trabajar en mi búsqueda en Dios y en la atención con el psicólogo cristiano. De todas maneras, sé que a muchas personas les fue bien con la medicina, pero hay que saber y enterarse de los efectos secundarios de las mismas. Y también la mayoría de las veces no se puede salir solo con fuerza de voluntad, se necesita asistencia médica y psicológica de un profesional. ¿CUÁNTO TIEMPO TE LLEVÓ SOBREPONERTE A TODA ESTA SITUACIÓN DE DEPRESIÓN Y ANSIEDAD? Los primeros seis meses fueron los más difíciles, porque fue el período en el que luché solo contra esto. Luego fue que comencé a ver a un psicólogo cristiano y los ataques comenzaron a controlarse. También en ese tiempo me encontré con un libro que me recomendaron y que Dios lo usó como el comienzo de la salida a todo lo que me estaba pasando; es el libro de una mujer que escribió su historia y lucha contra la agorafobia, que es el miedo a salir y enfrentarte con la gente, y que después de veinte años logró salir de eso. La autora tiene una clínica en Estados Unidos para tratar a la gente con trastornos de ansiedad y enseña distintas técnicas para controlar estas situaciones y para reeducar la manera de pensar. Ofrecen tratamientos sin medicamentos. Yo leí ese libro y me ayudó –con sus técnicas muy sencillas– a salir de mi situación, y realmente sentí que me lo mandó Dios. El libro se enfoca en reentrenar tu mente y fue el puntapié para comenzar a hacer cosas que me ayudaban a sentirme mejor y comenzar a pensar positivamente, y no que seguro algo malo va a pasarme si hago tal o cual cosa. Esto yo lo relacioné con el cambio de manera de pensar que propone la Biblia en Romanos 12:2 cuando dice: «No se amolden al

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mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta». Así que yo lo junto con lo que venía leyendo, porque Dios nos habla de cambiar nuestros pensamientos; entonces yo tuve que trabajar en sacar lo negativo de mi mente y que no tomara control, y comenzar a declarar que cosas buenas y positivas iban a pasarme. Fue todo un ejercicio mental y espiritual y también de voluntad. ¿CÓMO ES QUE SE LLAMA EL LIBRO? From panic to power, de Lucinda Bassett. Muy buen libro. Ella también cuenta historias de otras personas que de repente comenzaron con los ataques de pánico, y me identificaba con todas las historias. Fue un libro que Dios usó para trabajar en mis pensamientos. ¿SE SALE DE ESTO Y NUNCA MÁS CAES? He tenido unos cuantos episodios de pensar en la muerte o de tener temor a cosas que no deberían dar miedo, pero una vez que logré controlar esas emociones e impulsos ya no te dominan ni controlan. Ahora estoy muy bien y sé qué debo hacer para desactivar esos pensamientos, y ya no me controlan. Hace unos días pasé por una situación difícil y estuve dos días luchando con una sensación de ansiedad y de que esto podía volver a sucederme, pero luché y perseveré en el pensamiento de ese versículo de la Biblia que dice que Dios no nos dio un espíritu de temor sino de poder, de amor y dominio propio. Esto está en el libro de Timoteo. El enemigo quiere hacernos pensar que no podemos solos, que no tenemos poder y por eso es que tenemos que reprogramarnos para enfrentar toda la vida estas situaciones. ¿QUÉ CONSEJOS BÁSICOS PODRÍAS DARLE A PASTORES O LÍDERES QUE LUCHAN CON LA DEPRESIÓN O EL TEMOR? Esta lucha con el temor, la ansiedad y la depresión no se puede batallar solo. Hay que tener el valor de decir la verdad y buscar ayuda, hay que ser honesto y decir por lo que estamos pasando. En mi caso, hasta que no busqué ayuda profesional no logré salir. Muchos pastores no buscan ayuda porque se sienten avergonzados por la situación y tienen temor a que la gente piense que son débiles o malos líderes, o pastores sin fe, y esa es la clase de pensamientos que nos asustan más. Yo ahora sí estoy seguro de que una de las tácticas más eficaces del enemigo hacia nosotros es mantenernos aislados, poner pensamientos de temor y que nos dé vergüenza pedir ayuda y así tenernos controlados, atemorizados y arrinconados. Es un gran error quedarnos solos. Y la otra cosa que debemos hacer es informarnos sobre lo que nos sucede. Sabes que a estas situaciones de trastornos de ansiedad y pánico se las llama la epidemia silenciosa del siglo

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MI CONFIANZA ESTÁ EN TI (2009) // Tú conoces cada deseo, tú me formaste, eres mi dueño, solo tú Nada me falta, nada yo anhelo, solo tu amor es lo que yo quiero. solo tú //

XXI, es por eso que es tan importante hablar de esto en nuestras iglesias y ministrar sobre estas situaciones. Hay eventos donde estoy ministrando y pregunto quién está luchando con esto y más de la mitad de los auditorios levantan sus manos. Las iglesias necesitan brindar ayuda y prepararse para conectar a la gente con profesionales y dar contención espiritual sin estigmatizar. Yo entiendo que luchar con estas cosas no es pecado, pero así nos hacen sentir como débiles espiritualmente y pensamos que estamos mal con Dios.

Mi confianza está en ti, rodeado estoy por ti, tú eres mi escudo Mi esperanza está en ti, mi futuro, mi existir, en ti yo vivo seguro ¡Oh, oh, tú eres mi escudo! ¡Oh, oh, en ti yo vivo seguro! ¡Solo en ti, solo en ti!

¿QUÉ OTRA COSA QUE HICISTE FUE IMPORTANTE PARA SALIR Y NO VOLVER A CAER EN ESTOS EPISODIOS PARALIZANTES? Debemos encontrar la raíz del temor, la ansiedad y la depresión. Algo nos disparó esta situación, hay una raíz. A mí, la ayuda del psicólogo cristiano me hizo entender que la raíz de mi problema estaba en los problemas que había en mi casa cuando era un niño; mis padres en ese entonces no eran cristianos y se peleaban mucho. Pasé una infancia complicada y de temor cuando se peleaban, y son ataduras generacionales y muchas avenidas a las cuales debemos prestar atención, ya que uno solo no puede hacer ese trabajo. ¿TIENES ALGÚN RECUERDO MÁS DE LO QUE DIOS HIZO EN TU VIDA EN ESE TIEMPO? Hubo un salmo con el que Dios me habló muy fuerte: yo pasaba por un momento de sequedad en cuanto a la música y en cuanto a seguir creando canciones y con la cretividad, ya que mi mente estaba luchando con el temor, y con este salmo sentí que algo Dios rompió en mí y fue con el Salmo 33. Cuando yo leí eso, entendí que Dios está en total control y que todo va a estar bien. Dios me hizo, Él me conoce y sabe por lo que estoy pasando. Al final de cuentas, el que me va a sacar de esto va a ser Dios. La lección más fuerte que tuve que aprender fue a confiar en Dios y soltar, darle todas las riendas de mi vida a Dios, y ahí nació la canción «Mi confianza está en ti».

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No estás solo Casa creación (2015)

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DEPRESIÓN INFORME CENTRAL

LA AMENAZA SILENCIOSA 24 | |

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informe central

Luego de los años que viví en Haití tenía mucho tiempo de no ver a quien llamaremos Carlos. Me sorprendí cuando se presentó a nuestro centro de consejería: parecía otra persona. Por un momento pensé que su tono pálido se debía a la tenue luz que titilaba en el cuarto, pero luego vi que su piel en efecto había perdido color. Su ceño permanecía fruncido, como confuso en la niebla, perdido en el horizonte. Se veía cansado, como con una especie de «resaca espiritual». Mi sospecha estaba confirmada: Carlos atravesaba por una profunda depresión. «Perdona que te haya molestado», me dijo con pena mientras frotaba sus pantalones arrugados. Estaba muy delgado y se notaba que se había quitado y puesto los zapatos de vestir varias veces sin desatarlos, como si fuera un adolescente sin ganas de desatar las agujetas. «Es que últimamente no sé qué me pasa», murmuró mientras miraba al vacío. «Siento que ya no tengo fuerzas, me siento triste todo el tiempo. Y ayer me di cuenta de que ya no amo nada, ya no quisiera vivir, no siento que ame a Dios, ni a mi esposa ni a mis hijos. ¡Soy un terrible cristiano!». Comenzó a llorar. «Lo siento, me da vergüenza haber venido, pero ya no soporto esta situación», me dijo. Mientras Carlos hablaba, yo trataba de ver a través de ese rostro al Carlos que yo había conocido: el alma de los eventos juveniles, el animador, el director de juegos, el que logró conquistar una de las más populares chicas de su iglesia. Pero ese Carlos parecía ya no estar. Yo miré a Carlos seriamente a los ojos y le dije: «Hermano, ¿desde hace cuánto tiempo te has sentido así?». –Meses. Quizás años. Pero al principio fingía que no pasaba nada. –Y eso solo empeoró las cosas, ¿verdad? –Exacto –me miró a los ojos. Les he hecho tanto daño a mi esposa y a mis hijos que no sé si un día me perdonarán. Llevo tantos recuerdos tristes que ahora aparecen en mi mente mostrándome que en realidad soy una farsa como cristiano.

