La Buena Vida Octubre 2020

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CIENCIA Y TECNO

Hallan el origen del agua que formó los océanos La Tierra se distingue por ser el planeta azul. Un lugar privilegiado cubierto de grandes océanos, lagos y ríos que permiten el desarrollo de la vida. De dónde vino toda esa agua ha sido siempre una pregunta que ha fascinado a los científicos. Hasta ahora generalmente se pensaba que el agua de la Tierra es una adición posterior a su formación, y que llegó cuando ya tenía carácter de planeta, envuelta en materiales más hidratados que se originaron en el sistema solar exterior, donde el agua era más abundante. Sin embargo, esta investigación atribuye el origen de la lluvia, los ríos y los océanos a las primeras rocas que sirvieron de arcilla para hacer nuestro planeta. Parte del meteorito Sahara 97096, de 10 cm de largo. Si la Tierra se hubiera formado enteramente de este material, tendría una masa de agua 23 veces superior a la que hoy tiene.

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egún todos los modelos de formación del Sistema Solar, la Tierra debería estar seca. Sin embargo, los vastos océanos, la atmósfera húmeda y la geología bien hidratada de nuestro planeta azul desafían los datos, y esa anomalía, el agua, es precisamente lo que hace única a la Tierra entre los planetas rocosos del Sistema Solar interior. El debate sobre el origen del agua en la Tierra es milenario, pero en el siglo pasado empezó a tener respuesta más allá de la acción de un dedo divino. Entre los meteoritos conocidos, restos de rocas alienígenas, hay unos que siempre han sido sospechosos de formar los mares. Se trata de los meteoritos de condrita de enstatita (CE), las rocas “originales”, las que se formaron a partir de la nebulosa de polvo interestelar que dio origen al Sistema Solar y a partir de las 36

cuales se construyó la Tierra. Reciben su nombre del mineral que integra su composición denominado enstatita (MgSiO3). Las CE contienen suficiente hidrógeno para haber traído a la Tierra al menos tres veces la masa de agua que hoy forman nuestros océanos. Esas primeras rocas se formaron en plena ebullición, cuando las condiciones eran demasiado cálidas para que el agua en forma de hielo de su interior sobreviviera. Así que hasta ahora se había supuesto que las CE estaban demasiado secas para considerarlas la fuente de las ricas reservas de agua de la Tierra. Ahora, una reciente investigación publicada en Science ha encontrado que las CE contienen suficiente hidrógeno para haber traído a la Tierra al menos tres veces la masa de agua que hoy forman nuestros océanos.

Laurette Piani y sus colegas han medido el contenido de hidrógeno y la relación deuterio / hidrógeno (D / H) en trece meteoritos de CE, los ladrillos originales. Lo extraordinario es que han encontraron que las CE albergan mucho más hidrógeno de lo que se suponía anteriormente. Con los datos obtenidos, han realizado nuevos modelos de cómo pudo formarse la Tierra teniendo en cuenta una mezcla de materiales similares a los de las condrita EC, en un proceso de fusión durante la formación temprana de nuestro planeta, y el resultado es que estos materiales podrían haber aportado suficiente hidrógeno a la proto-Tierra en crecimiento para proporcionar al menos tres veces la cantidad de agua de los océanos actuales de la Tierra. La relación D / H y la composición de isótopos de nitrógeno de las CE analizadas se alinean estrechamente con las del manto de la Tierra, lo que respalda

las afirmaciones de Piani y sus colegas de que los orígenes del agua de la Tierra se encuentran dentro de las rocas a partir de las cuales se construyó el planeta. El trabajo de Piani aporta un elemento crucial y elegante a este rompecabezas. El agua de la Tierra puede provenir del material nebular del que se originó el planeta. Los autores señalan que no pueden determinar exactamente cuándo ocurrió este aporte de hidrógeno, pero sí que ocurrió cuando ya la Tierra había avanzado en su formación. Para conocer mejor esta etapa crítica de la historia del planeta, será necesario viajar a asteroides donde tomar muestras con las que poder realizar mediciones aún más precisas que la del equipo de Piani. Cuando sea posible visitar asteroides con cierta regularidad, cada tipo tendrá su interés. Los asteroides metálicos son más interesantes para buscar recursos minerales como las tierras raras, los que dan origen a las condritas carbonáceas interesan desde el punto de vista del origen de la vida y los enstatíticos para explicarnos cómo empezó la Tierra a ser habitable. • Por Sarah Romero. Periodista de ciencia y tecnología


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