PERFIL
A
Fotos: Tatan Zuleta
MIKA KUBO:
la distancia, obedeciendo los mandatos de una tecnología que aparentemente conectaba cuerpos y pensamientos en tiempos de pandemia, mi mente era el escenario de una guerra campal entre las estéticas preestablecidas y los cuestionamientos propios. Ese prototipo físico de ‘lo latino’ con el que crecí, era demolido por la fisonomía de Mika Kubo.
POR: SALVATORE LAUDICINA
Ella ni se inmutó. Estaba acostumbrada a ese asombro prudente, insonoro pero implacable, que siempre la atrapaba cuando alguien la conocía y conocía su historia. Para apaciguar la incesante mirada de mis silencios, trajo a colación un recuerdo reciente, idóneo para esta escena.
EL DESAFÍO DE SER MEXICANA-JAPONESA EN UNA SOCIEDAD CLICHÉ
“Ayer volví a ver una película de Disney que me encanta. Pero a diferencia de otras ocasiones, la vi con una mirada completamente distinta. Hay un personaje femenino dentro de la película que es asiático. En una de las escenas ella está en un restaurante chino, tratando de hablar en inglés con acento chino”, relataba con un dejo dulce muy ameno al oído. “No pude evitar incomodarme porque al investigar la carrera de la actriz, pude darme cuenta de que posee rasgos asiáticos pero es estadounidense y siempre hace el mismo papel”. Minutos antes, mientras aguardaba por su aparición al otro lado de la pantalla, mi imaginación pueril y mi ansiedad periodística sostenían un acalorado debate. Mientras la primera exaltaba el rostro de Kubo y aseguraba que pudo ser una actriz idónea para los filmes del legendario cineasta japonés Akira Kurosawa, la segunda se centraba exclusivamente en el hecho de que, más allá de su apariencia, era orgullosamente azteca. Sí, su rostro narraba con la belleza de sus delicados rasgos orientales (herencia materna) la llegada de los japoneses a México a finales del siglo XIX y el proceso de mestizaje ocurrido en el siglo XX, producto de estas migraciones. Pero en aquellos ojos rasgados y esa piel de porcelana titilaban las memorias invaluables de su infancia en Quintana Roo. Sin temor a exageraciones, podía aseverarse que la mirada le olía a pan de muerto y la impecable tez destilaba el brillo de los atardeceres ensoñadores de esta ciudad. Uno podía ir más allá e intuir, incluso, que sus antepasadas paternas sembraron sus bellezas autóctonas en ese rostro, digno de admiración. De ahí que lo interracial y lo multirracial fueran un capítulo obligado en la historia de nuestras sociedades y no podían mirarse como algo externo o ajeno.
MEXICANA Y ORGULLOSA DE SUS RAÍCES, LA ACTRIZ DE ‘LA SUERTE DE LOLI’ COMPARTE LA EXPERIENCIA DE CRECER EN UN HOGAR BIRACIAL, LA BÚSQUEDA DE SU IDENTIDAD Y EL SIGNIFICADO DE SER UNA ACTRIZ ASIÁTICA MEXICANA EN EL CINE Y LA TELEVISIÓN.
En este punto, no había vuelta atrás. Lo que había comenzado como una entrevista para hablar de su personaje en la telenovela La suerte de Loli, se transformó en una lección de vida inspiradora. La actriz había quedado en un segundo plano. Necesitaba aprender de la mujer de carne y hueso que alguna vez sufrió por los estereotipos de una sociedad cliché. “No sólo es mi realidad. Es la realidad de muchas personas que han nacido en hogares interraciales y tienen que lidiar con los estereotipos y la guerra interna de construir una EVENTOSMAGAZINE.COM
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