Iván Monzón Psicólogo, consejero, conferencista, maestro en InstitutoE625 y director del Programa de Cultura Juvenil de la Fundación Doulos de Guatemala, desde donde trabaja en la prevención de violencia, conductas de riesgo y suicidios. También es músico, escribe y dirige un centro de consejería para jóvenes en línea.

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Carlos me contó su historia. La historia de un niño solitario, la historia de su padre adicto, la historia de sus luchas. Nunca he dudado de que Carlos, como muchos otros jóvenes, era un cristiano genuinamente nacido de nuevo. Dios había iniciado un profundo cambio en su vida a raíz de su conversión, pero su obra aún no había sido perfeccionada y la depresión se convertía en un área débil que el enemigo usaba para afligirlo. Después de conversar cerca de 40 minutos con Carlos y de escucharlo, le expliqué lo que yo veía con claridad. Hablamos de la conexión entre la depresión y sus luchas espirituales, pero también ahora de la conexión con patrones de pensamiento negativos y emociones como tristeza, ira, frustración y culpa, e incluso con cambios químicos en su cerebro. Hicimos un plan y comenzamos un proceso que avanzó, no sin sus altibajos.

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informe central

Entendiendo la depresión

La depresión es una condición en la que por más de dos semanas la persona ha tenido un cambio que incluye un estado de ánimo depresivo (tristeza profunda o sensación de vacío interior), pérdida de interés o capacidad para el placer, y debe estar acompañado –además de estos dos síntomas– de al menos tres de los siguientes: Cambios en el peso o en el apetito (aumento o disminución notoria). Dificultades para dormir o dormir en exceso. Su actividad se vuelve más lenta durante el día. Fatiga o pérdida de energía casi a diario. Sentirse inútil o culpable de forma exagerada. Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o indecisión. Ideas de muerte o suicidio (con o sin un plan para llevarlas a cabo).

Una enfermedad silenciosa

Mucha gente confunde la tristeza, el cansancio o la frustración momentánea con una depresión, pero la verdadera depresión es una enfermedad porque evoluciona en diferentes fases y niveles de gravedad, y si no se trata puede causar la muerte, ya sea por conductas peligrosas o

Medidas de prevención 4. ante la depresión

Busca ayuda cuando la necesites. No dejes que la depresión se apodere de ti.

De acuerdo con la OMS (Organización Mundial de la Salud), alrededor del 5% de las personas sufren depresión en América Latina y el Caribe (OPS/OMS, 2012) y más de la mitad de las personas que la sufren nunca buscan o reciben ningún tipo de tratamiento. En las comunidades y países más pobres de la región, la situación es aún peor, y cuando se trata de líderes cristianos o de jóvenes cristianos, frecuentemente solo se ve el origen espiritual de la depresión como una consecuencia de un estilo de vida desordenado, de «raíces de amargura» no perdonadas, de orgullo o de mal manejo del estrés, lo cual muchas veces es verdad. Sin embargo, se deja de ver esta situación como lo que es: una enfermedad mental. La depresión inicia como un estado de agotamiento emocional y físico con pensamientos negativos e irritabilidad y culpa; también puede iniciar con una pérdida importante en la vida o con un cambio para el cual no estábamos preparados (la noticia de una enfermedad o el rompimiento de una relación 26 |

pueden también ser un punto de partida). Pero luego, esta frustración y falta de energía va quedándose en la persona hasta convertirse en una nube oscura que tapa cualquier esperanza. Algunos consejos para prevenir que la depresión llegue y eche raíces:

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Aunque seas líder, cultiva y manten un grupo íntimo de amigos y familiares con quien puedas hablar con franqueza sobre tus problemas y necesidades.

5. 6. 7.

Haz deporte todos los días y cuida tu salud. Manten una vida social activa y un uso sano del tiempo libre.

Ayuda a otros líderes a detectar la depresión a tiempo en ellos mismos o en los jóvenes con quienes trabajan.

8.

Habla de frente sobre los sentimientos o pensamientos autodestructivos. Esto reduce el riesgo de que un acto autodestructivo se lleve a cabo.

2.

9.

3.

10.

Aprende a decir «no». Es muy importante que un líder cristiano sepa cuándo no comprometerse, cuándo tener tiempo para descansar y recuperar fuerzas. Utiliza la comunicación afectiva en el hogar. Cultiva un tiempo intenso para conversar con tu pareja, disfrutar juntos y mantener la llama del amor encendida poniendo por un lado las presiones con los hijos, el ministerio y otras fuentes de tensión.

Identifica y cuenta con un profesional de confianza en el campo de la depresión que pueda ser de ayuda para las personas que lo necesitan. Como cristiano, ora y estudia tu Biblia personalmente a diario como una forma de higiene espiritual y lee literatura que te ayude a entender y trabajar con la depresión de forma pastoral e integral. @Lider625


No siempre el origen de la depresión es espiritual, aunque siempre tiene interacciones con lo espiritual destructivas, por accidentes, o bien por un estado físico alterado (debido a no dormir, no alimentarse, etc., que puede desencadenar en muchas otras enfermedades, accidentes vasculares e infartos). Las personas deprimidas además son propensas a enfermarse de otras cosas porque su sistema inmunológico cambia y están menos capaces de enfrentar virus o cambios ambientales. Literalmente es como si dentro de ellos se abriera un agujero negro que comienza a succionar todas sus energías sin una causa. La depresión puede superarse; sin embargo, hay algunas condiciones que hacen que la depresión sea más grave o reaparezca: si la persona que la sufre es mujer, si la depresión comenzó a darse desde antes de los 18 años, si hay otras personas en la familia que han tenido depresión o si además hay un problema de personalidad.

¿Por qué decimos que la depresión es una enfermedad, si su origen parece ser espiritual? No siempre el origen de la depresión es espiritual, aunque siempre tiene interacciones con lo espiritual. La

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depresión no siempre es el producto directo de la pérdida de una perspectiva de vida o la falta de fe y esperanza; a veces incluso puede aparecer como una condición que puede aumentar con cierta herencia genética (lo que por supuesto no significa que la persona esté condenada a vivir en depresión). No se llama «trastorno depresivo» cuando es producida por otras causas; sin embargo, vemos que su efecto puede ser similar: un desorden hormonal, una alergia, una intoxicación o reacción a sustancias, o incluso un duelo a menos de dos meses de la pérdida de un ser querido o de una crisis personal (divorcio, quiebra y otras formas de crisis). Cuando decimos que la depresión puede tener un origen espiritual, tampoco estamos diciendo que haya un «espíritu» específico en la persona. En ocasiones, en el Antiguo Testamento vemos historias de personajes que fueron atormentados espiritualmente (Saúl, en 1 Samuel 16:14), pero también vemos personas que entraron en un estado agudo que podría asociarse a la depresión sin que la Biblia mencione un ente espiritual actuando directamente –por ejemplo Elías (1 Reyes 19:4) y Jonás–, sino más bien se refleja una situación emocional propia en la persona.

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informe central

la gente no «escoge» conscientemente entrar en depresión. Entonces, condenar a la persona o acusarla no hace sino empeorar la situación Los líderes no están inmunes

¿Puede un cristiano estar deprimido? Esta pregunta la recibo con frecuencia en los congresos juveniles y eventos en los que hablo sobre el tema, y mi respuesta contundente es sí. Cuando un cristiano está firme en su identidad en Cristo, mantiene una visión de fe para su vida a pesar de los problemas o cambios: si ha perdonado y sanado su pasado, si abraza Filipenses 4:8 y se arma de la armadura de Dios, entonces será mucho menos probable que se deprima, o al menos si comienza a deprimirse tomará medidas radicales y sanas para no permitir que la depresión lo aprisione. Sin embargo, la triste realidad es que hay un déficit de oración y estudio de la Biblia en muchos cristianos y la mayor parte de los líderes cristianos nunca han experimentado un proceso de discipulado, mentoreo o coaching personal, por lo que al tener más presión para conciliar su vida personal y ministerio se encuentran mucho más expuestos a sentir agotamiento. Adicionalmente, muchos pastores y líderes cristianos hispanos en Estados Unidos y en América Latina son bivocacionales, por lo que necesitan trabajar en lo secular para aumentar su sustento. La culpa, la muerte y el sufrimiento en los líderes cristianos son tres factores que están a la orden del día. Además, los líderes cristianos muchas veces no tienen un mentor o consejero al que puedan acudir por temor a ser juzgados o a perder su privilegio como pastores o líderes.

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Ayudando a otros a salir del túnel de la depresión Una persona deprimida necesita ser primero que todo escuchada y comprendida. Aunque su situación haya sido producto de una mala práctica personal de vida, el hecho es que la gente no «escoge» conscientemente entrar en depresión. Entonces, condenar a la persona o acusarla no hace sino empeorar la situación porque genera un sentimiento de culpa que puede llegar a ser autodestructivo. Algunas de estas recomendaciones serán útiles para ayudar a una persona deprimida:

1

Reactivar a la persona. Es importante que mantenga una rutina que le ayude a salir del congelamiento. El ejercicio físico, las duchas con agua fría, el mantener una rutina de actividades, etc., harán que la persona mejore su estado de ánimo aunque sea de forma temporal.

