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El impulso de la firma electrónica y su importancia
Especial Jurídicas
Por: Alejandro Martínez,
CEO de Sora. alejandro@sora.mx https://www.linkedin.com/ company/sora-firma-mx/ www.sora.mx La llegada del Covid-19 ha tenido un impacto negativo en diversos sectores, pero también ha acelerado otros e impulsado la transformación digital. Desde marzo de este año, el uso de la tecnología ha sido clave para que la economía fluya y para que, durante el confinamiento, las actividades no se detuvieran del todo.
Un ejemplo de una herramienta digital que se volvió un soporte y que permitió que las acciones legales, logísticas y administrativas no se frenaran en el país durante el confinamiento, y la reactivación hacia la nueva normalidad, es la firma electrónica.
Esta crisis nos orilló a evitar el trato presencial y a buscar hacer nuestras actividades de manera remota, y la firma electrónica permitió firmar contratos legales entre particulares, o incluso no detener la operación y pago de la nómina de una empresa, ya que este es un proceso que al implementar dicha herramienta puede pasar de tres días a solo ocupar media hora de su personal, y permitir una optimización de recursos y aumento de productividad.
Retomando datos de un estudio del Observatorio de Recursos Humanos de España sobre el uso de la firma electrónica, el 93% de los encuestados piensa que contribuye a una mejor experiencia de contratación de personal; 30% de los profesionales la utiliza para tramitar los contratos laborales y, casi 100% de los usuarios está satisfecho con los resultados.
Y es que entre las grandes ventajas que tiene el uso de una firma electrónica está la seguridad que brinda a las transacciones, ya que se puede identificar al autor de un mensaje y verificar que no haya sido modificado, porque su diseño se basa en estándares internacionales de infraestructura que blindan contra un fraude.
¿Es igual o más segura la firma electrónica que la autógrafa? Si hablamos de seguridad, el uso de la firma electrónica es mucho más segura que la firma autógrafa. De hecho, las transición de la firma autógrafa a la electrónica es de la misma dimensión de como fue el cambio en su momento del sello de cera -hace cientos de años-, a la firma autógrafa.
Hacia una nación digital
El contexto que trajo el 2020 ha sido una buena oportunidad para conocer la utilidad de la firma electrónica, sin embargo, existen varios retos para lo anterior, uno de ellos es que las personas entiendan y aprovechen su uso, pues hasta el momento existe un bajo número de personas que conocen los beneficios y el ahorro de tiempo que les puede dar; ejemplo de ello es que de los 78.5 millones de contribuyentes que el Servicio de Administración Tributaria, SAT, tiene registrados a mayo del 2020, solo 15.6 millones han tramitado y cuentan con su e-firma.
Un segundo problema de origen es que en México varias instituciones emiten firmas electrónicas (SAT, Poder Judicial, Secretaría de Economía y UNAM), mientras que lo ideal es que cada persona solo cuente con una a nivel nacional y para
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cualquier trámite. En la empresa que represento, consideramos que debe existir solo un mecanismo de identificación oficial, como en otros países, tal es el caso de Estonia.
Por ello, es importante destacar que el éxito de la implementación de la firma electrónica, apuntale a México como uno de los principales países en el aprovechamiento de esta gran herramienta. La digitalización de los procesos legales en el país, dependen de la adopción de todas las dependencias y gobiernos (desde el federal hasta los municipales) como un nuevo mecanismo de identificación única de personas.
Estamos avanzando, tan solo en esta pandemia tuvimos un crecimiento del 200%, lo que demuestra su utilidad para la continuidad de operaciones; de seguir así, en tres años en la vida privada, firmar electrónico va a ser más común, por lo que cada vez va a ser menos frecuente hecerlo en papel; mientras que en la vida pública quizá tome unos seis años, para seguir encaminándonos a tener una nación completamente digital donde se acabe el tema de ir a la oficina de Gobierno a hacer un trámite.
Cabe hacer mención, que varios Estados de la República ya cuentan con su propia Ley de efirma avanzada para digitalizar sus servicios al ciudadano.
Recomendaciones para su uso
En el mundo digital, las firmas tienen diferentes tipos o categorías. A grandes rasgos una firma digital se puede dibujar incluso solo con el dedo, mientras que una electrónica avanzada (criptográfica) requiere primero generar un documento electrónico con llave privada, llave pública incluida en el certificado digital y una contraseña
Hay que recordar que la única firma electrónica con validez legal en México es la criptográfica, y se compone de cuatro principios en la Ley de Firma Electrónica Avanzada:
1. Ser auténtica: Lo que quiere decir que reconoce a la persona que está firmando el documento.
2. Ser confidencial: Valída que solo entre proveedor y cliente pueden ver y firmar el contrato.
3. Tener integridad: Asegura que el documento no ha sido alterado, y no se le ha agregado ni un punto extra luego de ser firmado.
4. No repudio: Garantiza que solo el firmante puede utilizar su firma electrónica.
Con esto, podemos darnos cuenta que una firma electrónica criptográfica es una herramienta mucho más avanzada y segura con los principios que antes mencionamos, y representa la identidad digital de las personas, por lo que necesitan protegerla y hacer un uso responsable de ella.