EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA Y LA CONVIVENCIA Introducción Ciclo Cuatro
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crear y recrear individual y colectivamente las diferentes comprensiones que tenemos de la vida en comunidad y la participación social y política que ejercemos. En este sentido, vale la pena preguntarnos sobre el conflicto, la memoria, la historia, el territorio, el lugar del Estado y el papel de las personas en la vida de la ciudad, entre otros conocimientos, como elementos que nos permiten comprender en un sentido más amplio que el ejercicio de la ciudadanía, y en ella el de la participación, no se limita con asistir a una reunión, tener una cédula de ciudadanía, o ir a una urna a depositar un voto, sino que se configura y toma sentido en la medida que conociendo la historia que nos acontece somos capaces de tomar la decisión política de incidir positivamente en la historia presente y, por tanto, de hacer y ser historia. Estos son algunos de los retos que tenemos como personas mediadoras de la formación en ciudadanía y convivencia. El camino soñado es más largo y se describe en nuestra Ruta de aprendizajes ciudadanos (véase sobre adjunto), en la que se da cuenta de saberes y prácticas a lo largo de los distintos ciclos de la educación. Invitamos a las personas mediadoras de este módulo a recrearlo, según su experiencia pedagógica, a enriquecerlo con sus ideas, deseos y apuestas. Esperamos que sus anhelos para la construcción de una sociedad en la que la vida plena y digna sea una realidad, alimente cada uno de estos talleres y transcienda en la vida de nuestra ciudad.
Caracterización de las y los jóvenes del ciclo “No somos, estamos siendo. Deja de querer ser roca, acepta ser río”. Alejandro Jodorowsky
De acuerdo con la caracterización realizada por la Secretaria de Educación del Distrito (SED, s/f)), y según la reorganización curricular por ciclos, las personas que forman parte de este ciclo tienen entre 12 a 15 años de edad y cursan los grados 8 y 9. Los hombres y las mujeres de este ciclo son jóvenes. Según Erikson, esta etapa del desarrollo se caracteriza especialmente porque nos encaramos por primera vez ante la necesidad de formar una identidad, y en este proceso nos surgen tres grandes interrogantes: ¿qué sentimos?, ¿qué pensamos? y ¿cómo nos comportamos? (Davidoff, 1990)