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Ayude al joven a comer y dormir correctamente y ocuparse de sus necesidades. Las personas deprimidas, aunque duerman mucho, no suelen descansar porque están en un estado de incomodidad y de alteración emocional. Es importante que se mantenga una dieta balanceada (pocas harinas refinadas y dulces, y más vegetales, frutas, semillas, cereales y proteínas).

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Producir un genuino «cambio de mente». La palabra «arrepentimiento» viene de la palabra metanoia (Marcos 1:4) que en realidad significa «mudar de mente» o «cambio de mentalidad». Un buen consejero cristiano y un pastor pueden ayudar a la persona a reforzar formas de pensar menos pesimistas mediante lecturas, refuerzo social, tiempos de oración, pasajes bíblicos y un diálogo franco sobre la depresión. En casos de depresión leve es posible que estos refuerzos sean suficientes para ayudar a la persona a salir adelante sin necesidad de una psicoterapia a fondo, pero cuando esta depresión persiste, es necesario buscar un profesional.

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Relación afirmativa. Una relación cálida, respetuosa y afirmativa con el adolescente o joven puede hacer la gran diferencia para su vida. Esto implica buscarlo para conversar con él, acompañarlo para que no se sienta solo y permitirle hablar de temas que quizás con otra persona se sienta avergonzado de hacerlo. Medicamentos. Los antidepresivos, lejos de lo que mucha gente piensa, no son «drogas que producen una sensación falsa de placer» y tampoco son adictivos, y han probado ayudar a reactivar personas que han sufrido depresión fuerte.

Afortunadamente, Carlos trabajó con su depresión de manera integral. Él buscó apoyo en su célula de oración y en su pastor, con quien se veía cada ciertos días para hablar de su proceso. Leyó material cristiano de apoyo, también trabajó durante 10 sesiones en terapia donde descubrió que desde niño tuvo la sensación de que no merecía ser amado y esta sensación hasta hoy era una creencia muy poderosa. Carlos también cambió algunos hábitos personales y aprendió a enojarse de formas más justas y menos destructivas. Al final, Carlos ya no se sentía culpable por todo lo que no salía como él esperaba y logró resolver algunas tensiones en el ministerio que lo agobiaban, pero también se hizo un líder más humilde y redescubrió a Dios como un padre más amoroso y afirmativo.

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acompañamiento

La importancia del acompañamiento en medio de las crisis R I C H VA N P E L T

Rich Van Pelt Entrena a miles de educadores y consejeros en intervenciones de crisis para adolescentes y prevención y respuesta al suicidio en adolescentes. Su experiencia surge de más de tres décadas de trabajo familiar y juvenil, incluyendo diez años con jóvenes encarcelados en el Departamento de Correcciones de Colorado. Fue director nacional de relaciones ministeriales de Compassion International. Tomado de CÓMO AYUDAR A JÓVENES EN CRISIS

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El prolífico Earl Palmer, dice que la palabra griega que normalmente traducen como «consuelo» es traducida mejor como «venir al lado». En otras palabras, la práctica ministerial –y el cuidado de las crisis– ejercida por Dios mismo es «venir al lado». Considera 2 Corintios 1:3-4 parafraseados por Palmer: Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda «venir al lado», quien «viene al lado» en todas nuestras tribulaciones para que con el mismo «venir al lado» que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos «venir al lado» a todos los que sufren. Si podemos aplicar el encargo de Pablo a los Corintios a nuestras situaciones, estamos viendo una instrucción bastante clara de «venir al lado» de las personas que están en problemas. ¡Es allí donde se encuentra la oportunidad! Es canalizar el «venir al lado» de Cristo a través de nuestro «venir al lado». Pablo vio la oportunidad inherente en la crisis. De alguna forma milagrosa, Dios se muestra cuando nosotros usamos lo que hemos aprendido en otras ocasiones cuando Dios se ha mostrado a nosotros. Tras décadas de caminar con jóvenes y familias a través de los terrenos más difíciles de la vida, creemos que una intervención en una crisis es mucho más que una simple interrupción en nuestras agendas ocupadas. Una crisis viene impregnada de peligro, pero se infunde con una oportunidad de crecimiento. Así que, en realidad, al igual que los líderes juveniles que aman las crisis (o que por lo menos les dan la bienvenida) hemos tratado de abrazar las crisis como un medio por el

cual opera la gracia de Dios en este planeta que está quebrantado. Por favor no me malinterpretes. No es que me deleite de una forma mórbida al ver a las personas sufrir. Al contrario, Pablo nos recuerda que, en realidad, para poder ir al lado de los que sufren necesitamos una voluntad de sufrir con ellos. Podemos ir al lado de las personas que se duelen solo porque Jesús ha venido al lado nuestro mientras nos dolemos. Nosotros estamos haciendo por otros lo que nos gustaría que ellos hicieran por nosotros si la situación lo ameritara. Solamente estamos dando de lo que hemos recibido de Dios mientras Él ha venido a nuestro lado. E X A M I N A N DO N U E S T R A S M OT I VAC I O N E S No hay fin para la cantidad de oportunidades que un líder generacional tiene para ir al lado de las personas que se duelen. Debemos tener cuidado con la motivación. Del otro lado de la moneda del miedo que tenemos en acercarnos a personas en crisis se encuentra el impulso pseudo-heroico de ser necesitados, la referencia de uno mismo, y el «todo el mundo quieto que aquí estoy». Es impresionante como podemos ser inocentes o ingenuos, pero hay más de una razón por la cual respondemos a una crisis.

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liderazgo personal

POR QUÉ M E S I E N TO D E E S TA MANERA DO U G F I E L D S Tal vez el desánimo sea el sentimiento más poderoso que tiente a los grandes hombres y mujeres para abandonar prematuramente el ministerio juvenil. Si puedes aprender cómo navegar entre los altibajos y la corriente del desánimo, se podrán enumerar muchos años de un ministerio eficiente para jóvenes bajo tu currículum de la vida. El desánimo es algo tan abrupto. En una semana tú puedes pasar del sentimiento de ser el más eficiente líder sobre el planeta, ¡a planear tu carta de renuncia la próxima semana!

Doug Fields @DougFields Un veterano del ministerio de los jóvenes durante más de dos décadas, es autor y coautor de más de veinticinco libros. Doug es fundador y presidente de Simply Youth Ministry, una organización que desarrolla recursos y capacitación para el ministerio juvenil.

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L O S M OT I V O S D E L DESÁNIMO PUDIERAN SER C UA L Q U I E R A D E E S TO S : Muchas llamadas y correo electrónico que contestar. Falta de sueño debido al nuevo bebé. Críticas. Expectativas equivocadas. Falta de apoyo del pastor principal. Apoyo mínimo de los padres, equipo de liderazgo y voluntarios de la iglesia. Incapacidad para complacer a todos. Incapacidad de complacer ni siquiera a una persona. Cónyuge que no apoya. Lunes por la mañana.

¿Mencioné el tuyo? Yo he experimentado todos estos. Algunos me han dejado huellas mientras que otros solo han sido un aguijón. El desánimo es único para cada líder. Básicamente a todos nos fastidia de una manera única. (No te rindas. ¡Todavía hay esperanzas!)

¿Cuál es la verdad acerca del desánimo?

El desánimo es una realidad en todo ministerio, no sólo el ministerio con nuevas generaciones. Dondequiera que vivan personas, existe el pecado. Donde existe el pecado, abundan los problemas. Donde abunden los problemas, aparecerá el desánimo. ¡Cuenta con esto! Cuando aceptas ministrar, también aceptas experimentar períodos de desánimo. Aquí están algunas realidades ásperas. E L D E S Á N I M O E S DO L O R O S O Muchas iglesias se han convertido en lugares en donde es imposible revelar tus interioridades cuando estás dolido, especialmente si ocupas una posición de liderazgo. Pero que otros líderes no sean transparentes no quiere decir que no estén dolidos. El desánimo duele. Puedes echarle un cubo de hielo a tu ánimo, causar cicatrices a tu corazón, enojarte con relación a Dios, afectar tus objetivos e impedir tus relaciones con los demás. EL DESÁNIMO SIEMPRE ES INOPORTUNO He descubierto que la frecuencia del desánimo es la verdad más humillante y aleccionadora acerca del ministerio con jóvenes. En mi experiencia, el desánimo aparece luego del éxito: un retiro poderoso, un programa de alcance dinámico, un viaje misionero que cambia vidas. A menudo las altas espirituales están seguidas de las bajas desanimantes. E L D E S Á N I M O E S E G O Í S TA La verdad más repulsiva es que el desánimo es el enfoque en mí

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Muchas iglesias se han convertido en lugares en donde es imposible revelar tus interioridades cuando estás dolido mismo. Me desanimo por causa de mi situación, por lo que alguien me dijo, por causa de la manera en que me trató un joven, por la manera en que unos padres me avergonzaron, porque el equipo de líderes no confía en mí, porque el pastor cuestiona mi liderazgo. Es todo autocentrado, feo y equivocado.

T E N L A CO N F I A N Z A D E S A B E R Q U E N O E S TÁ S S O L O Todos pasamos ciertas luchas, algunos asuntos, algunas vergüenzas, algunos retos. Tú no eres el único que lucha con estos asuntos, no importa cuáles sean.

