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Del 22 al 28 de octubre de 2020
A17 VOL 738
PUERTO RICO ¡Despierta Boricua! Por Wilfredo Rojas
E
l juez retirado Nelson A. Diaz, quien fue el primer puertorriqueño electo juez en Pensilvania, escribió recientemente en su página de Facebook, “en Pensilvania hay 600,000 latinos elegibles para votar, pero un 41 por ciento de ellos no están inscritos”. Con las elecciones del 3 de noviembre a la vuelta de la equina, grupos puertorriqueños y latinos a nivel nacional y local están organizando campañas de inscripción, lanzando anuncios y coordinando reuniones, arriesgándose incluso a contraer el coronavirus, tocando puerta a puerta con mascarillas, a lo largo y ancho de los Estados Unidos para convencer a nuestros hermanos de que se inscriban. En Pensilvania se viene haciendo una buena labor y ahora, lo que queda por verse es cuántos de los latinos elegibles para ejercer su derecho al voto, particularmente los puertorriqueños, votarán realmente, y cuántos votarán contra un presidente que ha desprestigiado a los latinos en general y a los puertorriqueños en particular. La lógica es simple: hay que derrotar a Donald Trump en Pensilvania. Los demócratas necesitan un aumento en los votos latinos, especialmente en Filadelfia. Como saben y dicen muchos Boricuas, los
barrios pobres son ignorados por los políticos de profesión. Los puertorriqueños que buscan una mejor forma de vida necesitan a un presidente y a otros líderes con ideas afines a ellos y empáticos con sus necesidades; que sepan emplear el poder federal para mejorar las condiciones económicas y sociales de la gente en el barrio; capaces de otorgar a los latinoamericanos trabajos federales de prestigio, y de respaldarlos en sus luchas por el respeto y la influencia dentro de los partidos demócratas estatales y locales.
Los líderes nombrados para el comité asesor de la campaña de Biden/Harris en Pensilvania, deben de trabajar en colectar fondos para la campaña e invertir esos fondos para obtener el voto. Exhorto a estos líderes latinos a que inviten a Joe Biden en persona a traer su campaña a la comunidad norte de Filadelfia, el epicentro de la vida del puertorriqueño pobre en esta ciudad. No debemos, como buenos puertorriqueños, servir como subordinados callados y fieles de los políticos negros y blancos que dominan la ciudad.
Inmigrantes dominicanos pagan hasta 10.000 dólares para llegar a los EE. UU. (Foto archivo EFE).
Aumentan inmigrantes que llegan a Puerto Rico en yolas
S
an Juan, (EFE) – El número de inmigrantes que tratan de llegar de forma irregular a la costa de Puerto Rico en embarcaciones tipo yola, atestadas de personas y no aptas para la navegación, sigue aumentando, informó al inicio de la semana la Patrulla Fronteriza (CBP). El comunicado detalla que las embarcaciones conocidas como yolas continúan siendo utilizadas para traficar con personas hacia Puerto Rico, a pesar de los problemas derivados del COVID-19. El CBP detalló que el pasado domingo agentes de la Patrulla Fronteriza, la Policía de Puerto Rico y la Policía Municipal de Isabela detuvieron a cuatro inmigrantes indocumentados después de desembarcar en la playa Middles, en el municipio de Isabela. La pasada semana, un total de 66 inmigrantes indocumentados fueron detenidos por
autoridades en el mar, bajo la Iniciativa de la Frontera del Caribe (CBIG, en inglés) y fueron repatriados a la República Dominicana. El comunicado subraya que en plena pandemia de COVID-19, traficantes de personas continúan exponiendo a inmigrantes al virus, forzándolos a viajar apiñados en las yolas durante las 12 horas o más que dura el trayecto de 100 kilómetros entre la isla de La Española y Puerto Rico. “Los traficantes de personas son criminales sin escrúpulos, que se enriquecen sin tener en cuenta el peligro que representa el viaje”, aseguró Xavier Morales, jefe del Sector Ramey de la Patrulla Fronteriza. “Ellos tratan a los inmigrantes como mercancía que se puede perder en el trayecto, y no les importa el sufrimiento de las familias que pueden perder un ser querido”, dijo Morales.
Señaló que los traficantes demandan desde 1.000 hasta 10.000 dólares por persona, por transportarlos ilegalmente hacia Puerto Rico. Además, denunció que aprovechando el hecho de que los inmigrantes indocumentados se sienten indefensos ante su situación, individuos y organizaciones criminales les someten a explotación sexual o a trabajos forzados, expresiones de la trata de personas, catalogada una forma moderna de esclavitud. El comunicado recuerda que el tráfico de personas es una industria multimillonaria de la que solo se enriquecen organizaciones criminales. “Los inmigrantes nunca deberían arriesgar sus vidas y desperdiciar sus ahorros de una vida entera para pagar dinero, ganado duramente, a traficantes que no respetan la vida humana al intentar la larga y peligrosa travesía hacia los EE.UU.”, agregó Morales.