E L D E S Á N I M O E S S O L I TA R I O Nos engañan las mentiras como estas: «No puedo dejar que me vean de esta manera», «Otros no me querrán ver así», «Yo solo controlaré esto». Estoy solitario porque evito a los hermanos y hermanas en Cristo, ellos son los que más necesito y los más capaces de ayudarme. A quiénes más necesito es a quienes más tiendo a evitar. Antes de contemplar el suicidio ministerial o algo peor, vamos a descubrir algunas esperanzas en medio del desánimo.

B U S C A A U N M E N TO R E X P E R I M E N TA DO , PERO NEUTRAL Busca a alguien mayor y más sabio, que se preocupe por ti y se interese en que logres el éxito. Tal vez prefieras que esta persona no sea de tu iglesia para que así puedas contarle con libertad tus experiencias y sentimientos.

ESPERANZA EN MEDIO DEL DESÁNIMO Hay esperanza y, debido a que el Dios del universo está involucrado, esa esperanza es abundante. La luz está allí para ti. No pierdas la visión de la eterna luz en medio de la oscuridad temporal. Cuando el desánimo te ataque, cuenta con Dios para usar esa temporada en tu vida para que aumente la eficiencia de tu ministerio. Personalmente, desearía que Dios usara un método más fácil de madurarnos, pero por alguna razón espiritual, el desánimo parece preceder la eficiencia. Tal vez Dios use períodos de desánimo para llevar tu vida y tu ministerio a lugares más profundos y mejores. Cuando tú haces un compromiso que perdure, no tendrás la tentación de dejar el ministerio cada vez que te desanimes. Las palabras y pensamientos de desánimo van y vienen, pero el amoroso Padre celestial quiere que sus hijos tengan una nueva perspectiva –Su perspectiva- sobre cómo vivir. Confía en Él y recuerda que Él está contigo y en tu peregrinaje. PA S O S P R ÁC T I CO S PA R A B ATA L L A R CO N EL DESÁNIMO Aquí hay algunas verdades que aprendí. Considéralas y personalízalas en oración cuando tu peregrinaje te lleve a la tierra del desánimo.

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TÓ M AT E U N D Í A L I B R E Si estás molesto porque se te han perdido algunos detalles, ¡bienvenido al ministerio! Nunca vas a lograr hacerlo todo. Así que sacúdete la culpa y piensa que todos estamos atrasados en el trabajo. Debes reconocer la importancia del mandamiento de Dios para tomar el descanso sabático. ¡No te lo pierdas! Mientras más demores sin tomar un receso, más te durará el desánimo. P L A N E A U N T I E M P O PA R A E S TA R A S O L A S Un día a solas, es un día de ministerio que se enfoca en tu corazón y en tu mente. Si la iglesia te paga, tómate un día libre de trabajo al mes para reflexionar, reagruparte y recargarte. D U E R M E U N P OCO Métete en la cama a una hora decente para leer, pensar, escribir en tu diario y dormir. H A Z U N CO M P R O M I S O P E R S O N A L Q U E PERDURE Eventualmente Dios me ayudó a comprender que Él quería que lo sirviera fielmente en lugar de insistir en lograr mis propias expectativas. Comencé a experimentar las bendiciones que vienen de sentir ánimo y contribuir de una forma positiva.

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informe central

PREGUNTAS Y CONSEJOS PARA PADRES E HIJOS P R E G U N TA S D E E VA L UAC I Ó N PA R A L O S PA D R E S 1. ¿Cuándo notaron que su hijo estaba derivando hacia un periodo prolongado de tristeza y desesperanza? 2. ¿Pueden señalar algún acontecimiento, relación tirante, problema familiar, dificultad escolar u otra circunstancia susceptible de contribuir al estrés que experimenta su hijo? 3. ¿De qué manera ha afectado la depresión al entusiasmo, las amistades, la interacción con los miembros de la familia, los deportes u otros intereses de su hijo? 4. ¿Qué emociones –tales como el dolor, la ira, la melancolía, el gozo, el agradecimiento u otras semejantes– identifica su hijo? 5. ¿Han constatado algún cambio en los hábitos alimentarios o de sueño de su hijo? 6. ¿Piensan que su hijo pueda estar usando alguna clase de producto químico o de bebida alcohólica para mitigar el dolor que siente? 7. ¿Ha cambiado el círculo de amigos de su adolescente? 8. ¿Han notado que a veces su hijo se siente extraordinariamente activo y tan concentrado en lo que hace que es incapaz de dormir? 9. ¿Existe algún indicio de que su adolescente tenga la intención de hacerse daño a sí mismo? P R E G U N TA S D E E VA L UAC I Ó N PA R A E L A DO L E S C E N T E 1. En una escala del 0 (profunda tristeza) al 10 (auténtico gozo), ¿dónde te situarías hoy a ti mismo? Háblame acerca de ello. 2. ¿Cuándo empezaste a sentirte abatido? ¿Puedes señalar algún suceso, pérdida, relación tirante u otra circunstancia que pudiera contribuir al estrés que sentiste en ese momento? 3. ¿Cómo afecta la tristeza a tu motivación, tus calificaciones escolares, amistades o intereses? 4. ¿Qué tal controlar la ira? 5. ¿Has notado algún cambio en tus hábitos de sueño o alimentación? 6. ¿Has utilizado tal vez productos químicos o bebidas alcohólicas para adormecer el dolor? 7. ¿Ha cambiado de algún modo tu círculo de amigos? ¿En qué sentido lo ha hecho? 8. ¿Hay momentos en los que te sientes tan extraordinariamente activo y concentrado que no puedes dormir porque quieres acabar lo que estás haciendo? 9. ¿Has pensado alguna vez en hacerte daño a ti mismo?

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5 Pasos prácticos para padres 1. Busquen los indicios de la depresión Háganse unos estudiosos del estado de ánimo y la conducta de su hijo. Su consejero puede darles una lista de síntomas de la depresión y la mentalidad suicida. Sean sinceros en cuanto al estilo de la vida y la disposición de su adolescente. Algunos padres reaccionan de manera exagerada y causan fricción en las relaciones con sus hijos pero otros muchos no disciernen en absoluto las señales de advertencia manifiestas. Para hacer una evaluación realista del bienestar de su hijo, hablen con los profesores, entrenadores y otros adultos que hayan conocido a su hijo durante un extenso periodo de tiempo. 2 Comprométanse Los padres pueden implicarse de varias maneras distintas. Iniciar un diálogo con su hijo resulta esencial: háganle saber que es valioso para ustedes y que tienen el deseo de proporcionarle amor y respaldo. Programen un examen físico para el adolescente, a fin de descartar cualquier problema fisiológico que pudiera ser la causa de su depresión o estar contribuyendo a la misma. Constaten qué sucesos o relaciones producen cambios en la vida de su hijo para bien o para mal. 3 Proporciónenle una red de apoyo Hablen con algunos amigos, profesores, directores o entrenadores de confianza, explíquenles su preocupación y pídales ayuda. Esas personas tal vez no sean terapeutas profesionales, pero pueden prestar más atención y demostrar más amor a un niño que necesita estas cosas desesperadamente. La depresión es un problema grave que no se supera simplemente con proponérselo: su hijo necesita mucho respaldo. Derramen un amor, un afecto y una alabanza genuinos sobre su hijo, y no sean críticos si el adolescente no cumple todo lo bien que debería.

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4 Acudan a un profesional Algunos adolescentea superan la depresión en seguida, cuando las circunstancias cambian o si se les conceden algunas semanas para asimilar el acontecimiento doloroso que ha tenido lugar en sus vidas. Sin embargo, otros muchos permanecen atrapados en una espiral descendiente de desesperanza y desvalimiento. Si el problema de su hijo persiste, acudan a un terapeuta profesional competente adiestrado para abordar los síntomas evidentes de depresión, así como las heridas y los temores ocultos del adolescente.

5 Pasos prácticos para adolescentes 1. VIGILA TU SALUD FÍSICA Las investigaciones señalan que treinta minutos de ejercicio moderado diario es de gran ayuda para mejorar el ánimo. Intenta apartar un rato cada día para ejercitarte de algún modo, ya sea en bicicleta, nadando, caminando o practicando algún deporte de equipo. Pídele a un amigo que lo haga contigo: será más difícil para ti eludir la actividad si alguien te está esperando para realizarla contigo. Haz una revisión médica rutinaria y trabaja con un médico o dietista para confeccionar un programa de comidas. Adquirir mejores hábitos de alimentación (p. ej. menos azúcar y más vitaminas) puede ayudarte mucho. Asegúrate de dormir lo suficiente (acuéstate preferiblemente antes de la medianoche), ya que los patrones de sueño deficientes pueden minar tu energía y fomentar una mentalidad negativa. 2. ATACA TU DEPRESIÓN EN LA RAÍZ Trata de analizar la situación o las situaciones que pueden estar detrás de tus sentimientos depresivos. Tómate algún tiempo para considerar por qué te sientes así. ¿Estás estresado, abrumado, desanimado, aislado…? Si has sufrido una pérdida importante recientemente, reconócela y concédete un periodo de duelo. Permítete experimentar la tristeza, pero busca asimismo la forma de volver a la luz, reconociendo tanto el dolor de esa pérdida como la oportunidad que supone para tu futura felicidad en Cristo. Lleva un registro diario de tu estado de ánimo: anota las ocasiones cuando te sientes más deprimido, qué circunstancias rodean el hecho, y lo que estás pensando en esos momentos. 3. BUSCA EL APOYO DE OTROS Decide no apartarte de los demás: cuando veas que la depresión se cierne sobre ti, llama a algún amigo. Esfuérzate en forjar relaciones sólidas con otras personas que puedan animarte, y escoge estar con ellas antes que ceder el abatimiento.

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5 Pídanle a Dios que les guíe Confíen en que el Señor les dirigirá en este viaje a través de la depresión de su hijo. Oren por el adolescente y pidan también sabiduría para reconocer cuál es la mejor forma de llegar a él. Recuérdense a diario que, aunque aman a su hijo, Dios fue quien lo creó y su amor por él es mucho mayor que el que ustedes le tienen. Animen a su adolescente en apuros a que medite en los pasajes bíblicos que afirman el amor, la provisión y el cuidado divino.

Incorpórate a algún grupo de célula o de estudio bíblico en tu iglesia. Busca personas con las que puedas sincerarte en cuanto a tus luchas. Aprende a reír. ¡No te tomes la vida demasiado en serio! Programa momentos específicos para divertirte, y asegúrate de no ponerte metas de conducta irrealizables. 4. REVISA TU MODO DE PENSAR Utiliza las Escrituras para combatir tus afirmaciones y creencias negativas. Si piensas, por ejemplo: Soy inútil; no tengo nada que aportar a nadie…, medita en pasajes tales como el Salmo 139. Utiliza la verdad bíblica para reformular tu visión de ti mismo como el valioso hijo de Dios que eres, comprado con la sangre de Jesucristo. Durante la próxima semana escribe diez cosas que te agradan acerca de tu persona (al menos tres de ellas han de ser características físicas). Elige regocijarte por la exclusividad de tu creación, en vez de compararte con otra gente. 5. PRESTA ATENCIÓN A LAS CUESTIONES ESPIRITUALES ¿Tienes algún pecado secreto que pueda estar fomentando tu mentalidad negativa? ¿Te ata la vergüenza y el remordimiento por tu pecado? Cristo murió por nuestros pecados y ha prometido perdonarnos si creemos en Él. Confiesa a Dios tu pecado y confía en que Él cumplirá su promesa (1 Jn. 1:9). ¿Necesitas perdonar a alguien por algo que te haya hecho? Perdonar, aun en el caso de que la otra persona no reconozca su falta, es una manera de acercarse a la salud personal. Reflexiona sobre las motivaciones de tu vida: ¿tienen como base el deseo de lograr Tomado del libro Conuna relación más estrecha con Cristo? Cuansejería Biblica, Tomo 3: Manual de Consulta Sobre do nos motiva algo distinto del amor a Dios, Adolescentes - Clinton & las consecuencias pueden ser el abatimienClark, 2015. to y la frustración. Editorial Potavoz.

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LIBROS RECOMENDADOS

Tim Clinton y Chap Clark «Consejería bíblica: manual de consulta sobre adolescentes» (Portavoz)

Reggie Joiner y Lucas Leys «Los padres que tus hijos necesitan» (E625)

Rich Van Pelt y Jim Hancock «Padres a prueba de crisis» (E. Juveniles)

Mónica Abdala «¡Es posible enfrentar la ansiedad!» (Editorial Certeza)

Coalo Zamorano «No estás solo» (Casa Creación)

Martin Lloyd-Jones «Depresión espiritual: sus causas y su cura» (Libros Desafío)

Charles Spurgeon «Cómo vencer la depresión: un libro para los que se siente débiles»

Steven Gerali «Qué hacer cuando los adolescentes se deprimen y contemplan el suicidio» (E.Juveniles)

David Hormachea «La mujer: sus tensiones y depresiones» (Grupo Nelson)

Erwin Lutzer «Cómo controlar sus emociones» (Ediciones Las Américas)

Sugel Michelén «Palabras para el cansado» (Editorial Peregrino)

Tim LaHaye «Cómo vencer la depresión» (Ed. Vida)

Jay E. Adams «Capacitados para restaurar» (Editorial Clie)

Neil T. Anderson «Venzamos la depresión» (Editorial Carisma)

Rich Van Pelt y Jim Hancock «Cómo ayudar a jóvenes en crisis» (E. Juveniles)

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P R ES ENTA

la experiencia Un seminario único para ayudar a las chicas a tomar las mejores decisiones

3 BLOQUES INTERACTIVOS

LLEGANDO MUY PRONTO A TU CIUDAD

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liderazgo personal

E S T R AT E G I A S PA R A D E T E C TA R P E N S A M I E N TO S AU TO M ÁT I CO S C ATA S T R Ó F I CO S M Ó N I C A A B DA L A

Mónica Abdala Médica psiquiatra. Especialista en psicoterapia cognitiva. Miembro de la Asociación Argentina de Trastornos de Ansiedad. Exconcurrente del Hospital Emilio Mira y López (Santa Fe). Exjefe de trabajos prácticos de la cátedra de Psiquiatría de la UNR. Miembro del consejo coordinador del Centro Luz y Vida (Santa Fe). Miembro de la comisión directiva de la Fundación JUnTOS Argentina.

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L A A N S I E DA D E S P E N S A M I E N TO … Todos los seres humanos tenemos pensamientos que vienen a nuestra mente de manera automática; que aparecen espontáneamente y que creemos sin cuestionamiento. Llamamos a este tipo de pensamientos «monólogos internos». Los monólogos internos influyen en la manera en que interpretamos el mundo. La conformación o el modelado de estos pensamientos comienza incluso antes de nacer; es decir, parte de estos patrones de interpretación ya están en nuestros genes. Sin embargo, también la relación con nuestros padres, la familia, la escuela y los medios masivos de comunicación influye en la manera en que interpretamos al mundo. Los patrones genéticos, el modelado, las experiencias e influencias de mensajes masivos de comunicación van determinando nuestros modos de pensar y a su vez estos van generando emociones y conductas. Los mensajes permanentes que uno recibe del entorno, no solamente en los medios masivos de comunicación, sino también en el consejo, la palabra, la sugerencia, la interpretación que recibimos de nuestro entorno más cercano (nuestros familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo y hasta contactos casuales con los cuales uno comparte experiencias e

ideas) tienen influencia y aportan al modelado de nuestros pensamientos. Entonces, es de vital importancia que elijamos comunidades que tengan principios y valores constructivos, que aporten al propósito para el cual fuimos creados. Los espacios en los cuales podemos escuchar y ser escuchados, recibir protección y cuidado (cuando es necesario), guía o corrección (porque ambos son parte del interés de unos hacia los otros) son fundamentales para aprender a registrar nuestros pensamientos erróneos y lograr modificarlos. A continuación, algunas estrategias para detectar estos pensamientos, y trabajar en ellos antes que lleguen a afectar nuestra salud mental. 1. DA R N O S C U E N TA Como los monólogos internos son automáticos y aparecen como juicios con valor de verdad, lo primero y fundamental es: escucharnos y darnos cuenta de que estamos pensando de esa manera. La forma de interpretar está tan metida en la trama de nuestro discurso que al pensar que algo es de determinada manera, ya consideramos que es así. Debemos saber que los pensamientos no son hechos, son ideas, hipótesis… no son fiel reflejo de la realidad.

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Por esta razón, es necesario que nos entrenemos para darnos cuenta de que pensamos así. Imagínate, suena una alarma cuando caminas por la vereda, te detienes y significa: un auto va a salir de un garaje. Esa alarma tiene que informarte: «ten cuidado». Eso es pensamiento, que pienses así no significa que sea así, debes todavía someter ese pensamiento a cuestionamiento, a verificación. La mente se habituó a pensar de una manera determinada, por patrón genético, por modelado, por la influencia del aprendizaje vicario y por experiencias vividas, así solemos pensar selectivamente de una manera determinada, automática sin incorporar las alternativas posibles. Por eso, pregúntate qué estás pensando. 2. T E N E R E N C L A R O Q U E E L P E N S A M I E N TO ES UNA IDEA, NO UN FIEL REFLEJO DE LA R E A L I DA D. Cuestiona, interroga ese pensamiento. Míralo desde diferentes ángulos, busca alternativas posibles. Entrénate en mirar con distancia aquello que piensas, míralo «desde afuera», de manera objetiva. Considera otras aristas de ese futuro que no conoces y que solo estás infiriendo. Anota en letras gigantes en tu mente: las ideas o pensamientos no son un hecho. 3. C U E S T I O N A R Cómo estamos considerando la anticipación negativa de hechos, te propongo esta forma de cuestionar los pensamientos automáticos que vas registrando y reconociendo a lo largo del día o a través de distintas situaciones. Emplea estas tres preguntas: a. ¿Qué otra alternativa hay? Entre la peor y la mejor opción de lo que te está ocurriendo existe un gradiente de posibilidades, una escalera de varios escalones que al momento de pensar catastróficamente no los estás recorriendo con la mente. Es allí donde está la dificultad: quedarse solamente en el escalón de lo peor. Frente a una situación de peligro o cambio considera todo el abanico de posibilidades. b. ¿Qué evidencia tengo de que esto sea así? Pregúntate por la evidencia, el dato objetivo, tangible. Es verdad que las peores situaciones son posibles, pero a veces son poco probables. Te ayudará en este ejercicio la evidencia del pasado. Sería algo así: «De las veces que pensé que el retraso en la llegada era un accidente, ¿cuántas veces sucedió?»; «De las veces que dije que el dolor del brazo significaba un infarto, ¿cuántas veces fue un infarto?»; y así sucesivamente. La búsqueda de la evidencia permite basarte no solo en tu idea, nutrida muchas veces por sesgos, recuerdos o información parcial de la realidad, sino también basarte en el dato real.

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c. Si lo peor que temo ocurre, entonces, ¿qué? En lo personal esta es una de las preguntas que más me ha ayudado a afrontar mis pensamientos catastróficos. Si lo peor que yo temo ocurre, seguro que no es pensándolo como lograré evitarlo. Al contrario, si me quedo solamente con el pensamiento se va generando esa ansiedad anticipatoria que hace que uno llegue al momento con menos elementos para afrontarlo. Transcribe este ejercicio para detectar tus pensamiento automáticos catastróficos. Anótalo en una hoja y pégalo en la heladera, la mesita de luz, el espejo del baño, guárdalo en la cartera o en el escritorio. Al tenerlo a un golpe de vista, lo podrás ejercitar mejor. 1. Me doy cuenta. Ante una determinada situación, ¿me encuentro pensando lo peor o anticipándome negativamente? 2. Recuerdo y afirmo la siguiente verdad: El pensamiento es una idea no un fiel reflejo de la realidad. 3. Me planteo las siguientes preguntas: ¿Qué alternativas hay? ¿Cuáles son las evidencias de que algo malo puede suceder? Si lo peor que temo ocurre, entonces, ¿qué? Este ejercicio requiere un entrenamiento que se logra con la repetición. Al principio quizá te encuentres pensando lo peor mil veces en el día; luego con el paso del tiempo te vas a dar cuenta que son quinientas, doscientas y, cuando menos te lo esperes, no solo disminuirán las veces que anticipas lo peor sino que también habrás incorporado el cuestionamiento como un componente más del monólogo interno, lo cual favorecerá notablemente el modelado de la ansiedad. «…Si estás esperando a no tener nada de qué preocuparte antes de dejar de preocuparte, entonces probablemente deba decirte que deberás esperar bastante tiempo…» Joyce Meyer ¡Es posible! Ponte en marcha y anímate a practicar las estrategias para enfrentar aquellos pensamientos que te causan ansiedad. Te garantizo que esta práctica te resultará de gran ayuda.

Tomado del libro «Es posible enfrentar la ansiedad» Editorial Certeza

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ENTREVISTA

R O M P I E N DO M I TO S DE LA DEPRESIÓN ENTRE CRISTIANOS E N T R E V I S TA A L D R . R E N É A B R E G O ¿CUÁLES SON ALGUNAS SEÑALES TEMPRANAS O ALERTAS PARA DETECTAR LA DEPRESIÓN? Hay que tomar como referencia la vida sana: sobre ese parámetro vamos a contrastar y medir las señales. La salud mental está ligada al bienestar físico, espiritual y emocional. Cuando hay bienestar podemos saber que hay salud, o ahí es cuando podemos ver si hay síntomas como ansiedad, estrés o tristeza manejados en un nivel mayor al normal. Estos son parte de la vida, pero si manejamos un estilo de vida con demasiados de estos factores, son señales de alerta pues se establecen como patologías enfermizas. ¿CÓMO DIFERENCIAR ENTRE UNA TRISTEZA PROFUNDA Y LA DEPRESIÓN? La depresión es un trastorno mental que tiene síntomas y signos. En un principio puede ser difícil diferenciar la enfermedad de los síntomas, pues las manifestaciones son diferentes en cada caso; por eso, es importante que la evaluación tenga en cuenta una observación profunda y se analicen, por ejemplo, qué cambios drásticos que ha tenido la persona.

René Abrego es psicólogo clínico con una maestría en prevención y tratamiento integral de conductas adictivas. Ha sido anciano de su congregación, y junto a su esposa dirigen un centro de consejería.

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¿POR QUÉ LA DEPRESIÓN SE HA VUELTO TAN COMÚN ENTRE LOS CRISTIANOS? No solo entre los cristianos, la depresión está a todo nivel. Entre cristianos cuesta aceptar la enfermedad por miedo, mito, pecado y por estigma. El problema es que hablar de estas enfermedades psicológicas dentro de los cristianos cuesta mucho porque es difícil entender que, así como el cuerpo se enferma, el espíritu y la mente también se enferman. Dios puede sanarnos pero también es quien nos lleva al punto de alerta para ser responsables por nuestra salud integral. A veces se lo dejamos todo a Dios, sin reconocer que yo estoy enfermo.

¿QUÉ PODEMOS DECIR A QUIENES CONSIDERAN QUE LA DEPRESIÓN ES UN ATAQUE DE SATANÁS? Es importante dar información a las personas. El enemigo sí existe, pero debemos reconocer que, como hijos de Dios, Él nos tiene protegidos y tomados de su mano; a veces le damos más importancia a Satanás y olvidamos las promesas de Dios. Puede haber un desbalance espiritual que esté afectando a la persona. La enfermedad depresiva tiene diferentes causas: pueden ser genéticas, biológicas, ambientales psicológicas y espirituales, entonces hay que ver las causas de manera integral, no solo echarle la culpa al enemigo o creer que es un castigo de Dios. Puede que la depresión provenga por un pecado, y Dios podrá empezar a actuar a través del Espíritu Santo en una persona que reconoce su pecado.

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ENTREVISTA

SI YO CONFÍO EN DIOS Y AMO A DIOS, ¿POR QUÉ NO LOGRO SALIR DE LA DEPRESIÓN? Miremos el ejemplo de Job: a él le tocó vivir lo que Dios le envió en su plan soberano, y cuando vino la crisis a Job, él no perdió la dimensión de quién era Dios en su vida. También pensemos en Pablo y el aguijón en la carne, que nunca se le quitó y lo tenía desesperado, pero aun así se basta de la gracia de Dios. ¿CÓMO PUEDE CUALQUIER CRISTIANO AYUDAR A ALGUIEN DEPRIMIDO? Durante el período de desierto de alguien deprimido, como hermanos en Cristo nuestra tarea es acompañar en medio del dolor. A menudo a nosotros no nos gusta ver a otros sufriendo y queremos una solución sencilla y rápida, pero es importante acompañar todo el tiempo que sea necesario; quizás necesite que le escuche por décima vez, o solo consolando, solo estar ahí para ellos. Dios mismo escuchó a Job y le permitió desahogar todo lo que quiso decir, y luego abrió un diálogo en el que le saca del círculo de «pobrecito yo». ¿UNA PERSONA DEPRIMIDA PUEDE O DEBE SEGUIR EN EL MINISTERIO? La depresión debe ser atendida, y a la persona hay que ayudarla. Puede ir en ambas líneas: tanto que la persona reconozca que necesita enfocarse en recuperar su salud mental, o bien que sus líderes le apoyen dándole un tiempo de descanso. Si yo estoy deprimido tal vez no me dé cuenta pero mis líderes puede que vean que estoy afectando mi ministerio, mi familia y mi salud física, y entonces las acciones deben ir enfocadas en un apoyo a la persona y a su restauración, no como castigo o disciplina por estar haciendo «mal ministerio». ¿QUIÉNES PUEDEN RECONOCER QUE UNA PERSONA NECESITA AYUDA? Hermanos que sean sensibles, que tengan misericordia y compasión por otros, que no solo les ven con carácter de trabajador, de modo administrativo, sino que actúen en amor. Así,

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pueden decidir quitarle carga ministerial a alguien para ayudarle a sanar. ¿CÓMO INTERVIENEN LAS DISCIPLINAS ESPIRITUALES COMO LA ORACIÓN Y LA MEDITACIÓN BÍBLICA? En lo personal, creo que un hijo de Dios puede llegar a caer en un cuadro depresivo, pero la lección que me da Job es siempre poner los ojos en el Señor. Job nunca dejó de clamar a Dios (oración); una persona que está en esta situación necesita fuerzas, palabras de ánimo para cada acción del día, así que en este acompañamiento es importante aferrarse de las promesas del Señor, encaminadas a ver su soberanía y el aprendizaje que Dios quiere que se tenga en este momento. Una persona restaurada no será la misma que antes del proceso, pero no se trata solo de «pedirle al Señor que me sane», sino llegar al conocimiento pleno de las promesas de Dios, e incluso gratitud por lo que se está atravesando. ¿CUÁNDO ES NECESARIO BUSCAR MÁS ALLÁ DE LA AYUDA DE UN PASTOR O CONSEJERO? Es una pregunta de gran responsabilidad en el cuerpo de Cristo, porque a veces «manoseamos» estos problemas de nuestros hermanos. Debemos reconocer los dones que Dios nos ha dado para edificar al cuerpo de Cristo: si soy pastor, debo tener claras mis funciones pastorales, y no por haber recibido cursos de temas psicológicos creer que sé manejar temas psicológicos. Un líder sabio reconoce hasta dónde puede atender a un hermano pastoralmente y cuándo debe referir a otra persona: si hay un tema de ansiedad, un trastorno afectivo, un duelo, un trastorno postraumático o un trastorno bipolar, son cosas que traspasan las fronteras de un cuidado pastoral o de consejería. Sin embargo, la labor espiritual puede seguir de la mano del apoyo psicológico. Dios es quien sanará integralmente a la persona, pero Él le da roles a cada uno y debemos desempeñarlos responsable, ética y cristianamente sin usurpar funciones que no nos corresponden.

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liderazgo personal

AG OTA R S E BIEN ANNETTE GULICK

«Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana.»

Annette Gulick Annette Gulick ha pastoreado la juventud principalmente en los EEUU y México. Trabaja con el ministerio SEPAL. Capacita líderes a través de www.ParaLideres.org y la Escuela E625.

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¿Cómo reaccionas frente a estas palabras de Jesús en Mateo 11: 28-30? ¿Te provocan sentimientos fuertes como la añoranza para un descanso? ¿Pasan por tu cabeza visiones de una playa tropical? Yo puedo medir mi nivel de agotamiento por lo que pasa en mí al leerlas. Cuando tengo energía y esperanza, son interesantes pero se quedan en el ámbito de mi mente y les doy una vuelta teórica. Tal vez considero la metáfora del yugo; y cómo el esfuerzo de un animal se multiplica si se acopla bien al otro en el yugo, o puede ser que noto que el descanso proviene de Jesús mismo y no de las circunstancias. Pero cuando estoy desgastada, la invitación me parece un oasis en el desierto; anhelo el descanso que ofrecen pero temo que este sea un espejismo. Si el tema del descanso te afecta de la primera forma, es decir, si las palabras de Jesús te interesan de forma teórica, es posible que no entiendas la importancia del esfuerzo. Personalmente no me agrada esforzarme más allá de mi zona de comodidad, pero como

corredora reconozco que tengo que hacerlo. Si no me esfuerzo en entrenamientos que me agotan de una variedad de formas –por su intensidad, por su duración y por el terreno sobre el cual corro– no mejoro, y de hecho, con el paso del tiempo el mismo entrenamiento me proporciona menos beneficios. Tanto las Escrituras como el modelo de Dios en la creación y en la encarnación, resaltan la importancia del esfuerzo. El gran tema es: cómo esforzarse hacia el crecimiento y la utilidad en vez de hasta «quemarse.» Es decir, ¿cómo se puede «agotarse bien»? Hay que partir desde la convicción que el trabajo es esencial y el descanso también. Vemos en Génesis 1 y 2 que ambos forman parte del mundo ideal que Dios creó. Dios es un modelo de un ritmo de trabajo y descanso: seis días de trabajo y un día de reposo. Estoy convencida de que si seguimos el ritmo que Dios nos marca (Levítico 23:3), seremos útiles para el Reino y no llegaremos al agotamiento destructivo. Sin embargo reconozco que vivimos después de Génesis 3, y ahora el trabajo es penoso, por lo que puede ser que un día te pase, si es que todavía no te ha pasado, lo que le pasó a Tim antes de casarnos: estuvo en su oficina preparando cosas para una salida del grupo juvenil, cuando se dio cuenta que algo en él se había apagado. No tenía fuerzas ni ganas para nada, ni hablar de pasar un día con treinta adolescentes. Pero no había forma de

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Jesús simplemente nos invita a reconocer nuestro estado real y que nos acerquemos a la fuente del descanso: Él evitarlo. Todos lo estaban esperado, incluyendo muchos padres. Tim se paraba y se preguntaba, «¿Qué haría el «viejo yo» al salir de esta puerta?» Sobrellevó el día fingiendo ser la persona de antes, y con la esperanza de que solamente le hacía falta dormir bien en la noche. Pero al otro día sintió igual de apagado. Cuando vio que no se mejoró, empezó a hablar con personas de confianza diciéndoles lo que sentía y pidiéndoles consejos, apoyo y oraciones. Vemos que este primer paso de reconocer la necesidad, es precisamente donde Jesús empieza: «Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados.» No invita a los que viven sin esforzarse nunca, ni a los adictos al trabajo, sino a personas que no dan más. Él les permite admitir que están cansados y agobiados. No les recrimina, no busca identificar los errores que les han llevado a este punto de crisis. Simplemente les invita a reconocer su estado real y que se acerquen a la fuente del descanso: Él. Unas pocas veces, dos para ser exacta, he sentido a Jesús tan presente que era casi tangible. Una de los encuentros pasó justo cuando estuve agotada. Ahora no me acuerdo de los factores específicos, pero vine acumulando el cansancio esperando recuperarme en unas vacaciones en nuestra playa favorita, Mazunte, México, cuando ésta todavía era una playa casi virgen. Pero estando allí sentía que no me recargaban las pilas. Un día estuve sentada debajo de una palapa al lado del mar con Tim y sus padres. Mientras ellos conversaron, yo trataba de entender por qué no recuperaba las fuerzas cuando de repente sentí a Jesús parado a mi lado y me decía, «El descanso se encuentra en mí». Su tono era firme y el mensaje implicaba una corrección. Yo desesperadamente buscaba el descanso en el mar, en la belleza y en la falta de trabajo, pero Jesús me recordaba que en Él hallaría lo que añoraba. Aunque el mensaje indicaba un error mío, la presencia era una muestra de amor que enfatizaba la naturaleza relacional de la invitación. Jesús no me llamaba a participar en una serie de actividades o programas sino me invitaba a la intimidad con Él. Eso dicho, pueden parecer contradictorias las palabras que siguen en el texto: «Carguen con mi yugo...» Yo pienso que la intimidad se desarrolla mayormente

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por sentarme a charlar, pero Jesús dice que la intimidad con Él crece a la medida que nos metemos dentro de algo rígido que nos ata a algo pesado. Estas aparentes contradicciones nos avisan que estamos en un terreno en que tenemos que escudriñar lo que dice el texto y su contexto, porque nuestra forma natural de pensar no cuadra con lo que leemos. Se asume el yugo cuando nos sometemos a la soberanía de Jesús, que a su vez nos vincula de forma adecuada a la ley de Dios para que por medio de Jesús, podamos cumplirla y disfrutar los beneficios que Dios ofrece allí a su pueblo. Para ayudarte a entender esto, te cuento lo que pasó cuando Tim desesperadamente buscaba «descanso para su alma». Aunque Tim tenía el hábito de pasar tiempo con Dios en oración y leyendo la Biblia cada día, durante su «burnout» (agotamiento profundo), esto se extendió a un mínimo de dos horas diarias, no por tratar de cumplir con una norma sino porque era lo que le mantuvo a flote. Y si bien antes tomaba un «día de descanso», se dio cuenta que su costumbre de pasar tiempo en el edificio donde la iglesia se reúne, y después un tiempo de ocio con los chicos era indistinto a los demás de sus días, por lo que empezó a dedicar un día a la semana a un cambio de ritmo importante. Tim también mejoraba aspectos básicos de su vida, esforzándose a dormir suficiente y a comer alimentos sanos. Cada uno de estos cambios implicaba esfuerzo, que a veces parece imposible cuando lo que menos se tiene es energía. Pero Tim experimentó que no llevaba la carga solo. Tal vez el cambio más significativo pasó totalmente fuera de su control. Cuando Tim se demostraba transparente acerca de sus debilidades y sus límites, un grupo de padres formó un «concilio» para apoyarle en el ministerio con sus hijos. Se involucraron de tal forma que cuando Tim salió de este ministerio, no hubo un vacío, sino una estructura estable y sana que retenía a los chicos, y a la cual el próximo líder juvenil podría insertarse. Y los beneficios no terminaron allí; hasta la fecha nuestro matrimonio es bueno, en parte porque Tim vive un ritmo sano y me ayuda a hacerlo. El me recuerda que Dios me ofrece descanso, pero tengo que meterme al yugo y aprender de Jesús.

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reflexión

¿CÓMO MANEJO MIS LUCES Y MIS SOMBRAS? A L A N P E R DO M O

Alan Perdomo @alanperdomo4j Es originario de Honduras. Reconocido maestro de Teología e Historia. Por muchos años trabajó como profesor en el Seminario Teológico Centroamericano (SETECA) en Guatemala. Autor del libro para jóvenes «¿Y tú, qué crees?»

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En toda casa hay habitaciones en las que la luz penetra en todo su esplendor, pero también hay rincones en los que las penumbras extienden su manto todo el día. También en nuestra vida existen algunas áreas de las que nos sentimos orgullosos y otras que procuramos ocultar o disimular; el manejar adecuadamente ambos extremos produce una vida balanceada y segura. Al contrario, cuando no sabemos lidiar con los puntos luminosos o con las sombras, puede aparecer la tensión y la confusión a la vida. En la presente reflexión, se define una «luz» como alguna ventaja, fortaleza o triunfo que nos hace sentir orgullosos o satisfechos. Así, el saber dibujar bien, el tener la capacidad de hacer amigos o el haber crecido en un hogar integrado pueden ser consideradas «luces» de la vida. Por el contrario, una «sombra» puede ser un defecto, un error o una desventaja que tengamos. De esta forma, la tendencia al enojo, el haber perdido un año escolar o que tu familia posea bajos recursos económicos pueden llegar a ser una «sombra». La segunda carta a los Corintios es quizá la carta en la que el apóstol Pablo revela detalles más íntimos acerca de su vida y ministerio, y fue necesario que revelara esos acontecimientos ya que, al menos en parte, la carta fue escrita para defender su ministerio apostólico frente a enemigos que lo menospreciaban y atacaban con crueldad. De hecho, algunos decían que «sus cartas son duras y fuertes, pero él en persona no impresiona a nadie, y como orador es un fracaso» (2 Corintios 10:10). Ante esos ataques, en el capítulo 12 Pablo se defiende presentando algunas de sus luces como muestra del respaldo de Dios a su ministerio. Sin embargo, inesperadamente, también menciona sus sombras para afianzar su autoridad como líder y apóstol. Veamos cómo, desde una vida equilibrada y entregada al Señor, Pablo nos enseña a manejar nuestras propias luces y sombras.

L A S L U C E S D E L A V I DA : D I S F R U TA R L A S S I N D E P E N D E N C I A Después de exponer varios de los riesgos a los que estuvo expuesto por causa del Evangelio, Pablo afirma que, ante los ataques, se ve obligado a jactarse, es decir, a hablar bien de sí mismo, aunque con ello nada se gane. Sin embargo, toma la decisión de hablar de una de las experiencias más extraordinarias que ha tenido en su vida: cuando el Señor le mostró una increíble revelación (2 Corintios 12:1-6). Catorce años atrás, el Señor llevó al apóstol nada más y nada menos que al paraíso, es decir, a la morada misma de Dios. Él no está seguro si el Señor lo llevó en cuerpo o le mostró una visión en su mente, el caso es que lo que escuchó en ese momento fueron palabras tan sublimes y misteriosas que dice que no pueden expresarse en palabras humanas. Por supuesto, todos los lectores estamos ansiosos esperando que Pablo nos comparta qué maravillas o grandezas escuchó durante esa experiencia. ¿Escucharía secretos profundos acerca de los planes de Dios? ¿Le serían explicadas las profundidades de la naturaleza de Dios, su gracia, su reino celestial? ¡Vamos, Pablo! ¡Comparte todo ello con nosotros! Quizá hasta pensaríamos que sería una buena idea crear un seminario sobre lo que él escuchó y publicar libros registrando la experiencia y revelando estos maravillosos secretos. Sin embargo, Pablo guarda silencio; solamente nos dice que, de esa persona –o sea, él mismo– sí puede hablar bien. ¿Conoces a personas que siempre están hablando de la vez que fueron premiados por algo que hicieron? Parece como que si hubiese sido lo único que han logrado en la vida. Estas personas necesitan recordarle a los demás que son importantes por ese triunfo o esa habilidad que mostraron en alguna ocasión o que poseen. Esa es una manera equivocada de manejar las luces o fortalezas de la vida: es que, quienes lo hacen, constantemente necesitan alcanzar otras victorias o alardear de otras fortalezas para sentirse bien y aceptar que son valiosos. Por supuesto, esas luces terminan «deslumbrando» a la persona misma, ya que se vuelve esclava de sus éxitos o fortalezas y esconde

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temerosamente sus errores. Al final, estas personas necesitan usar constantemente máscaras de éxito y victoria y viven en un mundo de fantasía que ellos saben que no es real. Por el contrario, la identidad de Pablo no dependía de su experiencia, aunque fuese uno de los recuerdos más maravillosos de su existencia. Es como que si él dijera: «Esta experiencia es una de mis grandes luces. Voy a disfrutarla, voy a recordarla, pero no va a dirigirme la vida». De la misma manera, tú y yo debemos disfrutar nuestros triunfos, gozarlos y aprender de ellos, pero al mismo tiempo debemos relativizarlos para evitar que nuestra identidad como personas dependan de ellos. Pablo nos enseña que a las luces debemos colocarles una suave pantalla para atenuar su brillo y que nos haga evaluarlas con realismo y disfrutarlas con moderación. L A S S O M B R A S D E L A V I DA : S O B R E L L E VA R L A S D E P E N D I E N DO D E L PODER DEL SEÑOR El apóstol Pablo pasa en la segunda parte del pasaje a testificar de una experiencia dolorosa y angustiosa; de hecho, él considera que Dios ha permitido ese tormento para evitar que se volviera presumido por las revelaciones que había recibido (v. 7). Él revela cuatro detalles acerca de esta «sombra» en su vida. Primero, afirma que es agudo y doloroso como un aguijón. Segundo, parece afirmar que está relacionado con su cuerpo. Tercero, le llama «un mensajero de Satanás». Cuarto, declara que esta situación es algo que está atormentándolo, es decir, que está haciéndolo sufrir. Es interesante notar que, al igual que con las celestiales revelaciones, Pablo toma la decisión de no dar detalles específicos acerca de su fuente de sufrimiento. Algunos han especulado con que se trataba de una enfermedad, como alguna afección en los ojos (véase por ejemplo Gálatas 4:13-15). Otros piensan que se trataba del recuerdo constante del tiempo en el que perseguía a los creyentes o algún otro sufrimiento. Lo cierto es que no sabemos de qué se trataba con exactitud, pero lo que sí sabemos es que atormentaba

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constantemente al apóstol y no le permitía sentirse tranquilo ni tampoco jactarse. Como es de esperarse, él no se quedó de brazos cruzados. El versículo 8 dice que tres veces le rogó al Señor que le quitara esta terrible espina. La respuesta de Dios es una que ninguno de nosotros quisiera recibir jamás: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad» (v. 9). ¿Crees que quizás el problema fue que Pablo no oró con fe? ¿Crees qué tal vez no oró lo suficiente? Todo parece indicar que la respuesta es que, simplemente, no era el plan de Dios quitar este sufrimiento de la vida de su siervo. Contrario a lo que podría pensarse, Pablo no se hundió en la desesperación; en lugar de ello, acepta su realidad, pero no porque era masoquista o porque quisiera resignarse sin remedio. Él afirma que «gustosamente» le hace frente a sus sombras y que incluso está dispuesto a hacer «alarde» de ellas, o sea, que sus sombras son una fuente de consuelo y fortaleza, ya que ellas le recuerdan que cuando él se siente débil entonces el poder de Cristo entra en acción, lo sostiene y lo dirige. ¿Te das cuenta? Pablo comprendió que él no dependía de los triunfos, pero tampoco se dejaba vencer por las derrotas. Su vida no dependía de las circunstancias, ni buenas ni malas, ni de sus habilidades o sus errores; de hecho, como podemos ver, no da detalles ni de sus revelaciones ni de su sufrimiento. Es que él sabe que depende del poder de Cristo, el cual lo sostiene en los triunfos, pero también en los fracasos. Es por ello que puede afrontar con libertad sus errores, sus debilidades o sus dificultades. Él no está solo en esta batalla: quien le da la victoria es el poder del Señor, por eso puede afirmar que cuando se sabe débil es cuando en realidad es fuerte (v. 10), porque así depende con más confianza de la gracia de Dios, la cual es, sin ninguna duda, suficiente para enfrentar cualquier sombra en la vida. ¿Qué circunstancia estás enfrentando? Quizás es una enfermedad en tu familia o en tu propio cuerpo; tal vez es un fracaso amoroso o estás luchando con tentaciones y estás cayendo constantemente, o quizás simplemente es la sensación de que no eres nadie o de que nadie valora tu trabajo o tu amistad. La situación te hace sentir un dolor tan profundo que solo con recordarla no puedes controlar las ganas de llorar y de dejarlo todo. ¡Despierta! ¡No te dejes atrapar por las tenebrosas sombras de tus problemas! De hecho, así como los triunfos no te definen como persona, tampoco lo hacen las dificultades. Por supuesto que duele, por supuesto que estás sufriendo, no necesitas negar ni olvidar estas realidades. Sin embargo, puedes enfrentar las dificultades porque el Señor derrama abundante gracia en tu vida y su poder te abrazará para que puedas soportar el dolor y encuentres la fortaleza y el consuelo que necesitas para seguir adelante. Refúgiate en él, cuéntale cuánto estás sufriendo. ¡Aférrate con todas tus fuerzas a su amor! ¡Su gracia es suficiente! ¡Su poder te sostiene! Dilo en voz alta: «¡Soy débil, Señor, pero en tu glorioso nombre soy fuerte! ¡Gracias porque tu poder permanece en mí!». ¡Gloria al Señor por las luces que confirman sus promesas, pero también por las sombras que nos acercan a Él!

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citas citables

Un hombre no es más que el producto de sus pensamientos, se convierte en lo que piensa.

Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento. Eleanor Roosevelt

Mahatma Gandhi

Cada pensamiento es una batalla. Cada inspiración es una guerra y no creo que gane más.

La mayor gloria de la vida no reside en no caernos nunca, sino en levantarnos cada vez que caemos. Nelson Mandela

La depresión es una prisión en la que eres tanto el prisionero como el cruel carcelero.

Hay heridas que nunca se ven en el cuerpo que Dorthy Rowe son más profundas y dolorosas que cualquiera La victoria siempre es posique sangre. ble para la persona que se Laurell K. Hamilton niega a dejar de luchar.

Los tiempos difíciles siempre revelan los buenos amigos. 48 |

Napoleon Hill

En gran parte, tú construiste tu depresión. No te fue dada. Por tanto, tú puedes deconstruirla. Albert Ellis @Lider625


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